Sacado de NOTICIAS ECONÓMICAS Y GEOHISTORICAS DEL ANTIGUO REINO NAZARÍ DE GRANADA Por CRISTÓBAL TORRES DELGADO
Andalucía Oriental durante la dominación nazarí, estaba dividida en tres circunscripciones territoriales denominadas Koras, Amelías o Provincias, que correspondían casi exactamente a las actuales divisiones administrativas territoriales.
Eran éstas la Kora de Bayyana (Almería), Kora de Elbira (Granada) y Kora de Rayya (Málaga), existentes en el siglo XIII.
Cada una de las provincias se subdividía en distritos o "Iqlim", pero desgraciadamente solo conocemos los 33 distritos de la provincia de Granada. Creemos que fueron la base de la posterior y moderna división en los actuales partidos judiciales.
Con toda seguridad las otras dos provincias estarían igualmente divididas en distritos, pero sólo hemos encontrado mención de Zalía, situado en la provincia de Málaga en los límites con la de Granada. Finalmente, en cuanto a las divisiones geográfico-administrativas, apareció en las postrimerías del reino de Granada una nueva división referida al territorio de las Alpujarras, denominada tahas o distritos .
De las riquezas de este territorio aparecen noticias desde muy antiguo, en especial proporcionadas por los autores y geógrafos árabes ya citados en la introducción. A continuación, basado en algunos de estos testimonios, pasamos a describir las noticias económicas que pueden apreciarse en la Andalucía Oriental, escenario físico-geográfico del antiguo reino nazarí de Granada
La Kora de Bayyana Almería (Pechina), comprendía en sus circunscripción, en el siglo XII, a las ciudades de Almería, Berja y muchos lugares fortificados como los castillos de Marchena, Purchena, Tíjola y Vélez.
La ciudad de Pechina estaba en medio de su campiña y había alcanzado una gran prosperidad comercial, que en el siglo XI se desplazó a Almería, adonde se trasladó la residencia de los walies, adquiriendo esta última ciudad el rango de capital de la provincia. La riqueza de Pechina procedía de sus huertas y viñedos que producían una gran renta económica a sus habitantes, y había en ella "once termas, telares de telas de seda y comercios prósperos".
La ciudad de al-Hama (Almería) que también pertenecía a la Kora, era importante por sus baños termales adonde acudían gentes de todas partes. Además, hay que destacar que en los montes próximos a al-Hama existían yacimientos de yeso, el cual "se extrae, se quema y se lleva a Almería para la construcción de edificios, vendiéndose por su abundancia a un precio cómodo". Otro autor árabe, señala la presencia de un sistema de irrigación existente en la mencionada ciudad de al-Hama, mediante canalizaciones subterráneas que llegaban hasta regar la comarca donde se levantó la aldea de Abla, y el mismo autor nos documenta igualmente la existencia de numerosos olivos, higueras y árboles frutales. Y de sus minas de plata, nos da noticias Simonet.
También se menciona por los autores árabes la riqueza económica minera procedente de las piedras rojas "de hermoso color" y muy semejantes al rubí, procedentes de los montes de Níjar, el Nasar que aparece en las escrituras árabes y el Nasira que cita al-Maqqari, que era un castillo en la provincia de Pechina con canteras de excelente mármol. El citado topónimo pertenece sin lugar a dudas al actual municipio de Níjar, que corresponde al partido de Sorbas.
Al oeste de la provincia se encontraba Dalías, la Dalaya árabe, cuyo sólo significado nos indica la riqueza en viñedos, y junto a ella se encontraban muchas "mieses", abundante seda y gran variedad de cultivos, y aunque su territorio era estéril los árabes supieron fertilizarlo. Ibn al-Jatib dice de ella : "Que su seda era de alto precio y hermosura y producía en aquel tiempo grandes utilidades". Con respecto a la ganadería, hoy prácticamente nula, en los siglos XII, XIII y XIV existían en estas comarcas "buenos pastos, queso y corderos".
