Enlace relacionado Toponimia del Valle de Lecrín
(Sacado de Foro andaluz Granada) Dime de dónde vienes y te diré quién eres Geógrafos, historiadores o lingüistas han tratado, desde sus diferentes especialidades, encontrar respuestas al complejo mundo de la toponimia, una ciencia que no sólo nos ofrece una explicación al por qué del origen y significación de muchos nombres de nuestra geografía sino que, además, aporta una cuantiosa información sobre la mentalidad, cultura o lengua de un determinado pueblo o país. De Sexi a Munakkab. Los árabes llamaron a Almuñécar ‘pueblo al que se le da la espalda’. /Alfredo Aguilar Desgraciadamente, no es fácil rastrear el origen de todos los nombres pues algunos de ellos se mantienen indescifrables para los investigadores. No es, desde luego, el caso de Granada, donde se ha trabajado sobre un 90% de los topónimos encontrándoles un posible significado ya sean de origen árabe, latino, íbero, fenicio y hasta romance, lengua ‘popular’ que fue transformando términos de diferentes culturas y creando nuevos sonidos y grafías, a veces, por una simple asociación de ideas o conceptos. En cualquier caso, todas las culturas que se han asentado en Andalucía desde tiempos prehistóricos han dejado su impronta aunque, desde un punto de vista lingüístico, la mayor influencia se recibió del latín, muchos de cuyos términos se arabizaron o mezclaron llegando así hasta nuestros días. En Granada tenemos muchos ejemplos. Uno de ellos es el Deifontes (‘Dar al-Funt’) un topónimo híbrido formado por la voz árabe ‘Dar’ (‘casa, caserío’) y por la latina ‘Funt’ (‘fuente’) aunque otros muchos ni tan siquiera sufrieron esta fusión de términos sino que, simplemente, los árabes lo adaptaron del latín a su propia lengua (‘Cubella’=’Quballa’= Cubillas).Por eso, para dar como seguro el significado del nombre de un lugar no basta con una simple suposición sino que hay que rastrear en las fuentes documentales escritas para hablar de una etimología cierta. Estas fuentes nos señalan que, actualmente, un 51% de los topónimos granadinos han llegado hasta nuestros días procedentes del árabe, según afirma Mª Carmen Jiménez Mata a partir de las 303 voces documentadas que registra en su obra 'La Granada islámica'. La mayor presencia de toponimia musulmana se encuentra en Granada-La Vega, mientras que una mayoría de topónimos no árabes se concentran en la comarca de Los Montes, muchas de cuyas localidades nacieron en el siglo pasado a concuencia de la Desamortización y la consiguiente ampliación de las tierras cultivadas y, sobre todo, en la Hoya de Guadix-Baza-Marquesado, una de las zonas periféricas más alejadas del centro territorial y, por tanto, más expuesta a una continúa modificación de sus fronteras por las incursiones de diferentes pueblos.En la Alpujarra, el fenómeno ha sido muy distinto respecto a otras áreas de la geografía granadina pues su histórico aislamiento como zona montañosa, ha hecho que perduren en ella toda una serie de topónimos cuyos nombres se pierden en la memoria del tiempo. Un rasgo una localidad La mayoría de los topónimos granadinos hacen referencia a un rasgo distintivo del lugar aunque predominan aquellos que dejan constancia de alguna de las características físicas de la zona donde se ubican. Entre los más frecuentes figuran. • Los que evocan el agua por su ancestral importancia para la agricultura y la supervivencia de la población (corrientes naturales, manantiales, fuentes, etc.): (Alhama de Granada, Alicun de Ortega, Bubión, Caniles, Deifontes, Dílar, Gabia, Guadahortuna, Guadix, Gualchos, Jete, Lanjarón, Lancha de Cenes, Cenes de la Vega, Padul.• Relieve o configuración del terreno (montes, accidentes del suelo, o aspecto físico): (Alcudia, Algarinejo, Alpujarra, Arenas del Rey, Atarfe, Capileria, Campotéjar, Cijuela, Cogollos (Vega y de Guadix), Cúllar (de Baza y de la Vega), Charches, Gor, Los Guájares, Güejar Sierra, Gorafe, los Huétor (Santillán,Tájar y de la Vega), Lújar, Montillana, Montefrío, Otura, Trevélez, Nívar, Zújar).• Los que han heredado el nombre de alguna tribu o antiguo propietario: (Alhendín, Armilla, Benamaurel, Cacín, Pulianas, Chauchina, Churriana, Maracena, Purullena, Talará, Vélez de Benaudalla. • Pueblos que hablan de flora espontánea, plantas cultivadas, arboricultura, huertos o instalaciones agrícolas: (Alamedilla, Albolote, Albuñol. Albuñuelas, Almegíjar, Cortes, Baza,Galera, Lecrín, Lentejí, Motril, Otívar, Pampaneira, Murtas, Pinos Genil, Pinos Puente, Píñar, Polopos, Torvizcón, Laroles).• Los relativos a caminos y puntos de comunicación: (Beas, Bérchules y Diezma).• De la ganadería, pastoreo o especies animales: (Bácor, Dehesas, Colomera, Calicasas, Lugros, Poqueira, Zafarraya).• En relación a la minería o calidad física del terreno: (Darro, Ferreira, Láchar, Lanteira, Válor).• Con referencia a algún tipo de comercio, oficios o profesiones:(Alfacar, Cájar, Cádiar, Fornes y La Malahá) • Términos con un significado militar: (Albuñol, Calahorra, Castril, Jun, Iznalloz, Torre Cardela, Castilléjar, Moclín).• Y aquellos otros que nos remiten a la religión: (Aldeire, Monachil, Montejícar, La Zubia, La Rábita, Rubite y Ogíjares). Dime de dónde vienes y te diré quién eres ALDEIRE. Una señora de la localidad lava la ropa en el río Pizarro. La preocupación por el agua como el elemento más preciado del hombre, en cuanto que de ella depende su subsistencia, está presente en muchos topónimos granadinos y, de hecho, hay numerosos pueblos que deben su denominación a motivos hidrológicos. Está el caso de Dílar cuyo río denominaron los árabes ‘Reina de las aguas’, aunque no se trata precisamente de un topónimo árabe, sino anterior; o Las Gabias, hoy integradas en un sólo municipio, pero que ya en época nazarí eran dos localidades distintas, ‘Gawiyar al-Kubra’ (‘Gabia la grande’) y ‘Gawiyar al-Sugra’ (‘Gabia la chica’), versión árabe de la voz latina ‘cavea’ que significa ‘cueva’ o ‘depósito de agua’. Mucho más remotos son los orígenes de dos poblaciones que tienen en común una misma raíz pero que, hoy día, en nada se parecen. Se trata de Lancha de Cenes y Lanjarón que derivan de la voz céltica o ibérica ‘lancha’ que significa ‘lugar abundante en charcos de agua’ y ‘charco de agua viva y perenne’. En Lanjarón se produjo, al parecer, un aumentativo de la voz original dando lugar a ‘Lancharón’ y en época árabe, ‘al-Anyurun’ o ‘Lanyarun’ que, con las naturales adaptaciones a la nueva lengua, siguió siendo la misma zona que destacó por su fertilidad y abundantes manantiales de agua con propiedades mineromedicinales. Por último tenemos la voz ‘Al-Hamma’, que da nombre a Alhama, un término muy frecuente en la toponimia española (existen ‘alhamas’ en Aragón, Almería, Murcia, etc.) y que hace referencia a la existencia de ‘baños termales’, a los que tan aficionados eran los árabes y de los que nos han legado importantes y bellas construcciones. Las virtudes curativas del agua que brota de Alhama ya fueron conocidas por los romanos e, incluso, por los íberos. No obstante, fueron los árabes quienes más las enaltecieron. Ibn al-Jatib llegó a decir que «los hombres no hallan otra cosa que pueda sustituirlas pues son tan maravillosas como las aguas del paraíso». No tuvo, sin embargo, la misma opinión de la tierra alhameña donde, «sus camellos y ovejas contraían enfermedades que contagiaban a los demás ganados y los mismos hombres. Sus frutos sólo agradaban a los animales, sus bebidas no eran buenas para acompañar la comida y su frío era mucho e intenso».También relacionado con el agua está Padul cuyo nombre procede del latín ‘Padul-Padulis’ que significa ‘laguna’. De hecho, ésta ha sido una característica de la zona pues en El Padul existió un gran lago que se desecó a finales del siglo XVIII a instancias de los vecinos, para tranformarlo en un campo de cultivo y regadío que se ha beneficiado de los residuos vegetales acumulados en su subsuelo durante milenios, al servirles como un preciado abono natural. Padul ‘versus’ paludismo La voz ‘padul’ dio lugar, además, a la palabra ‘padulismo’ una enfermedad producida por un protozoo propio de los terrenos pantanosos que inoculan ciertos insectos.En la España musulmana fueron innumerables los ríos y localidades anexas nominados con el componente ‘Wadi-’, según el arabista Elías Terés, pero no todos reflejaron esta voz árabe después de la conquista. Algunos evolucionaron hacia la forma ‘Guad-’ (en Granada tenemos los casos de Guadahortuna, Guadalfeo o Guadiana Menor, llamado por los árabes ‘Wadi Yana’); otro grupo cambió por entero su primitivo nombre (‘Wadi-l-Qastali’=’Río Castril’) y, por último, están los que inicialmente conservaron la voz árabe para perderla después (‘Guadaxenil’=’Genil’). Pero, vamos por partes.El agua como símbolo y utilidad la tenemos presente en la localidad de Guadahortuna que recibe el nombre de un río al que los árabes denominaron ‘Wadi Furtuna’, compuesto de una palabra árabe (‘wadi’=río) y de otra romance, ‘furtuna’. También está documentado el caso del río Guadalfeo que procede de la voz hispanoárabe ‘Wad al-F’éw’ al que se le da el significado de ‘río de la quebrada’, el que discurre por un ‘desfiladero’ o ‘espacio entre dos montes’, lo que cuadra perfectamente con las características de su cauce, como también se corresponde con la realidad el nombre de la localidad de Jete (‘Sat’=orilla), ubicada en la ribera del río Verde, en la Vega sexitana.Uno de los mayores ejemplos de simbiosis entre el hombre y el agua lo tenemos en la romana ciudad de ‘Acci’ a la que los árabes denominaron con el topónimo híbrido ‘Wadi As’ (‘río o valle de Acci’) de donde tomó el actual nombre de Guadix. También los autores