HISTORIA DEL TEJAR DE LANJARÓN

 Su fecha de funcionamiento es anterior  a la construcción de la carretera de la alpujarra.(principio de siglo), se comenta, que antes de principios de siglo ya existían tres hornos con sus respectivos arcos, con una antigüedad que se desconoce,  se encontraron estos restos en los movimientos de tierras para la fabricación de ladrillos.

 En sus inicios  se fabricaron ladrillos y tejas. Los hornos antiguos se llamaban verticales, cuyo fondo recibía el nombre de caldera con tres arcos  y una boquilla para meter la leña, de un arco a otro se colocaban unos ladrillos que recibían el nombre de abadillos que tenían la misión de sostener el material crudo y separarlo del fuego.

En la parte superior del horno se colocaban una solería de ladrillos cocidos, que según se desarrollaba el fuego, así se tapaban,  para poder guiar el calor del fuego hacia un lado u otro.

Estos hornos tenían una altura de unos  siete metros. La capacidad de cochura de estos hornos era de unos treinta y cinco mil ladrillos.

Para cocerlos se necesitaban doscientas cargas de leña de monte (romeros, aulagas, juagarzos, etc.) , una carga de leña eran tres haces.

En los años cincuenta  existía una fabrica en lanjarón  que se denominaba de las Gayombas, que se dedicaba a obtener fibra para hacer tejidos. los desechos de esta fábrica se utilizaban como material de combustible para la cochura en el tejar.

El material para cocerlo se colocaba de forma trocada y la tanda de encima se ponía trocada con la de abajo. el material se metía en el horno después de secarse al sol cada una de estas tandas se denominaba dagas.

El tiempo que se necesitaba para cocer los 35.000 ladrillos era de  dos días y una noche. Al inicio de esta actividad trabajaban seis hombres : cuatro maestros y dos peones. Los maestros venían de Chite, cada uno con su burra, el trabajo  empezaba a las ocho de la mañana, se trabajaba de sol a sol sin ningún tipo de horario. El maestro mayor se quedaba a dormir y se le daba la comida. Los peones tenían la obligación de preparar el barro.

Cerca del tejar había unas canteras de arcilla que era el material que se utilizaba para la fabricación de los ladrillos y tejas. La arcilla se obtenía de la cantera a pico y se cargaban los serones de las bestias que generalmente eran mulos. La arcilla se trasladaba a una parcela para solearla y  cuando estaba seca se echaba a la poza que tenía unos ocho metros cuadrados.

Al día siguiente se metían dos hombres a hacer el barro  que consistía en ponerlo de forma que no estuviera ni blando ni duro. Este barro se trasladaba al mantillo  con unas esterillas de esparto a las espaldas.

Los maestros utilizaban una herramienta que se denominaba molde de madera de encina. estos moldes se hacían en una carpintería de Lanjarón  que tenía por nombre Chaves. Eran de encina porque es una madera especial que no dilataba ni encogía. El molde era de 25 cm. de largo y 12,50 de ancho, con dos compartimentos. Existían moldes para las lozas, para las tejas (greilla) en la fabricación de las tejas había que utilizar una arcilla especial,  para que la teja no se cale. El nombre que  recibe esta teja era moruna.

La primera máquina que  se instaló en el tejar  consistía en un cajón  de hierro que se llenaba de barro  y con un volante que arrastraba un piñón que empujaba el barro que salía por  una  boquilla  y con un alambre acerado se cortaban los ladrillos que más tarde se ponían a secar en los mantillos. Más adelante se colocó una máquina parecida a la anterior con la diferencia que el volante no era movido a mano sino por un motor de 12 caballos.

Todo lo anterior mente expuesto ocurrió desde el año 50. En los años 60 se construyó un transformador de corriente para utilizar máquinas de electricidad. El meriñaque era una forma de cochura más rápida porque se utilizaba carbón piedra, esta forma se realizó por la demanda que existía de ladrillos para la construcción de los hoteles.

En los años 60 se construyó el primer horno continúo que  funcionaba con ventilador para hacer avanzar el fuego que cocía los ladrillos. El combustible que se utilizaba en estos hornos continuos era el orujo, cáscaras de almendras, etc. el trabajador que realizaba la cochura recibía el nombre de cochurero. La cochura de los ladrillos se hacía de forma continua para que el horno no parara de cocer, por lo tanto se realizaban tres turnos de trabajo, aunque de noche había dos cochureros.

La mayoría de los ladrillos que se fabricaban tenían como destino la costa de  motril , Almuñécar y para la alpujarra. Más adelante el tejar pasó de unas manos a otras y su final consistió en el derribo de todas las instalaciones para hacer naves de almacenamiento que utiliza la embotelladora de aguas de lanjarón.