En el Periódico Valle de Lecrín en Mayo de 1925 sale un artículo sobre el Padre Manuel Padial Ruiz
Artículo de conmemoración de la muerte de V. P. Manuel Padial Ruiz. el 28 de abril de 1925 se cumplía el II centenario de su muerte. Le atribuían que su familia pudiera descender del Valle y que puede que fuese de Dúrcal, que es donde abundan más padiales. Vivió en tiempos del arzobispo D. Francisco de Perea y Porras, natural de las Albuñuelas, quien costeó su entierro. En este año 1925 se editaba un libro sobre el P. Padial al precio de 1 peseta.
Texto que acompaña el Periódico del Valle en el artículo de aquella fecha:
"El año 1716 en un lugar del Valle de Lecrín
(se cree sea Dúrcal) jurisdicción de Granada, un hombre, desesperado
porque para sus males no hallaba remedio en los médicos, decía que
llamaría a los Diablos, y ya los veo que vienen a curarme- afirmaba-
confirmando su dicho la fea mutación de su semblante y lo estentóreo
de sus voces con que gritaba: Jesús sea conmigo, a cuyo nombre, en
vez de arrodillarse, se arrojó por una ventana el demonio disfrazado
de médico, y con tal estruendo al caer que parecieron desplomarse
los montes para allanar el valle, siguió a este ruido un huracán tan
ruidoso que causó grandes estragos en los contornos. Noticioso el Ilustrísimo señor Ascargorta, Arzobispo de Granada, del suceso por el canónigo de la Catedral, mandó se trajese a la capital al enfermo y que su santo Padre Padial, como él lo llamaba, lo fuese a disponer. Así lo hizo el V. P., pero lo halló sin entendimiento ni voluntad de confesar. Instábanle para que no se retirase y respondió: Doce que ahora tiene la cabeza mala, déjenlo ustedes que se alivie, y en levantándose envíenmelo al colegio. A los dos días, contra la esperanza de todos, se levantó, fue y encontró en la entrada al V. P. , que, así como se huía a otros negocios, así se parecía a estos. El enfermo fue tan sin gana de confesar como antes. Pero el P. Padial recurriendo a sus excusas de de cabeza mala y perturbada memoria, fue diciéndole todo el número y especie de sus pecados con tal distinción, que el buen hombre decía después: Si el P. Padial estuviera en mi pellejo, no pudiera tener tanta noticia de mis pecados y costumbres. Volviose al pueblo, y vivió ejemplar el que vino tan perturbado y escandaloso. Quiso también confesar con el venerable Padre la mujer que vino a ver a su marido, y aunque el confesionario estaba cercado de muchas fieles, hizo diesen lugar a la que llegaba, y como si hubiese estado informado de quien era, la recibió diciéndole: A su marido se le curara el alma, pero el cuerpo Dios dará. Ambas cosas se cumplieron, porque el marido prosiguió sin torturas en el alma hasta morir, y sus enfermedades continuaron y perdió la vista. Describió también su interior a la mujer, la que asombrada del pródigo salió diciendo: No es posible, sino es que este padre es un santo" |
Autor/es: | Ahumada, José de (fl. 1715-1734) | |
Título: | [Retrato de Padre Manuel Padial] Parece que quiere apartar al Niño Jesús que | |
viene a él, para que no le distraiga de la lectura. Al pie de la estampa | ||
dice:.Epístola estis Christi ministrata a nobis, scripta non atramento se dspiritu Dei vivi. 2 ad Cor. 3-3..Epigram..Hic vir charta Dei: breve verbum scribitur intus.Perlege: de coelo litera missa tibi est..Ne cedro aut minio signatur epistola; Christo.Signatur puero cor, nova cera, viri..Obiit aetatis suae 64 die 28 Aprilis anno Dni. 1725. Ahumada (en Granada). Recortada..12 X | ||
165. Colección Carderera | ||
1 estampa ; mm | ||
Notas: | Inscripción: "Al P. M. Padial g.d.m.a" | |
Ahumada, José. Trabajó en Granada. Siglo XVIII | ||
Iconografía Hispana 6828 | ||
Materia: | Padial, Padre Manuel | |
Clero |
Beatificado por el Papa Gregorio XVII
El Padre Manuel Padial (1661-1725) nació y vivió casi toda su vida en la ciudad de Granada. Entró joven en la Compañía de Jesús y se distinguió por su rigurosa penitencia y su alta contemplación. En la partida de su bautismo (en la parroquia de Ntra Sra de las Angustias de Granada) hay una nota al margen que dice textualmente: “Fue Padre de la Compañía de Jesús, y en ella, en su Colegio, murió el sábado veinte y ocho de Abril de mil setecientos y veinte y cinco, con grande opinión de santidad, con aclamación universal de esta ciudad; asistió a su entierro el Cabildo de la santa Iglesia catedral con su Ilmo señor arzobispo D. Francisco de Perea y Porras y Mendoza”.- Dr. BRÚJULA.” Antes hablaba Bernardo en este mismo capítulo de una experiencia que tuvo en alguna comunión, semejante a la que tuvieron Santa Catalina de Siena y Santa Teresa: “....diciéndole el Señor: Esta es la sangre de mi costado” . En la vida del P. Padial leemos algo parecido: “De la ternura de la devoción en todo el Santo Sacrificio, y mayormente después de consagrar, eran fieles testigos las frecuentes lágrimas y éxtasis, necesitando de especial reflexión cuando volvía en sí para acordarse por dónde iba. En estos arrobos se le oyeron varios afectos encendidos, como: Señor, te he de beber toda la sangre. Niño mío, esto ha de ser; no nos cansemos, que ha de ser. Al acabar de sumir, era frecuente quedarse inmoble por largo rato, y luego no acertar a proseguir ni saber qué hacer” (Vida y virtudes del Venerable Padre Manuel Padial, por el P. Ramón García S.J., Librería católica de Gregorio del Amo, 1889; pgs 252, 157)