árabes nos dan una detallada descripción de esta ciudad de la que destacaban tres características: el agua, el frío intenso y su excelente situación como punto de confluencia de varias rutas. Retratan la ciudad (‘madina’) como un lugar donde vivían familias de rancio abolengo aunque de sus habitantes resaltaban, negativamente, su agresividad. Decían que se perseguían unos a otros, se increpaban con terribles calificativos y, en sus disputas, llegaban a hacer uso de las armas. Eso sí: afirmaban que los accitanos poseían un innato genio poético y que el agua de su río, que baja de las cumbres nevadas, infundía inteligencia al torpe.Con la forma abreviada ‘Gua-’ nos encontramos también a Los Gualchos, topónimo sobre el que los autores no se ponen de acuerdo aunque quien parece estar más próximo a su origen y significación es Elías Terés al asociarlo a ‘Wadi-l-Yawz’, ‘río de los nogales’.Por último, tenemos los topónimos de Canales y Caniles, también muy presentes en la toponimia granadina, que proceden del latín ‘canalis’ (canal), en referencia al tradicional sistema de riego por cauces artificiales,. Los árabes adoptaron el nombre latino dando lugar a ‘Qanalis’, del que tenemos tres topónimos en la provincia de Granada: Canales, de Güejar Sierra, un núcleo de población al que autores árabes ya nombran en el siglo XIV y que quedó el siglo pasado sumergido bajo las aguas de la presa que recogió su nombre; la villa de Caniles, en el término municipal de Baza que sufrió el fenómeno fonético conocido como imela por el que algunos dialectos árabes antiguos sustituían la ‘a’ larga por la ‘i’; y, por último, tenemos otro topónimo con el nombre de Canales, en Iznalloz ,que en el siglo XII daba nombre a un castillo-fortaleza y su anexa población.No menos curioso parece ser el origen del nombre de Bubión que algunos historiadores remontan a la raiz latina ‘bull-’ (‘bullire’=’bullir’) y como tal Bulión se le menciona en un documento de 1514. Además del término estricto de ‘hervir’ o ‘bullir’, a esta localidad se le atribuye un significado más complejo: ‘fuentecilla o manantial en que brotan las aguas bullendo mucho y haciendo ruido y ampollitas», según el erudito F. J. Simonet en su famoso ‘Glosario de voces ibéricas y latinas usadas entre los mozárabes’.La tierra y sus formasDel llano al monte Un nombre, un lugar La tierra en su estado natural –llanos, montes, accidentes del suelo o aspecto físico– ha servido también al hombre para darle nombre al lugar donde se asentaban. Así lo hicieron con Alcudia a la que los árabes llamaron ‘Al-Kudia’ (‘monte pequeño aislado en un llano’), ó Cúllar, versión árabe de la voz latina ‘collum’, alusiva a un terreno elevado. Poca transformación ha sufrido, por su parte, el término Cogollos, topónimo que procede también de una palabra latina, ‘cucullus’ (‘cima’, ‘cucurucho’) y que cuenta con otros paralelismos en la provincia de Granada donde existen nombres tan sugestivos como la ‘tetica de Nívar’ o el ‘cucurucho de Nigüelas’.Las referencias a pueblos de nuestra provincia que se hallan en tajos o lugares escarpados son muy numerosas en consonancia con la orografía de Granada. Tenemos Los Guájares, (‘Wa-Run’ para los árabes y ‘Guáxaras’ y ‘Guájaras’ para los cristianos) que está integrado por Guájar Alto, Guájar Fondón (‘al fondo’) ‘y Guájar Faragüit que significa ‘jardín escondido’. MONTEFRÍO. Una de las pocas localidades cuyo topónimo hace referencia al clima. / Ideal También están Güejar Sierra y Gójar. A la primera, los árabes denominaron ‘Walyar’ procedente de la voz ‘wayar’ que significa ‘talud, tajo’ y de posible origen bereber, como también lo es la voz ‘Qulyar’, nombre con el que los árabes designaron a Gójar, del que se desconoce su significado. Lo que sí se sabe es que tanto en el caso de ‘Walyar’ como en el de ‘Qulyar’, las dos perdieron en el transcurso del tiempo la letra ‘l’ y la ‘y’, convirtiéndose en la ‘j’ de nuestra actual lengua.Tierra llana tenemos en la Vega a Cijuela, a la que los árabes llamaron ‘pequeña llanura’ y donde ya en el siglo X se construyó un avanzado sistema de riego que llevaba el agua a toda la zona mediante una compleja red de canales y acequias. Y más alto está Montefrío una de las pocas localidades con referencia a la climatología junto con Nívar (‘nevoso’) a la que se le llamó ‘Montefrido’ y, anteriormente ‘Mons frigidus’ (de ahí el nombre de ‘frígida’) que significa frío. Menos transformación ha sufrido Capileira que, al parecer, procede de la voz latina ‘capitellum’ que textualmente habría que traducir como ‘capucha’ o ‘capirote’ pero que adaptado a la significación de un lugar equivaldría a identificarlo como ‘el que está en lo alto’. Tampoco ha sufrido mucha variación Montillana, a quien se le atribuye una posible derivación del latín ‘montillo’ que viene a significar monte muy pequeño y más en concreto ‘montecillo’.Entre el monte y el valleHuétor Vega, Santillán y Huétor Tájar Los ‘Huétor’ Más problemas plantean a los lingüistas e historiadores el término Huétor que da nombre a tres localidades granadinas distintas: Huétor Vega, Huértor Santillán y Huétor Tájar. Aunque los árabes designaron a cada una con un nombre distinto (‘al-Watá= Huétor Santillán; ‘Watur’= Huétor Vega y Wat=Huétor Tájar) su idéntica raiz (‘Wat–’) hace que algunos especialistas, como Luis Seco de Lucena, afirmen que se trata de un topónimo árabe que significa ‘pueblo de la colina’ mientras que otros, como Steigner o la profesora Mª Carmen Jiménez Mata, apuestan por una derivación de la voz árabe ‘wadi’, en el sentido de ‘valle o río’, pero que sufrió una profunda transformación con el paso del tiempo (‘wadi=wed=Huata=Güete=Huete=Huétor). En el caso de Huétor Tájar parece claro que se trataban de dos localidades diferentes (Huétor y ‘Tasar’, próximas entre sí y que antes de formar un sólo núcleo urbano, pertenecían a una alquería defendida por una fortaleza que se ubicaba en el último tramo del río Genil a su paso por la Vega granadina. Huétor Vega, que fue una de las propiedades del sultán ubicadas fuera de las murallas de la ciudad, tomó su apelativo de un nombre que está muy presente en la toponimia granadina, ‘Vega’, un término de posible origen ibérico que significa heredad o campo A esta localidad también se le llamó durante un tiempo Huétor-Colorado, por el color de sus fértiles tierras.Respecto al apelativo de Huétor Santillán que siguiendo los textos árabes recibió, originariamente, el nombre de ‘alquería del valle’, la mayoría de los autores se inclinan por creer que ‘Santillán’ es una contracción de San Julián (San Illán) a cuya advocación se acogió el pueblo tras la conquista cristiana.Un último ejemplo de cómo la toponimía da cuenta de la configuración del terreno lo tenemos en Gorafe (‘Gaurab’), que significa ‘cámaras altas’, en referencia a su histórico hábitat en casas-cuevas, cuyo máximo exponente es un conjunto de origen almohade (siglo XII) excavadas a unos 150 metros del suelo. También ‘cuevas’ significa ‘Al-Garín’ , precedente de Algarinejo, en la comarca de los Montes, una primitiva cortijada que se fusionó con otro núcleo de población próximo, llamado Nejo, y que dio lugar al actual término municipal.Y aunque no sea núcleo de población un topónimo muy arraigado en Granada es la Sierra de Sagra que los árabes llamaron ‘Sajra’ y que significa ‘picacho’. Otros lugares • Cubillas: Topónimo de origen latino, diminutivo de ‘cuba’ (cueva artificial, depósito de agua) que los árabes transformaron en ‘Quballa’.• El Fargue: Durante la época nazarí el Fargue fue uno de los parajes más bellos y frondosos del norte de la capital. Le denominaron Al-Farg, que significa ‘alquería de los morteros’, que poco ha variado respecto a la actual denominación. Su nombre hace referencia a un material de construcción usado por los romanos, el mortero, resultado de la mezcla de arena, cal, piedra y agua, cuya dureza igualaba a la piedra aunque mucho más ligero.• Ainadamar: Denominación de una acequia que nace en Fuentegrande (Alfacar) y de un pago donde hoy se levanta la Facultad de Filosofía y Letras y parte del Monasterio de la Cartuja. Se le llamó ‘Ayn al-Dam ‘(‘Fuente de las lágrimas’) y los moriscos ‘Aynadoma’. Este lugar era famoso por sus casas solariegas, sus admirables huertas y su abundante agua que, antes de que los árabes la encauzaran con acequias, brotaba de una fuentecilla que destilaba el agua «gota a gota, como las lágrimas».• Arabial: Era una gran finca de recreo situada a las afueras de la ciudad y, hoy, una de sus zonas más edificadas. Los árabes denominaron este área como ‘Al-Abyar’, de donde tomó el actual nombre, que significa ‘Casería de los pozos’.