Los montes de Berja poseían ricas minas de plomo. Y esta ciudad tenía famosos mercados, fábricas y campos cultivados, siendo más considerable que Dalías ; eran "preciosos" sus aromas y tenía "sus parras cargadas de uvas, que trepando a los almeces y álamos adornaban las copas de estos árboles con los collares de perlas de sus racimos".
La ciudad de Adra, próxima a las anteriores, era importante por su pesca, y por ser puerto destacado de la navegación de cabotaje. Dice al-Idrisi que la antigua Adbera, en el siglo XII, era una alquería muy densamente poblada en cuya parte oriental se encontraba la desembocadura de un gran ría (Andaras) o río grande de Adra, "que recibe las aguas de Berja y otros lugares y las lleva al mar", procedente de los montes de Sulair o Sierra Nevada.
Abundante seda, morales, y el quermes o la cochinilla, se encontraban en la comarca de Tabernas y concretamente en el municipio actual de Senés, el antiguo Hisn Senes. La cochinilla se utilizaba durante la Edad Media con fines industriales, en especial para la tintorería, por lo que no debe extrañarnos su desarrollo en la Kora de Bayyana, ya que Almería poseía una floreciente industria de tejidos y paños, muy apreciados en todo al-Andalus y Oriente.
La cría del ganado y de la seda se extendía por toda la sierra de Filabres , alcanzando gran desarrollo durante el siglo XV, cuyas magníficas tierras proporcionaban cosechas de cereales y abundante hierba para pastos. Es curioso observar los contrastes que existen entre los testimonios económicos aportados por las noticias de los siglos XII al XIV, referidas a las comarcas del campo de Tabernas, y su actual riqueza agronómica. Hoy día el campo de Tabernas constituye una de las zonas más pobres de Almería. Sin embargo Ibn-al-Jatib nos dice de él, en el siglo XIV, que podía encontrarse "cuanto se quiera de ornato o ajuar de casas, de agua, de aceite, de alimentos capaces de resucitar a un muerto y de buenos baños". El mismo autor señala con respecto a su suelo que "si las lluvias fuesen más abundantes, sus arrierías podrían abastecer de cebada a todas las regiones vecinas". En época medieval, Tabernas fue lugar estratégicamente situado y perfectamente comunicado con la capital y con todo el norte y nordeste de la Provincia.
Al sur y en la costa, en la villa de Paterna se encontraba una mina de mercurio de gran calidad, y su tipo de mineral pertenecía a la clase tutía, empleada para teñir el bronce y que era el mejor de España.
En la alquería que surgió al amparo de Hins-Mondusar, plaza fuerte sobre un collado de color rojo, al noroeste de Almería, en el actual partido de Santa Fé de Mondújar y "con una posada (situada) en el camino de Pechina a Guadix, podía encontrarse en abundancia el pan, el pescado, y toda clase de frutos", según la estación.
El antiguo camino Granada-Guadix, continuaba en su ramal norte hacia ciudad de Gor, Baza (Basta), que era un lugar "muy fértil y de gran minería, sedienta y cubierta de azafrán". Después se dirigía hacia Caniles (Qanalis) con las mismas características económicas ; de Caniles a la fortaleza de Serón por donde penetraba el camino hasta el río Almanzora.
La primera parada era la fortaleza y plaza de Purchena (Bursana) que asombraba por lo temprano de sus rosas ; de aquí pasaba a Cantoria con su topografía, mar de colinas y veredas, hasta penetrar fuera del valle del río en zonas parecidas al desierto y cuyo límite extremo era Vera. El camino se dirigía hacia Pechina-Almería, remontaba al Oeste la taha de Marchena para unirse a través de Abla y Fiñana, en Guadix, al camino viejo de Granada.
El valle era tierra abundante en pan y legumbres. En el siglo XV y XVI, todavía existía el cultivo intenso de la seda, que podía comprarse en la Alcaicería de Granada, y su ganadería muy abundante, con numerosas huertas en las faldas de las sierras, junto con buen número de árboles de ribera a lo largo del río.
