ALBUÑUELAS, WULFENITAS EN LOS CRIADEROS DE PLOMO-MOLIBDENO

Introducción | Historia y minas


HISTORIA

Son muy pocas las reseñas históricas que aparecen relacionadas con las minas de Albuñuelas, pero consta que la explotación del plomo en esta localidad tuvo su mayor desarrollo a mediados del siglo pasado.

Fue gracias al auge en la producción de aceros especiales, destinados a la fabricación de armamento y a las diversas ramas de la industria y de la construcción lo que motivó, a principios de este siglo, la búsqueda y descubrimiento de minerales nuevos, que en algunos casos ya existían en nuestras explotaciones, pero que habían pasado hasta entonces inadvertidos para los mineros, cambiando radicalmente el carácter de muchos de los yacimientos metalíferos desde el punto de vista industrial, aprovechándose entonces de forma más rigurosa y metódica.

Drusa de cristales prismáticos de vanadinita, en forma de agujas, en su variedad arsenical denominada "endlichita". Conjunto de 8 mm recogido en 1998 en la mina El Centenillo. Colección: Fernando Gómez. Foto: F. Piña.

Cristales milimétricos de wulfenita procedentes de la mina del Cortito del Humo. Esta mina ha destacado por la abundancia y variedad de formas cristalográficas de la wulfenita. Colección: Fernando Gómez. Foto:

Uno de estos casos fue el de la wulfenita El inicio de la explotación de este mineral como mena de molibdeno data en Granada del año 1908, fecha en la cual los propietarios de las minas de Quéntar inician las labores en esta provincia. En un principio, en las minas de Albuñuelas se explotaba el plomo como galena, pues aunque ya se había detectado la presencia de la wulfenita, este mineral era peor mena de plomo por el menor porcentaje contenido, y bajaba considerablemente el precio del mineral.

La wulfenita era por tanto desechada en un principio como mineral de plomo. Los productos procedentes de las minas que contenían wulfenita en cantidad excesiva (llamados en la época "gandingas rubias") eran rechazados por los compradores.

Los primeras trabajos de explotación del plomo eran llevadas con gran desorden y poco gasto. La entibación, en algunas casos necesaria, era escasa y deficiente, lo que ha provocado que muchas de las galerías estén hundidas y numerosas bocas atoradas. La irregularidad de los criaderos, unido a su pobreza en plomo, explica en cierto modo lo desordenado y anárquico del laboreo, con numerosas concesiones mineras registradas en las que se despreció todo aquel mineral que no fuera galena. Fue a partir de 1908 cuando se descubrió en España la importancia real de la wulfenita, pero no como mena de plomo, sino de molibdeno. A partir de entonces, se iniciaron labores de rebusca y aprovechamiento del molibdeno en los yacimientos existentes, incluyendo en muchas casas el lavado de las escombreras, y suspendiéndose el envío de wulfenita a las fundiciones de plomo.

Espléndidos cristales lanceolados de wulfenita, sobre calcita. Cristal mayor 5 mm. Minas del Barranco del Humo. Colección: José M. Sola. Fofo: F. Piña.

Wulfenita de 3 mm procedente de las minas del Cerro de La Cruz. Obsérvense los distintos gérmenes de crecimiento que marcan las sucesivas fases de acrección de materia cristalina. Colección: J. M. Sola. Foto: F. Piña.

De 1908 a 1912 se rebuscaron las "gandigas rubias", extrayendo por métodos químicas el ácido molibdico. Posteriormente comenzó un período de exportación del mineral a Francia e Inglaterra. Es fácil comprender la importancia de la wulfenita en esa época, por la escasez de este recurso y lo particular de sus aplicaciones.

