Mi nieto Rodrigo, del que tengo fundadas sospechas de abuelo que va a seguir, pobretico mío, mi camino de contador de historias, y que es más listo que el hambre, que se dice habitualmente, siempre que puede se sienta en el sillón del abuelo, si es que el abuelo no está, que a veces no está, aunque sean ya las menos veces, en mi casa que es la suya de Madrid, y miren por dónde, el otro día descubrió que el abuelo se había traído otra cosa de sus viajes y la había instalado entre los libros de la biblioteca, donde está la tele, que no es donde debían estar. O los libros o la tele, pero ahí están.
-¿Y este puente se lo ha traído el abuelo de Granada? ¡Ya no tiene sitio, pero este puente es muy bonito!
Mucho, nieto mío, mucho, es uno de los famosos puentes de Dúrcal, que tiene varios como todo el mundo sabe y el que no sabe que aprenda, pero es el caso que este es un puente muy especial, me encargaré de contárselo en cuanto regrese no se de donde, que siempre estoy de ida o de vuelta, porque Dúrcal tiene varios y éste es de los mas queridos.
Ornitólogos realizan anillamientos en
Padul para elaborar el censo de las aves
que habitan en el municipio
Se llaman Anthus spinoletta, Luscinia svecica, Gallinula chloropus, Gallinago gallinago y Saxicola torquata. Son sus nombres y apellidos, pero sus vecinos les conocen por sus apodos: Bisbita, Pechiazul, Polluela, Agachadiza y Tarabilla. Todos ellos forman parte de un padrón para el que es necesario poseer una característica muy especial, tener alas. Ellos y ellas son las aves invernantes en los humedales granadinos, los habitantes de charcas, lagunas y campos que, al igual que los humanos, son parte fundamental de la biodiversidad de los municipios.
Miembros de la Estación Ornitológica de Padul, junto con equipos de voluntarios, realizan un censo para documentar quienes son los habitantes alados de las turberas de Padul, un espacio natural considerado entre los más importantes de Europa para la supervivencia de numerosas especies, algunas de ellas en peligro de extinción.
Atracaron dos establecimientos en Padul el pasado 3 de febrero y abandonaron el coche con el botín
02/03/2012. La Opinión de Granada
EFE La Guardia
Civil ha
detenido a dos
delincuentes de
29 y 40 años,
que acumulan
entre los dos 30
arrestos
anteriores por
hechos
similares, como
presuntos
autores del
atraco a dos
estancos de
Padul (Granada)
armados con un
hacha y un
cuchillo de
cocina.
Tras cometer los
atracos, ambos
huyeron en un
turismo que fue
recuperado poco
después en una
urbanización del
término
municipal de
Dílar (Granada),
ha informado hoy
en una nota la
Guardia Civil,
que halló dentro
del coche una
caja
registradora, el
dinero y el
tabaco
sustraídos en
los dos atracos,
ocurridos el
pasado 3 de
febrero.
En el primer
establecimiento
irrumpió un
joven con un
hacha en la mano
mientras otro
armado con un
cuchillo
vigilaba en la
puerta.
Tras amenazar a
la dependienta
sustrajeron una
caja
registradora,
unos cuarenta
cartones de
tabaco y un
teléfono móvil.
Inmediatamente
después se
dirigieron al
otro
establecimiento,
donde había un
cliente y la
dependienta, a
los que también
amenazaron con
el hacha para
robar dinero y
tabaco.
Los agentes
localizaron el
coche en el que
huyeron los
supuestos
atracadores y
dieron alcance a
uno de ellos,
mientras que el
otro se fugó
campo a través.
El detenido
justo después
del atraco es un
peligroso
delincuente,
vecino de
Ogíjares y de 29
años que había
sido arrestado
en trece
ocasiones
anteriores por
hechos
similares, como
el ocurrido el
año 2008, cuando
en compañía de
otras dos
personas
irrumpió en una
vivienda de
Cojáyar, en la
Alpujarra
granadina, y
tras disparar a
uno de los
moradores les
robaron.
El segundo
atracador, que
fue detenido
ayer, es otro
vecino de
Ogíjares de 40
años que ha sido
arrestado en
diecisiete
ocasiones
anteriores
también por
hechos
similares,
fundamentalmente
atracos en
gasolineras con
armas de fuego.
Ambos detenidos
han sido puestos
a disposición
judicial como
presuntos
autores de dos
delitos de robo
con violencia e
intimidación y
de un delito de
robo de uso de
vehículo a
motor.
El fuego destruye siete máquinas millonarias en el parque eólico de Padul
La
que
menos
pesa
treinta
toneladas
y el
dueño
piensa
que se
ha
tratado
de un
«sabotaje
intencionado»
Un total de siete máquinas de obra civil que trabajaban en la obra del parque eólico del paraje Cerro Valcaire, valoradas en dos millones y medio de euros, han quedado siniestro total tras ser incendiadas en la madrugada del lunes. Manuel Rodríguez, director gerente de la empresa adjudicataria, no ha visto nada igual en 36 años. El empresario está muy afectado por la brutalidad de este ataque, que tilda de «sabotaje».
El vigilante que se encuentra en la zona baja del cerro se percató de enormes bolas de fuego y llamó de inmediato a la Guardia Civil, que avisó a los Bomberos. Rodríguez lo atribuye a una banda experta en incendios provocados. «Hay huellas de neumáticos de motos de montaña o camperas», indica. El incendio fue a conciencia y taladraron incluso los depósitos.
Solo la maquina zanjadora de piedra pesa setenta toneladas y vale un millón de euros. Para sacarla hay que despiezarla y hacer un nuevo acceso a través del cerro de piedra. Las otras seis máquinas -varias retroexcavadoras, una apisonadora y una máquina cargadora de tierra, piedra y grava- pesan cada una de ellas una media de treinta toneladas. Los pirómanos llegaron al lugar con botellas de líquido inflamable y garrafas de gasolina.
La empresa comenzó a trabajar en la realización de los caminos, las zanjas para el cableado y la cimentación de los aerogeneradores en los primeros días del mes de diciembre de 2011. Hasta la actualidad nunca habían tenido problemas.
Manuel Rodríguez lamenta que el daño es irreparable, ya que la máquina zanjadora es de una empresa catalana, una retroexcavadora estaba alquilada para los trabajos, al igual, que la cargadora y la máquina compactadora o apisonadora, que también eran alquiladas. Las otras tres calcinadas eran propiedad de la empresa. Los autónomos que son dueños de las máquinas incendiadas, no se podrán levantar, porque la pérdida es muy cuantiosa, y la situación de la obra civil actual en España no alcanza su mayor esplendor.
«No es una gamberrada»
Las personas que han incendiado la maquinaria no son gamberros. Manuel piensa que se trata de un «sabotaje intencionado». Tampoco se explica que sin iluminación los pirómanos realizaran sus movimientos a la perfección. Pero confía en que la Policía Judicial de la Guardia Civil, que realizó un concienzudo trabajo de recogida de huellas y pistas para identificar y detener a los delincuentes, pronto esclarezca lo sucedido.
La empresa Manuel Rodríguez Lema, muy conocida por sus trabajos profesionales en obra civil para la administración y empresas tanto públicas como privadas, españolas y americanas, seguirá trabajando en Padul con compromiso hasta concluir lo más perfecto que pueda.