De otros productos del valle del río Almanzora señalan las fuentes árabes el excelente queso, la miel, los juncos y la leche de Cantoria ; la abundante caza y el monocultivo de la cebada en el actual municipio de Oria ; salvo la miel, destacan los autores árabes en cambio, la pobreza e inseguridad de los dos Vélez (Vallis), el Rubio y el Blanco. Más que por sus caracteres físicos este empobrecimiento se debió, durante los siglos XII y XIV, a que constituyeron zonas fronterizas.
La riqueza de Vera venía representada por las perlas de sus costas, su abundante cebada y sus ricos pastos (de lo que se podría deducir existió una floreciente ganadería). Por su situación de encrucijada hacia el interior y hacia el mar, existió un gran tráfico comercial que canalizaba por la costa el comercio interior con Murcia y con la comarca a través de las arrierías ; razón por la que sus habitantes eran mercaderes o industriales; por el contrario en Mojácar sólo destacaba la producción de leche, lo que nos hace pensar en la existencia de ganado menor (cabrío u ovino).
La comarca de Gérgal, constituida por un amplio valle abierto entre las sierras de Filabres y Nevada, tenía en época medieval los abundantísimos viñedos de Fiñana ; y en Abla se cultivaban gran cantidad de huertas, toda clase de frutales, además de existir fábricas de bordados y tejidos de brocados en los siglos XIII y XIV. Esta alquería es célebre por su seda. En la vega y huertas del río Boloduy durante los siglos XIV, XV y XVI las cosechas de trigo y cebada eran abundantes y ricas, siendo numerosa la ganadería ; mientras que con fines industriales (tintorería) se utilizaba la hoja de alheña, más delgada que la de ahhayhán, y que era muy apreciada.
Las comarcas del Andarax alto y bajo aportaban a la economía del reino su gran producción, que "era oro" sin duda por su valor, de flores de lino, el hierro y las canteras de mármol y jaspe, y que compitió en su tiempo con Granada; tan grande era la riqueza del campo y de la artesanía, siendo su costa la más excelente por sus pescados. Pero la expresión de esta riqueza económica de la Kora de Pechina se refleja claramente en la importancia de la capital de provincia y sede del gobernador musulmán: la ciudad de Almería (Al-Mariyya, "la atalaya", "el lugar donde se mira"). Desde el siglo XI comenzó a eclipsar a la antigua capital de Pechina. Ya tenía larga tradición esta ciudad, era muy industriosa y en este mismo siglo contaba, como nos dice al-Idrisi, con tejidos de seda, ciclatón, Ispahan, yuryan, tapices y otras telas preciosas ; fabricaba objetos de cobre y de hierro y su valle, el de Pechina, producía frutas muy apreciadas. En su puerto recibía barcos de Alejandría y Siria. Era una de las ciudades más relacionadas con el mundo musulmán y parece que existían hasta ochocientas fábricas para bordados de seda, y se trabajaba a muy bajo precio. Todo esto fomentó y desarrolló el movimiento comercial de la ciudad y de la provincia y por su puerto se embarcaban a Oriente toda clase de mercancías de al-Andalus. En las sierras de Gádor y Monterilla se encontraban importantes yacimientos de plomo, cobre y zinc, que ya vienen documentados desde los siglos XII, XIII y XIV.
Se desconocen los límites exactos que tenía la Kora de Rayya (provincia de Málaga) en el siglo XIII. Parece que las obras árabes que trataban de ella se han perdido y no se conoce más que su existencia , y en obras posteriores de recopilación solo se recogen fragmentos. Extendía sus límites dentro de la actual provincia de Granada y penetraba en la provincia de Córdoba.
La kora de Rayya limitaba al norte con la de Campaña o Córdoba, al este con la de Elbira (cuya capital se trasladó más tarde a la ciudad de Granada (Garnata), al sur con el mar Mediterráneo, al oeste con la provincia de Cádiz o el llamado clima de Bujaira de al-Idrisi, y kora de Madina Siduna (Medina Sidonia) ; la zona meridional de la kora se conocía con el nombre de Asarquiyya y comprendía la actual comarca de su nombre o zona malagueña; más hacia el sur la zona denominada Takurunna, que correspondía a la actual comarca de la serranía de Ronda, y en ella destacaba Madina Runda (Ronda, la antigua Arunda).