A nivel mundial, la principal mena de molibdeno en esos años era la molibdenita, dado que la wulfenita, a excepción de la explotación de ciernas minas de Estados Unidos, Méjico, Perú y Chile, sólo se encontró en pequeñas cantidades en algunas minas de plomo europeas. Por tanto, las minas granadinas gozaron de una gran importancia, más aún teniendo en cuenta que la molibdenita (proveniente de Estados Unidos, Australia, y Norte de Europa), según datos de 1913, no pasaba en conjunto de 200 a 250 toneladas anuales, de las que el 50 % procedía de Australia

Las minas granadinas producían unas 180 t/año de wulfenita, siendo a finales de los años 20 cuando cesó la actividad en Albuñuelas.

Conjunto de bipirámides de wulfenita procedente de las minas del Barranco del Humo. Encuadre de 10 mm. Colección: José M. Sola. Fofo: F. Piña.

METALURGIA Y APLICACIONES DEL MOLIBDENO

El molibdeno se presenta en la naturaleza combinado en diversas especies minerales, siendo la molibdenita y la wulfenita las únicas que tienen carácter de menas industriales.

Cristales tabulares de wulfenita de 4 mm y 5 mm recogidos en las minas de Los Lastonares. Colección: Gonzalo García. Fofo: F. Piña.

Ya por 1904 se producía molibdeno en cantidades importantes en Estados Unidos, Alemania, Noruega, Australia y otros países. Sin embargo, en España la molibdenita no tiene yacimientos apreciables, y sobre la wulfenita, los primeros datos que se tienen se refieren a las zonas de oxidación de los filones de galena, principalmente en las criaderos de plomo argentífero del grupo minero Luisa, de Quéntar (Granada), donde se encontraba con relativa abundancia.

Aunque la mayor parte de los datos disponibles corresponden a otras minas de Granada, podemos destacar la creciente importancia del molibdeno en la época teniendo en cuenta que su precio en 1910 era de 40 pesetas por tonelada, 70 en 1912 y en 1914 ya se pagaban en Granada (antes de la Guerra Europea) precios superiores a 90 Ptas./t.

A principios de 1918 y según datos de personas relacionadas con las casas compradoras, se cotizaba el kilogramo de ácido molibdico, de 11 a 12 pesetas y un agente, representante del mercado inglés, llegó a ofrecer el alto precio de 160 francos por unidad de ácido equivalente del concentrado.

La aplicación más importante del molibdeno es la fabricación de aceros especiales (aleaciones para ciertas herramientas, muelles, chapas para calderas de alta presión, etc.). Su adición en tomo al 1% a los aceros cromadas y extraduros permite que éstos se trabajen con facilidad, lo que le confiere gran importancia desde el punto de vista de la fabricación de blindajes y proyectiles. Su adición en proporción superior al 4 %, aumenta la tenacidad y el alargamiento de las aceros, sin producir ningún efecto perjudicial al recalentarlos y soldarlas, siendo más eficaz que el wolframio.

Cristal de wulfenita de 3 mm, con 62 facetas. Minas de Los Lastonares. Colección: J. M. Sola. Foto: F. Piña.

El lavado de la wulfenita se realiza sin inconvenientes. Sin embargo, diversos minerales acompañantes (vanadinita, galena, piromorfita y mimetita) contaminan los concentrados, complicando la extracción metalúrgica. En general, no es sencillo obtener concentradas mineralúrgicos superiores al 15 % o 20 % de Mo03 equivalente. Son tres los procesos metalúrgicos utilizados: tratamientos por vía húmeda, que pueden ser mediante ataque ácido o alcalino, y tratamiento por vía seca, por medio de un fundente que reduzca el plomo, pasando el molibdeno a la escoria.

El segundo procedimiento quizá haya sido el más usado a principios y mediados de siglo. De las sustancias alcalinas empleadas, el, sulfuro de sodio es el que mejores resultados consigue, pasando el molibdeno a la disolución en estado de molibdato sódico, mientras que el plomo se separa en el residuo insoluble. El molibdato que resulta, transformado en sal cálcica, puede utilizarse tanto para la obtención de molibdato amónico y ferromolibdeno, como para aportarse directamente al acero fundido.

