La alquería de Tablate

Sacado de Los Habices de las iglesias del Valle de Lecrín de Lorenzo Luís Padilla Mellado

Su nombre viene del topónimo árabe versión de otro anterior de procedencia latina taŭla.
( ‫ طبليت‬ )
(Ṭablayt)
 terreno de poca pendiente, meseta pequeña por el que discurre el río sin apreciarse su corriente.

El centro del pueblo tiene una manzana de casas donde la mayoría están en un estado muy avanzado de destrucción. Al costado de la Iglesia se inicia una calle que forman un bloque compacto que finaliza con los restos de una torre defensiva del s. XVI, formando en su conjunto la parte mejor conservada del lugar

Su ubicación en medio del Valle de Lecrín, en el camino hacia la Costa, y la calidad de sus productos agrícolas permitió a El Pinar ocupar un lugar preeminente en lo que al abastecimiento de Granada se refiere. Pero su protagonismo no se redujo únicamente a este aspecto, dado que por su situación jugó un importantísimo papel en el levantamiento de los moriscos en el s. XVI. Posteriormente sufriría las consecuencias de la reconquista, que le valió su despoblamiento casi total cuando el conflicto acabó con la expulsión de los moriscos sublevados.

Madoz en su diccionario nos hace una descripción de este lugar. De él dice que su entramado urbano está formado por 140 casas, cuenta con varios manantiales de buen agua en el término Es bañado en la parte del sur por el río que nace en la Laguna de El Padul y se dirige a desaguar en el Guadalfeo. Los caminos a excepción de la expresada carretera, son locales y difíciles de transitar. La producción principal es el aceite, cogiéndose también algunos granos, vino y frutas, sin que falte caza de perdices y conejos. La industria, la propia de la actividad agrícola, 3 molinos de aceite y 2 harineros.

Tablate estuvo habitado hasta finales de la década de los 50 del pasado siglo. Es un lugar conocido por todos los historiadores y amantes de la cultura. Su núcleo urbano deshabitado nos ofrece una información bastante detallada del entramado urbanístico de tiempos pasados. Al contrario de lo ocurrido en otros lugares debido a la influencia del desarrollo urbanístico se modifica o desaparece el trazado de sus calles y plaza, en esta alquería perduran unas características propias de reminiscencia morisca, los materiales constructivos de sus casas, distribución de las habitaciones. Sus casas ofrecen una serie de balcones, puertas y ventanas con líneas constructivas de siglos pasados. Su iglesia es pequeña, con escalinata delantera y su puerta lateral cegada, que quiere resistir al paso del tiempo, aunque ha empezado a ceder por su peor sitio. El tejado empieza a agujerearse y su estado general de conservación es lamentable por no decir que está en una situación bastante avanzada de ruina. Perdura su cementerio que permanece adosado a la iglesia, como lo fue en todos los pueblos cercanos hasta principios del s. XX. , así como una alberca de tierra alimentada de agua de la sierra que discurre por unas laberínticas acequias abasteciendo la vega del pueblo.

Igualmente quedan restos de espacios empedradas, en lo que fueron los lugares más importantes de la población, como muestra de la urbanización de entonces. Hay rincones y recovecos que se mantienen ofreciendo un bello aroma rural. Existe una manzana de casas donde residían los vecinos más preeminentes, formando un bello conjunto, rematada al final con una torre defensiva de origen nazarí, que sería digno de proteger y conservar. Perdura un horno de de pan cocer, que junto con los restos de una bóveda conservada en Ízbor, se puede uno hacer una idea de estos hornos de poya, donde los vecinos tenían que ir a cocer su pan y otros alimentos.

En general hay bastantes casas en total abandono y caídas pero es una muestra magnífica de como era un pueblo en los años pasados de nuestra rica historia granadina.

Este territorio cuando más relevancia alcanzo fue en la época de ocupación islámica. Durante la época nazarí estos lugares estaban incluidos en la taha de Alaclín, en el camino de la Alpujarra. Apenas existen testimonios escritos de época musulmana si exceptuamos algunas noticias sobre riego de algunos lugares del Valle, como es el caso de Acequias y Mondújar, o las ordenanzas de un cadí del Valle o las noticias que nos da Mármol Carvajal de la rebelión de la Alpujarras y Valle de Lecrín en 1490, perdiéndose las fortalezas que habían caído en manos cristianas, iniciándose una serie de acciones de destrucción de algunos lugares, quema de sembrados y tala de bosques

En las cercanías de esta población se pueden citar varios hechos de armas de relevante importancia, algunos años más tarde de la conquista castellana y la posterior consolidación política y social del reino de Granada, que se llevaron a cabo a ambos lados de la pequeña sima y el barranco que parte el terreno, aunque hay uno de suma importancia e interesante a la misma vez, por ser protagonista uno de los puentes más estratégicos de la zona y que permite la entrada a la Alpujarra desde el Valle de Lecrín.

El 10 de enero de 1569 es decir, diez y siete días más tarde de la elección del que fue elegido rey de los moriscos que se levantaron contra la Corona, Aben Humeya, éste se hallaba ya en el corazón de la Alpujarra, y alzada en su favor la mitad del reino granadino, el Marqués de Mondéjar, que había salido de la capital en busca de los insurgentes, con una división de dos mil infantes, llegó a la vista del Puente de Tablate.