Todo el territorio provincial se encontraba lleno de fortalezas y pequeñas torres vigías y numerosas alquerías (Qarya) ; aunque son escasas las noticias que hallamos en los autores árabes sobre puentes y ríos, los campesinos africanos, asentados y adaptados al alto relieve de la provincia, se extendieron por los bosques donde explotaron y ejercieron actividades agrícolas rudimentarias, dedicándose al pastoreo en las sierras de Caparain, Chapera, Tejeda, Lon Montes, Alminara, Crestellina, Bermeja, Macizo de Grazalena, Zahara. Los últimos testimonios se reflejan en la rebelión de los moriscos de la serranía de Ronda, siendo su principal recurso los ganados en esta región.
La ciudad que dio su nombre a la kora, fue capital de la misma hasta el siglo XI: nos referimos a la Madina Archiduna (Archidona), que al igual que Pechina en la kora de su nombre vio eclipsado su rango por la ciudad de Málaga, capital de la provincia.
Conocemos de la provincia la gran cantidad de aceite que se obtenía en la comarca de la Ajarquía de Málaga, en especial de la plaza de Comares (Hisn Qumcris) donde eran abundantes las aguas, sus alimentos puros, su gran riqueza en la labranza y plantío, su gran cantidad de almendras y de higos, pero destacaban especialmente en ella los viñedos, las extraordinarias pasas de Alfarnate, el Borge y los regadíos de Cútar.
Es la comarca de la Hoya de Málaga una de las zonas más ricas de la provincia, por la existencia de llanuras aluviales, producidas por là violenta erosión sobre las montañas circundantes. Ya desde el siglo XII destacan sus cultivos de regadío y secano, claramente diferenciados, como se deduce de los libros de Repartimiento de algunos de sus municipios y por los restos arqueológicos que se conservan en la mayoría de ellos, como molinos viejos, pozos, aljibes y canalizaciones de época árabe.
De Cártama (Hisn Cartama), castillo inexpugnable y refugio extraordinario en las guerras de Granada, se elogiaban sus excelentes tierras por la pronta madurez del trigo y la generosidad de sus viñedos.
En Coín (Hisn Duqwan) se destaca su alfarería, ya tradicional, sus extraordinarias frutas de todas clases, las fuentes y manantiales ; su población era de colonos y campesinos. "Entre las primeras piedras de sus molinos, volteaba copiosamente la harina", en el valle de Alhaurín el grande.
En Fuengirola sobresalían las fincas rurales, de gran prosperidad y progreso, gracias a la abundancia de frutas y cosechas de cereales (especialmente cebada), higos y junto a la pesca marítima era notable la pesca en sus ríos. En toda la zona predominaban las viñas.
En el Suroeste de la comarca está emplazada Málaga, la capital de la provincia. (Málaga) citada por al-Idrisí era una ciudad antigua, muy poblada, bella, comercial, industrial y rica, en la costa del Mediterráneo, en la provincia de Regio (Rayya). Los autores árabes la celebran como una de las capitales más hermosas, y la consideran imperio de riquezas; reunía los recursos proporcionados por el mar y la tierra. A título de ejemplo, sus higos y almendras, según al-Himyari, geógrafo del siglo XIII, se exportaban a Egipto, Siria, Irak e India.
Los geógrafos y escritores árabes destacan la excelencia de sus frutos y vinos, la belleza de su porcelana dorada, los tejidos y brocados, las pieles y productos manufacturados, así como los productos agrícolas, comercio, la hermosura de su población y comarca, con alcázares, vergeles, huertas y caseríos, además de las canteras de mármol negro y blanco.
La serranía de Ronda constituye el límite suroeste, extremo de la frontera del antiguo reino nazarí de Granada, pero profundamente influenciada por los contactos africanos en la provincia, aunque políticamente permaneciera integrada al dominio nazarí, hasta el punto de que formó parte durante largo período de tiempo de un reino o señorío benimerín, regido por el príncipe Abad al-Malik, que se titulaba rey de Ronda y Algeciras. Así fue reconocido en el tratado de paz de Agosto de 1333, concertado entre Alfonso XI, rey de Castilla, Abu-al -Hasan , rey de Marruecos y Muhammad V rey de Granada .