El procedimiento pirometalúrgico pasa por fundir la mena con cenizas sódicas, carbonato sódico y carbón mineral, separándose primero el plomo de obra. El molibdato de sodio que se ha incorporado a la escoria se extrae por agua, y precipitado, en forma de molibdato cálcico, se utiliza de la forma anteriormente indicada.

En los tiempos modernos aumentó el interés por el molibdeno, al estar íntimamente ligado al desarrollo de novedosas tecnologías, como motores a reacción, lubricantes en forma de sulfuro, catalizadores industriales, aleaciones ultraespeciales resistentes a altas temperaturas, etc., siendo la molibdenita (MoS2) el mineral de molibdeno más importante. En España, el consumo de este metal es muy pequeño y su empleo es casi exclusivo de la industria siderúrgica.

MINERALOGÍA

Vista general, en enero de 1998, de la mina San Antonio de Padua, con las dos entradas a las labores subterráneas y los restos de las instalaciones exteriores. Foto: José M. Sola.

Cristal de 6 mm de vanadinita. Mina San Antonio de Padua. En esta mina han aparecido los cristales de mayor tamaño de esta especie encontrados en el término de Albuñuelas. Colección: F. Muñoz. Foto: F. Piña.

En este apartado se incluye una breve descripción de algunas de las minas más importantes de Albuñuelas desde el punto de vista histórico y minero, citándose los minerales que aparecen en cada una de ellas. A continuación, se realiza una descripción de las especies minerales de esta localidad que, por sus características cristalográficas y estéticas, se consideran de mayor interés.

MINAS "SAN ANTONIO DE PADUA" Y SU "AMPLIACIÓN"

Tiene su acceso por la carretera de Granada a Almuñécar (llamada de la Cabra), en el punto kilométrico 24,500. Se encuentra muy próxima a la carretera, reconociéndose fácilmente la antigua casa de la mina, situada a tan sólo unos metros de una de las dos entradas que dan acceso a las grandes labores subterráneas.

La explotación está formada por un pozo, unas calicatas y una trancada con una inclinación aproximada de 45°, a la que se accede por dos galerías situadas en diferentes niveles, y que en época de lluvias pueden estar parcialmente inundadas, aunque practicables. Los trabajos están enclavadas en calizas tableadas marmóreas de la unidad "Mármoles de la Sierra de las Guájares" perteneciente a la formación "Manto de los Guájaras".

Las capas están orientadas de NE a SE, con una inclinación de 30° y buzamiento al NO. El nivel metalizado se encuentra en una arenisca micácea de 30 cm. de potencia, intercalada entre dos capas de caliza arenosa de color amarillento.

Los minerales que se han podido observar en esta explotación son los siguientes: wulfenita, vanadinita, descloizita, calcita, aragonito coraloide, galena y cuarzo.

MINAS DEL "EL CHAPARRAL"

Encajan sobre la formación "Manto de los Guájares", existiendo varios niveles mineralizados, unos con características similares a los de la mina San Antonio de Padua, y otros donde la mineralización se encuentra en los materiales calcáreos mencionados.

Cristales de wulfenita procedentes de la mina San Antonio de Padua. Pese a la relativa importancia que tuvo esta mina en la comarca, hoy en día las escombreras son casi inexistentes y la recolección de ejemplares prácticamente imposible. Encuadre: 8 mm. Colección: Fernando Gómez. Foto: F. Piña.

Reemplazamiento de un filón de galena por wulfenita en la mina El Centenillo. Ejemplar de 90 mm. Colección: Gonzalo García. Foto: J. M. Sanchís.

Mina El Centenillo

Se accede por la carretera de Granada  a Almuñécar, desviándose por el camino forestal hacia Albuñuelas, tomando el Barranco del Cañuelo para subir a los Altos del Humo.

Está formada por varias trancadas o planos inclinados, distanciados unos 20 m unos de otros, y en el centro un sistema de galerías con dos niveles, en buen estado en su mayor parte. En los alrededores y en la vertiente Noreste hay un pozo y una pequeña labor, sin interés mineralógico.

