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Acequias históricas del Valle de LecrínAdaptado de Villegas Molina (1972) . Listado de acequias y mapa siguiente, sacados de: Los cauces de la modernización de los regadíos históricos: el caudal emotivo como apoyo para unir el pasado con el futuro. Estudio del caso del Valle de Lecrín Nombre y origen del agua Pueblos que riega
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Acequias del Valle de Lecrín. Pulsa la foto para
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Tiene gran variedad de tipo de manantiales, algunos de ellos muy caudalosos. En la depresión del Padul, en la parte alta del Valle se concentran las descargas de varias sierras. En su borde norte drena la sierra del Manar (carbonatos alpujárrides del borde occidental de Sierra Nevada) y en el sur la sierra de los Molinos (Estribaciones de la sierra de las Albuñuelas-los Guájares). Valle abajo hay más salidas de agua, como son las termales de Urquízar y Bacamía (carbonatos alpujárrides de Sierra Nevada) y las de la Sierra de Pinos del Valle (Sierras de las Albuñuelas-los Guájares).
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MANANTIALES DE LA PROVINCIA DE GRANADA, A TRAVES DE UN LIBRO GUÍA; UN TRABAJO DE DIVULGACIÓN DEL PATRIMONIO NATURAL CASTILLO MARTÍN, Antonio*. y PERANDRES ESTARLI, Gabriel |
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Las aguas del Valle de Lecrín y el sistema de regadío de Murchas
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![]() | Las aguas en la Depresión o Laguna del Padul |
El Ojo Oscuro situado en la Depresión del Padul (la Laguna),(Vídeo de la Laguna) Ésta es una pequeña fosa tectónica (no una depresión de origen kársico), que presenta afloramientos de dolomías alpujárrides en sus bordes norte y sur a cotas muy bajas, lo que favorece la afluencia de aguas desde amplias extensiones. La naturaleza del terreno a base de turbas y niveles detríticos finos de baja permeabilidad es responsable de la aparición de numerosos manantiales en los contactos. En el borde norte el más representativo es el ya citado del Ojo Oscuro, mientras que en el sur son notables los Manantiales de Los Molinos, Povedano y los Mísqueres. Las aguas que nacen son drenadas con auxilio de zanjas (canales o madres en el argot local). Cuando se hicieron, su objetivo fue desecar la depresión en el S. XIX para usos agrícolas. A pesar de ello se pueden observar aún dos enclaves lagunares: El del Aguadero al norte y el de Agia al sur. La salida de todas las aguas se produce por el conocido como Río Viejo o de la Laguna, tributario por el margen de la derecha del Río Dúrcal.
El Manantial del Ojo Oscuro , tiene su nacimiento en una gran y profunda poza (ojo oscuro), enclavado junto a una zona de denso carrizal, en la que nacen de forma diseminada más aguas, dando lugar entre todas a la Madre de Quiti. Desde siempre se han hecho correr leyendas sobre la peligrosidad del lugar, según las cuales comunicaba con el mar, posiblemente tendentes a evitar los peligrosos baños de los más jóvenes, que por ese motivo preferían el remojo en la alberca de Parmones, junto al manantial, a la que vierte otro nacimiento próximo. Muy conocido también es el cercano manantial de la Fuente del Tío Miguel..
A unos dos Km. del camino de los molinos, sale un carril a la izquierda que conduce al Manantial de Povedano. Las aguas nacen al pie de un balate de piedra, e inmediatamente se incorporan a una acequia de riego.
Siguiendo el carril anterior se encuentra el Nacimiento de los Molinos , posiblemente el más famoso de este área. Las aguas nacen en el contacto de falla de las calizo-dolomías alpujárrides del borde sur con el relleno detrítico-turboso de la Depresión del Padul. Por debajo del camino las ruinas de un antiguo molino nos muestran la razón del nombre y atestigua el uso que antes se daba a estas aguas. A sus pies hay más nacimientos, que se van repitiendo aguas abajo hasta llegar a una surgencia más notable, el Nacimiento de los Mísqueres , de complicado acceso. Estas surgencias, y la anterior de Povedano, dan lugar al Río Agia (realmente un canal o madre). Aquí se encuentra la Turbera de Agia. Destaca el gran caudal, apenas perceptible por el lento discurrir de las aguas, que llevan estas madres.
En la Turbera de Agia existen dos pequeños reductos lagunares conocidos como la Laguna Agia, formados al amparo de antiguos huecos de la extracción de turba y alimentados por un lento flujo de aguas subterráneas que empapan la turba de la depresión, cuyo drenaje para las labores mineras no es tarea fácil.
