EL ÁMBITO FÍSICO
El Valle de Lecrín en términos meramente físicos constituye
una fosa tectónica donde se ha instalado, coadyuvando a la
evacuación de materiales, una cuenca hidrográfica, la del río
Ízbor, en cuyos límites se inscriben íntegramente los términos
municipales de Dúrcal, Nigüelas, Lecrín, Villamena, El Valle y
El Pinar, además de la mayor parte del vecino municipio de
Lanjarón; en cambio, las áreas occidentales de los municipios
ubicados en la zona oeste de la comarca (Padul y Albuñuelas),
vierten sus aguas hacia otras cuencas.
Esta articulación en torno al cauce del río Ízbor y sus
tributarios le confiere gran unidad física a la comarca
administrativa, a pesar de las mencionadas excepciones de los
bordes occidental y suroriental, así como de la existencia de
varias depresiones internas: la de Padul-Dúrcal (parcialmente
endorréica), que centraliza el Valle alto de Lecrín, y la
configurada por los ríos Torrente-Dúrcal-Albuñuelas que alcanza
sus niveles más deprimidos en el área de Melegís- Restábal y,
lógicamente, en el vaso de la presa de Béznar, espacios
constitutivos del Valle bajo de Lecrín.
En cualquier caso, la ubicación y configuración de la cuenca
hidrográfica del río Ízbor, a parcial resguardo de Sierra Nevada
(drena sus altas vertientes occidentales a través de los ríos
Dúrcal, Torrente y Lanjarón, todos tributarios del Ízbor por su
margen izquierda) y, aunque a través de una angostura, conectada
con el valle del río Guadalfeo, permiten la existencia de un
mesoclima atemperado en la zona agrícola y de asentamiento
humano (si bien se continentaliza en el Valle alto o de la
laguna de Padul), a la vez que se hacen patentes cinco de los
seis pisos bioclimáticos del ámbito mediterráneo. |