EMILIO HERRERA LINARES
Ingeniero militar (1879-1967)

Hijo de una familia de clase media, nace Emilio Herrera en Granada el 13 de febrero de 1879. En el barrio de San Antón transcurre su infancia y adolescencia. Estudios elementales y los que realiza en el Instituto, permiten ya ver en él un alumno aventajado. Su vocación fue temprana, sobre todo en aquello que suponía un progreso renovador.

Prepara su ingreso en la Academia Militar de Ingenieros de Guadalajara y en 1902 ya ha obtenido su graduación de teniente. A poco, su incorporación a la Escuela de Aerostación inicia su definitiva vinculación a la ciencia aeronáutica, en la que papel tan destacado iba a jugar.

Su nombre comienza a sonar en los foros nacionales e internacionales. Miembro de las más destacadas academias europeas, honores y distinciones son el mejor testimonio de una mente privilegiada y de una vida dedicada al progreso y a la investigación. También América reconocerá sus dotes excepcionales.

Católico desde sus raíces y monárquico por convicción, Herrera se integra en la República porque ésta ha sido la decisión de los españoles. Y, ciertamente, son esos años los que consolidan su prestigio, dentro y fuera de España. Cuando en 1936 se inicia una larga guerra se encuentra dictando un curso en la Universidad de Santander.

Su respuesta fue reincorporarse lo más rápidamente a su destino en Madrid. Aunque sus ideas le llevaran por otro camino, su fidelidad al régimen constituido, le llevó a permanecer a su lado. El largo exilio es la etapa en la que, dolorosamente, va a cerrase su existencia. Pero todavía entonces, su ejemplo sirvió de modelo a muchos otros. Desde puestos que encarnaban las instituciones republicanas, no dejó de defender el derecho de los españoles para decidir sobre su presente y su futuro.

Emilio Herrera murió en 1967. Hace poco, volvió a la ciudad que le vio nacer, para descansar para siempre.