Los minerales más significativos que se pueden encontrar son: wulfenita, vanadinita (endlichita), descloizita, galena, cerusita, blenda acaramelada y calcita.

Mina del Cortijo del Humo

El itinerario a esta mina, también conocida como "mina del Barranco del Humo", es el mismo que el de la mina El Centenillo, pero en lugar de tomar el Barranco del Cañuelo, debe seguirse por el camino del Barranco del Humo, aproximadamente 51rrn, hasta llegar a las minas.

Cristal de wulfenita de 5 mm recogido en las minas del Cerro de La Cruz. Sobre él se pueden apreciar diminutos cristales de cerusita. Colección: Fernando Gómez. Foto: F. Piña.

Se trata de dos galerías paralelas a distintos niveles, unidas verticalmente en varios puntos; la inferior presenta derrumbes en su entrada y en algunos puntos interiores. La longitud total de la mina es de unos 30 m, y en época de lluvias suele estar inundada.

Destaca por su abundancia la wulfenita, pero también se puede encontrar, aunque en menor cantidad, descloizita y cerusita asociada a galena

MINAS "DEL CERRO DE LA CRUZ"

Este grupo está formado por varias minas, que constituyeron el más importante de los grupos descritos, siendo al mismo tiempo los de explotación más reciente (cesaron su actividad en 1950).

Ureña (1971) describe una formación de filitas y cuarcitas y otra superior calizo-dolomítica El paso de una a otra se lleva a cabo a través de niveles de transición formados por calcoesquistos, calizas filitosas y cuarzoesquistos, aunque principalmente lo hacen en los niveles más bajos de la formación carbonatada

La mineralización es de Pb-Zn, apareciendo la esfalerita en las niveles cuarcíticos.

Agregado de finos cristales prismáticos de endlichita, de contorno hexagonal y terminados en pirámide, procedentes de la mina El Centenillo. Encuadre de 10 mm. Colección: Gonzalo García. Foto: F. Piña.

Grupo de cristales tabulares de wulfenita recogido en 1998 en las minas de Los Lastonares. A diferencia de otras minas de Albuñuelas, los cristales de wulfenita que aparecen en esta zona suelen presentar colores anaranjados de mayor intensidad. Colección: Fernando Gómez. Foto: F. Piña.

Cristales pseudocúbicos de wulfenita con fantasma, procedentes de las minas del Encuadre Cortijo del Humo. de 18 mm. Colección: José M. Sola. Fofo: E Piña.

Minas de La Cunilla (antigua mina El Cuco)

El acceso se realiza desde Albuñuelas, pasando por el Tejar en dirección al río, cruzándolo y siguiendo el camino hasta el mismo Cerro de la Cruz, donde una desviación al Este conduce a las minas.

Es un entorno minero con restos de construcciones que revelan la importancia que debieron tener estas minas en el pasado, con varias viviendas, lavadero y una era. Consta de más de quince galerías, gran parte de las cuales tienen la boca casi cegada como consecuencia del deslizamiento de materiales de la parte superior de la ladera en la que se sitúan.

Minas del Cerro de La Jara

Su acceso es desde Guájar Alto, siguiendo por la pista forestal al río de la Toba y hasta el collado de la Cruz Chiquita, donde nos desviamos hacia el Este hasta llegar al collado situado entre el Cerro de la Giralda y el de la Cruz, para seguir después por vereda, o bien desde Albuñuelas por el camino forestal que va al Cerro del Toro por el barranco de la Cruz Chiquita Una vez allí se toma el cortafuegos que une el itinerario anterior.

Los trabajos mineros se reducen a un pozo, una trinchera, tres galerías y varios escarbaderos.

Cristal zonado de wulfenita, sobre galena recubierta de microcristales de cerusita. Ejemplar de 4 mm procedente de la mina El Centenillo. Colección: Fernando Gómez. Fofo: F. Piña.

