Castillos del valle de Lecrín de Antonio Malpica Cuello

El Valle de Lecrín

Este área granadina es una gran desconocida, porque aunque su riqueza arqueológica es muy impórtame y hay abundantes documentos y algunas referencias en otras fuentes escritas, no se ha hecho aún un trabajo de base. Éste se inició dentro de un proyecto de investigación. pero no ha culminado. Quedan, sin embargo. muchos datos e información sin configurar. Es preciso hacerlo, aunque sea de manera global, para conseguir conocer la organización del territorio y el poblamiento de la zona.

A su peculiar situación geográfica, como paso obligado desde Granada a la Alpujarra y a la Costa, hay que añadir que no se menciona en las fuentes escritas ni se ha documentado arqueológicamente ninguna estructura urbana. Por el contrario, el hábitat rural es plenamente identificable. y los edificios cástrales que existen son muy visibles y reconocibles en el paisaje actual.

El Valle, como es conocido popularmente, se encuentra limitado por las ultimas estribaciones suroccidentales de Sierra Nevada, al S y al O están las Sierras de las Guájaras y Almijara y la meseta de las Abuñuelas. Ocupa una extensa zona que forma una amplia fosa tectónica rellena con materiales sedimentarios de las montañas que la circundan. Esta fosa de Lecrín está separada de la Sierra Nevada por una línea de falla que cambia su dirección y llega hasta el río Torrente. De N a S el Valle está atravesado por una amplia red fluvial. El río situado más al N es el Dúrcal, que recorre el conjunto longitudinalmente; luego, al O encontramos el río Torrente, y al S y transversalmente se halla el río de las Albuñuelas Todos ellos se unen para formar el río Ízbor a la altura de Restábal, que es afluente del Guadalfeo.

La mayor parte de los asentamientos están ubicados en las laderas que rodean los pequeños valles fluviales, aunque a veces son muy encajados, mientras que en torno a la laguna de Padul, hoy desecada, se hallan otros, siendo el principal núcleo El Padul que hoy se ha conservado como importante pueblo. Los núcleos que conocemos de época nazarí configuran un conjunto territorial muy homogéneo en tal sentido Padul, que debe su nombre claramente a la laguna pantanosa encima de la que se asienta, era el punto de comunicación entre la Vega y el Quempe con Lecrín, siendo el puerto del Suspiro del Moro el esencial. Dúrcal. en pleno Valle, se encuentra por debajo de la línea de fallas que hay entre la Sierra y el propio Lecrín, encima del río de su mismo nombre, en su margen izquierda. Cerca de ella se encuentra Marchena. que ya estaba agregada a finales de la Edad Media. y también en su margen derecha. Cozvíjar y más bajo. Cónchar. Todas estas alquerías conformaban el primer subconjunto territorial del Valle

El siguiente se ordena en tomo al río Torrente, El núcleo situado en el curso más suprior, a poco de salir de la línea de fallas, es Nigüelas, término claramente árabe, pues Nawalas significa "cabañas". Aparece un hisn Nawalas en las luchas del siglo lX. cuando las gentes de este hisn intentan defenderse de uno de los bandos en contienda en la cora de Ilbira. A esta alquería parece referirse Ibn al-Abbár cuando al hablar de las biografías de algunos cadíes del siglo XII, nos dice que pertenecía Niwalas al amal de Bagu min Garnata. Primero se documenta un hisn y más tarde una qarya, lo que hasta cierto punto es normal teniendo en cuenta la situación política y la forma de instalación de los árabes. En el presente caso es posible que primero se estableciese un hábitat rural, que aún perdura, y más tarde, se generó un recinto fortificado. Tal vez sean los restos que se han prospectado por encima del actual pueblo. Llama la atención, sin embargo, que en la relación de bienes habites de 1501 no se mencione, como tampoco el núcleo de Acequias, situada no lejos de aquélla, hacia el SE. Quizás se deba a la existencia de un señorío castellano que incluyese ambas alquerías y por eso no se contabilizaban por la hacienda real, Sin embargo, las dos están en la bula de erección de la diócesis de Granada. Nigüelas está incluida en la parroquia de Padul. juntamente con Conchar, Cozvíjar. Dúrcal y el mismo Padul. mientras que Acequias se encuentra en la de Béznar con otros muchos núcleos. Siguiendo el curso del Torrente, antes de desembocar en el Ízbor. se identifican las alquerías de Mondújar, en la margen izquierda, y en la derecha. Talará. Murchas. Chite y Melegís. Estas dos últimas se hallan en las proximidades del Ízbor. en su margen izquierda, aunque se adscriben al Torrente.