• Zaidín: Actual barriada de Granada que en otro tiempo tenía adscritas varias alquerías o aldeas. Deriva de ‘Al-Sa’idin’ que significa los ‘brazos de agua’ por bifurcarse en ella varias redes de agua para riego. n Almanjáyar: Hoy un populoso barrio granadino de alta edificación que se ubica en una zona que los árabes llamaron ‘Al-Masayij’ y que significa ‘llano de los maestros’. Autores árabes lo describían en el siglo XIV como un extenso llano, al norte de la ciudad, inundado de torres, casas, viñas y todo tipo de árboles frutales. Culto a Dios, a las armas y a la naturalezaDel pasado militar del reino de Granada han quedado escasos topónimos, aunque sí innumerables restos arqueológicos que se diseminan por toda la provinciaTanto la religión musulmana como la cristiana dejaron su huella en algunas localidades No son muchos los topónimos granadinos que hacen referencia a la religión, y los pocos que han pervivido hacen referencia al culto cristiano, aunque con una etimología árabe, salvo en el caso de La Zubia, que significa ‘alquería de la ermita’ o ‘lugar de retiro’ a la que textos árabes mencionan como un lugar de peregrinación por encontrarse en ella la sepultura de un santón musulmán. De un sentido menos espiritual son los orígenes de la localidad costera de La Rábita o Rubite (‘rubait’=rábita pequeña) que tomaron el nombre de aquellos conventos fortaleza que los musulmanes españoles levantaron en la costa o en puntos fronterizos, para defender sus territorios con monjes soldados y que fueron los precursores de las órdenes militares, aunque hay quien afirma que Rubite podría derivar del latín ‘rubus’ que significa ‘zarza’. El castillo. Castril de la Peña es una de las pocas localidades con referencia castrense. / Paco Ayala De mayor simbolismo es Montejícar (‘Munt Saquir’=’monte sagrado’), un primitivo castillo-fortaleza situado sobre el río ‘al-Arab’ (‘los árabes’) que tomó este nombre de las tropas musulmanas que asaltaron la fortaleza de ‘Munt Saqir’ en el siglo X, exterminando a sus defensores y a los de las fortalezas vecinas, si bien los primeros asentamientos en esta localidad fueron muy anteriores a los romanos y su topónimo bien pudiera proceder de cualquier pueblo anterior que arraigara en el lugar. Está asimismo Monachil, uno de los topónimos más controvertidos de la geografía granadina junto al de Huétor. Hay quien afirma que Monachil es una forma híbrida de la voz latina ‘montem’ y el vocablo árabe dialectal granadino ‘sal’ (‘Monte elevado’) que adoptó la grafía ‘Muntasal’ y, más tarde, ‘Muntasil’, si bien la mayoría de los autores le atribuyen su origen a ‘Munastal’ o ‘Munastil’ que deriva de la voz latina ‘monasterium’ (monasterio). Este hecho no sería extraño pues en los primeros siglos de la época medieval (VIII-X) la población mozárabe del Sur (cristianos arabizados) formaron en Granada importantes comunidades cristianas que convivían armónicamente con el resto musulmán, aunque concentrándose en núcleos de culto propio como Monachil, Ogíjares, Aldeire, Montejícar o La Quinicia, término municipal de Albolote que los árabes llamaron ‘A-Kana’is’ (‘distrito de las iglesias’). Cuando entre los siglos XI y XII muchos mozárabes salieron de tierras granadinas por enfrentamientos con los almorávides, las entidades que dejaron fueron ocupadas por repobladores árabes llegados del norte de África, que mantuvieron o adaptaron los primitivos topónimos, pese a su origen cristiano, conservándose así hasta nuestros días. Sí existe constancia de que en Monachil existió un templo visigodo sobre el que se levantó una mezquita que, a su vez, dio paso a la construcción de la primera iglesia cristiana del entorno metropolitano tras la conquista de Granada. De Ugíjar a OgíjaresDesde un punto de vista histórico y lingüístico las localidades más interesantes que han conservado su pasado religioso son Aldeire y Ogíjares. En tiempos musulmanes Los Ogíjares eran dos aldeas separadas aunque próximas entre sí (de ahí su plural) llamadas ‘Ugíjar la alta’ y ‘Ugíjar la baja’ que tras la conquista cristiana quedaron unidas en una sola localidad. En la alta existía una fortaleza y algunos centros religiosos como mezquita, rábitas y gimas mientras que en la baja, mucho más pequeña, sólo había una rábita y un lugar de enterramiento de los creyentes. Ogíjares fue un caso ejemplar de convivencia entre cristianos y musulmanes y, de hecho, muchos nombres y apellidos cristianos de esta localidad aparecen mezclados en las fuentes documentales con los nombres y apodos árabes.En cuanto a la evolución de su nombre se ha constatado que ‘hortum sacrum’ pasó a citarse como ‘Ortexicar’, ‘Uyiyar’ (árabe), ‘Urxicar’, ‘Uxicar’, ‘Ugíjar’ y, por último, evolucionó hasta el actual Ogíjares.Igual origen le dan algunos investigadores a la localidad alpujarreña de Ugíjar que sí ha conservado su tradicional nombre al no haber estado expuesta a grandes influencias exteriores, por su histórico aislamiento como zona de montaña y difícil acceso. Otro centro religioso por excelencia fue Aldeire, un topónimo muy abundante durante la Edad Media tanto en Andalucía Oriental como en Oriente Próximo. Su nombre procede del arameo (‘daira’) y de esta lengua pasó al árabe con la denominación ‘dayr’ que, textualmente, se traduce como ‘la casa’ pero en un sentido más amplio significa ‘convento cristiano’, ‘monasterio’ o ‘comunidad cristiana’. Los ‘aldeires’ eran casas consagradas a Dios. No se construían en las grandes ciudades sino en zonas desérticas, terrenos montañosos o situados en los cruces de caminos y, además de cumplir una función religiosa, servían de albergue a las personas que desarrollaban comercio o iban de peregrinación. El abad era el ‘dayrani’ y los monjes ‘dayyar’ quienes además de la oración y el hospedaje cultivaban la tierra como medio para su sustento.Aunque existe otro Aldeire en Trevélez y Otura y varios más en Almería, el del Marquesado del Cenete cumplió su finalidad estratégica pues desde él se controlaba el puerto de la Ragua que une la Alpujarra con el propio Cenete, Guadix y el camino de Almería. Los católicos La cristiandad tampoco fue ajena a dotar a determinados localidades con sus símbolos religiosos y en Granada tenemos dos exponentes: Santa Fe y Santa Cruz del Comercio. La primera, surgió en 1491 sobre una antigua cortijada llamada ‘Huécar’ (para los árabes ‘Wakar’) donde, antes del incendio que la destruyó, se instaló el campamento cristiano que puso cerco a la capital nazarí. En el mismo lugar que ocupó Huécar, se levantó Santa Fe, un topónimo que obedece al deseo de sus fundadores, los Reyes Católicos, de acrecentar con tal nombre la “santa fe católica de Jesucristo”. Santa Cruz del Comercio debe su origen a épocas más recientes e, inicialmente, se le llamó Santa Cruz de Loja para, a partir de 1888, denominarse del Comercio, pues fueron los comerciantes madrileños, concretamente los del Círculo Mercantil de Madrid, quienes con sus aportaciones reconstruyeron la localidad tras el fuerte seismo que arrasó gran parte de la comarca en 1884.De árabes a cristianosCastillos y fortalezas Lo castrenseDel pasado defensivo y militar de Granada han quedado numerosos restos arqueológicos pero muy pocos topónimos. El más evidente es Castril al que los árabes llamaron ‘Qastal’ (del latín ‘castellum’) y que sólo fue un castillo fronterizo hasta 1490, fecha en que las tropas cristianas se lo arrebataron a los árabes creando un núcleo de población bajo el amparo y protección de don Hernando de Zafra, a quien los Reyes Católicos entregaron la plaza. Algunos autores que visitaron este castillo-fortaleza en el siglo XII, mencionaban la existencia en su patio de armas de una enorme roca de la que brotaba un gran manantial de agua “capaz de mover ocho piedras de molino” y del que salían peces de color amarillo y moteados de rojo “muy sabrosos”. Castril era, además, el centro de un extraño e inexplicable fenómeno para aquella época: en una cueva se encontraba el cadáver incorrupto de un hombre y, en este mismo lugar, goteaba agua por una cavidad sin llegar nunca a inundarse.Defensiva era, también, la localidad de Jun (‘Sun’ o Yund’), a la que ya le menciona en el siglo VIII como un ‘distrito militar’, además de ser la ‘patria’ de ilustres poetas y juristas granadinos, o Moclín, (‘Hisn Iqlim’) topónimo que nos remite al lugar donde encontraba el ‘castillo del distrito’, una de las treinta y tres demarcaciones territoriales en que los nazaríes dividieron el reino de Granada. En clara referencia a poblaciones que hayan arrastrado un pasado militar nos encontramos, asimismo, con Iznalloz (‘Hisn al-Lawz’ y, con el tiempo, ‘Alloço’), nombre que combina la naturaleza con lo castrense pues procede de la voz árabe ‘hisn’ (castillo) y ‘allozo’ (almendro silvestre), que nada tiene que ver con su homónimo el almendro cultivado que procede de la voz latina ‘amígdala’ que, a su vez, da nombre a esos dos cuerpos glandulosos de forma almendrada que tenemos en la garganta. ComunicacionesBeas, Diezma, Bérchules De vías y caminosEn la provincia de Granada es sumamente conocida la Venta de Andar, un caserío del término municipal de Iznalloz al que, erróneamente, se le ha querido identificar con los viandantes pero que nos puede servir de ejemplo para insistir en la idea de que a un topónimo no se le debe encontrar un significado por simple apariencia a o deducción. ‘Andar’ significa ‘era’ y así se llamó a esta pequeña localidad en tiempos árabes en clara referencia a la tradición cerealista de la zona. Si tiene que ver con la toponimia que hace referencia a caminos o vías de comunicación la villa de Diezma que aunque algunos quieren ver en su origen el tributo que se le pagaba a reyes e Iglesia por los productos que se vendían en las mercaderías, debe su origen a la voz latina ‘décima’ piedra que señalaba la distancia en millas que, en este caso concreto, existía entre Diezma y la calzada romana que pasaba por Acci (Guadix). Los árabes la llamaron ‘Disma’ y ‘Diyma’ y hablan de la existencia en ella de un parador donde el viajero podía pernoctar al finalizar su etapa, aunque en el siglo XVI era sólo una cortijada con nueve casas.También está Bérchules a la que los árabes denominaron ‘Buryil’ y los cristianos ‘El Bérchul’ y que, aunque no lo parezca, tiene su raíz en la voz latina ‘porticellus’ (diminutivo de ‘portus’=puerto pequeño) y que el dialecto árabe granadino hizo evolucionar hacia la voz ‘bérchele’ de donde procede el nombre actual. Y también un significado similar adquiere la localidad alpujarreña de Pórtugos aunque, en este caso, se cree que procede del término romano ‘porta’ (‘puerta, entrada, paso estrecho entre dos montes’). Por último está el término de Beas que procede de la voz latina ‘viax’ y que los árabes adoptaron como ‘Biyas’ si bien hay autores que, en el caso concreto de Beas de Granada, la identifican con la llamada ‘alquería del acónito’, una planta herbácea que crece en lugares umbríos y húmedos. No tiene esta dualidad Beas de Guadix, que fue el apeadero de quienes procedían de Granada (Ilíberi) e iban hasta la calzada que unía Acci (Guadix) con Cástulo (Linares), ramal de la Vía Herculea.