Minas del Cerro de La Cruz

El acceso es el mismo que en las anteriores, pero bajando un poco menos por el barranco de la Fuente Alta y sin desviarse hacia el Cerro de la Jara

Constituyen, junto con la Cunilla, las labores de mayor importancia. Existen restos de grandes construcciones que, junto con las enormes escombreras, denotan también la relativa importancia de estas minas y el volumen de mineral extraído.

Los minerales descritos en los tres grupos son abundantes, pero destacan los de origen secundario: wulfenita, descloizita, cerusita, hemimorfita, smithsonita, etc.

MINAS DEL "CERRÓN DEL CAPÓN"

Se encuentran situadas en el Cerro del Capón, y se accede a ellas desde la carretera de Albuñuelas a Cozvíjar, por el Barranco del Agua en el Km. 10,500, hasta llegar al cortijo del mismo nombre para desviarse hacia el Cortijo del Capón y desde éste hacia unas eras, subiendo un barranquillo de pendiente muy suave hasta las minas.

Encajan, al igual que las anteriores, en la formación "Manto de La Herradura", dentro de las niveles calcáreos de los "Mármoles del Crucero de Pinas".

Sin interés mineralógico, encontramos en su interior pequeñas muestras de galena muy alterada y escasas laminillas de wulfenita en los niveles terrosos.


MINERALES

A continuación, se describen de forma general los minerales más característicos de la zona:

Selección deformas cristalinas que GOLDSCHMIDT (1923) describe para la wulfenita y que han sido observadas con mayor frecuencia en las minas de Albuñuelas.

Agregado de 10 mm de cristales tabulares de con- torno cuadrado. Minas del barranco del Humo. Colección: José M. Sola. Foto: F. Piña.

WULFENITA PbMoO4

Las minas del Cortijo del Humo presentan la mayor gama de cristalizaciones y colores del denominado "plomo amarillo". En muestras de apenas unos centímetros, se pueden encontrar numerosas formas de cristalización juntas, incluso con colores distintos.

Se han observado ejemplares de hábito marcadamente tabular con amplio desarrollo del pinacoide y con estrechas facetas del prisma La transparencia de los cristales permite apreciar zonados múltiples de color que revelan también la existencia durante el crecimiento de un prisma de segundo orden. El contorno puede aparecer ligeramente curvado por superficies imperfectas. Son frecuentes las individuas aisladas y perfectamente aéreos sobre la matriz.

Otra fase de wulfenita, sin dejar de ser tabular, muestra ya un apunte bipiramidal claro, siendo aún importantes las caras o cierre pinacoidal. Hay que señalar una desigual distribución de la transparencia, con una banda central muy transparente en comparación con los segmentos piramidales del cristal que evidencia un recrecimiento del individuo en condiciones ambientales diferentes.

Se han podido observar también ejemplares de aspecto lanceolado, con un fuerte desarrollo del prisma con desigual sección, rematado por agudas bipirámides de aristas también curvas. Los zonados y turbiedades internas también son habituales.

Por otro lado, son frecuentes los cristales de aspecto pseudoctaédrico, con perfectas bipirámides de prisma insignificante o ausente, que crecen de forma aislada y de tamaño variable sobre la matriz. Los cristales bitehagonales que aparecen en estas minas son semejantes a los que se encontraron en la mina de Mezica (Eslovenia).

Cristales de wulfenita de 2 mm procedentes de Los Lastonares. Colección: J. M. Sola. Foto: F. Piña.

Se dan también cristalizaciones de apariencia cúbica, siendo el resultado de un desarrollo casi parejo de las caras del prisma y cierre pinacoidal. Las aristas, frecuentemente curvadas, limitan individuos aislados o grupos que pueden mostrar una notable transparencia y tono melado, o bien cristales sólo traslúcidas de color amarillo pálido.

