La Ruta de Boabdil, la mejor manera de conocer El Valle de Lecrín

Después de tres siglos de reinado nazarí, su último rey, Boabdil, hijo de Muley Hacén, fue expulsado en 1492 de su reino por los Reyes Católicos tras las Capitulaciones de Santa Fe.

Sacada de Andalucía de Viaje. | 24-01-2014

En su destierro hacia la Alpujarra, pasa por el Valle de Lecrín, haciendo parada en Mondújar, donde se cree que los reyes nazaríes tenían varias propiedades como el Castillo de Mondújar, propiedad de Muley Hacén, mandado a construir como regalo de bodas para Zoraya (Isabel de Solís). Cerca de él, en el antiguo cementerio de Mondújar, se cree que está el cementerio real nazarí.

Con esta pequeña introducción histórica queda patente la importancia que El Valle de Lecrín tuvo para los nazaríes, y más concretamente para el rey Boabdil, así como la profunda huella musulmana que aún hoy continúa presente en la comarca. 

Una huella que la Asociación de Empresarios de Turismo Rural de El Valle de Lecrín, Granada Rural Sur, pretende revivir y difundir entre viajeros y visitantes a través de "La Ruta de Boabdil". Un recorrido situado entre Granada capital, el Parque Natural de Sierra Nevada, Alpujarra y la Costa Tropical. Su distancia es de 92 kilómetros y pasa por cada uno de los 17 pueblos de la comarca, pudiéndose realizar por etapas para visitar todos los enclaves. 

Descubrir El Valle de Lecrín

Con esta ruta, el visitante podrá descubrir El Valle de Lecrín en todo su esplendor, tocando cada uno de los aspectos en los que están presentes los vestigios mozárabes. De un lado, la arquitectura de sus pueblos y su patrimonio árabe (Castillos de Lojuela y Zoraya), los puentes, atalayas, aljibes, almazaras y el sistema de regadío basado en bancales y acequias. De otro lado, sus cultivos, como la naranja, el limón, el olivo o la almendra. También se aprecia la huella musulmana en su fantástica gastronomía, que alberga platos como los tradicionales pucheros con varios tipos de legumbres y hortalizas, el remojón de naranja y sus dulces postres. En cuanto a la cultura, son muchas las aportaciones acumuladas en los cinco siglos que nos separan del final del reino nazarí.

Por todo esto, el recorrido permitirá al visitante deleitarse con nuestra gastronomía en los restaurantes de la zona, descansar en nuestros alojamientos rurales y disfrutar de agradables paseos todo el año, especialmente en primavera, mientras se aprecia el bello paisaje de Sierra Nevada. Además, El Valle de Lecrín es un lugar idóneo para estudiar la fauna y flora del entorno; realizar rutas guiadas a pie, a caballo o por el humedal; montar en bicicleta y practicar deportes de riesgo como puenting, barranquismo, paintball, tiro con arco; disfrutar de actividades más relajantes como jugar al golf al pie de montaña o realizar visitas guiadas a bodegas, talleres de agricultura sostenible, de corte y cata de jamón, etc.

Y es que la historia parece haberse detenido en este valle, vergel espontáneo donde la música cristalina continua del correr de las aguas libres, invitan a la meditación, la fantasía, el recreo y la intimidad.