Árboles y plantasEl sabor de la tierra El mundo vegetalLos romanos la llamaron Basti. Los árabes ‘madina Bastha’ o ‘Batza’ y hasta nosotros ha llegado con el nombre de Baza, una importante ciudad de la que fuentes árabes informan de la fertilidad de su suelo, la importancia de la seda con la que confeccionaban excelentes brocados, el cultivo del azafrán, sus zocos y mercados. No es extraño, que muchos autores la hayan asociado a la voz árabe ‘Basta’ que significa ‘prosperidad’ pues ningún otro nombre podía resumir las bondades de una ciudad tan afortunada, «a la que Allah concedió una gran belleza» y cuyos alrededores «cautivan el alma y los ojos».Rica y próspera tuvo que ser también la tierra de Galera (‘Galira’=tierra fértil) y, en especial, Yilyana, Esfiliana, una villa romana de la que dijeron los autores árabes que «es tan grande que parece una ciudad como las demás» aunque de ella destacaban sus manzanas, conocidas y alabadas en todo Al-Andalus como «las manzanas ‘yilyani’ con las que Dios dotó este lugar..., de gran tamaño, brillo de piedra preciosa, un dulce bocado y un aroma puro y penetrante».Entre los pueblos que deben su nombre a la abundancia de una determinada especie vegetal se encuentra, asimismo, Pinos Genil que hasta hace pocos años fue, y seguirá siendo para los más antiguos del lugar, Pinillos, un topónimo que se aproxima más a su origen e historia pues, Pinillos, es la versión árabe, en plural y diminutivo (‘Biniyallus’) de la voz latina ‘pinus’ (pino) y así se le menciona en documentos árabes del siglo XIV.Dos siglos antes (siglo XII) ya se nombra, no obstante, a Pinos Puente pero como una sola localidad ‘Binus’, a la que con el tiempo pudo unirse otro núcleo de población llamado ‘Bunt’ o ‘al-Bunut’ (puente) que dio origen al actual nombre y municipio aunque su raíz también está en la voz latina ‘pinus’, al igual que ocurre con Píñar (en árabe ‘Binar’ y en romance ‘Pinyar’).Tierra de encinas fue, originariamente, Albolote; de chopos, Polopos; de torviscas, esa planta que se utilizaba para envenenar el agua de los ríos y poder así atontar a los peces y pescarlos, en Torvizcón; de laureles, Laroles (‘al-Larolex’) y el mirto o arrayán estuvo presente en la esencia paisajística de Murtas y Motril. En el caso concreto de Motril se cree que su nombre procede de la voz latina ‘murtetu’ (‘lugar de mirtos’) y que con su posterior evolución mozárabe-árabe derivó hacia ‘mutretu=mutrit=mutril=Motril. En relación a las viñas tenemos en Granada varios topónimos como Albuñol y Albuñuelas que proceden del latín ‘vineola’, diminutivo de ‘vinea’ (‘viñas’) y que ,en el primer caso, concuerda perfectamente con su tradicional riqueza vineícola, aunque también tenemos Pampaneira que deriva de ‘pámpanu’ (‘pámpano, sarmiento de la vid’).En referencia a explotaciones agrícolas tenemos, asimismo, varios ejemplos como el caso de Cortes (para los árabes ‘Qultis’) que heredaron del latín (‘cohors, -ortis’) su primitivo significado de pequeña explotación agroganadera (‘cortijo, casa de campo’), muy presente en la toponimía española, u Otívar que también puede hallar su significado de huerto o jardín en la voz latina ‘orti’ que los árabes adaptaron como ‘al-Yanna’ (Alamedilla=‘la huerta’).De extrema generosidad fue la naturaleza con el Valle de Lecrín, uno de los distritos del reino de Granada que, con sus correspondientes castillos, alquerías y torres, agrupaba a veinte localidades en una de las zonas más privilegiadas de la geografía granadina. Entre los autores árabes se le conocía como ‘Iqlim Garnata’ (‘distrito de Granada’) o ‘Iqlim al-Qasb’ (‘distrito de la cañar de azúcar’) por servir de acceso a las grandes plantaciones que se encontraban en Motril, Salobreña y Almuñécar. De 'Vâica' a Vega Fertilidad. Los árabes llamaron ‘vega’ a cualquier zona que pudiera ser cultivada. /Ideal El topónimo ‘vega’ se identifica, normalmente, con una zona concreta próxima a Granada capital pero esta palabra está unida a otras muchas localidades de la provincia. Un escritor árabe que visitó Al-Andalus en el siglo XIII preguntó a los habitantes de Granada el significado de esta voz y alguien le dijo que vega «era toda región habitada, sea llana o montañosa, con tal de que sea terreno cultivado».La palabra tiene un posible origen ibérico o latino, ‘váica’ o ‘baiga’ con un significado de campo, heredad. Los árabes le aplicaron el término ‘Fahs’ (‘vega’) a cualquier tierra que fuera baja, llana y fértil y enaltecieron, más que ningún otro pueblo, la Vega de Granada, donde se concentraban más de 300 alquerías o aldeas que cultivaban viñas, cereales, almendros y todo tipo de árboles frutales y productos de huerta para abastecer a los habitantes de la capital. La calidad de la tierra, según Mª Carmen Jiménez Mata, iba en paralelo a su precio pues sólo podían acceder a ella los grandes funcionarios de la Administración. Lugar Topónimo Significado Gentilicio Agrón Agrum al-Gurum Campo cultivado¿? Agroneños Alamedilla al-Yanna La huerta Alamedillenses Albolote al-Bullut Alquería de la encina Alboloteños Albondón al-Bunud Las banderas¿? Albondenses Albuñán (Origen desconocido) Albuñanero Albuñol Bunyol Tierra de viñas Albuñoleros Albuñuelas Bunyuelax Tierra de viñas Albuñolenses Alcudia de Guadix al-Kudia Alquería del cerro Alcudianeros Aldeire al-Dayr Casa. Convento Aldeireños Alfacar al-Fajjar Alquería del alfarero Alfacareños/-inos Algarinejo al-Garín Las cuevas Algarinejenses Alhama de Granada al-Hamma Los baños termales Alhameños Alhendín al-Hamdam Alquería de Hamdam Alhendinenses Alicún de Ortega al-Acum Pequeño Acci (Guadix) Alicuneros Almegíjar al-Maysar Casa de campo. Cortijo Almegijeños Lagartos Almuñécar Sexi al-Munakkab Pueblo al que se le da la espalda Sexitanos Alpujarras al-Busarrat Tierras altas Alpujarreños Alquife (Origen desconocido) Alquifeños Arenas del Rey Arinax Arenal Arenuscos Tarantos Armilla Armillat Armilius (Antropónimo) Armillenses Atarfe a-Tarf El límite. El puntal Atarfeños Bácor Vaccarium Bakur Lugar abundante en vacas Bacareños Baza Basti. Batza Prosperidad Bastetanos Beas de Granada Viax. Biyas Camino Beatos/Beacines Beas de Guadix Viax. Biyas Camino Beatos/Beacines Benalúa de Guadix Benalupa¿? Tierra de lobos¿? Benaluenses Benalúa de las Villas Benalupa¿?- Tierra de lobos¿? Benaluenses Benamaurel Avenmoriel Hijos de Moriel Benamaurelenses Bérchules Bérchele. Buryil Puerto. Paso estrecho Berchuleros Bubión Bulión Manantial que bulle Bubioneros Chamuscaos Busquístar (Origen desconocido) Busquisteños Cacín Gassan, Gassin Alquería de Gassim Cacineños Cádiar al-Cadí El juez Cadienenses/Pavicos Cájar Qurays. Caxar Lugar de la seda Cajareños Calahorra (La) Qalat al-Horra Castillo de la señora Calahorreños Calicasas Galiqayay Casas del gallo Calicaseños Campotéjar Tayarat al-Layam Tájara del Llano Campotejeros Caniles Qanalis Canal Canileros Cáñar (Origen desconocido) Cañaretes/Refajonas Capileira Capitellum Capucha. Capirote Capilurrios Carataunas Caratanuz Tranquilidad Caratauneros/ Los gatos Cástaras Qasturis (Anterior al árabe)- Castareños Castilléjar (De castellum) Castillo pequeño Castillejaranos Castril Castrum Qastal Fortaleza Castrileños Cenes de la Vega Qaryat Sinis Barrio del Genil Ceneros Cijuela al-Siyula Pequeña llanura Cijueleño Cogollos de Guadix Ququllus. Ququlullus Cima, cucurucho Cogolleros Cogollos Vega Ququllus. Ququlullus Cima, cucurucho Cogolleros Colomera Columbarium Qulunbayra Tierra de palomas Colomereños Cortes de Baza Qultis Corral. Cortijo Corteños Cortes y Graena Qultis Corral. Cortijo Corteños Cuevas del Campo Cuevas del Campo (Nombre castellano) Cueveños Cúllar Qúllar Terreno elevado Cullarenses Cúllar Vega Qúllar Terreno elevado Cullarenses Morcilleros Chauchina Chauchena Yabyana (Antropónimo romano) Chauchineros Charches Sals.Sils.Silis Peña Charcheros Chimeneas Dullam (Posible origen íbero) Chimeneros Churriana de la Vega Guiriliana Yurliyana (Antropónimo romano) Churrianeros Darro (río) Falum, al-Dahab, Hadarru, Hadarro Río del oro Darreños Dehesas de Guadix La Dehesa (Origen castellano) Cambucos Deifontes Dar al-Funt Casería de la fuente Deifonteros Diezma Disma, Diyma Lugar que señalaba la distancia en millas Diezmeros Dílar Dílar Reina de las aguas Dilareños Lugar Topónimo Significado Gentilicio Dólar Dular, Dullar (Posible nombre íbero) Doloríos Dúdar Dudar (Posible nombre íbero) Durqueños Dúrcal Dur. Durkar Lagar¿? Durcaleños Escúzar Askudar (Anterior al árabe) Escuceños Esfiliana Yilyana- (Tierra de manzanas) Fonelenses/-eros Ferreira Buraira/Farrayra Lugar de hierro Ferrileños/Ferreireños Fornes Furnis Horno de cocer pan Forneños Freila (Origen desconocido) Freilicas Fuente Vaqueros Fuente Vaqueros (Origen castellano) Fuenterinos Gabia Gadir, Gawiyar Cueva. Depósito de agua Gabirros Galera Galira Tierra fertil Galerinos Gobernador Gobernador (Origen castellano) Gobernadores Gójar Qulyar (Origen bereber) Gojeños/Paveros Gor Sufre Sutefie Hondonada Zufreños Goreños Gorafe Gaurab Cámaras altas Gorafeños Granada Granata. Garnata (Anterior al árabe) Granadinos Guadahortuna Wadi Fortuna Río de la fortuna Guartuneños Guadix Acci, Asi, al-Assat Wadi As, Wadis Río o valle de Acci Accitanos Guadijeños Guájares (Los) Wa-Run. Guáxaras Escarpado Guajareños Gualchos Wadi-l-Yaws Río de los nogales Gualcheros Güéjar Sierra Walyar Talud, tajo Güejareños/Azahones Güevéjar Wabasar (Desconocido) Güevejeños Huélago Fuélago Antiguo lago Huelaguenses Huéneja Wasiya (Desconocido) Huenejeros/Loberos Huelma (Ventas de) al-Walima Alquería de la anfitriona Venteños. Huelmeños Huéscar Osca (Origen romano) Oscenses Huétor Santillán al-Watá Alquería del valle Hueteños Huétor Tájar Watá Valle o río Hueteños/Panciverdes Huétor Vega Watur, Güetor Valle o río Hueteños Íllora Ilurco (Origen romano) Ilurquenses Ítrabo (Origen desconocido) Itrabeños Iznalloz Hisn al-lawz Castillo del almendro Acatuccitanos Jayena Chayyana (Anterior al árabe) Jayenuzcos Jérez del Marquesado Jeres (Origen castellano) Jerezanos Jete Sat Orilla, ribera Jeteños Jun Sun. Yund Destacamento militar Juneros Juviles Subalis. Subulis (Anterior al árabe) Juvileños Láchar Al-Hayar Alquería de la piedra Lachareños Lanjarón Lamcharum Al-Anyurun Charco de agua viva y perenne. Lago. Lanjaronenses Cañoneros Lancha de Cenes Lanyar Lugar abundante en charcos de agua Lancheros Lanteira Argentaria Alyantayra Plata Lanteiranos Lecrín Iqlim (al-Qasb) Iqlim (Garnata) Valdelecrín Distrito (de la caña de azúcar o de Granada) Lecrinenses Lentegí al-Intisit Tierra de lentiscos Lentejireños Lobras (Origen desconocido) Lobreños Loja Lausia, Loxa Lawsa Piedras. Losa Lojeños Lugros Lupus Tierra de lobos Lugreños Lújar Luxar Grandes piedras Lujeños Malahá (La) al-Mallahá Pueblo de sal. Salina. Malaheños Maracena Marcana (Antropónimo romano) Maraceneros Marchal (Origen no documentado) Marchaleros Moclín Hisn Iqlim Castillo del distrito Moclileños Melicena Balaysana (Antropónimo.‘Bellicius’) Meliceneros Molvízar (Origen no documentado) Molviceños Monachil Munastal/ Munastil Monasterio Monachileros Monachilenses Montefrío Muntifrid Mons frigidus Monte frío Montefrieños Montejícar Muntisaqir Monte sagrado Montejiqueños Montillana Montillo Montecillo Añoretos Moraleda de Zafayona (Origen desconocido) Moraleños Morelábor (Origen desconocido) Moredanos/Laborcilleros Motril Murtetu Lugar de mirtos Motrileños Lugar Topónimo Significado Gentilicio Murtas Mirtux o Mirto Mirto (arrayán) Murteño Nigüelas Niwalas (Anterior al árabe) Nigüeleños/Lentos Nívar Nibalis Al-Níbal Nevoso Niveros Ogíjares Ortexicar Uyiyar Huerto sagrado Ogijareños Orce Orx Colonia Asentamiento Orcense Órgiva Exoche Uryuba (Anterior al árabe) Ojiveros Otívar (De ‘Orti’) Huerto. Jardín Otiveños Otura Awtura Alto. Altura Otureños Padul (El) Padule Al-Badul Pantano Paduleños Pampaneira Pampanaria Pámpano Pampanurrios/’Jumaos’ Pedro Martínez (Origen castellano) Pedromartineros Peligros Periculum Biriqulus, Biriqlus Peligro Peligrenses Peza (La) Lapice Piedra Lapeceños Pinar (El) (Origen castellano) Pinos Genil (Pinillos) Biniyallus Pinos Pineros/Ranos Pinos Puente Fonte-Pinox La puente de pinos Pineros Píñar Binar Pinos Piñeros Polícar (Origen desconocido Policareños Polopos Polopus Tierra de chopos Poloperos Poqueira Buqayra Vaquita Pórtugos (De ‘porta’) Puerta. Paso estrecho Portuguesos Puebla de Don Fadrique (Origen castellano) Poblenses/Poblatos Pulianas Pauliana/Bulyana Villa de Paulius Pulianenses Purullena (Villa romana) (Antropónimo) Purullenenses Quéntar Qantar (Homónimo) Quentareños Rubite Rubait Rábita pequeña Rubiteños/Los buenos Salar Qaryat al-Salar (Voz romance) Salareños Salobreña Salambina Salawbiniya (Origen fenicio) Salobreñeros Sta. Cruz del Comercio (Origen castellano) Pansiverdes Santacruceños Santa Fe Santa Fe (Origen castellano) Santaferinos Soportújar Sabotayar Lugar de soportales Soportujeros/Los brujos Sorvilán (Origen desconocido) Sorvilaneros Taha (La) Taha (Distrito administrativo) Talará Harat al-Arab Barrio de los árabes Talareños Torre-Cardela Hisn Cardaira Castillo de Cardaira Cardeleños Torvizcón (De ‘torvisca’) Planta aromática Torvizconenses Mayoyos Trevélez Trebellez Entre valles Treveleños Turón Turobriga (Origen romano) Turoneros Ugíjar Ortexicar. Uxicar Huerto sagrado Ugijareños/Ulijeños Válor Ballur Piedra preciosa Cristal de roca Valoreños Valderrubio Askuruya Asquerosa (no árabe) Valderrubienses Vélez de Benaudalla Ballis Ibn Abd Allah Valle de los hijos de Abd Alláh Veleños Villanueva de las Torres (Origen castellano) Villanovenses Villanueva Mesía (Origen castellano) Malenos Víznar Jawfi Bisnar Umbría de Bísnar Vizneros Zafarraya Sai-Arraiyya Campo de pastores Zafarrayeros Zagra Frontera Zagreños Zubia (La) al-Zawiyya Ermita. Lugar de retiro Zubienses Zújar Sujur. Sujaira Peña fortificada Zujareños
Dime de dónde vienes y te diré quién eres
Geógrafos, historiadores o lingüistas han tratado, desde sus diferentes especialidades, encontrar respuestas al complejo mundo de la toponimia, una ciencia que no sólo nos ofrece una explicación al por qué del origen y significación de muchos nombres de nuestra geografía sino que, además, aporta una cuantiosa información sobre la mentalidad, cultura o lengua de un determinado pueblo o país.
De Sexi a Munakkab. Los árabes llamaron a Almuñécar ‘pueblo al que se le da la espalda’. /Alfredo Aguilar
Desgraciadamente, no es fácil rastrear el origen de todos los nombres pues algunos de ellos se mantienen indescifrables para los investigadores. No es, desde luego, el caso de Granada, donde se ha trabajado sobre un 90% de los topónimos encontrándoles un posible significado ya sean de origen árabe, latino, íbero, fenicio y hasta romance, lengua ‘popular’ que fue transformando términos de diferentes culturas y creando nuevos sonidos y grafías, a veces, por una simple asociación de ideas o conceptos. En cualquier caso, todas las culturas que se han asentado en Andalucía desde tiempos prehistóricos han dejado su impronta aunque, desde un punto de vista lingüístico, la mayor influencia se recibió del latín, muchos de cuyos términos se arabizaron o mezclaron llegando así hasta nuestros días. En Granada tenemos muchos ejemplos. Uno de ellos es el Deifontes (‘Dar al-Funt’) un topónimo híbrido formado por la voz árabe ‘Dar’ (‘casa, caserío’) y por la latina ‘Funt’ (‘fuente’) aunque otros muchos ni tan siquiera sufrieron esta fusión de términos sino que, simplemente, los árabes lo adaptaron del latín a su propia lengua (‘Cubella’=’Quballa’= Cubillas).Por eso, para dar como seguro el significado del nombre de un lugar no basta con una simple suposición sino que hay que rastrear en las fuentes documentales escritas para hablar de una etimología cierta. Estas fuentes nos señalan que, actualmente, un 51% de los topónimos granadinos han llegado hasta nuestros días procedentes del árabe, según afirma Mª Carmen Jiménez Mata a partir de las 303 voces documentadas que registra en su obra 'La Granada islámica'. La mayor presencia de toponimia musulmana se encuentra en Granada-La Vega, mientras que una mayoría de topónimos no árabes se concentran en la comarca de Los Montes, muchas de cuyas localidades nacieron en el siglo pasado a concuencia de la Desamortización y la consiguiente ampliación de las tierras cultivadas y, sobre todo, en la Hoya de Guadix-Baza-Marquesado, una de las zonas periféricas más alejadas del centro territorial y, por tanto, más expuesta a una continúa modificación de sus fronteras por las incursiones de diferentes pueblos.En la Alpujarra, el fenómeno ha sido muy distinto respecto a otras áreas de la geografía granadina pues su histórico aislamiento como zona montañosa, ha hecho que perduren en ella toda una serie de topónimos cuyos nombres se pierden en la memoria del tiempo.
Un rasgo una localidad
La mayoría de los topónimos granadinos hacen referencia a un rasgo distintivo del lugar aunque predominan aquellos que dejan constancia de alguna de las características físicas de la zona donde se ubican. Entre los más frecuentes figuran.
• Los que evocan el agua por su ancestral importancia para la agricultura y la supervivencia de la población (corrientes naturales, manantiales, fuentes, etc.): (Alhama de Granada, Alicun de Ortega, Bubión, Caniles, Deifontes, Dílar, Gabia, Guadahortuna, Guadix, Gualchos, Jete, Lanjarón, Lancha de Cenes, Cenes de la Vega, Padul.• Relieve o configuración del terreno (montes, accidentes del suelo, o aspecto físico): (Alcudia, Algarinejo, Alpujarra, Arenas del Rey, Atarfe, Capileria, Campotéjar, Cijuela, Cogollos (Vega y de Guadix), Cúllar (de Baza y de la Vega), Charches, Gor, Los Guájares, Güejar Sierra, Gorafe, los Huétor (Santillán,Tájar y de la Vega), Lújar, Montillana, Montefrío, Otura, Trevélez, Nívar, Zújar).• Los que han heredado el nombre de alguna tribu o antiguo propietario: (Alhendín, Armilla, Benamaurel, Cacín, Pulianas, Chauchina, Churriana, Maracena, Purullena, Talará, Vélez de Benaudalla. • Pueblos que hablan de flora espontánea, plantas cultivadas, arboricultura, huertos o instalaciones agrícolas: (Alamedilla, Albolote, Albuñol. Albuñuelas, Almegíjar, Cortes, Baza,Galera, Lecrín, Lentejí, Motril, Otívar, Pampaneira, Murtas, Pinos Genil, Pinos Puente, Píñar, Polopos, Torvizcón, Laroles).• Los relativos a caminos y puntos de comunicación: (Beas, Bérchules y Diezma).• De la ganadería, pastoreo o especies animales: (Bácor, Dehesas, Colomera, Calicasas, Lugros, Poqueira, Zafarraya).• En relación a la minería o calidad física del terreno: (Darro, Ferreira, Láchar, Lanteira, Válor).• Con referencia a algún tipo de comercio, oficios o profesiones:(Alfacar, Cájar, Cádiar, Fornes y La Malahá) • Términos con un significado militar: (Albuñol, Calahorra, Castril, Jun, Iznalloz, Torre Cardela, Castilléjar, Moclín).• Y aquellos otros que nos remiten a la religión: (Aldeire, Monachil, Montejícar, La Zubia, La Rábita, Rubite y Ogíjares).
