La alquería de Melegís

Sacado de Los Habices de las iglesias del Valle de Lecrín de Lorenzo Luís Padilla Mellado

Su nombre viene del topónimo árabe Milišīš. 
( ملشيش‬)

Su pasado morisco hace que perduren en su entramado urbanístico cobertizos y tinaos de tradición musulmana, así como algunos patios interiores en viviendas. Las casas suelen construirse muy pegadas una a otras e incluso se podría decir que están superpuestas unas sobre otras.

El diccionario de Tomás López, recoge esta información a finales del s. XVIII "Melegís tiene un baño de agua templada muy concurrido y excelente para curar toda especie de fluxiones y especialmente las reumáticas y para curar herpes y otros accidentes de humores acres y mordaces".

Son unos baños conocidos desde hace bastante tiempo. El agua sale a una temperatura constante y de temperatura cálida. Están colocadas con vistas a la cola del pantano y en medio de un vergel de naranjos y olivos. Es la primera parte de un proyecto de tres que espera realzar y ennoblecer el entorno.

Madoz nos describe esta población de una forma bastante detallada en medio del Valle de Lecrín, a las márgenes del Río Restábal y Torrente, en el punto en que este desagua en aquel. Tiene 80 casas muy deterioradas, calles estrechas, de piso cómodo, una plaza, casa capitular muy reducida, una fuente, escuela para ambos sexos, e Iglesia Parroquia. Confina al N. con el de Murchas, al E. con el de Talara, al S. con el de Chite y al O. con el Restábal. El terreno es casi todo llano, se riega lo que está en cultivo, que es la vega, por medio de pequeños canales que se toman de los ríos expresados, y lo demás permanece inculto.

Las primeras referencias escritas que se tienen de este lugar corresponden a la época islámica, aunque el asentamiento humano debió ser anterior dada la fertilidad de la tierra y la abundancia de agua. En el s. XV, el lugar de Melegís fue residencia de la Corte de Granada durante un breve periodo de tiempo, después de sufrir esta zona las guerras civiles entre Al-Hamar y los Abencerrajes, en los últimos años del s. XIV.

A pesar de la inseguridad de aquellos momentos, los musulmanes fueron capaces de desarrollar los importantes regadíos con que fue dotada la zona, parte de cuyos canales aún se aprovechan hoy logrando una floreciente agricultura que tenía su base principal en el cultivo del gusano de seda. La calidad de su seda era de los gusanos llamados de almendra, de la que se obtenía seda joyante.

La continua llegada de familias procedentes de otros reinos conquistados por los ejércitos cristianos hizo subir el censo de población hasta casi los siete mil habitantes. Tras la entrada de los Reyes Católicos, pero más concretamente después de la expulsión de los moriscos, los cultivos se fueron cambiando y empobreciendo.

Con los datos extraídos del archivo de Simancas se ha llevado a cabo recientemente un examen de los 883 repobladores del Valle de Lecrín. En su conjunto se puede decir, que mayoritariamente procedían de Andalucía; en concreto de Córdoba, Jaén y la propia Granada. La Junta Organizadora, a la vista del escaso éxito en las provincias norteñas, admitió aspirantes locales. De Castilla la Nueva se incorporaron al Valle 93 personas de las cuales 41 se apuntaron en Valdepeñas. De Cataluña llegó 1, de Aragón 8, del País Vasco 6, de Asturias 2 y de Navarra ninguno. Castilla León aportó un contingente de 40 individuos y Galicia 46. Estos últimos, reclutados entre las capas más pobres, llegaron a Granada en estado muy lamentable de salud, después del largo viaje. Muchos regresaron rápidamente a sus puntos de origen y otros tuvieron serias dificultades para sacar adelante sus lotes de tierras. Es interesante anotar, que acudieron también al Valle 2 vecinos de Italia, 3 de Francia, 3 de Argelia y 11 de Portugal.

Al principio y tras la conquista castellana se debió hacer uso de la antigua mezquita como templo de nueva Iglesia de Melegís. En 1501 Melegís fue adscrito, como anejo a la parroquia de Restábal, para posteriormente en 1587 constituirse un curato con la de Murchas como anejo. Su construcción de excelente fábrica, como así correspondía a una de las poblaciones más importantes del Valle de Lecrín, construida sobre los años 1562-67 por el albañil Bartolomé Villegas, el carpintero Francisco Hernández, y haciendo el trabajo de carpintería de esquinas, cornisa, gradas, y las portadas Pedro Gómez de Fontefría. En la rebelión de los moriscos de 1568 fue saqueada y prendida fuego, quedando en su mayoría destruida0. En 1567 se le paga a Francisco Sánchez entallador la talla y ensamblaje de una custodia, siendo tasada por Juan de Maeda. Poco habría de durar esta custodia, así como la armadura de la iglesia, pues todo ardió en la rebelión de los moriscos, valorándose el daño en más de 8.000 ducados.

La iglesia presenta claramente la confluencia de experiencias tradicionales en el renacimiento granadino, poseyendo una larga nave rectangular con Altar Mayor en alto. Suntuosa debió ser su primera armadura, hecha por el buen alarife Francisco Hernández, sin ningún tipo de decoración, apeando sus nueve tirantes pareados y los cuadrales sobre canes de cartela. Esta fue renovada por Antonio López Zamunio, tras ser quemada en el levantamiento morisco. Las portadas una a los pies y otra en el costado derecho, son sencillas obras de cantería, con simples encuadres moldurados a seis esquemas más esenciales. Los herrajes los hizo Gabriel de Gozón. La torre se levanta a la derecha de la cabecera, con tres cuerpos más el de las campanas, cuyos vanos llevan enjutas con azulejos, hechos por Francisco Fernández. Tiene algunos altares y retablos barrocos, siendo el más interesante el mayor, de la primera mitad del s. XVIII con decoración de estípites y todo dorado.

Existe también un panteón familiar de los Sáenz-Diente, donde consta enterramiento en tres nichos D. Manuel Sáenz–Diente y Romero, su esposa Da. Francisca de Espada y Blanca y su cuñado D. Manuel Espada y Blanca En la lápida de D. Manuel Sáenz- Diente y Romero, consta la siguiente leyenda: "Aquí yace el cadáver de D. Manuel Sáenz- Diente, natural y vecino del lugar de Melegís, que falleció el día 28 de julio de 1846 a los 50 años de edad. Y su viuda, hermanos y parientes suplican le encomienden a Dios. R.I.P."


Plano de Melegís del Marqués de la Ensenada. 1750