JULIO QUESADA CAÑAVERAL
Duque de San Pedro de Galatino (1858-1936)

Es la familia de los Cañaveral de larga tradición granadina. En ella nace en 1858 Julio Quesada-Cañaveral y Piédrola Osorio-Spínola y Blake, conde de Benalúa y, más tarde, duque de San Pedro de Galatino. La muerte de sus padres, cuando cuenta diez años, le lleva a Madrid junto a su tío el marqués de Alcañices, importante figura en los momentos finales del reinado de Isabel II.

Junto con él, marchará al exilio, cuando estalla y triunfa la Revolución de 1868. Su palacio en París se convierte en centro de la conspiración borbónica, mientras nuestro personaje estrecha una amistad con el príncipe Alfonso, futuro monarca, que había de ser para siempre. Nunca faltaba Julio Quesada en el reducido séquito que le acompañaba en sus viajes por Europa, ya fueran de recreo o de estudios. Ya en España y restaurada la monarquía, nunca aprovechó su posición de privilegio junto al nuevo monarca. Todo lo contrario. La prematura muerte de Alfonso XII supuso un duro golpe para él, pero no la desvinculación de la familia real, con la que siempre mantuvo asiduas relaciones. Pero no era Juio Quesada un hombre palaciego. En realidad, lo que le atraía era el mundo de los negocios y, en un momento dado, no dudó en marchar a América a remontar su fortuna un tanto maltrecha.

Muchas de las iniciativas que en Granada se ponen en marcha en ese tránsito entre los dos siglos, llevan la impronta del duque de San Pedro de Galatino. Supo intuir el porvenir de la industria azucarera en nuestra región. Pionero de un turismo que presumía importante en el futuro, construye el Alhambra Palace y el Hotel del Duque en la Sierra. Por su iniciativa, se traza la carretera que había de llevar a ella y la línea de aquel inolvidable tranvía. Julio Quesada, de gallarda apostura y rubia cabeza, murió en los momentos previos al estallido de la guerra civil, siendo enterrado en la catedral granadina.