JUEVES, 2 DE FEBRERO DE 2012

Sacado de:

GOOGLE EARTH 6.2 MUESTRA LA DESTRUCCIÓN DE YACIMIENTOS ARQUEOLÓGICOS:

EL CASO DE EL CASTILLEJO DE CHITE, GRANADA

El Castillejo de Chite, en el centro, desde el norte, antes de la agresión patrimonial en su flanco occidental.

       La recién inaugurada mejora en la resolución visual de muchas de las imágenes accesibles en el sistema de información geográfica mundial de Google [Google Earth 6.2.0.5905 (beta)], permite contrastar la transformación topográfica de muchos de los yacimientos arqueológicos conocidos, mostrando en muchas ocasiones una evolución negativa que pone en evidencia la gravísima situación que sufren demasiados de los sitios patrimoniales andaluces, al tiempo que ponen en entredicho la continuidad de su existencia y la deficiente gestión preventiva que las administraciones culturales ejercen en su vital responsabilidad de cuidado, salvaguarda y conservación del patrimonio arqueológico.

Un ejemplo palmario lo encontramos en El Castillejo de Chite, anejo de Lecrín, en la provincia de Granada. El lugar ocupa una meseta alargada en dos niveles topográficos que domina el pantano de Béznar y al que se accede desde aquel anejo, siguiendo un camino hacia el sur en dirección a dicho embalse. El sitio se conocía desde tiempo atrás, por la existencia en él de un castillo medieval casi desaparecido (http://www.adurcal.com/enlaces/cultura/zona/historia/castillos/chite/chite.htm), del que también había dado noticias A. Malpica en su obra Poblamiento y castillos en Granada (Lunwerg y Legado Andalusí, Barcelona, 1996), así como Mª V. Barbosa y M. Ruiz en Valle de Lecrín: Aproximación a su Patrimonio (Junta de Andalucía, Gabinete Pedagógico de Bellas Artes, Granada), última aportación de la que en la red  (http://www.adurcal.com/enlaces/mancomunidad/guia/castichite/index.htm) contamos con una versión ilustrativa, de donde tomamos también nuestra primera imagen. Con el conjunto de estas informaciones se ha venido indicando del lugar su caracterización como yacimiento arqueológico eminentemente medieval, pero con inclusiones romanas y probablemente prehistóricas.

En 2008, C. González y J.A. Esquivel matizaron aún más el contenido de El Castillejo, (“El Castillejo de Chite. Un yacimiento ibérico en el Valle de Lecrín, Granada”, Actas del Primer Congreso de Arqueología Bastetana, 2. Serie Varia, 9. Universidades de Granada y Autónoma de Madrid, pp. 179-186), ampliando su trayectoria vital, al indicar la existencia de elementos cerámicos ibéricos, posiblemente antiguos y otros a mano, probablemente del Bronce Final, aunque estos autores no se atrevieran a  indicar. Todo, en un momento en el que todavía la elevación topográfica mantenía su integridad física, tal como se conocía desde el último siglo, salvo las pequeñas alteraciones achacables a las labores agrícolas tradicionales que se habían desarrollado allí hasta el tercer cuarto del siglo XX. Así, mostraron el yacimiento en la imagen que aportaban en su estudio y en la que la meseta se mantenía intacta, sin apariencia de labores antrópicas profundas sobre la misma:

El Castillejo de Chite, según C. González y J.A. Esquivel (2008), en una aparente fotografía aérea algo anterior. El círculo rojo es nuestro añadido para situar el antiguo cortijo, que se apoyaba en los restos del castillo medieval
 
         Una situación que se mantenía en 2008 cuando hicimos la siguiente fotografía desde el suroeste, al otro lado del pantano de Béznar, y en la que aún se aprecian los restos del cortijo arruinado que señalaba la imagen anterior, a la izquierda de la Meseta:
 
 
        Pero esta situación ha cambiado en los últimos tiempos, al haberse realizado importantes obras de desmonte en el noroeste de la elevación, prolongando el camino que viene de Chite y en las inmediaciones del propio cortijo que, a tenor de las imágenes extraídas de Google, parecen indicar importantes trabajos de reconstrucción o de sustitución integral del mismo. De momento, no sabemos hasta qué punto las tareas realizadas han podido alterar los restos, no ya de ese cortijo moderno, sino de los paramentos del castillo medieval que se conservaban como apoyo de esa misma construcción rural.
 
       La primera de esas imágenes de Google Earth corresponde al año 2004 y recoge idéntica situación a la que hemos podido ver en las imágenes anteriores, tal como se mantenía -al menos- hasta 2008, conservándose intacta toda la masa arbórea, a la izquierda del cortijo, por debajo de la meseta superior del yacimiento:
 
 
La comparación de las imágenes aéreas del sitio, entre 2004 y 2010 refleja, perfecta y lamentablemente, la nueva situación:
 
 
       Los movimientos de tierras son evidentes, habiendo alterado la masa verde del tercio superior en la ladera occidental de la meseta, donde se observa una enorme cantidad de áridos grises volcados en esa vertiente. El volumen apreciable de nueva construcción, donde antes estuvo el cortijo, también es significativamente grande; pero no parece lo único: en la parte central del sitio se observan huellas de un cierto terraplenado, así como evidencias de transformación en el borde superior de la ladera opuesta. Como esta última foto data de 2010, no sabemos en qué condiciones está actualmente el yacimiento, pero las perspectivas no son nada halagüeñas, por lo que habrá que trasladarse al lugar para documentar la verdadera situación de El Castillejo.
 
          Es innegable que las posibilidades de control patrimonial derivadas del uso de Google Earthson muy amplias, por lo que no cabe sino felicitarnos, así como extender las congratulaciones a los promotores de tan loable iniciativa.
           Contrariamente, la deriva negativa de la denuncia que aquí hacemos va dirigida a los responsables institucionales que han permitido esta transformación en un yacimiento arqueológico, sin olvidar los cambios que también se han producido en un espacio de valor medioambiental. Como no tenemos noticias de que tal transformación cultural y natural responde a ningún proyecto, del tipo que sea, que haya contado con las obligadas licencias de las consejerías de Cultura y Medioambiente, mucho nos tememos que estemos ante otra penosa consecuencia de la nula materialización de las obligadas labores de vigilancia y aplicación de las normativas vigentes, olvidadas una vez más por sus más directos responsables.