De Marbella, celebra al-Idrisi su numerosa población, aunque "era pequeña al Occidente de Málaga", así como la abundancia de sus trigos ; según Ibn al- Jatib se convocaba a la gente para comer sardinas en vez de llamarla para la oración, se rezaba para dar las gracias por el que "daba a comer pescados gordos" y las ubas de Marbella "no tenían iguales hasta la misma línea meridiana", abundantes en las sierras del municipio, con nogales, castaños, morales y pasas. Estos productos en los siglos XV y XVI se exportaban a Flandes, Bretaña e Inglaterra.
En el extremo sureste de la provincia se encuentra la comarca de Vélez-Málaga, siendo su centro rector la ciudad del mismo nombre. Según Abulfeda, Ibn Batuta, Ibn al-Jatib, al Idrisi, y otros autores, esta ciudad era rica y la mejor amelía de Málaga, a orillas de un río (de Ménoba), que después de atravesar desde Alhama de Granada, campiñas muy fértiles, desembocaba en el mar al oeste de Vélez. Igual que Málaga producía gran cantidad de uvas, higos, y otras excelentes frutas, además de trigo y almendras. Contribuían a su riqueza sus regadíos y la fertilidad de las tierras.
La sierra de Bentomiz, muy escarpada pero fértil, era una gran cuenca hidrográfica, con abundancia de regadíos; en ella existía buena ganadería con sus hermosos pastos de verano e invierno y había gran cantidad de viñas y trigo. Sus habitantes "vivían muy ricamente de la cría de la seda".
La sierra de Tejeda proporcionaba en sus bosques de tejos abundante madera, que era semejante a la del pino y que se utilizaba para enmaderar las casas. Era notable la pesca marítima de Mesmiliana (Bezmiliana), cuyas almadrabas, recogían los grandes peces que producían aquellas marinas y con los cuales se abastecían los pueblos limítrofes.
En Nerja destacaban sus industrias textiles, en especial las telas de seda de colores que teñían a orillas de un río muy delicioso; la ciudad estaba rodeada de huertas y jardines, y era proverbial la fertilidad de los campos de Torrox. En este sector costero malagueño predominaban, lo mismo que en Almuñécar y Salobreña, "numerosos ingenios" de azúcar, lo que nos indica que en estos siglos XII y XIII se cultivaba la caña de azúcar.
La kora de Elvira, comprendía las actuales comarcas de la provincia y algunas otras zonas de las provincia limítrofes; apareció subdividida en la época nazarí en 33 dimas o distritos (iqlim), repartidos treinta y uno en esta kora y dos en la de Pechina.
Toda la región de la kora fue citada y comparada por los autores árabes con Siria, quienes celebran los numerosos ríos que la riegan, sus árboles y arbustos, los excelentes frutales del granado y ciruelo, sus variadas clases de vid, el extenso cultivo de la morera y el kermes o cochinilla, que también se daba en la kora de Pechina.
Sus fértiles tierras producían abundantes cosechas continuas, sin agotarse. Las plantas medicinales y el áloe, se exportaban a diversas regiones, y era excelente su caña de azúcar ; sobresalían en riqueza minera de plata, oro, plomo, hierro, las piedras industriales y, entre ellas, los mármoles azules de sierra Elvira, blancos de Alfacar, verde de Lanjarón y negro de las proximidades de Güéjar Sierra. Ya en el siglo X, según al-Razi, producía la kora de Elbira, la caña de azúcar y se explotaban los minerales anteriormente señalados. Esta kora en el siglo XI tenía una gran riqueza, como puede deducirse de los datos económicos que nos proporciona el geógrafo al-cUdri.