Siguiendo el camino se llega a un puente antiguo por donde pasa el Río Viejo o de la Laguna. En este punto se pueden ver todas las aguas de drenaje subterráneo de la depresión. Su caudal es variable y fue en tiempos cercanos del orden de 600 l/s de media. Antiguamente este río y toda la red de canales tributarios fueron famosos por su población de cangrejos autóctonos, hoy desaparecidos.
Dirección a Cónchar. Un carril a la izquierda antes de llegar al pueblo nos conduce tras dos Km. y medio al Nacimiento de Alcázar . El carril muere sobre un río, tributario del de Dúrcal, cuyos nacimientos tienen lugar unos 200 metros más arriba, en una zona muy enmarañada, de difícil acceso. Se trata de un magnífico manantial, poco conocido por lo recóndito de su ubicación, con un caudal medio de unos 300 l/s. Las aguas proceden del drenaje de una amplia zona de calizo dolomías alpujárrides, en la cuenca de los Cijancos, en la que se vienen realizando desde hace años perforaciones de aguas que van en detrimento del caudal de este manantial. Las aguas son de mineralización y temperatura medias.
Por debajo de Cónchar, el Río de Dúrcal tiene excavado un notable cañón en dolomías alpujárrides, que por su baja cota favorecen las salidas de más aguas subterráneas.
Al pie del río, en su margen izquierda, están los famosos manantiales de Urquizar y Bacamía. Para llegar a ellos se pasa antes por el Puente de Lata, bajo el cual está el Pilar del Mono. Se enclava en una zona de fuerte arboleda y mucha sombra, muy conocido en el pasado por ser punto de parada, casi obligada, cuando se bajaba a la costa por esta carretera. Dos placas de asociaciones deportivas agradecen el buen tino que se tuvo en su construcción, debida a obras públicas..
Tras la travesía de Dúrcal, junto a la ermita de San Blas, un cartel indica el camino de los baños, a los que se llega tras unos tres Km. de bajada. El camino muere junto al río Dúrcal. una vereda cementada nos conduce a dos coquetos y viejísimos estanquitos al aire libre, alimentados por sendas salidas de agua que corresponden a los Baños de Urquízar. El lugar bien merece la visita por la tipología de las aguas y la historia que atesoran los baños, a los que eran muy aficionados los romanos. desde entonces al menos, las aguas han gozado siempre de hondo fervor entre gentes de muy diversas procendencias, que han visto en ellas la mejoría de muchos de sus males. Son de mineralización media y termales de 24,9ºC. Muy cerca están los Nacimientos de Bacamía, de propiedades similares, pero de más escondido acceso.
Otro baño de aguas termales menos conocido se sitúa más abajo, en la misma margen del río, es en Melegís. Antes de llegar al pueblo, un carril a la izquierda en una curva muy apretada, nos conduce hasta los Baños de Melegís. Cuando se visitaron se estaban construyendo un edificio nuevo y piscina junto al manantial, por encargo del Ayuntamiento.
Desde el sitio las vistas son excelentes, dominando la cola del Embalse de Béznar, entre laderas de olivos y naranjos, con Restábal al fondo. Antes las aguas caían a una pequeña alberca, tapada por naranjos y olivos, en un sitio sumamente aislado y placentero, bien conocido por algunos, que invitaba a la máxima relajación. En el diccionario de Tomás López (1990) se recoge esta información de finales del S. XVIII "Melegís tiene un baño de agua templada muy concurrido y excelente para curar toda especie de fluxiones y especialmente las reumáticas y para curar herpes y otros accidentes de humores acres y mordaces".
Camino de Pinos del Valle, se pasa por Restábal. En el pueblo sólo hay una fuente, la Fuente., antiguo punto de abastecimiento.
![]() | Un entorno con agua |
A la entrada de Pinos del Valle, a la derecha junto a un polideportivo, nacen las aguas del Juncal, al pie del Crucero de Pinos (1.052 m.), donde se alza la ermita del Santo Cristo del Zapato. Las aguas afloran captadas por una especie de mina, perforada en dolomías de la sierra. De caudal abundante, son empleadas en el abastecimiento. Son de mineralización y temperaturas medias. Cerca existía un manantial clásico, el Manantial del Calvario. Hoy seco por la apertura de sondeos próximos. Ya en el pueblo puede visitarse la Fuente de la Plaza, junto a la iglesia. Lo más sobresaliente es su hermoso pilar de tres caños.
