Dúrcal en el Siglo XVI

En el mes de abril de 1572, el Consejo Real de Hacienda de Granada envió al lugar de Dúrcal una comisión formada por el Juez Jusepe Machuca y el escribano Antonio Pérez. Su objetivo era realizar el apeo y repartimiento de este término. Para ello, se inventariaron en el libro las haciendas y posesiones de los habitantes de Dúrcal, moriscos y cristianos viejos, así como los bienes eclesiásticos y los habitantes de las mezquitas, para repartirlos posteriormente entre poblaciones traídos de otras partes del reino (Castilla, León, Galicia...). Se ponía así fin a toda posible convivencia entre cristianos y musulmanes en nuestro suelo, una vez que fue drásticamente aplastada la rebelión de los moriscos  comandada por Abén Humeya, para lo que la Corona tuvo que traer al ejército más poderoso de la época comandado por Juan de Austria.

El proceso de confiscación y reparto dio origen a los célebres libros de Apeo en los que se registran los deslindes, amojonamiento y propiedades de los vecinos de cada lugar. De ahí, la importancia de estos libros, existentes en la mayor parte de los lugares del antiguo Reino de Granada, para construir la historia social y económica del S. XVI granadino, constituyendo en muchos casos, además, como sucede respecto a Dúrcal, los únicos documentos existentes sobre la época con información sobre la población musulmana, sus propiedades, muebles e inmuebles, las estructura de la propiedad y producción agrícola, toponimia, onomástica, etc.


Iglesia de Dúrcal S: XVI

Ermita S. XVI

Reproducimos a continuación una interesante descripción de nuestro pueblo en el S. XVI, extraída de los prolegómenos del libro de Apeo y repartimiento de Dúrcal.

"Este lugar de Dúrcal está a cuatro leguas de la ciudad de Granada, en el Valle. Esta en el camino real que va de la dicha ciudad a la Alpujarra y otras partes, y es por esta causa lugar muy pasajero. En él hay tres mesones que pretenden ser de cristianos viejos. En tiempo de los moriscos había en este lugar doscientos vecinos (cabezas de familia) poco mas o menos. Ahora en el presente hay cien vecinos de la nueva población que por arrendamiento viven y residen el dicho lugar, en el que hay 130 casas buenas y bien reparadas que están habitadas y que pertenecen a su Majestad. Otras no pueden habitar pues están muy maltratadas y es menester reparos en ellas. Hay 70 casas en las que también se podría vivir si en ellas se hicieses algún reparo aunque algunas están tan perdidas que es menester casi hacerlas de nuevo.

La iglesia del lugar está buena y no está quemada, ni caída, aunque tiene la sacristía destechada y le falta cerraduras en las puertas. La iglesia tiene una campana y en ella se dice misa.

Hay en Dúrcal y su término 2.200 marjales de tierra de riego pues a cada vecino le ha tocado y tiene en su suerte 22 marjales e en vegas, bancales y barrancos perteneciendo todos ellos a su Majestad y de esta forma los tienen repartidos fuera de las haciendas de los cristianos viejos, de la iglesia y hábices. En estos marjales no hay huertas, sino algunos árboles frutales siendo el aprovechamiento de cada uno de estos marjales en su valor, de tres o cuatro reales cada marjal un año con otro porque hay que andar a dos hojas pues todo no se puede sembrar cada año.

En esta tierra de riego, en todo el término, hay 1.600 olivos poco más o menos buenos y pertenecen a su majestad y cono tales estaban repartidos. De ellos se cogerán un año con otro, porque hay año vacío y año lleno, trescientas arrobas de aceite poco mas o menos. También hay en esta tierra de riego que pertenece a su majestad cien onzas de cría de seda. Hay en el dicho término, además de lo que está dicho y que pertenecen a su majestad, trescientos marjales de viñas de secanos y riego que son muy ruines y de poco llevar y están muy maltratadas pues es más el costo que el provecho.

