ANTONIO
MARTÍNEZ OLALLA
Escultor (1907-1984)
Antonio
Martínez Olalla fue profesor de modelado en las Escuelas de Artes
y Oficios de Granada y Barcelona, director en varias etapas de la
de Granada y académico de número de
Real Academia de Bellas Artes de Granada, pero sobre todo un artista
excepcional, maestro ejemplar, cuya vocación le llevó a la pintura
y la escultura como justificación existencial. En su amplísima obra,
repartida en muchas ciudades españolas y del extranjero, Antonio Martínez
Olalla enunció un singular discurso de la sensibilidad y un ponderado
regusto por la monumentalidad y estética granadinas. Escultor arriesgado
en sus tesis artísticas, fue precursor de una cierta modernidad y
un trabajador incansable, como queda de manifiesto en la tesis sobre
este artista realizada por el también escultor Manuel Cano Granados,
en la que recopiló más de 3.000 documentos y catalogó nada menos que
255 obras escultóricas, junto a un gran número de acuarelas.
Desde
sus tallas y esculturas religiosas y profanas, obras en piedra natural,
terracotas o pinturas, en las que se cuentan cientos de obras: cristos
y vírgenes, retratos de personajes históricos, representaciones de
gitanos, toreros o bailaores, hasta los monumentales Vía Crucis que
el artista granadino dejó en Sarriá y Tibidabo de Barcelona, pasando
por los paisajes en acuarela de la Vega granadina, la impronta de
una sensibilidad a flor de piel es decisiva en su tumultuoso legado
artístico, que lo convierten, según el autor de la citada tesis, en
«el único maestro de la escultura granadina del siglo XX. Olalla –señala–
se adelantará a muchos vanguardistas y dejará su impronta en todos
los escultores que le sucedieron, pudiéndose afirmar que es el único
que crea escuela».
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