Tal autor nos dice que la kora de Elbira pagaba de impuestos 109.603 dinares, además de 1.000 sitl de seda y otros mil de alazor; por la explotación de las minas 42.000 dinares, y mil doscientos qist de aceite procedente de sus molinos. En total pagaba de renta 154.803 dinares. Si comparamos otras cifras totales con el peso del dinar, que es la moneda más alta musulmana acuñada en oro, estas rentas suponían un desarrollo económico muy alto, teniendo en cuenta, además, que el siglo XI es período de descomposición política originada por el declive del Califato de Córdoba.
Las cifras equivalentes en la actualidad pueden obtenerse según la siguiente proporción : el peso medio de un dinar era de 4 grs. puesto que el peso de esta moneda oscilaba entre los 3'40 y 4'50 grs. de oro, el peso de oro total de la renta económica anual de la Kora de Elbira era de 619.212 grs. oro, convertidos en cantidades actuales ; teniendo en cuenta que el gramo oro y su ley- de 22 kilates se paga a 81 pesetas el gramo, aproximadamente equivaldría la anterior cantidad a 50.156.172 ptas.
Bajo el dominio de la dinastía nazarí, el reino de Granada dilató considerablemente el antiguo territorio que hoy encierra el mismo nombre, con parte de las actuales provincias de Córdoba, Jaén, Sevilla y Cádiz. Esta kora se subdividió en 3 distritos (iqlim) según Ibn al-Jatib, mientras que una parte considerable del reino, la escarpada comarca y región de la Alpujarra se subdividió igualmente hacia finales de nazaríes en Tahas o jurisdicciones, que según indican las escrituras de 1514 eran quince.
La economía de la Vega era rica; sus tierras blancas las más fértiles de Andalucía, con buenas cosechas y eras, lugar magnífico para las palomas y gallinas; abundaban las colmenas y de ellas. se extraía excelente miel; el lugar estaba lleno de almunias donde se sembraba el maíz y se secaban las frutas, como las uvas, manzanas, granadas, higos y almendras y toda la tierra de la kora de Elbira tenía muchos bosques y frutas, caria de azúcar, y minerales como plata, oro e hierro.
Existían en la Vega 140 aldeas alrededor de la ciudad cuya renta anual representaba, en conjunto en los siglos XIII y XIV, 262.000 dinares de oro, en la época del año de regar las tierras ; éstas y otras rentas, incluyendo en ellas las propiedades del sultán, los bienes habices de las mezquitas y los beneficios o tributos, elevaban la cifra a 560.000. Este total representaba la renta anual del reino, y se incluían además los tributos de especies, señaladamente cereales, mantequilla de oveja y unas 300.000 qist, o medidas de aceite que se obtenían de más de 130 molinos que existían en el territorio.
Numerosos molinos harineros eran movidos por las aguas del Darro y del Genil a lo largo de la superficie de la Vega, que formaban un circuito de huertas, olivares, viñas y toda clase de siembras.
La Vega de Granada estaba situada en medio de un inmenso jardín de 40 millas de extensión, donde "las viñas y plantas aromáticas alternan con las fructíferas arboledas", y en ellas se cultivaban los cereales, el lino y la seda, en tal abundancia que en el siglo XIV se exportaba a todos los países musulmanes ; la calidad del lino granadino era superior a la del egipcio.
La importancia de la seda era tal que en el siglo XVI los derechos de arriendo reales valían cada año 181.500 ducados oro, además de villas, olivares y toda clase de frutas. "En el siglo XII los cristianos de la provincia celebraban de su extensa Vega" sus producciones, su queso, su cebada, lino, algodón, su abundancia en seda, en viñas, en olivares, en frutas de todas clases, así como la belleza de sus "colinas".
Durante todo el año existen en la Vega las frutas secas, además de las uvas que se conservan sin corrupción las dos terceras partes del año; se obtienen los higos, pasas de color rojo, manzanas, granadas, bellotas, nueces, almendras y otros frutos secos. Lo autores árabes y fuentes cristianas por los siglos XIII, XIV y XV, citan otros productos, además de los ya señalados toda clase de agrios como naranjas y limones, sidras, gran cantidad de aceite y de vino, y bien abastecida de carnes y de leña, además de sus cosechas de trigo, cebada, panizo, alcáudia, lino y viñas, frutas y hortalizas de todas clases y plantas medicinales.
