Milagro de San Blas al camionero de Lanjarón
Según
cuenta la gente, siempre ha habido una devoción muy fuerte a San Blas en Dúrcal
como patrón y en pueblos aledaños.
Uno
de los milagros más conocidos en la comarca es el milagro de San Blas a Juan
Reyes cosario de Lanjarón.
Juan
Reyes se dedicaba a dar portes con su camión para abastecer las necesidades de
su pueblo, Lanjarón.
Un
día subiendo con su camión por la cuesta de la ermita, éste volcó y se
incendió el motor. Pidió auxilio a gritos sin que nadie lo escuchara y miró a
todos los alrededores, lleno de impotencia.
Muy
cerca del suceso, vislumbró una torre redonda blanca de la cal y azul de las
tejas de un precioso tejadito, esta era la ermita de San Blas. Al ver que nada
podía hacer, con todas las ilusiones perdidas y los ojos enjuagados en lágrimas,
viendo como su camión ardía y junto a él toda su vida, su trabajo y su medio
de subsistencia, pidió ayuda al Santo que bajo aquella torre vivía.
Al
acabar su oración ve que una acequia que hay al lado de la carretera, que
siempre se encuentra vacía con venía agua y dos calderos.
Con
los calderos y el agua apagó el fuego, y pudo seguir viviendo de cosario.
Desde
entonces con el corazón lleno de alegría y gozo, viene cada año gente de
Lanjarón a celebrar cada 3 de Febrero la eucaristía de San Blas.