Mármol Carvajal en su Crónica nos describe estos hechos que tuvieron lugar en este lugar de Tablate “Los rebeldes, en número de tres mil quinientos, capitaneados por Girón de Archidona, por Anacoz y el Rendati, se habían atrincherado en la cuesta y colinas que dominan por la parte de Lanjarón, y cortado el Puente de Tablate, que facilita el paso de un barranco profundísimo. El Marqués llevaba ordenada su gente en batallones y protegida por una manga de arcabuceros y una vanguardia de corredores. Al llegar a los visos inmediatos del Puente, se divisaron las partidas moriscas, formadas bajo banderas blancas y coloradas, con ánimo de defender el paso. El Marqués se adelantó con los arcabuceros y rompió el fuego, que fue contestado; pero como los arcabuces cristianos hiciesen estrago en los enemigos, cedieron éstos y se alejaron algún trecho, en la persuasión de que era imposible pasar el puente desbaratado

Dio ejemplo a los soldados y terror a los moriscos un fraile franciscano, llamado Fray Cristóbal Molina, el cual, con un crucifijo en la mano izquierda, una espada en la derecha, los hábitos cogidos en la cinta y una rodela a la espalda, llegó al paso, se apoyó en un madero, saltó, y, cuando todos esperaban verle caer, se admiraron de contemplarle salvo en la orilla opuesta. Siguieronle dos soldados animosos: uno cayó y murió en lo hondo; el otro fue más afortunado. Recompusieron éstos unos maderos al abrigo del fuego de los arcabuceros; facilitaron el paso a otros, y, últimamente, rechazados los moros, y consolidado el puente con tablones y piedras, pasó toda la división con caballos, carros y artillería, y se alojó en Tablate. El Marqués peleó como soldado en primera línea, y, a no haber sido por la fortaleza de su corazón, que le aplastó una bala, hubiera perecido”

Tras la victoria del ejército que capitaneo Don Juan de Austria, hermanastro del rey Felipe II, los moriscos del Valle, unos 5000, fueron deportados a Córdoba en primer lugar para más tarde pasar a Galicia y Extremadura, mientras que pobladores de otros lugares de Andalucía, Castilla y Galicia, sustituyeron a los moriscos deportados. Este hecho incidió negativamente en la agricultura pues los nuevos colonos, al desconocer las técnicas moriscas, se dedicaron a otra clase de cultivos, poniendo de moda los cereales y dejando los cultivos de tradición musulmana, como la seda, por desconocimiento de las técnicas de cultivo de dichos productos.

De recuerdo de esos tiempos pasados de continuas batallas en la zona aun se puede apreciar en su casco urbano una torre defensiva, posiblemente del s. XVI, de cuando los cristianos se refugiaron en el lugar para defenderlo en la rebelión morisca de las Alpujarras y del Valle de Lecrín.

Esta torre-fortaleza se localiza al norte de la pequeña iglesia, hoy en día casi destruida en su parte más elevada. Debió de formar parte del reducto defensivo que existiría en la alquería, para la guarnición que vigilaba el cercano y estratégico puente de Tablate.

Lo que hoy vemos, parece ser una construcción cristiana del siglo XVI, quizás ocupando los cimientos una anterior de origen nazarí. Tiene planta rectangular, con dimensiones 4’15 x 3 m. siendo la orientación de los lados mayores norte-sur. Sus muros son de tapial, con cajones de pequeño tamaño en el que se resaltan las juntas, estando las esquinas reforzadas de ladrillo. Interiormente se encuentra macizada con hormigón de cal, si bien su planta baja dispone de un habitáculo, cubierto con un techo formado por grandes vigas de madera que se apoyan sobre muros de ladrillo. Su actual nivel interior está más bajo que el del camino en el que se sitúa. Conserva una altura de 5’50 m. aproximadamente.

Su iglesia fue construida entre 1561 y 1563, por los maestros Luís de Morales, albañil y Francisco Hernández, carpintero, dando las tejas vidriadas Alonso Hernández, alfarero. Quemada cuando la rebelión morisca, se reconstruye casi en su totalidad, fundamentalmente su armadura, de 1603 a 1605 Su fábrica endeble ha obligado a distintas reparaciones.

Así pues la sencillez de su fábrica y las sucesivas reparaciones, hacen que poco haya que destacar de su templo. Consta de una pequeña nave y altar mayor sin diferenciar, con armadura sencilla. Torre a los pies sobre el tejado, y portada con simple arco de medio punto sin decorar. Los muros son de ladrillo y cajón tapial y el alero de ladrillo en esquinilla.

Una vez pasado el puente nuevo de Tablate nos encontramos la pequeña ermita de la Virgen de las Angustias, muy cerca de la conocida Venta de Tablate o de Luis Padilla, aquí era donde antiguamente los viajeros alpujarreños realizaban el empalme con la diligencia de la Costa y la Alpujarra

Madoz nos describe la existencia de una ermita en este lugar “y una ermita Ntra. Sra. de las Angustias sobre el puente, por el que pasa la nueva carretera"