En la denominada Meseta de las Albuñuelas, en el primer tramo del río de ese nombre, encontramos el núcleo de las Albuñuelas. uno de los más importantes del Valle, que agrupaba a diversos barrios, según se lee en una capitulación dada por Femando el Católico a los moros de ese área, en 1491. Aún en la actualidad el pueblo está dividido en diferentes barrios Continuando el curso del río. en su margen izquierda está Saleres: en la derecha, Restábal. A partir de ella se inicia el río Ízbor. en cuya margen derecha está Pinos, que no aparece tampoco en la relación de habices de 1501. y en la izquierda Béznar. aunque ninguno de los dos se abastece del río. Lo mismo le ocurre a Ízbor. que está en el curso bajo, poco antes de su desembocadura en el Guadalfeo. A partir de Pinos y Béznar el curso es más angosto y encajado, hasta llegar al paso de Tablate, que es el punto nodal que permite el control del camino hacia la Alpujarra. porque realmente a la Costa se solía ir por las estribaciones de la Sierra de Las Cuajaras. culminando en la Cuesta de la Cebada, en donde el conde de Tendilla ordenó, ya en el siglo XVI. construir una torre para poder vigilar el paso. Tablate, que es un topónimo de origen bereber, que significa ’roquedo", era una alquería que se encaramaba en una elevación, abriendo el camino hacia Lanjarón. verdadera puerta de la Alpujarra. que se adscribe sin embargo, al Valle de Lecrín. Sin embargo. Ibn al-Jatib. siguiendo a al-Mallahi autor granadino del siglo XIl-Xlll recoge el siguiente dato en su descripción de los aqalim de Granada "Iqlim Buraira (= Ferreira), con el castillo de Uryuba = (Orgiva), al-Anyarun = (Lanjarón) y Andaras = (Andarax)" Peno en tiempos nazaríes estaba dentro do la taha de Lecrín.

Este territorio es de gran interés histórico, porque, aunque los datos de que disponemos en las fuentes escritas son discontinuos y están dispersos, gracias a ellos y al trabajo arqueológico podemos tener una idea más o menos cabal del conjunto del Valle, son numerosos los yacimientos romanos que hay. Recordemos el de Lojuela. Mondújar. en donde se excavaron unas termas, o las proximidades de Conchar, entre otros. Todos ellos se pueden adscribir a la época a Alto imperial. Pero carecemos de un estudio suficientemente documentado sobre la organización territorial tanto en este período como en los inmediatamente posteriores.

De época árabe es algo más lo que podemos decir. Ya es sabido que en el siglo IX hay un hisn en Nigüelas. Bien podrían ser los restos que hay en una elevación sobre el río Torrente, antes de que éste llegue al actual núcleo. Sin embargo, los restos que allí quedan son muy exiguos. Se ha identificado un muro de mampostería con una argamasa que sirve para la unión de las piedras tiene unos 5 cm. de altura y unos 3 m. de longitud El pago donde se ubica es conocido como El Castillejo". La alteración sufrida por la elevación de 1.165 m en donde se ubican los restos, por la acción de una falla, condiciona mucho su estudio. Es posible que sobre esta base de mampostería se levantara un tapial, pero este extremo es difícil de comprobar. Tampoco se ha podido recoger in situ cerámica significativa, puesto que ha rodado desde la zona alta, encontrándose a partir de los 500 m de altitud. La falta de estructuras en superficie y de cerámica en su ubicación original, no nos permite tener una idea cabal del recinto. Podría tratarse de un asentamiento hins-refugio De similares características seria el yacimiento que se encuentra no lejos de allí, el Cerro Alto, a 1.216 m de altitud.

