Si la semana pasada les tocó a Victor Martín e
Ignacio Morón hacer de anfitriones en nuestra visita
al pueblo, ahora es el turno de María Olimpia. La
expresión “todoterreno” no acaba de cobrar sentido
hasta que uno no conoce a esta paduleña de 35 años,
ya que para Marita el día parece estirarse. Lleva a
su hijo en bicicleta al colegio, entrena a otras
chicas por la mañana, prepara sus pruebas y
carreras, trabaja en la piscina por la noche, sigue
al grupo de rock de su marido y es ama de casa; por
si fuera poco, incluso encuentra un hueco en su
apretada agenda para conversar con nosotros acerca
de sus éxitos deportivos pero, sobre todo, y en
especial, acerca de su filosofía y lema de vida, que
es tan sencillo como admirable: “amor, amor, y
amor”.
Cuando uno conoce a un deportista, y se prepara para
hacerle una entrevista, lo que espera es que éste le
hable de esfuerzo, sacrificio, trabajo y dedicación.
No quiere decir que María no tenga estos conceptos
grabados a fuego en la cabeza, pero al mismo tiempo
tiene claro que hay dos leyes fundamentales muy por
encima de todas las citadas anteriormente: la salud
y el amor.
Y es que, a día de hoy y tras sus recientes y
numerosos éxitos, es muy fácil comprender por qué se
trata de una persona tan feliz y que transmite tanta
vitalidad, pero no siempre fue así. Marita tuvo que
sufrir mucho para estar donde está, y aguantar que
la gente la tachará de “loca”, en una época en la
que una mujer que pretendía dedicarse al atletismo
en un pueblo, era tildada de “bicho raro”. La propia
María nos cuenta cómo se escapaba de su casa y cogía
autobuses para ir a pueblos vecinos a participar en
las carreras que éstos organizaban y que ni siquiera
sus propios padres entendían lo que correr
significaba para ella, por lo que siempre se sintió
“incomprendida y muy sola”.
Pero todo eso quedó atrás y su constancia y su
valentía la han llevado a un éxito que ella se ha
ganado a pulso. Aunque seguramente la gente haya
empezado a conocerla por su victoria en la subida
pedestre al Pico del Veleta, lo cierto es que esta
paduleña acumula en su haber muchos más triunfos,
entre los que podemos destacar la doble victoria en
el Gran Premio de Trail Bikila (prueba a la que
acude junto a Ignacio Morón), así como la Ultra 55
de Loja, una carrera en la que arrasó, quedando en
primera posición, tanto de hombres como de mujeres.
Sin embargo, ella es consciente de que la subida al
Veleta -prueba en la que ya fue tercera el año
pasado- le ha abierto las puertas del reconocimiento
público. “Todavía no me lo puedo creer, porque llevo
muchos años corriendo, pero nunca me lo he tomado a
modo de competición. He mejorado mucho con respecto
al año pasado, rebajando mi tiempo en más de dos
minutos, y la verdad es que aún me cuesta
asimilarlo”. Aún así, cree que desde la organización
de la prueba existen algunas cosas a mejorar: “el
año pasado no hubo podio para las mujeres, y tuve
que recoger mi premio en la barra donde se servían
las bebidas; y este año -aunque sí que lo hubo-
seguimos sin ser tratadas como los hombres”. Por
ello, Marita considera que “deberían darle a la
prueba femenina el reconocimiento que se merece”, ya
que recorren la misma distancia que los hombres y
realizan el mismo esfuerzo.
Asimismo, afirma que el atletismo es un deportivo
históricamente “olvidado”, a pesar de que ahora esté
“empezando a ponerse de moda”. “ No todo es fútbol,
hay otros deportes que también se merecen un
reconocimiento. No hay dinero y la mayoría de las
veces no es sólo que no percibamos una ayuda
económica, sino que al atleta le cuesta dinero
competir”. Pero, personas como Marita, no pueden
luchar contra una vocación tan fuerte como la suya:
“yo corro por sensaciones, porque me gusta y me
apetece, no estoy obligada a nada. Esto tiene que
ser una cosa que te sirva como satisfacción, como
vía de escape, de relajación y de desconexión del
trabajo. Lo hago porque me gusta; yo no voy a
sufrir. Cuando salgo a correr entro en trance y
puedo hacerlo durante cuatro o cinco horas”.
Por ello, Marita ya piensa en sus siguientes
objetivos, entre los que destacan los 101 km de
Ronda; así como la meta de disputar alguna prueba de
triatlón. Sin embargo, no se obsesiona y se
encuentra muy satisfecha con lo logrado hasta ahora:
“Si tienen que venir más éxitos, genial, pero me
siento llena, y feliz con lo que tengo”.
María es una persona que no puede concebir el
deporte como una obligación; debe ser algo que te
llene como persona y te haga sentirte realizado, por
lo que tiene claro que el plano psicológico influye
enormemente y no alberga dudas acerca de cuál es la
clave para controlar este factor: “amor, amor, y
amor”. Asimismo, reconoce que cuando las fuerzas
flaquean, encuentra su motivación en la gente que la
apoya y el cariño a los suyos, ya que hay que hacer
que valga la pena “el tiempo que les robas para
hacer lo que te gusta”.
Así es Marita. Una excelente deportista pero, por
encima de eso, una persona tremendamente sensata y
entregada a los que le rodean. Por eso nuestra
charla con ella acabó con el mejor de los mensajes
que un periodista puede transmitir: “Soy muy feliz
de la vida que tengo y de quién soy. Ni soy rica, ni
soy pobre, tengo lo suficiente. El dinero importa
porque lo necesitas, pero no es algo que me
obsesione. Me llega mucho más el amor de las
personas y la convivencia con ellos que el dinero.
Vivo mucho por los demás y mi corazón es grande
porque ama. Hagas lo que hagas en esta vida hay que
hacerlo con amor, porque estamos dos días en el
mundo, y hay que aprovecharlos”.
Después de esto, poco se puede añadir, mas que
desearle a esta paduleña que los éxitos continúen
llegando, y que nunca abandone su ejemplar filosofía
de vida.
08/08/13.
lainformacion.com
El primer premio del sorteo de la Lotería
Nacional celebrado este jueves, que ha
correspondido al 56.905 y que está dotado
con 300.000 euros al número, ha tocado en
Padul (Granada), según la información de
Loterías y Apuestas del Estado, recogida por
Europa Press.
Los décimos agraciados se han vendido en la
administración de loterías número uno de
esta localidad granadina, ubicado en la
calle Real, 137. El premio especial al
décimo, de 1,2 millones de euros, ha recaído
en la fracción 1 de la serie 3 del 56.905.
Por su parte, el segundo premio, dotado con
60.000 euros al número, ha correspondido al
28.304 y se ha vendido en
Valladolid.
Los reintegros corresponden a los números 2,
5 y 7.