El trigo de la Vega era de superior calidad y constituía el principal alimento de los habitantes granadinos, junto a gran cantidad de viñas cuya producción anual no bajaba de 14.000 dinares. Se cultivaba también en ella la caña de azúcar, los plátanos y el avellano. "La seda de Elvira es la que está extendida por todo el país, y la que se exporta al exterior".
Es importante destacar igualmente que "en el río Darro se recogen granos de oro puro que eran llamados en el pais, oro de la ciudad u oro local"; sobre el río, dentro de la ciudad, existían muchos molinos ; por toda la inmensa vega se encontraban vergeles, almunias, huertas, cármenes y haciendas de campo. El producto de algunas huertas se estimaba en 500 dinares de oro al año, cuya renta anual puede estimarse en 162.000 pesetas constantes. La industria aceitera o harinera reflejaba su gran volumen en los 130 molinos que nos refieren los autores árabes, y de los que todavía hoy quedan vestigios. Todo este desarrollo económico significaba un elemento humano de extraordinaria actividad e inteligencia, con un dominio perfecto de las técnicas del cultivo de su época.
La ciudad de Loja (Medina Lawsa) en las orillas del río Genil era como hoy, unas de las principales poblaciones del reino de Granada, situada en la Vega: abundaban las aguas y por naturaleza constituía una plaza fuerte avanzada de la Alhambra durante la época nazarí. Era rica en caza y viñas, minas de sal, molinos de aceite y abundantes hortalizas ; celebrada por sus minas de plata, amenidad y fertilidad, y por ser patria de Ibn al-Jatib, y capital del distrito de Tayarat al-Yabal.
La al-Hama árabe, cuyo significado era de baños termales (que actualmente y renovados todavía se utilizan), era la actual cabecera de la comarca de su nombre. En los siglos de dominación musulmana estos baños estaban divididos para hombres y mujeres. La ciudad estaba muy poblada y fue una magnífica plaza fuerte. Durante los siglos XI y XII perteneció a la kora de Rayya (Málaga). Predominaban entre sus bienes naturales la caza y la pesca y tenía una ganadería abundante en camellos, ovejas y otros animales.
Al sur de esta ciudad se encontraba la plaza de Zalías, cabecera del distrito de su nombre ; si bien su tierra era buena, destacaba exclusivamente por ser un lugar de paso en la tradicional ruta histórica de Vélez-Málaga a Granada, enlazando el interior de esta provincia con la costa mediterránea; su tierra era abundante en dehesas y encinares. Cabe destacar en esta comarca las explotaciones minero-salinas con la pequeña aldea de al-Mallaha, hoy la Malá o la Salina.
Durante los siglos XIII y XIV pertenecieron a la región del Noroeste, los distritos de Alcalá la Real, Cambil, Priego y Alcaudete. Los autores árabes destacan el famoso mercado de Alcaudete y sus célebres fortificaciones, con la fertilidad de su suelo ; de Montefrío e Mora afirman que ambos lugares eran "una mina de excelentes trigos y de caza". Priego era famosa por sus "copiosas frutas", abundantes aguas, fértiles plantíos y cultivo de azafrán, con canteras de mármol negro y matizado de negro y blanco. Su territorio estaba cubierto por viñedos y jardines.
La ciudad de Guadix era en el siglo XIII muy abundante en vegetación, sobre todo arbolado de moreras, con frutas de todas clases y cultivo del algodón; los olivos también eran numerosos en su territorio. En el siglo XIV los autores árabes celebran la calidad de las manzanas de Graena, denominadas "challaníes", "grandes como calabazas y muy apreciables por su blancura, aroma, dulzura y bondad". Eran igualmente alabadas sus nueces y peras, algunas tan grandes que pesaban una libra. En cuanto a la ganadería debía ser numerosa, ya que la leche era uno de los productos más importantes y abundantes ; junto con sus excelentes viñas destacan el cultivo de la seda y la minería de hierro, en las vertientes de sus montes llamados el Sened.