ALDEIRE. Una señora de la localidad lava la ropa en el río Pizarro.
La preocupación por el agua como el elemento más preciado del hombre, en cuanto que de ella depende su subsistencia, está presente en muchos topónimos granadinos y, de hecho, hay numerosos pueblos que deben su denominación a motivos hidrológicos. Está el caso de Dílar cuyo río denominaron los árabes ‘Reina de las aguas’, aunque no se trata precisamente de un topónimo árabe, sino anterior; o Las Gabias, hoy integradas en un sólo municipio, pero que ya en época nazarí eran dos localidades distintas, ‘Gawiyar al-Kubra’ (‘Gabia la grande’) y ‘Gawiyar al-Sugra’ (‘Gabia la chica’), versión árabe de la voz latina ‘cavea’ que significa ‘cueva’ o ‘depósito de agua’. Mucho más remotos son los orígenes de dos poblaciones que tienen en común una misma raíz pero que, hoy día, en nada se parecen. Se trata de Lancha de Cenes y Lanjarón que derivan de la voz céltica o ibérica ‘lancha’ que significa ‘lugar abundante en charcos de agua’ y ‘charco de agua viva y perenne’. En Lanjarón se produjo, al parecer, un aumentativo de la voz original dando lugar a ‘Lancharón’ y en época árabe, ‘al-Anyurun’ o ‘Lanyarun’ que, con las naturales adaptaciones a la nueva lengua, siguió siendo la misma zona que destacó por su fertilidad y abundantes manantiales de agua con propiedades mineromedicinales. Por último tenemos la voz ‘Al-Hamma’, que da nombre a Alhama, un término muy frecuente en la toponimia española (existen ‘alhamas’ en Aragón, Almería, Murcia, etc.) y que hace referencia a la existencia de ‘baños termales’, a los que tan aficionados eran los árabes y de los que nos han legado importantes y bellas construcciones. Las virtudes curativas del agua que brota de Alhama ya fueron conocidas por los romanos e, incluso, por los íberos. No obstante, fueron los árabes quienes más las enaltecieron. Ibn al-Jatib llegó a decir que «los hombres no hallan otra cosa que pueda sustituirlas pues son tan maravillosas como las aguas del paraíso». No tuvo, sin embargo, la misma opinión de la tierra alhameña donde, «sus camellos y ovejas contraían enfermedades que contagiaban a los demás ganados y los mismos hombres. Sus frutos sólo agradaban a los animales, sus bebidas no eran buenas para acompañar la comida y su frío era mucho e intenso».También relacionado con el agua está Padul cuyo nombre procede del latín ‘Padul-Padulis’ que significa ‘laguna’. De hecho, ésta ha sido una característica de la zona pues en El Padul existió un gran lago que se desecó a finales del siglo XVIII a instancias de los vecinos, para tranformarlo en un campo de cultivo y regadío que se ha beneficiado de los residuos vegetales acumulados en su subsuelo durante milenios, al servirles como un preciado abono natural.
Padul ‘versus’ paludismo
La voz ‘padul’ dio lugar, además, a la palabra ‘padulismo’ una enfermedad producida por un protozoo propio de los terrenos pantanosos que inoculan ciertos insectos.En la España musulmana fueron innumerables los ríos y localidades anexas nominados con el componente ‘Wadi-’, según el arabista Elías Terés, pero no todos reflejaron esta voz árabe después de la conquista. Algunos evolucionaron hacia la forma ‘Guad-’ (en Granada tenemos los casos de Guadahortuna, Guadalfeo o Guadiana Menor, llamado por los árabes ‘Wadi Yana’); otro grupo cambió por entero su primitivo nombre (‘Wadi-l-Qastali’=’Río Castril’) y, por último, están los que inicialmente conservaron la voz árabe para perderla después (‘Guadaxenil’=’Genil’). Pero, vamos por partes.El agua como símbolo y utilidad la tenemos presente en la localidad de Guadahortuna que recibe el nombre de un río al que los árabes denominaron ‘Wadi Furtuna’, compuesto de una palabra árabe (‘wadi’=río) y de otra romance, ‘furtuna’. También está documentado el caso del río Guadalfeo que procede de la voz hispanoárabe ‘Wad al-F’éw’ al que se le da el significado de ‘río de la quebrada’, el que discurre por un ‘desfiladero’ o ‘espacio entre dos montes’, lo que cuadra perfectamente con las características de su cauce, como también se corresponde con la realidad el nombre de la localidad de Jete (‘Sat’=orilla), ubicada en la ribera del río Verde, en la Vega sexitana.Uno de los mayores ejemplos de simbiosis entre el hombre y el agua lo tenemos en la romana ciudad de ‘Acci’ a la que los árabes denominaron con el topónimo híbrido ‘Wadi As’ (‘río o valle de Acci’) de donde tomó el actual nombre de Guadix. También los autores árabes nos dan una detallada descripción de esta ciudad de la que destacaban tres características: el agua, el frío intenso y su excelente situación como punto de confluencia de varias rutas. Retratan la ciudad (‘madina’) como un lugar donde vivían familias de rancio abolengo aunque de sus habitantes resaltaban, negativamente, su agresividad. Decían que se perseguían unos a otros, se increpaban con terribles calificativos y, en sus disputas, llegaban a hacer uso de las armas. Eso sí: afirmaban que los accitanos poseían un innato genio poético y que el agua de su río, que baja de las cumbres nevadas, infundía inteligencia al torpe.Con la forma abreviada ‘Gua-’ nos encontramos también a Los Gualchos, topónimo sobre el que los autores no se ponen de acuerdo aunque quien parece estar más próximo a su origen y significación es Elías Terés al asociarlo a ‘Wadi-l-Yawz’, ‘río de los nogales’.Por último, tenemos los topónimos de Canales y Caniles, también muy presentes en la toponimia granadina, que proceden del latín ‘canalis’ (canal), en referencia al tradicional sistema de riego por cauces artificiales,. Los árabes adoptaron el nombre latino dando lugar a ‘Qanalis’, del que tenemos tres topónimos en la provincia de Granada: Canales, de Güejar Sierra, un núcleo de población al que autores árabes ya nombran en el siglo XIV y que quedó el siglo pasado sumergido bajo las aguas de la presa que recogió su nombre; la villa de Caniles, en el término municipal de Baza que sufrió el fenómeno fonético conocido como imela por el que algunos dialectos árabes antiguos sustituían la ‘a’ larga por la ‘i’; y, por último, tenemos otro topónimo con el nombre de Canales, en Iznalloz ,que en el siglo XII daba nombre a un castillo-fortaleza y su anexa población.No menos curioso parece ser el origen del nombre de Bubión que algunos historiadores remontan a la raiz latina ‘bull-’ (‘bullire’=’bullir’) y como tal Bulión se le menciona en un documento de 1514. Además del término estricto de ‘hervir’ o ‘bullir’, a esta localidad se le atribuye un significado más complejo: ‘fuentecilla o manantial en que brotan las aguas bullendo mucho y haciendo ruido y ampollitas», según el erudito F. J. Simonet en su famoso ‘Glosario de voces ibéricas y latinas usadas entre los mozárabes’.La tierra y sus formasDel llano al monte
Un nombre, un lugar
La tierra en su estado natural –llanos, montes, accidentes del suelo o aspecto físico– ha servido también al hombre para darle nombre al lugar donde se asentaban. Así lo hicieron con Alcudia a la que los árabes llamaron ‘Al-Kudia’ (‘monte pequeño aislado en un llano’), ó Cúllar, versión árabe de la voz latina ‘collum’, alusiva a un terreno elevado. Poca transformación ha sufrido, por su parte, el término Cogollos, topónimo que procede también de una palabra latina, ‘cucullus’ (‘cima’, ‘cucurucho’) y que cuenta con otros paralelismos en la provincia de Granada donde existen nombres tan sugestivos como la ‘tetica de Nívar’ o el ‘cucurucho de Nigüelas’.Las referencias a pueblos de nuestra provincia que se hallan en tajos o lugares escarpados son muy numerosas en consonancia con la orografía de Granada. Tenemos Los Guájares, (‘Wa-Run’ para los árabes y ‘Guáxaras’ y ‘Guájaras’ para los cristianos) que está integrado por Guájar Alto, Guájar Fondón (‘al fondo’) ‘y Guájar Faragüit que significa ‘jardín escondido’.