El color de las wulfenitas en las minas del Barranco del Humo es variable, pudiendo ser blanco, verde, amarillo, naranja, rojizo o incoloro, siendo el brillo, al igual que en el resto de las minas de Albuñuelas, adamantino o resinoso. Cabe señalar la pérdida de brillo, la degradación y la transformación del color original por un tono verdemarronáceo o gris pálido, como respuesta a las radiaciones solares cuando las wulfenitas son sometidas a ellas de forma intensa y prolongada. El tamaño de los cristales, por regla general, no excede de los 5 mm.

En las minas de los Lastonares, junto a cristales tabulares de intenso color naranja, se han recogido algunos ejemplares particularmente facetados, con desarrollo dominante de las facetas de bipirámide de primer orden y biselados por bipirámide de segundo orden, con un pequeño pinacoide octogonal que puede ser reemplazado por cuatro facetas. Se trata de cristales de excelente calidad, tanto por su multifacetado, como por su brillo y transparencia.

Agrupación de cristales de wulfenita semitransporentes. Minas de Los Lastonares. Encuadre: 8 mm. Colección: José M. Sola. Foto: F. Piña.

Aunque no con tanta variedad de formas, pero no menas espectaculares, se han podido recoger en la mina El Centenillo espléndidos conjuntos de cristales tabulares muy estrechos y de contorno cuadrado de hasta 30 mm de arista, de color amarillo o verde amarillento, pudiendo encontrarse también como individuos aislados sobre la matriz. También cristales bipiramidales de color rojo anaranjado de hasta 6 mm, en individuos aislados o en agrupaciones, con bastante brillo y de gran belleza. Asimismo, se han podido encontrar cristales en forma de tabletas gruesas bipiramidales de color verde oliva de hasta 1 cm. de arista, y en ocasiones biseladas. Dentro de geodas sobre galena, se pueden encontrar cristales de hábito piramidal de color anaranjado y traslúcidos.

Cristales de wulfenita de Los Lastonares. Encuadre de 15 mm. Colección: Gonzalo García. Foto: F. Piña.

Cristales zonados de vanadinita, recogidos en las minas de Los Lastonares. Encuadre de 8 mm. Colección: José M. Sola. Foto: F. Piña.

Las wulfenitas de la mina San Antonio de Padua aparecen como tabletas no muy estrechas y entrecruzadas de color naranja, formando drusas con tamaño de cristales de hasta 5 mm; en prismas gruesos de color miel junto con vanadinita o recubiertas por descloizita, de hasta 6 mm de grosor, en cristales pseudocúbicos de aristas de incluso 4 mm y frecuentemente curvadas, en forma de barriletes muy unidos entre sí con las caras del prisma con cierre pinacoidal. Suelen ser de color amarillo o amarillo naranja

Por último, en las minas del Cerro de la Cruz, la cristalización más común es en forma de frágiles cristales tabulares muy delgados, en ocasiones de tamaño superior a los 10 mm, bien aislados o en grupos de cristales entrecruzados, de color amarillo claro y transparentes a opacos. Aparecen de forma muy irregular en estas minas, siendo raro encontrar otro tipo de cristales.

VANADINITA Pb [Cl(VO4)3]

El color es variable, si bien en los yacimientos descritos suele tener colores que van del rojo al pardo oscuro, abundando los cristales con tonos acaramelados, transparentes u opacos, en ocasiones con zonados incoloros. El brillo varía del resinoso al adamantino, predominando este último.

Agregados esferoidales de vanadinita (variedad "endlichita"). La roseta mayor es de 4 mm. Minas de El Centenillo. Colección: Fernando Gómez. Foto: F. Piña.

La vanadinita aparece asociada a la wulfenita y a la descloizita En general el tamaño de las vanadinitas recogidas en estas minas no excede de 13 mm de largo por 2 mm de ancho, siendo las de mayores tamaños las encontradas en la mina San Antonio de Padua y su Ampliación, donde son frecuentes las cristales aisladas y perfectamente terminados.