Castillo de Lojuela


Castillo de Lojuela

Pero el único castillo que puede ser de primera época islámica es el de Lojuela, en las proximidades de Murchas, en la margen izquierda del río Dúrcal. Se levanta en una ladera que cae abruptamente sobre el río. En su entorno hay un yacimiento prehistórico, quedando abundante cerámica También hay fragmentos cerámicos romanos y tegulae, que se han usado incluso en el tapial de la construcción. Está formado por dos elementos bien definidos. Tiene una torre fortificada asentada en el extremo N0, sobre un cortado encima del río Dúrcal. Está situada en la parte mas elevada del conjunto defensivo. La parte baja de la torre tiene una mampostería. Sobre ella se levanta un tapial, que como toda la muralla es muy terroso y contiene, además, fragmentos de cerámica romana. Su parte exterior está revestida de una capa de enlucido de color terroso rojizo que le da un aspecto plano. Se observan, sin embargo, las huellas del encofrado, que permiten medir unos cajones de 80 cm. de altura.

Esta torre está integrada en un recinto delimitado por una muralla. En su parte oriental hay un lienzo que se apoya en una base de mampostería Salva el desnivel por un desarrollo, adaptándose al relieve. Se conserva también parcialmente la muralla del lado N. con una longitud de 44 m. su construcción es también de tapial. Restos de muralla quedan en la parte S. mientras que al E el cortado sirve de defensa natural. Se ha cubierto su parte superior con unas piedras planas a modo de ''tejadillo". En el interior del recinto se pueden apreciar restos de muros que configurarían habitaciones de posibles viviendas, pese al desnivel existente. Para ello se debió de escalonar el territorio, aunque no se conserve nada más que de forma parcial. No hay estructuras hidráulicas en ningún punto del conjunto defensivo Éste esta compuesto por los dos elementos esenciales del castillo andalusí: el torreón o donjon, que servia para la guarnición allí presente, y el recinto, que no parece aquí desocupado. En su entorno hay abundantes puntos de agua que permiten el abastecimiento del conjunto sin necesidad de receptáculos fijos (aljibes o cisternas). El castillo de Lojuela puede adscribirse a la época emiral. Explicaría que en tal época hay un territorio perfectamente organizado, en el que posiblemente las alquerías jugaban un papel de gran importancia

Sin embarco, los núcleos rurales no aparecen en las fuentes de numera precisa hasta fechas tardías. Conocemos así la organización del territorio de manera más o menos precisa. Es posible, de acuerdo con Jiménez Mata que el Iqlyn Laysar de al-Udri. en el siglo XI. corresponda al actual Valle de Lecrín, tal vez en relación con Lojuela A mayor abundamiento, aparece citado por Ibn al-Jatib. en el siglo XIV, pero siguiendo Abu  l-Qásim Muhammad al-Mallahi. del siglo XII-XII. de manera más precisa: Iqlyn al-asar en el que está el castillo (hisn) de Niquelas.

Ya sabemos que en el siglo XII existía precisamente la alquería de Nigüelas. prueba de que el poblamiento estaba plenamente formado. Lo mismo ocurre con la expedición de Alfonso l por tierras granadinas que tuvo lugar entre 1125 y 1126. En ella se describe el itinerario seguido por el rey aragonés. Pasó por Lecrín y la Alpujarra camino de la Costa

No obstante. la época nazarí es la que mejor conocemos, sobre todo el periodo final, gracias especialmente a las fuentes fiscales castellanas. en donde aparece normalmente con la vecina Alpujarra. Así sabemos que en 1490 había en Lecrín 2.000 vecinos. o sea unos 10.000 habitantes. siendo un 20,4% de los que había en todo el conjunto alpujarreño más el citado Valle. En 1496 se han calculado en tomo a los 4.000 habitantes, lo que muestra una sensible baja absoluta e incluso porcentual. ya que en ese año representa sólo el 9.77%. En cuanto a las rentas que devengaban las diversas Taa/s alpujarreñas podemos decir que Lecrín era una de las más importantes.