MONTEFRÍO. Una de las pocas localidades cuyo topónimo hace referencia al clima. / Ideal
También están Güejar Sierra y Gójar. A la primera, los árabes denominaron ‘Walyar’ procedente de la voz ‘wayar’ que significa ‘talud, tajo’ y de posible origen bereber, como también lo es la voz ‘Qulyar’, nombre con el que los árabes designaron a Gójar, del que se desconoce su significado. Lo que sí se sabe es que tanto en el caso de ‘Walyar’ como en el de ‘Qulyar’, las dos perdieron en el transcurso del tiempo la letra ‘l’ y la ‘y’, convirtiéndose en la ‘j’ de nuestra actual lengua.Tierra llana tenemos en la Vega a Cijuela, a la que los árabes llamaron ‘pequeña llanura’ y donde ya en el siglo X se construyó un avanzado sistema de riego que llevaba el agua a toda la zona mediante una compleja red de canales y acequias. Y más alto está Montefrío una de las pocas localidades con referencia a la climatología junto con Nívar (‘nevoso’) a la que se le llamó ‘Montefrido’ y, anteriormente ‘Mons frigidus’ (de ahí el nombre de ‘frígida’) que significa frío. Menos transformación ha sufrido Capileira que, al parecer, procede de la voz latina ‘capitellum’ que textualmente habría que traducir como ‘capucha’ o ‘capirote’ pero que adaptado a la significación de un lugar equivaldría a identificarlo como ‘el que está en lo alto’. Tampoco ha sufrido mucha variación Montillana, a quien se le atribuye una posible derivación del latín ‘montillo’ que viene a significar monte muy pequeño y más en concreto ‘montecillo’.Entre el monte y el valleHuétor Vega, Santillán y Huétor Tájar
Los ‘Huétor’
Más problemas plantean a los lingüistas e historiadores el término Huétor que da nombre a tres localidades granadinas distintas: Huétor Vega, Huértor Santillán y Huétor Tájar. Aunque los árabes designaron a cada una con un nombre distinto (‘al-Watá= Huétor Santillán; ‘Watur’= Huétor Vega y Wat=Huétor Tájar) su idéntica raiz (‘Wat–’) hace que algunos especialistas, como Luis Seco de Lucena, afirmen que se trata de un topónimo árabe que significa ‘pueblo de la colina’ mientras que otros, como Steigner o la profesora Mª Carmen Jiménez Mata, apuestan por una derivación de la voz árabe ‘wadi’, en el sentido de ‘valle o río’, pero que sufrió una profunda transformación con el paso del tiempo (‘wadi=wed=Huata=Güete=Huete=Huétor). En el caso de Huétor Tájar parece claro que se trataban de dos localidades diferentes (Huétor y ‘Tasar’, próximas entre sí y que antes de formar un sólo núcleo urbano, pertenecían a una alquería defendida por una fortaleza que se ubicaba en el último tramo del río Genil a su paso por la Vega granadina. Huétor Vega, que fue una de las propiedades del sultán ubicadas fuera de las murallas de la ciudad, tomó su apelativo de un nombre que está muy presente en la toponimia granadina, ‘Vega’, un término de posible origen ibérico que significa heredad o campo A esta localidad también se le llamó durante un tiempo Huétor-Colorado, por el color de sus fértiles tierras.Respecto al apelativo de Huétor Santillán que siguiendo los textos árabes recibió, originariamente, el nombre de ‘alquería del valle’, la mayoría de los autores se inclinan por creer que ‘Santillán’ es una contracción de San Julián (San Illán) a cuya advocación se acogió el pueblo tras la conquista cristiana.Un último ejemplo de cómo la toponimía da cuenta de la configuración del terreno lo tenemos en Gorafe (‘Gaurab’), que significa ‘cámaras altas’, en referencia a su histórico hábitat en casas-cuevas, cuyo máximo exponente es un conjunto de origen almohade (siglo XII) excavadas a unos 150 metros del suelo. También ‘cuevas’ significa ‘Al-Garín’ , precedente de Algarinejo, en la comarca de los Montes, una primitiva cortijada que se fusionó con otro núcleo de población próximo, llamado Nejo, y que dio lugar al actual término municipal.Y aunque no sea núcleo de población un topónimo muy arraigado en Granada es la Sierra de Sagra que los árabes llamaron ‘Sajra’ y que significa ‘picacho’.
Otros lugares
• Cubillas: Topónimo de origen latino, diminutivo de ‘cuba’ (cueva artificial, depósito de agua) que los árabes transformaron en ‘Quballa’.• El Fargue: Durante la época nazarí el Fargue fue uno de los parajes más bellos y frondosos del norte de la capital. Le denominaron Al-Farg, que significa ‘alquería de los morteros’, que poco ha variado respecto a la actual denominación. Su nombre hace referencia a un material de construcción usado por los romanos, el mortero, resultado de la mezcla de arena, cal, piedra y agua, cuya dureza igualaba a la piedra aunque mucho más ligero.• Ainadamar: Denominación de una acequia que nace en Fuentegrande (Alfacar) y de un pago donde hoy se levanta la Facultad de Filosofía y Letras y parte del Monasterio de la Cartuja. Se le llamó ‘Ayn al-Dam ‘(‘Fuente de las lágrimas’) y los moriscos ‘Aynadoma’. Este lugar era famoso por sus casas solariegas, sus admirables huertas y su abundante agua que, antes de que los árabes la encauzaran con acequias, brotaba de una fuentecilla que destilaba el agua «gota a gota, como las lágrimas».• Arabial: Era una gran finca de recreo situada a las afueras de la ciudad y, hoy, una de sus zonas más edificadas. Los árabes denominaron este área como ‘Al-Abyar’, de donde tomó el actual nombre, que significa ‘Casería de los pozos’.• Zaidín: Actual barriada de Granada que en otro tiempo tenía adscritas varias alquerías o aldeas. Deriva de ‘Al-Sa’idin’ que significa los ‘brazos de agua’ por bifurcarse en ella varias redes de agua para riego. n Almanjáyar: Hoy un populoso barrio granadino de alta edificación que se ubica en una zona que los árabes llamaron ‘Al-Masayij’ y que significa ‘llano de los maestros’. Autores árabes lo describían en el siglo XIV como un extenso llano, al norte de la ciudad, inundado de torres, casas, viñas y todo tipo de árboles frutales.
Culto a Dios, a las armas y a la naturaleza
Del pasado militar del reino de Granada han quedado escasos topónimos, aunque sí innumerables restos arqueológicos que se diseminan por toda la provinciaTanto la religión musulmana como la cristiana dejaron su huella en algunas localidades
No son muchos los topónimos granadinos que hacen referencia a la religión, y los pocos que han pervivido hacen referencia al culto cristiano, aunque con una etimología árabe, salvo en el caso de La Zubia, que significa ‘alquería de la ermita’ o ‘lugar de retiro’ a la que textos árabes mencionan como un lugar de peregrinación por encontrarse en ella la sepultura de un santón musulmán. De un sentido menos espiritual son los orígenes de la localidad costera de La Rábita o Rubite (‘rubait’=rábita pequeña) que tomaron el nombre de aquellos conventos fortaleza que los musulmanes españoles levantaron en la costa o en puntos fronterizos, para defender sus territorios con monjes soldados y que fueron los precursores de las órdenes militares, aunque hay quien afirma que Rubite podría derivar del latín ‘rubus’ que significa ‘zarza’.
El castillo. Castril de la Peña es una de las pocas localidades con referencia castrense. / Paco Ayala
De mayor simbolismo es Montejícar (‘Munt Saquir’=’monte sagrado’), un primitivo castillo-fortaleza situado sobre el río ‘al-Arab’ (‘los árabes’) que tomó este nombre de las tropas musulmanas que asaltaron la fortaleza de ‘Munt Saqir’ en el siglo X, exterminando a sus defensores y a los de las fortalezas vecinas, si bien los primeros asentamientos en esta localidad fueron muy anteriores a los romanos y su topónimo bien pudiera proceder de cualquier pueblo anterior que arraigara en el lugar. Está asimismo Monachil, uno de los topónimos más controvertidos de la geografía granadina junto al de Huétor. Hay quien afirma que Monachil es una forma híbrida de la voz latina ‘montem’ y el vocablo árabe dialectal granadino ‘sal’ (‘Monte elevado’) que adoptó la grafía ‘Muntasal’ y, más tarde, ‘Muntasil’, si bien la mayoría de los autores le atribuyen su origen a ‘Munastal’ o ‘Munastil’ que deriva de la voz latina ‘monasterium’ (monasterio). Este hecho no sería extraño pues en los primeros siglos de la época medieval (VIII-X) la población mozárabe del Sur (cristianos arabizados) formaron en Granada importantes comunidades cristianas que convivían armónicamente con el resto musulmán, aunque concentrándose en núcleos de culto propio como Monachil, Ogíjares, Aldeire, Montejícar o La Quinicia, término municipal de Albolote que los árabes llamaron ‘A-Kana’is’ (‘distrito de las iglesias’). Cuando entre los siglos XI y XII muchos mozárabes salieron de tierras granadinas por enfrentamientos con los almorávides, las entidades que dejaron fueron ocupadas por repobladores árabes llegados del norte de África, que mantuvieron o adaptaron los primitivos topónimos, pese a su origen cristiano, conservándose así hasta nuestros días. Sí existe constancia de que en Monachil existió un templo visigodo sobre el que se levantó una mezquita que, a su vez, dio paso a la construcción de la primera iglesia cristiana del entorno metropolitano tras la conquista de Granada.
De Ugíjar a Ogíjares
Desde un punto de vista histórico y lingüístico las localidades más interesantes que han conservado su pasado religioso son Aldeire y Ogíjares. En tiempos musulmanes Los Ogíjares eran dos aldeas separadas aunque próximas entre sí (de ahí su plural) llamadas ‘Ugíjar la alta’ y ‘Ugíjar la baja’ que tras la conquista cristiana quedaron unidas en una sola localidad. En la alta existía una fortaleza y algunos centros religiosos como mezquita, rábitas y gimas mientras que en la baja, mucho más pequeña, sólo había una rábita y un lugar de enterramiento de los creyentes. Ogíjares fue un caso ejemplar de convivencia entre cristianos y musulmanes y, de hecho, muchos nombres y apellidos cristianos de esta localidad aparecen mezclados en las fuentes documentales con los nombres y apodos árabes.En cuanto a la evolución de su nombre se ha constatado que ‘hortum sacrum’ pasó a citarse como ‘Ortexicar’, ‘Uyiyar’ (árabe), ‘Urxicar’, ‘Uxicar’, ‘Ugíjar’ y, por último, evolucionó hasta el actual Ogíjares.Igual origen le dan algunos investigadores a la localidad alpujarreña de Ugíjar que sí ha conservado su tradicional nombre al no haber estado expuesta a grandes influencias exteriores, por su histórico aislamiento como zona de montaña y difícil acceso. Otro centro religioso por excelencia fue Aldeire, un topónimo muy abundante durante la Edad Media tanto en Andalucía Oriental como en Oriente Próximo. Su nombre procede del arameo (‘daira’) y de esta lengua pasó al árabe con la denominación ‘dayr’ que, textualmente, se traduce como ‘la casa’ pero en un sentido más amplio significa ‘convento cristiano’, ‘monasterio’ o ‘comunidad cristiana’. Los ‘aldeires’ eran casas consagradas a Dios. No se construían en las grandes ciudades sino en zonas desérticas, terrenos montañosos o situados en los cruces de caminos y, además de cumplir una función religiosa, servían de albergue a las personas que desarrollaban comercio o iban de peregrinación. El abad era el ‘dayrani’ y los monjes ‘dayyar’ quienes además de la oración y el hospedaje cultivaban la tierra como medio para su sustento.Aunque existe otro Aldeire en Trevélez y Otura y varios más en Almería, el del Marquesado del Cenete cumplió su finalidad estratégica pues desde él se controlaba el puerto de la Ragua que une la Alpujarra con el propio Cenete, Guadix y el camino de Almería.
