El Castillejo de Chite, en el
centro, desde el norte, antes de la agresión patrimonial en su flanco
occidental.
La recién inaugurada mejora en la resolución visual de muchas de
las imágenes accesibles en el sistema de información geográfica mundial de Google [Google
Earth 6.2.0.5905 (beta)],
permite contrastar la transformación topográfica de muchos de los
yacimientos arqueológicos conocidos, mostrando en muchas ocasiones una
evolución negativa que pone en evidencia la gravísima situación que sufren
demasiados de los sitios patrimoniales andaluces, al tiempo que ponen en
entredicho la continuidad de su existencia y la deficiente gestión
preventiva que las administraciones culturales ejercen en su vital
responsabilidad de cuidado, salvaguarda y conservación del patrimonio
arqueológico.
Un ejemplo
palmario lo encontramos en El
Castillejo de Chite, anejo de
Lecrín, en la provincia de Granada. El lugar ocupa una meseta alargada en
dos niveles topográficos que domina el pantano de Béznar y al que se accede
desde aquel anejo, siguiendo un camino hacia el sur en dirección a dicho
embalse. El sitio se conocía desde tiempo atrás, por la existencia en él de
un castillo medieval casi desaparecido (http://www.adurcal.com/enlaces/cultura/zona/historia/castillos/chite/chite.htm),
del que también había dado noticias A. Malpica en su obra Poblamiento
y castillos en Granada (Lunwerg
y Legado Andalusí, Barcelona, 1996), así como Mª V. Barbosa y M. Ruiz en Valle
de Lecrín: Aproximación a su Patrimonio (Junta
de Andalucía, Gabinete Pedagógico de Bellas Artes, Granada), última
aportación de la que en la red (http://www.adurcal.com/enlaces/mancomunidad/guia/castichite/index.htm)
contamos con una versión ilustrativa, de donde tomamos también nuestra
primera imagen. Con el conjunto de estas informaciones se ha venido
indicando del lugar su caracterización como yacimiento arqueológico
eminentemente medieval, pero con inclusiones romanas y probablemente
prehistóricas.
En 2008, C.
González y J.A. Esquivel matizaron aún más el contenido de El
Castillejo, (“El Castillejo de Chite. Un yacimiento ibérico en el Valle
de Lecrín, Granada”, Actas del Primer Congreso de Arqueología Bastetana, 2.
Serie Varia, 9. Universidades de Granada y Autónoma de Madrid, pp. 179-186),
ampliando su trayectoria vital, al indicar la existencia de elementos
cerámicos ibéricos, posiblemente antiguos y otros a mano, probablemente del
Bronce Final, aunque estos autores no se atrevieran a indicar. Todo, en un
momento en el que todavía la elevación topográfica mantenía su integridad
física, tal como se conocía desde el último siglo, salvo las pequeñas
alteraciones achacables a las labores agrícolas tradicionales que se habían
desarrollado allí hasta el tercer cuarto del siglo XX. Así, mostraron el
yacimiento en la imagen que aportaban en su estudio y en la que la meseta se
mantenía intacta, sin apariencia de labores antrópicas profundas sobre la
misma:
El Castillejo
de Chite, según C. González y J.A. Esquivel (2008), en una aparente
fotografía aérea algo anterior. El círculo rojo es nuestro añadido para
situar el antiguo cortijo, que se apoyaba en los restos del castillo
medieval
Una situación que se mantenía en 2008 cuando hicimos la
siguiente fotografía desde el suroeste, al otro lado del pantano de
Béznar, y en la que aún se aprecian los restos del cortijo arruinado que
señalaba la imagen anterior, a la izquierda de la Meseta:
Pero esta situación ha cambiado en los últimos tiempos, al haberse
realizado importantes obras de desmonte en el noroeste de la elevación,
prolongando el camino que viene de Chite y en las inmediaciones del
propio cortijo que, a tenor de las imágenes extraídas de Google,
parecen indicar importantes trabajos de reconstrucción o de sustitución
integral del mismo. De momento, no sabemos hasta qué punto las tareas
realizadas han podido alterar los restos, no ya de ese cortijo moderno,
sino de los paramentos del castillo medieval que se conservaban como
apoyo de esa misma construcción rural.
La primera de esas imágenes de Google
Earth corresponde al año
2004 y recoge idéntica situación a la que hemos podido ver en las
imágenes anteriores, tal como se mantenía -al menos- hasta 2008,
conservándose intacta toda la masa arbórea, a la izquierda del cortijo,
por debajo de la meseta superior del yacimiento:
La
comparación de las imágenes aéreas del sitio, entre 2004 y 2010 refleja,
perfecta y lamentablemente, la nueva situación:
Los movimientos de tierras son evidentes, habiendo alterado la
masa verde del tercio superior en la ladera occidental de la meseta,
donde se observa una enorme cantidad de áridos grises volcados en esa
vertiente. El volumen apreciable de nueva construcción, donde antes
estuvo el cortijo, también es significativamente grande; pero no parece
lo único: en la parte central del sitio se observan huellas de un cierto
terraplenado, así como evidencias de transformación en el borde superior
de la ladera opuesta. Como esta última foto data de 2010, no sabemos en
qué condiciones está actualmente el yacimiento, pero las perspectivas no
son nada halagüeñas, por lo que habrá que trasladarse al lugar para
documentar la verdadera situación de El
Castillejo.
Es innegable que las posibilidades de control patrimonial
derivadas del uso de Google
Earthson muy amplias, por lo que no cabe sino felicitarnos, así como
extender las congratulaciones a los promotores de tan loable iniciativa.
Contrariamente, la deriva negativa de la denuncia que aquí
hacemos va dirigida a los responsables institucionales que han permitido
esta transformación en un yacimiento arqueológico, sin olvidar los
cambios que también se han producido en un espacio de valor
medioambiental. Como no tenemos noticias de que tal transformación
cultural y natural responde a ningún proyecto, del tipo que sea, que
haya contado con las obligadas licencias de las consejerías de Cultura y
Medioambiente, mucho nos tememos que estemos ante otra penosa
consecuencia de la nula materialización de las obligadas labores de
vigilancia y aplicación de las normativas vigentes, olvidadas una vez
más por sus más directos responsables.