Por otra parte, la relación de bienes habices de 1501 recoge las alquerías existentes en esas fechas en el conjunto territorial de Lecrín. Se mencionan las siguientes. con sus grafías originales: Concha. Coxbixa, Durcal. Harat Alharah. Achit. Mondújar. Ceca. Levxa. Lanjaron, Beznar, Tablate, Exbor, Albuñuelas, saleres. Restabal, Melexix y Molchas. Todos ellos, salvo Ceca y Levxa. aunque esté identificado como Lojuela, son núcleos que hoy perduran. En contrapartida no se citan ni Nigüelas. que está documentada en tiempos árabes muy tempranos de manera muy precisa. ni Acequias. Ambos son topónimos claramente árabes. Es posible, como ya se ha dicho, que se deba a que pasaron a dominio señorial luego de la conquista castellana. Esta tuvo lugar en l490.

Las fuentes escritas trazan una panorama que viene siendo conocido. Las alquerías y los castillos que conocemos también gracias al análisis arqueológico, son claramente identificables. Los núcleos rurales son las alquerías, de diversa entidad poblacional. que se organizan en torno al espacio agrícola irrigado. Una red de acequias alimentaba las tierras de cultivo. En algunos casos hay barrios más o menos importantes que se engloban en la totalidad de la alquería, aunque estén separados del centro principal de ella. Numerosas rabitas y mezquitas hay en cada territorio.

Estos espacios agrícolas, de intensa ocupación. deberían estar protegidos por estructuras defensivas especificas. En algunas casos se hallaban en el mismo núcleo, como parece que era lo que sucedía en Padul. pues las fuentes castellanas que relatan la conquista mencionan la existencia de un mecanismo defensivo. En otros se han conservado restos en medio de su área de cultivo, como si sirviese de protección a diversos habitas y permitiese el refugio de varias poblaciones o de las gentes esparcidas por el campo. Así se ve en la torre de Marchena, llamada también de Márjena. Se encuentra en la zona de la vega de Dúrcal. Al NO del actual pueblo. Es una construcción que se conserva a parcialmente. Sólo quedan las lachadas S y la E. Esta se halla peor conservada que la S, pero sigue el muro enrasado, por eso mide más. Cada cajón tiene de mechinal a mechinal 0,83 m de altura. Ambas caras, la E y la otra, están enlucidas. El enlucido tiene 4 mm de espesor. Pero se conserva mejor la parte superior, mientras se degrada mucho en la inferior. Se ve el relleno interior del tapial, que es muy macizo en algunas casos, pues tiene grandes piedras. A veces las piedras planas sirven para hacer la definición de los mechinales. El grosor del muro es de 1.60 m en la esquina N.

No hay hábitat claramente asociado a esta torre, pero sí existía la alquería de Dúrcal y el pequeño núcleo de Marchena, que podrían ser defendidos por ella.

Torre de Nigüelas y del Tío Vayo

En Nigüelas existen restos de otra construcción desde luego una torre, pero que no debía de tener  fines defensivos. Se encuentra en la llamada calle Purgatorio. Está rodeada por viviendas que conforman el llamado barrio de la Cruz. Incluso se ha utilizado parcialmente como dependencia de una vivienda. Constructivamente se trata de una obra de mampostería, separados los cajones por verdugadas de ladrillas. Sillares de cantería se encuentran en las esquinas. ES posible que hubiese un enfoscado en vitola sobre las piedras. La única cara visible deja ver una serie de ventanas. Una de ellas está a media altura, mientras que en la parte baja del tercio inferior se abren dos ventanucos y en la superior otras más desarrolladas pero también exiguas.

Se trata evidentemente de una construcción claramente nazarí dentro del modelo propio de mediados del siglo XIV Cosa distinta es que sirviese para la defensa. No se puede negar pudiéndose considerar torre de alquería. Pero tampoco cabe descartar que fuese el minarete de la mezquita del lugar.


Torre del Tío Vayo

Una torre más plenamente configurada como tal mecanismo defensivo parece ser la del Tío Vayo, en Las Albuñuelas. Su planta es rectangular, midiendo 7,75 m. x 6,45 m. con grosor de 1.75 m. Tiene una altura en torno a los 8 m.

La parte superior de su cara S. así como la mitad superior de la del O han sido reparadas con ladrillo, pues se produjo un desplome a consecuencia de los terremotos de 1884.

La parte inferior es una construcción de mampostería unida con mortero de cal y arena. En las esquinas hay sillares de piedra labrados. La alta es de tapial, que conserva parcialmente un enlucido de color rojizo. El acceso es por medio de una puerta abierta en el muro en la cara S. Todo hace suponer que no sea la original.