La población de Baza era abundante. Rodeada de murallas y numerosas torres, muchos de sus habitantes eran cristianos; parecía buen mercado con fábricas de tejidos, bordados y tapices llamados "de Baza" semejantes a los de Granada y un excelente comercio interior, "con una magnífica producción de seda". Eran muy importantes su regadío y pastos, con campos cubiertos de azafrán, y en el siglo XIII había muchos olivos y frutales. Se cultivaba la seda y era importante el sulfuro de antimonio en la montaña Yabal Kulh.
Las mismas características se apreciaban, aunque en menor proporción, en la mayoría de sus alquerías. Era importante (como en Guadix), la producción de esparto. Cuando los muladíes organizaban incursiones y razzias en las fronteras cristianas envolvían los cascos de sus caballos en este producto.
La otra ciudad cabecera era Huéscar, denominada Uskar por los árabes, situada en la zona septentrional de la provincia de Granada y en sus límites con las provincias de Jaén, Murcia y Almería. Ibn al-Jatib nos da testimonio de su hermosa y fértil llanura con abundante regadío, muchos plantíos y exquisitos pastos que proporcionaban abundantes cosechas y mucha ganancia. Igualmente había buena caza y ganados.
En las comarcas del actual Marquesado del Zenete y las Alpujarras, la población más importante era Ferreira, donde se cultivaba, como en las tahas alpujarreñas, la seda y los morales, camuesas de verano e invierno, nueces y castañas, trigo, cebada, viñas y toda clase de hortalizas, legumbres y garbanzos, muy buenos pastos para los ganados y contaba con minas de hierro.
La comarca de las Alpujarras cobró significativa importancia histórica con la sublevación morisca, que tuvo un principal caudillo en Aben Humeya (Ibn 'Umayya). "aunque es tan alta y frondosa, sus largas faldas están bien pobladas de villas y lugares por tener muchas tierras para pan, pasto para ganado y cría de seda para toda España"; fue denominada la sierra Sirgo por la mucha seda que en ella se producía, junto con la morera. Las fuentes medievales y modernas coinciden al señalar el abundante trigo, cebada, panizo, alcauda y mucho ganado ; de Juviles, afirman los autores árabes que "su seda parecía oro puro y que abundaba la plata ; el lino y la seda en torno a Sierra Nevada, era superior a la de Al-Fayyun, en Egipto". Ibn al-Jatib señala que la Alpujarra era "una mina de granos, un mar de trigo, una cantera inagotable de seda, azúcar y plantas aromáticas medicinales".
En Pitres era muy celebrada su abundante miel y en Láchar existía una herrería donde "se labraba el hierro que sacan de una mina cercana".
El "Iqlim Garnata" o "al-Iqlim" ("el distrito poblado"), fue territorio de la provincia de Elvira, denominado valle de Lecrín o Val de Lecrín en las obras posteriores al siglo XV de época moderna. Ellas señalan para esta comarca, su clima apropiado para el cultivo de los frutales, el olivo, el almendro, los agrios y la vid, en alternancia con el cultivo de cereales. Muy en particular destacan las aguas medicinales de Lanjarón.
Los cultivos en la costa del reino nazarí vienen testimoniados por los mismos autores que hemos mencionado ; entre sus ciudades sobresale Salobreña como residencial real. Esta población era "hermana menor" de Almuñécar y poseía un hermoso castillo ; su territorio aparecía bien regado por numerosos arroyos. Su mayor riqueza la constituía la pesca : "los pescados eran más hermosos que la propia arena". La ciudad de Almuñécar era hermosa aunque pequeña, con rica producción de frutales y ocupaba la mayor parte de su tierra la caña de azúcar y las pasas. Jete, hacia el interior y próximo a esta ciudad, era envidiable "por sus muchas pasas de color rojo".
En los siglos XIII y XIV junto a la riqueza pesquera se citan en Salobreña la caña de azúcar y los platanales ; la caña de azúcar era muy abundante también en Almuñecar, y existia el cobre y tutia en el cerro donde se asienta el castillo de Salobreña. En todo el distrito de Motril existió gran producción de olivos y cañas dulces "que se cortaban a jornal en una haza de Molvizar"