En la carretera de Guájar Faragüit, a unos dos Km., unos chorros de agua a nuestra derecha, junto a un antiguo molino provienen del Manantial de Zaza. El agua nace en forma difusa unos cien metros más arriba en un paraje de juncos y zarzas que dificultan el acceso.
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Lanjarón constituye un buen ejemplo de la llamativa diversidad de manantiales y aguas. El pueblo es famoso por su balneario de aguas minero-medicinales y de mesa envasadas.
En un espacio relativamente reducido, entre los ríos Salado (a la entrada del pueblo) y Lanjarón (a la salida), en la conocida como loma de la Bordaila, se localizan casi medio centenar de manantiales con funcionamiento y características físico-químicas diferentes y peculiares, desde los fríos y de mineralización débil a los termales y salinos, pasando por todos los grupos intermedios. La génesis y ubicación de las surgencias están muy condicionadas por la geología del lugar, en la que juega un papel decisivo el contacto, a lo largo del pueblo de Lanjarón, entre los manantiales esquistosos del Complejo Nevado-filábride y los filíticos y carbonatados del Alpujárride.
Una buena perspectiva del área se obtiene desde un parque que hay a la entrada del pueblo. Allí está el primer manantial La Fuente de las Adelfas. Las aguas pese a ser de nacimiento, se hallan ya cloradas en la fuente. A la entrada del pueblo a la izquierda se encuentra el antiguo Balneario. Allí es obligada la visita a su salón de los manantiales, donde a un nivel inferior están acondicionadas las salidas de cuatro manantiales muy representativos, a través de dos pilares casi simétricos, con dos caños cada uno y una pequeña balaustrada que impide el acceso directo a las aguas (ya que se sirven con prescripción médica). En uno de los pilares se lee Salud I y Salud II y en el otro aparece la inscripción San Vicente y Capilla. Según escribió Martín Perujo en 1895 "El agua de la Salud es de las mejores para la exportación; debería ser el agua mineral de mesa de rigor: es un Vichy atenuado; constituye la delicia de bastantes dispépticos y hepáticos".
A espaldas del edificio, en la ladera de la montaña, una serie de casetas captan diferentes aguas, algunas de ellas a través de sondeos horizontales que permiten recoger mejor los flujos subsuperficiales. uno de los más famosos es el Manantial del Salado, conducido hasta el Balneario nuevo para dar baños. A parte de su termalismo 26º C y altísima salinidad, destaca por el color rojizo de sus aguas, al dejar al aire precipitados los óxidos de hierro.
Por debajo de la carretera en un parque ajardinado, está la captación de otro manantial clásico de Lanjarón, el Manantial de la Capuchina. Tiene su nacimiento en una pequeña mina cerrada por cancela. Las aguas son conducidas hasta una caseta donde por la mañana temprano acuden las personas a las que se les ha prescrito. Entre otros disponemos de este valioso testimonio literario. Son palabras escritas a Falla por Federico García Lorca en 1926: "Mi madre ha tenido unos fuertes cólicos hepatíticos y hemos tenido necesidad de venir a Lanjarón con gran prisa. Gracias a Dios esta agua de la Capuchina la ha puesto buena con una rapidez milagrosa".
Fuera del área del balneario existen otros muchos manantiales. Casi medio centenar se reparten por la ladera de esquistos nevado-filábrides de la Bordaila. En gran parte se relacionan con pérdidas desde acequias y riegos de bancales. A la salida del pueblo, unas vez pasado el puente del río Lanjarón hay uno de los más nombrados, el de la fuente de la Hoya del Grillo, cuyas aguas dicen que son buenas para los ojos.
Temperaturas de las aguas en manantiales termales
Nombre | Término | Temperatura |
Bacamía | Dúrcal | 24º |
Baños de Melegís | El Valle | 24º |
Ferruginoso | Lanjarón | 28º |
La Salud | Lanjarón | 19º |
Urquiza | Dúrcal | 24,5º |
Baños de la Colorá | Órgiva | 27º |
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Sacado del Libro MANANTIALES de Antonio Castillo Martín editado por la Diputación en el 2.002 |
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Acuífero del borde oeste de Sierra Nevada: Sierra del Padul-La Peza |
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Acuífero de las Sierras de Almijara-Las Guájaras, Albuñuelas y Tejeda |
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Abastecimientos urbanos: Comarca de Las Alpujarras y Valle de Lecrín |