Visita por la iglesia de Nigüelas
La parroquia de Nigüelas pertenece al grupo de iglesias que se levantó en el Valle de Lecrín en los años 1550-60, poco antes de la rebelión de los moriscos, con unas mayores proporciones y elementos de cantería que las precedentes, al igual que la de Melegís, pinos del Valle, Padul, Saleres, etc. Destaca en ella su robusta torre, las armaduras y el retablo de mediados del S. XVIII que acoge algunas buenas esculturas como El San Juan Evangelista, quizás de Martín de Aranda y el San Juan Bautista de José de Risueño.
El cuerpo de la iglesia se hacía en los años 1557-1563, eran sus maestros Jerónimo García albañil, Martín Moreno carpintero y Pedro de Solorzano cantero que hizo las portadas, esquinas y gradas. Las tejas vidriadas, aliceres y olambres se compraron a María de Robles en 1562, por lo que entonces ya estaría terminándose. Gabriel Gonzón hijo, en 1568, los antepechos y balaustres de la baranda del altar mayor y los atriles, todo ello de labor de herraje. Los moriscos la quemaron apenas terminada, con un daño estimado en la elevada suma de 7.000 ducados, rehaciéndose su armadura entre 1580 y 1582 por Juan López de Paniagua. En años posteriores, como se observa por su estilo, se reharía la torre, el coro y otras obras de carácter menor.
Tiene planta rectangular con una nave y capilla mayor separada con un arco triunfal de medio punto. Se cubre la nave con armadura de limas mohamaires a los pies y par y nudillo en la cabecera, decorado el almizate, con estrellas y aspas en los cabos, y en el centro de lazo de ocho con una piña de mocárabes hoy perdida. Faldas sencillas y seis tirantes dobles con canes de acanto. La armadura de la capilla mayor es ochavada, apeinazada, el almizate con piña de mocárabes sin dorar y las pechinas planas de lazo.
La torre, situada en el lateral izquierdo de la cabecera, es de ancha complexión, separada en pisos por molduras y el cuerpo de campanas con estructura sencilla de dobles vanos. En la cornisa se lee la fecha de 1769 en que debió repararse o rehacerse dicho cuerpo. Coro a los pies de madera, del S. XVIII. Portadas a los pies y en el lateral derecho con simple recuadro en piedra y arco de medio punto, son iguales a las que por los mismos años se hacen en Saleres y Pinos del Valle. Los muros son de ladrillo y mampostería con sillarejo en las esquinas.
Parroquia: San Juan Bautista
Institución parroquial
En 1501 Nigueles fue adscrito, como anejo, a la parroquia de El Padul. (-> Padul ) Posteriormente, en Nigüelas, con pila bautismal desde antes de 1587, se constituyó un curato, y a su iglesia quedó adscrito uno de los tres beneficios instituidos en la parroquia matriz.
En 1787 el arzobispo Antonio Jorge erigió en propio, perpetuo, colativo y sujeto a oposición, el curato de Nigüelas, y para mayor congrua de su párroco aplicó al mismo el producto de las memorias, ingresos y demás obvenciones del beneficio que en dicha iglesia se suprimía, con lo cual lo declaraba por bastante para su decente sustentación; el potencial y suerte de población del beneficio se aplicó al curato de Ízbor y Tablate.
Tras la supresión de los diezmos, el curato de Nigüelas fue considerado parroquia de primer ascenso y, de tercera clase en los presupuestos para los gastos de culto. A mediados del siglo XIX su iglesia, dedicada a San Juan Bautista, tenía el cementerio junto a ella. En el arreglo parroquial de 1906 se mantuvo la parroquia San Juan Bautista, de Nigüelas, con categoría de entrada.
Archivo parroquial
Libros sacramentales de - bautismos, desde el libro 1 (1612) - matrimonios, desde el libro 1 (1628)
defunciones, desde el libro 1 (1623)
confirmaciones, desde 1924
Capellanías (1686),
Visitas pastorales (1764-1963),
Hermandades (1743)
Cuentas de fábrica (1663-1693).
Iglesia parroquial
Al principio se debió hacer uso de la mezquita.
La iglesia se edificó entre los años 1557 y 1563, de ladrillo y mampostería con sillarejo en las esquinas, siendo albañil Jerónimo García, carpintero Martín Moreno y cantero Pedro de Solorzano. Costó todo 8.000 ducados.
Es una nave con capilla mayor separada por un arco. Tiene dos portadas, una a los pies y otra en el lateral derecho, de simples recuadros en piedra y arcos de medio punto.
Estaba recién terminada, cuando los mariscos le prendieron fuego; "la cual-decía un informe de la época- era grande y muy bien labrada y nueva. Vale el menoscabo 7.000 ducados. Es el menoscabo mil ducados, porque no se quemó el cuerpo de la iglesia". Entre 1580 y 1582 Juan López de Paniagua rehizo las armaduras; la de la capilla mayor es ochavada de limas moamares, apeinazada en su conjunto y con una gran piña de mocárabes en el centro del almizate; la armadura de la nave es también de limas dobles con seis tirantes pareados con lazo que descansan sobre canes de acanto, el centro del almizate se apeninza con lazo de ocho y los cabos combinan el lazo con aspillas.
La torre, de ancha complexión, se levantó posteriormente y hubo de ser reparada o, al menos, rehacer el cuerpo de campanas en 1769. También en el siglo XVIII se hizo el coro de madera y el retablo del altar mayor, en el que hay buenas esculturas, entre ellas, un San Juan Bautista (de Risueño, semejante a los existentes en la catedral y en la Cartuja) y un San Juan Evangelista.