Hay en el dicho lugar y término doscientas fanegas de sembraduras de tierra labradas de secano y son muy ruines. No hay huertas de agrios en el dicho lugar. Existen tres molinos de aceite que son de su majestad porque eran de moriscos. Uno de ellos está reparado, tiene las cosas necesarias y lo tiene arrendado el Consejo junto a los otros dos por 50 ducados por tres años. Un molino tiene necesidad de mucho reparo y en tiempo de moriscos podría obtener de renta cada uno de ellos veinte arrobas de aceite. Hay en el dicho lugar seis hornos de cocer pan. Todos eran de cristianos viejos y de la iglesia excepto uno que está en el barrio de Almoara, que lo tiene, en alquiler perpetuo de la iglesia, el morisco Gacía Vergara. Todos los demás son, como queda dicho, ajenos. Hay también en el dicho término cuatro molinos de pan, de una rueda, que tienen agua suficiente. Uno de ellos es de Íñigo Muñoz, cristiano viejo, los demás pertenecen a su majestad pues eran de los moriscos. No hay tienda en el lugar que pertenezca a su majestad.

Hay dos almadrabas de teja y ladrillo que son de su majestad, aunque una de ellas está en la haza de un cristiano viejo que se dice Alonso de Cazalla. Al presente no se trabajan porque están derribadas y es menester repararlas. Hay en el dicho término, en lo que toca a la sierra, montes y baldíos y algunas encinas, aunque son pocas, que no hay cosa que no se haya usado y labrado en el dicho término. La sierra es muy buena para traer y criar ganado, cabras y ovejas, en cantidad de 2.000 cabezas. En la dicha sierra hay mucha cantidad de leña aunque será muy trabajosa de traer por estar lejos y ser el camino muy fragoso.

El término del dicho lugar por la parte de la sierra se extiende hasta legua y media poco más o menos y por todas las otras partes media legua poco más o menos excepto con los lugares de Nigüelas Cózvijar y Cónchar, que no tendrá sino un cuarto de legua.

En el dicho lugar y su termino hay dos acequias principales que son suyas en propiedad. La una se saca del río del Torrente, la otra del río de Margena, y hay otra acequia que se toma del río de Márgena que va a Cózvijar y goza de ella Dúrcal la tercera parte. Con el agua de estas acequias se riegan todas las heredades del dicho lugar y hay agua bastante para ello. Son las dichas acequias muy costosas y cada año hay necesidad de traer gran cuenta en reparallas y tendrán de coste ciento cincuenta ducados cada año, antes más que menos, para todo lo que han menester.

La manera que se tiene al presente en el regar es esta:

Que el Concejo, con veinte regadores para que rieguen todas las dichas heredades en los tiempos que son necesarios, a los cuales pagan entre todos los vecinos un real por cada hanega que se riega. Se riega por pagos procediendo el agua de una haza en otra por sus padrones que se tienen. En tiempo de moriscos el riego era diferente porque cada uno tenía su agua conocida por sus horas conforme a la hacienda que tenía.

Los vecinos de dicho lugar beben y se sirven del agua de las dichas acequias y tienen sus aljibes donde recogen el agua para beber y para el servicio del pueblo, las cuales están buenas. Dentro del dicho lugar no hay ninguna fuente más que fuera del pueblo en el termino real de Granada, cerca del Valle, que está algo lexos del pueblo hay una fuente grande y de muy buena agua, y cerca de ella hay otros manantiales. de esta agua muelen los molinos que están dichos .

El dicho lugar de Dúrcal está dividido y apartado e seis barrios que se llaman: Marjena, Almohata Alta y baja, Celdelaque, Balina, Alauxa y Audarro. No hay más de una iglesia donde se oiga misa que está hacia el barrio principal, aunque en Márjena hay una ermita. Hay así mismo un barrio en el dicho lugar que pertenece a su Majestad".

Placido Molina Molina
José Miguel Puerta Vílches
María José de Haro Iglesias