En el tercio superior se abre un ventanuco en ojiva de fabrica de ladrillo que da luz al interior de la torre.

El interior, actualmente, presenta una división en tres plantas. Lo más digno de destacar es que a nivel del segundo piso encontramos el arranque de una bóveda que cerraría la torre por su parte superior, continuándose hacia arriba.

Sin embargo, los verdaderos dueños del espacio y de la organización defensiva son los castillos. Al de Lojuela, quizás de época emiral y a los restos de Nigüelas, hay que añadir varios edificios castrales.

Castillo de Dúrcal

El castillo de Dúrcal está en una elevación sobre el río de tal nombre, algo alejada del actual pueblo, pero en su territorio. La planta del castillo es poligonal irregular. En general el castillo está mal conservado. Quedan, sin embargo, restos identificables. Los más significativos son un aljibe y una torre que ha tenido que ser reforzada actualmente en su base por el deterioro que presentaba.

Es el aljibe una construcción abovedada. de planta rectangular (5 x 2.10 m) y con una altura de 3.30 m. Su construcción es desde el medio hasta 1.80 m, de mampostería cubierta de estuco. que en algunas zonas deja ver la característica almagra roja con la que se cubren los paredes de los aljibes. Desde esa altura hasta la bóveda de medio cañón el aparejo es de lascas de piedra.

El aljibe está unido con la muralla por un relleno de 87 a 90 cm. que tiene unas características diversas del propio aljibe y de la muralla exterior. Hay en este hormigón de relleno abundante cerámica, mientras que en la muralla (2.90 cm. de grosor) se percibe más cal y tierra. En algunos puntos se ve el paramento exterior con un enfoscado de unos 4 mm. Es posible que lo que llamamos muralla exterior fuese una torre que defiende el acceso al recinto y el entorno del aljibe. Quedan huellas de una pueda en recodo. Se percibe en el enfoscado exterior que hay en el recodo.

Por los restos que aún se conservan debió tener un recinto bien delimitado de murallas que cubrían una amplia extensión de terreno. Los muros que quedan apenas levantan 30 cm. del suelo. Son de mampostería unida con mortero de cal y arena, lo que podría entenderse como la base de un tapial, según se aprecia en la fachada N. que es la que mejor se conserva. Hay una capa de enlucido que va a servir de protección y para cerrar los huecos e irregularidades de la construcción, que facilitarían el posible acceso de un enemigo trepando por el muro.

El castillo de Dúrcal parece que puede adscribirse al periodo almohade y al nazarí, si bien la cerámica nos aproxima más a este último, y desde luego está próximo al de Restábal. Se integraban ambos en el sistema defensivo general del Valle, que se apoyaba en muy diferentes estructuras defensivas.

Castillo de Restábal

Está el castillo de Restábal en la llamada Loma del Castillo, a 700 m de altitud entre dos barrancos: el de los Siete Años, al O. y el conocido precisamente como del Castillo, al E.

Se llega a él partiendo del barrio del Calvario, en Restábal, siguiendo una pista que va hacia la cabecera del Barranco del Arenal y continúa por una desviación a la derecha que nos lleva a una era, encima de la cual, hacia el N en una plataforma elevada, está el castillo de Restábal.

Desde él se domina por completo el Valle de Lecrín. Pueden divisarse las salidas de los principales ríos que se unen al Ízbor, que es el que recoge todas las aguas del Valle: el río Dúrcal. que tiene su propio elemento defensivo; el río Torrente, controlado en su curso final por el castillo de Mondújar; y el río de las Albuñuelas. Además la fortaleza de Restábal permite controlar las alquerías del tramo central del Valle.

