MARIANO BERTUCHI
Pintor (1884-1955)

Granadino nacido en el barrio del Realejo, las vivencias que desde muy niño influyen en él, explican en gran medida las características fundamentales de su pintura. Tres son los paisajes a los que se abre Bertuchi: los de Granada y Málaga en su infancia y juventud; el de Marruecos cuando ya su existencia ha recorrido un camino. Será entonces cuando su estilo pictórico cuaje plenamente.

Eso pertenece al futuro cuando, muy niño, inicia sus estudios con Larrocha. O cuando los prosigue en la Academia de Bellas Artes de San Felipe. El traslado de su familia a Málaga, en su juventud, fue importante en su formación. Es el contacto con el Mediterráneo, cuya luminosidad impregna sus cuadros. Desde comienzos de siglo, Mariano Bertuchi concurre a las exposiciones del Círculo de Bellas Artes de Madrid y muestra su obra también en Granada. Pinta series de paisajes para tarjetas postales, y ya ha tenido un primer contacto con Africa. Ese iba a ser su escenario preferido, quizá porque en él se aúnan el color de Granada y la luz de Málaga. La situación política favorece su relación con Marruecos. Días del Protectorado, llenos de incertidumbres, pero también de ilusionados proyectos.

Todo lo capta Bertuchi. Apuntes, dibujos, diseños. Y colabora activamente a poner en marcha, allí, en la otra orilla del Mediterráneo, el entramado educativo. La Escuela de Artes Indígenas de Tetuán o de Xauen. En 1921 era nombrado inspector de Bellas Artes del Protectorado. Para entonces, ha ingresado también en la Academia de San Fernando. Pero lo cierto es que su vida se centra en aquellas tierras. La muerte le sorprende en Tetuán. Es en 1955.