En tiempos
tan aciagos como los que nos ha tocado vivir, hay que tirar de ilusión y
de ganas de vivir para seguir adelante, y ¿qué provoca más ilusión que
un embarazo? Pocas cosas la verdad. No en vano, en el ideario popular
existe la afirmación de que los bebes vienen con un pan bajo el brazo,
pero a las mujeres embarazadas de la localidad de Dúrcal, parece que les
trae algo más, la incertidumbre y, por qué no, la desconfianza.
Y es que la treintena de embarazadas que tienen previsto el nacimiento
de sus criaturas en los próximos meses se han encontrado con que el
servicio de Matrona del Centro de Salud de Dúrcal ha sido cancelado por
una baja de larga duración de la titular del puesto. Clases maternales,
seguimiento del embarazo o la solicitud de pruebas específicas del
embarazo han quedado a cargo de unos sobrecargadísimos médicos de
familia y enfermeras, que por muy buena voluntad que pongan, ni tienen
la preparación específica que se requiere ni el tiempo material para
llevarlo a cabo.
En una reunión mantenida con el director del citado Centro Médico, ha
manifestado a las perjudicadas que poco o nada pueden hacer para
remediarlo, ya que desde la Junta de Andalucía existe la directriz de no
mandar personal de sustitución ante estas incidencias y ha reiterado que
el seguimiento lo harán los médicos de cabecera, formando
complementariamente a quienes de estos profesionales lo necesiten.
Como quiera que nadie está conforme con la solución aportada, queda
pendiente una reunión con el Director de Distrito para tratar el asunto,
pero a quien vamos a engañar, parece el inicio de una lucha burocrática
de largo recorrido, llena de buenas palabras, de “hacemos lo que
podemos”, de “no depende de nosotros” o de “vayan ustedes a
entrevistarse con fulanita o menganito” y mucho tiempo perdido. Y tengan
en cuenta una cosa, un embarazo tiene fecha de caducidad, nueve meses,
día arriba día abajo, y no pueden pretender que aquellas embarazadas con
apenas un mes de plazo para dar a luz, afronten uno de los momentos más
importantes de sus vidas sin la guía, el consejo y el apoyo de esos
grandes profesionales que trabajan en la Salud Pública y que como todos
nosotros, son víctimas de la galopante crisis que nos azota.