Leyendas

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El chivo duende

 

Cuenta la leyenda que una noche de frío invierno un hombre y su hijo subían para su casa en el Darrón. Cuando iban por la Crucecica, de la calle de los ratones salió un chivo negro que cruzó la calle dando  blincos y se perdió entre los matorrales que había por allí.

 

Al día siguiente el padre y el hijo subían de nuevo por la crucecita cuando se les cruzó  otra vez el chivo negro dándole un buen susto y se fue por los bancales. Entonces el padre le dijo al hijo:

- Si mañana aparece el chivo otra vez, lo vamos a coger y menudo festín nos vamos a dar con él.

 

Y así lo hicieron, al día siguiente cuando regresaban del trabajo, por la crucecita apareció de nuevo el chivo dando blincos hacia los bancales. Los dos corrieron tras él hasta que consiguieron atraparlo. El padre lo cogió por las patas y se lo echo a hombros.

 

No habían andado ni tres pasos cuando el chivo giró la cabeza, mirando al hombre y enseñándole los dientes le dijo:

- Tu tienes Rentes… pues yo también !!!

 

El hombre que no podía dar crédito a sus oídos y sin pensárselo dos veces tiró  el chivo al suelo  y los dos salieron corriendo.

 

Y desde aquel día no volvieron más a pasar por aquel lugar por miedo a encontrarse con el chivo duende.

 Por Elena Puerta Carrasco

 

 

  


 

"La llueca"

Cuenta la leyenda que en las oscuras y frías noches de invierno salía  por la crucecica una gallina llueca con sus polluelos y que traía mala suerte a quien se le apareciese.

 


La cruz del Darrón.

Cuenta la leyenda que la cruz del Darrón vino con una gran riada que se produjo a causa de una tormenta que desbordó el barranco Porras. Cuando pasó la gran tormenta los vecinos vieron la Cruz y decidieron dejarla allí justo hasta donde el agua la había arrastrado.