Planos de la Granada andalusí del S. XIV
Los cementerios de las ciudades hispano-musulmanas solían estar ubicados extramuros en las principales vías de comunicación, ocupando extensos espacios de terreno, de forma que esta gran superficie de tumbas alineadas hacia el sudeste, en dirección a La Meca, era lo primero que encontraba el viajero que salía o entraba a la ciudad. Mientras que a cualquier andalusí no debía de llamarle especialmente la atención, por estar acostumbrado a ello, no ocurre así con los cristianos, como es el caso de Jerónimo Münzer, quien visitó Granada en el otoño del año 1494, poco tiempo después de la conquista de la ciudad por los Reyes Católicos. Este médico y viajero germano nos hace una serie de observaciones de gran valor documental que, por su interés, reproducimos a continuación:
"El 23 de octubre por la mañana, saliendo por la puerta de Elvira, por donde se va a Córdoba, hallamos al paso el cementerio de los sarracenos, que en verdad creo en dos veces mayor que todo Nuremberg, lo que me causó mucha admiración. Me dijo don Juan de Spira, varón digno de crédito, que cada sarraceno se entierra en una sepultura nueva y propia. Construyen las sepulturas con cuatro losas de piedra, de manera que apenas si se cabe en ellas. Las cubren con ladrillos, para que no toque la tierra al cadáver. Luego se allana la fosa con tierra. [...] Terminada la comida, de nuevo subimos a la Alhambra, en un altísimo monte, en cuya falda otra vez nos salió al paso un gran cementerio, seis veces mayor que la plaza de Nüremberg. [...] El 24 de octubre por la mañana, saliendo por la puerta de Elvira, cerca de nuestra posada, recorrimos aquel cementerio, que es ten grande y está distribuido en tantos planos, que causa admiración. Uno era el antiguo, y poblado de olivos; el otro no tenía árboles. Los sepulcros de los ricos estaban rodeados, en cuadro, como los jardines, con muros de rica piedra. Fuimos también al cementerio nuevo, donde vimos enterrar a un hombre, y a siete mujeres, vestidas de blanco, sentadas cerca del sepulcro, y al sacerdote, con la cabeza hacia el mediodía, también sentado, y cantando a continuos y grandes alaridos, mientras que las mujeres sin cesar esparcían oloríferos ramos de mirto sobre la sepultura. Este cementerio es dos veces mayor que la ciudad de Nuremberg. Paso por alto los otros cementerios, lo mismo que aquel que está a los pies de la Alhambra -que también. es muy espacioso-, mayor, creo, que la ciudad de Nuremberg. De la misma manera que adoran a Dios en dirección al mediodía, así también se entierran inclinando la cabeza hacia oriente". |
Foto de la excavación de los Jardines del Triunfo en la que apareció el
Cementerio de la Puerta de Elvira.'
Plano de las ruinas de la Rauda de la Alhambra (Excavaciones de 1925)
Situada a espaldas del Patio de los Leones
Situación actual de la Rauda Real en la Alhambra
En las excavaciones que se realizaron en el año 1925 se puso al descubierto toda la estructura de la rauda. Curiosamente todas las fosas, excepto una, estaban vacías, dado que el último sultán nazarí, Boabdil, al abandonar la Alhambra trasladó los restos de sus antepasados a la alquería de Mondújar, donde nuevamente recibirían sepultura, sin que sepamos a ciencia cierta por qué motivo quedó aquel cuerpo en la Alhambra.
Anteriores reyes granadinos tuvieron también su rauda, en particular los gobernantes ziríes. Dado que su residencia palatina se encontraba en la Alcazaba del Albaicín, es allí donde hay que ubicar esa otra rauda. Así sabemos que Badís b. Habús, al morir el domingo 30 de junio de 1073, fue enterrado en la pequeña mezquita contigua a su Alcázar, en la referida Alcazaba. Allí mismo, junto a la tumba de Badís, fue enterrado años más tarde Yahyá Ibn Gániya, con una lápida de mármol en la que aparecía la fecha de su muerte, que según Ibn al- Jatib fue la tarde del viernes correspondiente al 28 de diciembre de 1148, pero ese día fue martes, por lo que debe de haber algún error en la transmisión de la fecha.
En relación con las denominaciones de los cementerios islámicos, era una práctica habitual designarlos con el nombre de la puerta contigua. En Granada tenemos los casos de los cementerios de la Puerta de Elvira y de la Puerta de los Alfareros. También se les aplicaba el nombre de la zona, como son los casos de los cementerios de Maurur, la Sabika y el Arrabal del Albaicín. El caso especial lo constituye el "Cementerio de los Extranjeros", en el que recibirían sepultura aquéllos que no eran considerados andalusíes y que debían de representar un número importante. La mayoría de los diccionarios biográficos, incluido el más célebre en relación con Granada, la Ihata de Ibn al -Jatib, dedican capítulos especiales a esos "extranjeros".
Entre 1925 y 1926 fueron descubiertas por Torres Balbás las fosas en las que se
encontraban las tumbas nazaríes en la zona de la Rawda