Se construye entre 1558-62, como alarifes el albañil Bartolomé Villegas (más tarde colaborador del maestro mayor del arzobispado Juan de Maeda) y los carpinteros Francisco Hernández y Juan de Plasencia (Plasencia fue carpintero del Hospital Real), los canteros que hacen la portada, gradas y demás piezas de piedra fueron Pedro de Berruezo (Aberruzón) y Asencio de Vidaña, las tejas vidriadas y azulejos para la torre se compraron al taller de Isabel y María de Robles
Según Madoz, la iglesia en la rebelión "la quemada al refugiarse en ella unos soldados cristianos y prendiéndole fuego los obligaron a salir".
En Cambio Pedro de Castro al visitarla en 1591 dice que la iglesia estaba sana y nueva "que no fue quemada de los moros y está bien enmaderada de artesones"
Según Madoz el templo fue reedificado en tiempos de Perea y Porras.
Sobre la puerta esta la fecha de 1882, que hará mención a otra reparación
No obstante, el grueso de los muros y la torre pertenecen a la primera construcción del S. XVI
La torre de planta rectangular, con características albanegas de cerámica, semejantes a las de Melegís.
Las paredes y cornisas de mensulones de ladrillo doblado. Las tirantes de hierro incrustados en la parte alta demuestran una fuerte reparación a la cual puede referirse la fecha y el escudo de la portada
Es una nave rectangular con altar mayor en alto sin diferenciar, en el que se encuentra un retablo barroco con nichos para imágenes
Tiene armadura de limas mohamares, con seis tirantes dobles y canes de cartón en S. El almizate va apeinazado en los cabos con sencilla decoración de estrella y aspa
La portada de los pies es de cantería de piedra caliza, con abundantes concreciones calcáreas, su forma es regular, encuadrando el arco de medio punto de la puerta.
La portada lateral es de tipo mudéjar, de ladrillo, con simple arco de medio punto y friso de cerámica como remate.