Es de similar factura a los de Mondújar y Lanjarón. también en el Valle de Lecrín y a otros más lejanos, como el de Moclín. en la frontera N del reino nazarí. Todos ellos responden a un programa constructivo llevado a cabo por los nazaríes en tiempos de Muhammad V. La de esta fortaleza debió ser muy importante como lugar de control del paso que desde el Valle de Lecrín llegaba a la Costa, pasando por Restábal y Los Guájares. De hecho otros programas arquitectónicos, como el iniciado por el conde de Tendida con la construcción de la torre de la Venta de la Cebada, vienen a demostrar la importancia de este eje de comunicación

Hasta nosotros han llegado fragmentos intermitentes de muros, que se adaptan a los bordes de una pequeña meseta sobre un cerro. Esto nos hace pensar en un recinto cerrado perimetralmente, salvo quizás su cara N. que es la más escarpada Tiene al menos dos torres en distintos lienzos de muralla. El acceso principal debía estar en la zona S. dadas las características orográficas del terreno y la propia disposición de los restos existentes. Una de las torres, bastante destruida, se conserva precisamente aquí.

La parte O. de la meseta es la que tiene mayores restos conservados Se ven algunos paños de muro de mampostería, pero sobre todo destaca una torre rectangular que está almenada por un cuerpo de hormigón. En el extremo NE hay dos muros de hormigón. separados entre si. No podemos precisar si han sido colocados aquí procedentes de una estructura muraria más compleja. Están enrasados y parece que sirven actualmente para contener la tierra cultivada.

En la parte E hay también muros de mampostería. poro menos importantes conforme nos adentramos  al NE. Quedan las bases de estos muros. Son de mampostería, pues en algunos puntos aparecen más elevados. Los restos más llamativos en esta zona E están precisamente en el extremo SE, donde se aprecia una impresionante disposición de mampuestos combinación de los muros de cierre del aljibe y del presumible arranque del paño de muralla.

La forma de colocación de los materiales es, como en todo, la típica en este tipo de construcciones: muros y torres mixtos, con base de mampostería y coronación de hormigón, o exclusivamente de hormigón

A poco dejar la torre de acceso en dirección N se encuentra el gran aljibe, que es sin lugar a dudas el elemento visible más notable del conjunto. Es lo que mejor se conserva. Tiene una planta rectangular formada por cuatro naves, listan cubiertas con bóveda de medio cañón separada y apoyada sobre arcos de herradura, los cuales tienen un espesor de 0.85 m. De S a N las dimensiones de cada nave son: 6,63 m por anchura máxima de 2,07 m y mínimo de 1.85 m. la primera; la secunda. 6.72 m x 2.77 m. la tercera 6,92 m x 2.27 m y la cuarta 7,10 m x 2.22 m. La altura es difícil de precisar, puesto que seria normal que la construcción se prolongase por debajo de lo que hoy aparece. En las condiciones actuales pueden medirse unos 3.20 m en la clave de la bóveda de mayor altura. Estos arcos separadores están construidos en ladrillo. El perímetro del aljibe está hecho en hormigón. Todas las naves están cubiertas de un enlucido rojo muy bien conservado.

La cerámica de superficie evidencia una ocupación del castillo en época nazarí ( siglos XIII- XV)

Castillo de Mondújar


Castillo de Mondújar

La otra fortaleza que podemos citar es la que se halla en Mondújar, por encima del pueblo de tal nombre, en concreto a unos 2 Km. de él, sobre una roca a 900 m. de altitud. Domina el paso desde Padul y Nigüelas hacia la Costa En sus proximidades, según puso de relieve Gómez Moreno, estaba el cementerio real nazarí. Sabemos con certeza que en la alquería de Mondújar tenía propiedades la madre de Boabdil.

La planta del castillo forma un polígono irregular adaptándose a las condiciones del terreno. La entrada se hace por una abertura que hay en su muro SE, en recodo, pero no podemos precisar si ésta era la original.

Las restos que se conservan de él son importantes. Tiene un perímetro de trazado irregular que se adapta a las emergencias de la roca. Es inexpugnable por sus caras. N, O y E. debido a los cortes verticales del terreno.

Comprende dos recintos claramente diferenciados. Del exterior quedan algunos pequeños lienzos de muralla discontinuos La entrada al castillo se realiza por una puerta fabricada con ladrillo y mortero de cal y arena, que da paso a una bóveda de medio cañón en doble recodo, algo habitual en las construcciones nazaríes

El bastión conservado es de planta cuadrada y está hecho con mampostería unida con argamasa de cal y arena, aunque a cierta altura se observa construcción de coronación hecha en tapial. En las esquinas se aprecia trabajo de cantería, ya que están reforzadas por bloques de piedra trabajados a fin de darles el ángulo necesario para su construcción.

