Fachada y vista interior de una casa cueva ubicada en la Calle Adrián López Iriarte de Padul.
Trabajo de María Aurora MOLINA FAJARDO
Fachada y vista interior de una casa cueva ubicada en la Calle Adrián López
Iriarte de Padul.
En las últimas décadas, muchas de las antiguas viviendas-cueva han desaparecido y sobre su solar se han construido edificaciones modernas sin estancias excavadas, de hecho, esta afección se ha visto incrementada en los últimos años. En otras ocasiones, algunas de estas residencias han aprovechado sus espacios cavernosos, remozándolos, añadiéndole bien una fachada o bien un cuerpo entero de construcción.
Además de la importancia de elegir un buen terreno, la distribución de la vivienda resultaba fundamental, pues tenía que asegurar la estabilidad de la misma. En este sentido, hemos advertido que las cuevas de Padul contaron con habitaciones cuadradas o rectangulares que se distribuían de forma perpendicular a un eje mayor, con lo que se lograba un refuerzo estructural que otorgaba estabilidad. Las dimensiones de estos espacios usualmente han sido reducidas, oscilando entre los 35 m² y los 50 m² distribuidos en salas que no suelen superar el número de cinco. Aun así, estos datos quizás resulten poco significativos, pues ya son pocas las casas-cueva que mantienen su antigua conformación.
El exterior de las viviendas es sencillo y en casi todos los casos se encuentra renovado con obra nueva de ladrillo y mortero de cemento. Suelen presentar pocos vanos en la fachada que se corresponden con la puerta de entrada y alguna ventana. Seguidamente, se accede a la habitación principal de uso colectivo, generalmente un salón, que aprovecha de este modo la mayor iluminación y ventilación por su cercanía a la calle. Esta habitación se convierte en el eje organizador y jerárquico de la casa pues, a partir de ella se disponen el resto de aposentos, sobre todo las alcobas, ubicadas a mayor profundidad y sin vanos. Frecuentemente, al lado del salón y en la línea de fachada se coloca la cocina, que así aprovecha para abrir una ventana directamente a la calle. En otro tiempo las cuevas contaron con cuadras, hoy muchas veces convertidas en aseos. Las estancias suelen ser cuadradas o rectangulares con esquinas curvadas, y al menos se dispone de una chimenea.
Como antes advertimos, este tipo de vivienda en nuestros días resulta poco significativa y ha ido perdiéndose como tal. Sin embargo, sí que es muy frecuente el tipo de fábrica mixto, que aúna los antiguos espacios excavados con cuerpos modernos de obra. En estos casos, los partes horadados se emplean como espacios de recreo o despensas de las casas.
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