LA DELIMITACIÓN DEL ÁMBITO DE ESTUDIO

Todo territorio es variable en el tiempo (proceso histórico) y en el espacio (límites geográficos), ampliándose o reduciéndose, modificando sus límites, creciendo o decreciendo demográfica y económicamente, etc. El Valle de Lecrín, aún no siendo un territorio de límites económicofuncionales claramente consolidados ni un sistema de asentamientos perfectamente cohesionado, sino que adolece de cierta debilidad en su articulación y una escasa conciencia social de pertenencia a un ámbito común, arrastra una tradicional identificación como comarca y comparte rasgos muy definitorios, en parte derivados de hechos físicos y en parte de hechos político-administrativos y, en menor medida, funcionales. Es por eso que pueden identificarse diversas delimitaciones del Valle de Lecrín que coinciden plenamente en la zona medular, pero difieren hacia los correspondientes perímetros.

EL ÁMBITO POLÍTICO-ADMINISTRATIVO Puede colegirse que actualmente el Valle de Lecrín es, antes que nada, una comarca administrativa, de raíces históricas no muy alejadas en el tiempo y de cierta entidad espacial, que se localiza al sur de la provincia de Granada. Su situación podría calificarse de relativamente privilegiada por estar equidistante, en un eje norte-sur, entre el sistema metropolitano de Granada y la dinámica Costa Tropical; y el eje este-oeste, entre el conjunto Sierra Nevada-Alpujarra, por el flanco oriental, y las comarcas del Temple y de los Guájares, por el occidental.

Esta comarca la integran ocho municipios, que constituyen la Mancomunidad de Municipios del Valle de Lecrín, y que son: Albuñuelas, Dúrcal, Lecrín, Nigüelas, Padul, El Pinar, El Valle y Villamena. El municipio de Lanjarón, que antaño se integraba en esta comarca, se excluye desde hace décadas de la misma para vincularse con La Alpujarra occidental granadina.

El considerable tamaño de los términos municipales de Padul, Dúrcal y, sobre todo, Albuñuelas, hace que el ámbito administrativo se extienda desde el umbral de la depresión de Granada por términos de Otura y Alhendín, hasta las cumbres de Sierra Nevada, por el este, hasta las cumbres de las Sierras de Güájares y Albuñuelas, por el oeste, y hasta la trasversal del río Lanjarón, en el término prelitoral de Vélez de Benaudalla, por el sur.

EL ÁMBITO FUNCIONAL A los efectos funcionales, el Valle de Lecrín está configurado por el corredor que supone el trazado de la antigua carretera N-323. Los pueblos por los que pasa esta transitada carretera hasta hace poco tiempo se beneficiaron por el incremento del tránsito comercial y de personas. Los dos principales pueblos del Valle de Lecrín (Padul y Dúrcal) se ubican sobre este eje, siendo además los que, tanto en kilómetros como en tiempo, se encuentran más cercanos a la capital.

La actual autovía A-44 es el principal eje de articulación de la comarca dotándola de una gran accesibilidad territorial con el área metropolitana y la costa. Núcleo urbano de El Padul

Dúrcal constituye la verdadera cabecera o centro comarcal, por sus dimensiones y servicios que ofrece, a lo que se añaden las comunicaciones y cercanía al resto de pueblos menores de la comarca. Aún así, no se ha consolidado como un gran centro funcional debido a la cercanía de Granada y a la debilidad económica y demográfica del Valle de Lecrín.

Por su parte, El Padul, que es el que presenta mayor peso poblacional y goza de la mejor comunicación con Granada, no supera en carácter funcional a Dúrcal por estar en una situación más periférica que éste respecto al resto de la comarca; además, por su cercanía al espacio metropolitano de Granada, se encuentra cada vez más integrado en la dinámica de esta aglomeración urbana, por lo que sigue unos procesos y actuaciones diferentes a las del resto del Valle.

Tras estos dos municipios, destaca Talará por su ubicación estratégica en el espacio de transición entre el Valle alto y el Valle bajo, habiéndose convertido en la cabecera del municipio resultante (Lecrín) tras la concentración administrativa de 6 de ellos, antiguos municipios independientes. Actualmente constituye un subcentro comarcal por prestar unos servicios más limitados, beneficiando su condición el hecho de situarse en la mejor entrada al Valle bajo, lo que hace que su ámbito funcional se extienda más allá de sus límites municipales. De este modo se puede afirmar que Talará es el núcleo verdaderamente central en el Valle bajo y con el que directamente se relacionan Mondújar, Acequias, Murchas, Chite, Béznar y los núcleos que integran el municipio de El Valle (Restábal, Saleres y Melegís).

En cambio, los núcleos de Nigüelas, Marchena, Cozvíjar y Cónchar se relacionan directamente con Dúrcal, que constituye el nodo básico en el Valle de Lecrín por su tamaño y mejor accesibilidad respecto a El Padul, que lo complementa como nodo básico, aunque más excéntrico.

Por su ubicación periférica, Albuñuelas, Pinos del Valle, Ízbor y Los Acebuches no se vinculan claramente con ninguno de los anteriores. Los dos últimos núcleos, aparte de relacionarse con su cabecera local, tienen otros vínculos con Dúrcal-El Padul e incluso con Motril, por ubicarse en las proximidades de la vía que comunica Granada con Motril. Finalmente, Pinos del Valle y Albuñuelas, por su tamaño mediano y lejanía, se articulan y complementan tanto con Dúrcal-El Padul como con Talará.

Las relaciones funcionales del Valle de Lecrín con otros ámbitos adyacentes (Alpujarra, Costa, Temple…) son reducidas o, en todo caso, incipientes. Únicamente existe una clara interdependencia en las mencionadas relaciones funcionales de Padul y, en menor medida, Dúrcal, con el espacio metropolitano de Granada.

Núcleo urbano de Dúrcal, en primer plano. Al fondo, el núcleo de Nigüelas Núcleo de Cónchar