El castillo constaría además de este bastión. que está en la parte mas meridional del conjunto, de dos o tres torres situadas en las cotas más altas del terreno que permitirían un total dominio de la zona Inmediatamente debajo de la que fue la torre N hay una bóveda de medio cañón en la que se descubren tres ventanas abocinadas de mampostería, a través de las cuales se contempla el exterior de la muralla por sus lados NE, NO y SO.

En otros lugares del lienzo de muralla también encontramos pequeños arcos abocinados que terminan en un estrangulamiento, lo que nos hace pensar en una función defensiva; en concreto se pueden considerar saeteras.

El grosor de los muros de la fortificación es uniforme midiendo 1.20 m. Debajo del bastión cuadrangular y a poca distancia de la entrada estaba el aljibe. Se trata de un aljibe de planta rectangular (5.25 m. 2.50 m) cubierto con bóveda de medio cañón, construido en mampuesto y argamasa en la que se aprecian restos de las dos capas de enlucido que recibían este tipo de edificaciones; una primera de estuco con incisiones en zigzag realizadas cuando aún se encontraba húmedo y una segunda capa que se pinta de rojo, de almagra. que impermeabiliza. A 1.65 m de la bóveda esta el suelo del aljibe en el que hay restos de derribo del propio castillo y no se puede precisar, por tanto, la profundidad de aquél. Dentro encontramos una oquedad abierta en la piedra en forma semicircular apuntada en sentido ascendente y en forma de canalillo que pudiera corresponder a la entrada de aguas.

El sistema defensivo se completa con torres atalayas. Se forma, así. un modelo defensivo que se aproxima al fronterizo y que tal vez se explique por ser un espacio muy importante en la red de comunicación de lodo el reino nazarí.

Atalayas de Cónchar y Saleres


Atalaya de Cónchar

Las atalayas que se documentan arqueológicamente son las de Cónchar y la denominada del Marchal, en las proximidades de las Albuñuelas.

Está la primera a escasa distancia de la carretera de Cónchar, muy cerca del cruce con la carretera de Las Albuñuelas. a una altura de 800 m.

Desde ella puede verse la torre de Marchena o de Márjena  y la atalaya denominada Torre del Marchal, así como el castillo de Dúrcal. Su planta es circular su desarrollo cilíndrico. Es obra de mampostería unida con argamasa. Los dos tercios inferiores son macizos y tiene una puerta-ventana que permite el acceso a una estancia suprior. Para ello se utilizaban escalas, escalera u otros medios para introducirse en ella.

Sobre la carretera de las Albuñuelas. encima de un cerro 1000 m de altitud, dominando el Valle de Lecrín y las Sierras de Albuñuelas y de Los Guájares. está la atalaya del Marchal. en termino de Saleres.

Es posible ver la atalaya de Conchar y la torre de Márjena. También se puede identificar el castillo de Restábal y el de Mondújar. En realidad permite controlar prácticamente lodo el espacio del Valle de Lecrín.

Es de parecida factura a la anterior (mampuestos unidos con argamasa). Su altura máxima es solamente de 2.75 m Se conserva sólo la parte maciza. Pero conviene poner de relieve que es una atalaya muy sólida y hecha con grandes piedras.

Se pone de manifiesto que el número de castillos es muy importante forman una red protectora que parece creada en época nazarí. salvo quizás con el aprovechamiento de algún edificio preexistente (Dúrcal  posiblemente) No aprovechan, pues, las estructuras precedentes.

Así pues, el Valle de Lecrín. como ya se ha dicho, es un espacio privilegiado para el análisis del poblamiento a lo largo de la Edad Media. Es además, uno de los territorios que no sufrió una transformación radical tras la conquista castellana. Es posible que salvo quizás Nigüelas y Acequias. según se ha visto. lodo el conjunto territorial se mantuviese ocupado tras la dominación castellana. Sólo una investigación más a fondo podrá arrojar luz suficiente sobre esta y otras cuestiones que ahora sólo han podido ser enunciadas.


El texto ha sido sacado de Poblamiento y Castillos en Granada 1996. De Antonio Malpica Cuello, Miguel Rodríguez Moreno