Los católicos
La cristiandad tampoco fue ajena a dotar a determinados localidades con sus símbolos religiosos y en Granada tenemos dos exponentes: Santa Fe y Santa Cruz del Comercio. La primera, surgió en 1491 sobre una antigua cortijada llamada ‘Huécar’ (para los árabes ‘Wakar’) donde, antes del incendio que la destruyó, se instaló el campamento cristiano que puso cerco a la capital nazarí. En el mismo lugar que ocupó Huécar, se levantó Santa Fe, un topónimo que obedece al deseo de sus fundadores, los Reyes Católicos, de acrecentar con tal nombre la “santa fe católica de Jesucristo”. Santa Cruz del Comercio debe su origen a épocas más recientes e, inicialmente, se le llamó Santa Cruz de Loja para, a partir de 1888, denominarse del Comercio, pues fueron los comerciantes madrileños, concretamente los del Círculo Mercantil de Madrid, quienes con sus aportaciones reconstruyeron la localidad tras el fuerte seismo que arrasó gran parte de la comarca en 1884.De árabes a cristianosCastillos y fortalezas
Lo castrense
Del pasado defensivo y militar de Granada han quedado numerosos restos arqueológicos pero muy pocos topónimos. El más evidente es Castril al que los árabes llamaron ‘Qastal’ (del latín ‘castellum’) y que sólo fue un castillo fronterizo hasta 1490, fecha en que las tropas cristianas se lo arrebataron a los árabes creando un núcleo de población bajo el amparo y protección de don Hernando de Zafra, a quien los Reyes Católicos entregaron la plaza. Algunos autores que visitaron este castillo-fortaleza en el siglo XII, mencionaban la existencia en su patio de armas de una enorme roca de la que brotaba un gran manantial de agua “capaz de mover ocho piedras de molino” y del que salían peces de color amarillo y moteados de rojo “muy sabrosos”. Castril era, además, el centro de un extraño e inexplicable fenómeno para aquella época: en una cueva se encontraba el cadáver incorrupto de un hombre y, en este mismo lugar, goteaba agua por una cavidad sin llegar nunca a inundarse.Defensiva era, también, la localidad de Jun (‘Sun’ o Yund’), a la que ya le menciona en el siglo VIII como un ‘distrito militar’, además de ser la ‘patria’ de ilustres poetas y juristas granadinos, o Moclín, (‘Hisn Iqlim’) topónimo que nos remite al lugar donde encontraba el ‘castillo del distrito’, una de las treinta y tres demarcaciones territoriales en que los nazaríes dividieron el reino de Granada. En clara referencia a poblaciones que hayan arrastrado un pasado militar nos encontramos, asimismo, con Iznalloz (‘Hisn al-Lawz’ y, con el tiempo, ‘Alloço’), nombre que combina la naturaleza con lo castrense pues procede de la voz árabe ‘hisn’ (castillo) y ‘allozo’ (almendro silvestre), que nada tiene que ver con su homónimo el almendro cultivado que procede de la voz latina ‘amígdala’ que, a su vez, da nombre a esos dos cuerpos glandulosos de forma almendrada que tenemos en la garganta. ComunicacionesBeas, Diezma, Bérchules
De vías y caminos
En la provincia de Granada es sumamente conocida la Venta de Andar, un caserío del término municipal de Iznalloz al que, erróneamente, se le ha querido identificar con los viandantes pero que nos puede servir de ejemplo para insistir en la idea de que a un topónimo no se le debe encontrar un significado por simple apariencia a o deducción. ‘Andar’ significa ‘era’ y así se llamó a esta pequeña localidad en tiempos árabes en clara referencia a la tradición cerealista de la zona. Si tiene que ver con la toponimia que hace referencia a caminos o vías de comunicación la villa de Diezma que aunque algunos quieren ver en su origen el tributo que se le pagaba a reyes e Iglesia por los productos que se vendían en las mercaderías, debe su origen a la voz latina ‘décima’ piedra que señalaba la distancia en millas que, en este caso concreto, existía entre Diezma y la calzada romana que pasaba por Acci (Guadix). Los árabes la llamaron ‘Disma’ y ‘Diyma’ y hablan de la existencia en ella de un parador donde el viajero podía pernoctar al finalizar su etapa, aunque en el siglo XVI era sólo una cortijada con nueve casas.También está Bérchules a la que los árabes denominaron ‘Buryil’ y los cristianos ‘El Bérchul’ y que, aunque no lo parezca, tiene su raíz en la voz latina ‘porticellus’ (diminutivo de ‘portus’=puerto pequeño) y que el dialecto árabe granadino hizo evolucionar hacia la voz ‘bérchele’ de donde procede el nombre actual. Y también un significado similar adquiere la localidad alpujarreña de Pórtugos aunque, en este caso, se cree que procede del término romano ‘porta’ (‘puerta, entrada, paso estrecho entre dos montes’). Por último está el término de Beas que procede de la voz latina ‘viax’ y que los árabes adoptaron como ‘Biyas’ si bien hay autores que, en el caso concreto de Beas de Granada, la identifican con la llamada ‘alquería del acónito’, una planta herbácea que crece en lugares umbríos y húmedos. No tiene esta dualidad Beas de Guadix, que fue el apeadero de quienes procedían de Granada (Ilíberi) e iban hasta la calzada que unía Acci (Guadix) con Cástulo (Linares), ramal de la Vía Herculea.Árboles y plantasEl sabor de la tierra
El mundo vegetal
Los romanos la llamaron Basti. Los árabes ‘madina Bastha’ o ‘Batza’ y hasta nosotros ha llegado con el nombre de Baza, una importante ciudad de la que fuentes árabes informan de la fertilidad de su suelo, la importancia de la seda con la que confeccionaban excelentes brocados, el cultivo del azafrán, sus zocos y mercados. No es extraño, que muchos autores la hayan asociado a la voz árabe ‘Basta’ que significa ‘prosperidad’ pues ningún otro nombre podía resumir las bondades de una ciudad tan afortunada, «a la que Allah concedió una gran belleza» y cuyos alrededores «cautivan el alma y los ojos».Rica y próspera tuvo que ser también la tierra de Galera (‘Galira’=tierra fértil) y, en especial, Yilyana, Esfiliana, una villa romana de la que dijeron los autores árabes que «es tan grande que parece una ciudad como las demás» aunque de ella destacaban sus manzanas, conocidas y alabadas en todo Al-Andalus como «las manzanas ‘yilyani’ con las que Dios dotó este lugar..., de gran tamaño, brillo de piedra preciosa, un dulce bocado y un aroma puro y penetrante».Entre los pueblos que deben su nombre a la abundancia de una determinada especie vegetal se encuentra, asimismo, Pinos Genil que hasta hace pocos años fue, y seguirá siendo para los más antiguos del lugar, Pinillos, un topónimo que se aproxima más a su origen e historia pues, Pinillos, es la versión árabe, en plural y diminutivo (‘Biniyallus’) de la voz latina ‘pinus’ (pino) y así se le menciona en documentos árabes del siglo XIV.Dos siglos antes (siglo XII) ya se nombra, no obstante, a Pinos Puente pero como una sola localidad ‘Binus’, a la que con el tiempo pudo unirse otro núcleo de población llamado ‘Bunt’ o ‘al-Bunut’ (puente) que dio origen al actual nombre y municipio aunque su raíz también está en la voz latina ‘pinus’, al igual que ocurre con Píñar (en árabe ‘Binar’ y en romance ‘Pinyar’).Tierra de encinas fue, originariamente, Albolote; de chopos, Polopos; de torviscas, esa planta que se utilizaba para envenenar el agua de los ríos y poder así atontar a los peces y pescarlos, en Torvizcón; de laureles, Laroles (‘al-Larolex’) y el mirto o arrayán estuvo presente en la esencia paisajística de Murtas y Motril. En el caso concreto de Motril se cree que su nombre procede de la voz latina ‘murtetu’ (‘lugar de mirtos’) y que con su posterior evolución mozárabe-árabe derivó hacia ‘mutretu=mutrit=mutril=Motril. En relación a las viñas tenemos en Granada varios topónimos como Albuñol y Albuñuelas que proceden del latín ‘vineola’, diminutivo de ‘vinea’ (‘viñas’) y que ,en el primer caso, concuerda perfectamente con su tradicional riqueza vineícola, aunque también tenemos Pampaneira que deriva de ‘pámpanu’ (‘pámpano, sarmiento de la vid’).En referencia a explotaciones agrícolas tenemos, asimismo, varios ejemplos como el caso de Cortes (para los árabes ‘Qultis’) que heredaron del latín (‘cohors, -ortis’) su primitivo significado de pequeña explotación agroganadera (‘cortijo, casa de campo’), muy presente en la toponimía española, u Otívar que también puede hallar su significado de huerto o jardín en la voz latina ‘orti’ que los árabes adaptaron como ‘al-Yanna’ (Alamedilla=‘la huerta’).De extrema generosidad fue la naturaleza con el Valle de Lecrín, uno de los distritos del reino de Granada que, con sus correspondientes castillos, alquerías y torres, agrupaba a veinte localidades en una de las zonas más privilegiadas de la geografía granadina. Entre los autores árabes se le conocía como ‘Iqlim Garnata’ (‘distrito de Granada’) o ‘Iqlim al-Qasb’ (‘distrito de la cañar de azúcar’) por servir de acceso a las grandes plantaciones que se encontraban en Motril, Salobreña y Almuñécar.
De 'Vâica' a Vega
Fertilidad. Los árabes llamaron ‘vega’ a cualquier zona que pudiera ser cultivada. /Ideal
El topónimo ‘vega’ se identifica, normalmente, con una zona concreta próxima a Granada capital pero esta palabra está unida a otras muchas localidades de la provincia. Un escritor árabe que visitó Al-Andalus en el siglo XIII preguntó a los habitantes de Granada el significado de esta voz y alguien le dijo que vega «era toda región habitada, sea llana o montañosa, con tal de que sea terreno cultivado».La palabra tiene un posible origen ibérico o latino, ‘váica’ o ‘baiga’ con un significado de campo, heredad. Los árabes le aplicaron el término ‘Fahs’ (‘vega’) a cualquier tierra que fuera baja, llana y fértil y enaltecieron, más que ningún otro pueblo, la Vega de Granada, donde se concentraban más de 300 alquerías o aldeas que cultivaban viñas, cereales, almendros y todo tipo de árboles frutales y productos de huerta para abastecer a los habitantes de la capital. La calidad de la tierra, según Mª Carmen Jiménez Mata, iba en paralelo a su precio pues sólo podían acceder a ella los grandes funcionarios de la Administración.