Existen varias tipos de hábitos diferentes, pero normalmente aparecen cristales prismáticos alargadas según el eje "c", en ocasiones biterminados, con desarrollo de prisma y bipirámide hexagonal de primer orden y pinacoide basal. Son frecuentes las terminaciones en pirámide, a veces dando formas de agujas de múltiples caras. También se han observado cristales prismáticos cortos, pirámides agudas, agregados radiales y esferoidales.

Dentro de las vanadinitas de Albuñuelas, en la mina El Centenillo se han podido recoger abundantes muestras de la variedad de vanadinita, rica en arsénico, denominada ENDLICHITA (V-05/As-05 en proporciones ideales 1:1). Se trata de cristales prismáticos hexagonales, terminados en pirámide, de tamaño milimétrico que en ocasiones han llegado hasta los 12 mm de largo y excepcionalmente 2 mm de ancho, de color rojo a pardo, casi siempre traslúcidos y con brillo intenso. Aparecen como cristales aisladas, en grupos fibroso-radiales, arborescentes, o bien en forma de erizo.

Agregado de 6 mm de prismas hexagonales de vanadinita, procedente de Los Lastonares. Obsérvese la gradación en la intensidad del color con el aumento del tamaño. Colección: José M. Sola. Foto: F. Piña.

Cristales bipiramidales de descloizita de tamaño submilimétrico. Mina El Centenillo. Colección: José M. Sola. Foto: F. Piña.

DESCLOIZITA Pb(Zn,Cu)[(OH)V04]

Se trata de un mineral mucho más raro que la vanadinita El color con que aparece en las minas de Albuñuelas es variable, pudiendo ser rojizo, pardo, pardo-verdoso, anaranjado y más frecuentemente negro, siendo su brillo graso o adamantino.

La descloizita de Albuñuelas aparece asociada a la wulfenita y a la vanadinita en casi todas las minas de la zona, siendo su forma de cristalización más típica en bipirámide. Se presenta en masas pardas oscuras de superficie concrecionada, con costras de cristales brillantes unidos entre sí, o en cristales bien formados y aislados, siempre de tamaños submilimétricos.

CERUSITA Pb(C03)

No es un mineral abundante en Albuñuelas. Se encuentra asociada a minerales primarios como la galena o la esfalerita, en la zona de oxidación. Se presenta en cristales milimétricos o submilimétricos de color gris, blanco, y más frecuente- mente incoloros.

HEMIMORFITA Zn4[(OH)2Si207f].H20

Se presenta en pequeñas cristales tabulares, a menudo reunidos en grupos radiales o bien en cristales aislados transparentes. No es frecuente en estas minas, si bien han aparecido espléndidas cristales milimétricos tapizando grietas y geodas en las minas del Cerro de la Cruz.

Cristales de hemimorfita. Encuadre: 10 mm. Mina del Cerro de la Cruz. Colección: J. M. Sola. Foto: F. Proa.

SMITHSONITA ZnCO3

Es un mineral frecuente en las minas del Cerro de la Cruz, presentándose en forma de agrupaciones irregulares de cristales muy pequeñas con caras redondeadas, a veces asociada a la wulfenita, o formando costras reniformes. También configura agregados arracimados. El color predominante es el blanco, pudiendo ser incolora. Aparece con brillo mate y en ocasiones nacarado.

Aunque las especies minerales anteriormente citadas se han descrito por orden de interés mineralógico y de abundancia, y no por un criterio químico, hemos de reseñar que en la localidad de Albuñuelas, y relacionados o no con los criaderos de molibdeno, aparecen también otros minerales, tales como: galena, esfalerita, tremolita, calcita, dolomita, cuarzo, malaquita, azurita, pirita, calcopirita, magnetita, etc, que, por tener menor relevancia, no se describen aquí.

BIBLIOGRAFÍA

Grupo de cristales de wulfenita recogidos en 1998 en las minas del Cortijo del Humo. Colección: Fernando Gómez. Foto: F. Piña.