Granada, por su ubicación en la confluencia de los ríos Darro y Genil, ha sido desde sus orígenes, ciudad de puentes. "...En el interior de ella -escribía AL-UMARI en 1337- el Darro mueve numerosos molinos y pasa bajo cinco puentes: el de Ibn-Raxiq, el del Cadí, el del baño del Jas, el Nuevo y el del Alamo...".
Muchos puentes antiguos fueron destruidos con motivo del embovedado del Darro. Recordamos aquí su existencia y remitimos, para más detalles, a las guías de Granada de Gómez Moreno y Gallego Burín y a los escritos de Torres Balbás en la revista Al-Andalus.
Dada la importancia que desde antiguo ha tenido esta ciudad existe una abundante documentación que permite reconstruir el desarrollo histórico de sus puentes, actuales y desaparecidos. Por ello, sólo daremos detalles aquí de los puentes que aún existen.
Del examen de la documentación existente se deduce que el puente (cinco bóvedas de cañón de 7 m. de luz con fuertes tajamares) es de origen árabe, del siglo XII. Sin embargo, sus proporciones romanas, la existencia de la antigua Illiberis y la necesidad consiguiente de un paso sobre el Genil, hacen verosímil la hipótesis de la existencia de un puente romano en este mismo lugar, sobre cuyos restos se habría construido el actual.
Según Gómez Moreno "la obra es de lajas de la Malaha, colocadas en las enjutas alternativamente de cara y de canto, como veremos en otros edificios arábigos, pues aquí ha sido todo ocultado con repellos". El intradós de la bóveda es, según R. Menéndez Pidal, de ladrillo. El revestimiento, que aún perdura, impide formarse una idea exacta de la fábrica original.
El aspecto inicial del puente era distinto del actual, según se puede apreciar en el grabado de Francisco Hevlan, de principios del siglo XVII, y en el óleo de Juan — Sabis, de 1636. Las diferencias más notables estriban en las rampas de acceso a la entrada y a la salida, que existían entonces, y en los tajamares que eran más bajos y estaban escalonados. Según el grabado de F. Heylan el puente carecía de pretiles.
A la vista del óleo de Sabis, parece poco verosímil la hipótesis de R. Menéndez Pidal, según la cual podría haber otros arcos enterrados del lado de la ciudad. Por otra parte, no sería lógico disminuir la superficie de desagüe en un río como el Genil, con frecuentes avenidas.
En cuanto a las reparaciones sufridas, se tienen documentadas las siguientes:
Las aceras en voladizo que hoy presenta, sobre ménsulas de hormigón armado, son, seguramente, de principios del presente siglo.
También llamado de Sebastiani, por haberse construido a iniciativa de este general francés, quién también promovió otras obras públicas en el resto de la provincia.
El nombre de puente Verde lo debe a un puente de madera pintado de este color que existió anteriormente en el mismo lugar .
Las obras las dirigió el ingeniero D. Rafael Bausá,- de 1810 a 1811, "habiéndose derribado para construirlo la torre del monasterio de S. Jerónimo, como si no hubiese más cantera que aquél estupendo edificio". Se trata de una bóveda rebajada de 15,50 m., todo de sillería.
El puente, de clara influencia francesa, no está hecho a imitación del de Neully, como dice Gómez Moreno, sino ás bien a imitación del de Sainte Maxence sobre el río Oise, construido por Perronet y Demoustier entre 1771 y 1786, según la tipología de los puentes de piedra de la segunda mitad del siglo XVIII.
Tanto este puente como el anterior soportan un intenso tráfico.
Creemos interesante describir brevemente la evolución del embovedado del Darro ya que, debido a esta obra, fueron desapareciendo sucesivamente varios de los más antiguos puentes de la ciudad.
Cronológicamente la obra se desarrolló en tres etapas:
No hemos encontrado noticias de su autoría. Los hemos fechado como de los siglos XVII-XVIII porque no aparecen en la plataforma de Ambrosio de Vico (1612) y si lo hacen en el mapa de Dalmau (1796). El primero es una bóveda de cañón de ladrillo de 9 m. de luz. El segundo, una bóveda de cañón de sillería de 10 m. de luz.
Ha sido, sin duda, el que más controversia ha suscita do entre tos eruditos. La polémica tuvo dos hitos importantes en sendos artículos de L. Torres Balbás en la revista Al-Andalus, Por la riqueza de la argumentación y la abundancia de notas bibliográficas a que va remitiendo resultan imprescindibles para el conocimiento de estos restos. Actualmente sólo subsiste el arranque de una bóveda de herradura y el estribo correspondiente, de planta exagonal, en la margen izquierda del Darro.
En nuestra opinión, la tesis más verosímil es la mantenida por este erudito en su artículo de 1949.Según éste, los restos que actualmente se conocen como puente del Cadí no corresponden al puente del mismo nombre que aparece repetidamente en los textos antiguos que describen la Granada musulmana. El verdadero puente del Cadí sería el que hasta el embovedado del Darro se llamó de Santa Ana. Los restos actuales corresponderían, según esta tesis, al paso del Darro bajo la muralla defensiva que protegía Granada por esta parte de la ciudad .
La verosimilitud de esta hipótesis viene avalada, aparte de por la contundente argumentación de Torres Balbás, por razones funcionales de cota de rasante muy alta en relación al entorno y anchura de la bóveda (tan estrecha que apenas permitirla el cruce de dos personas).
La contemporaneidad de estos restos del siglo XI, -según Torres Balbás- con el puente del Cadí, junto con el cambio de nombres que se operó tras la Reconquista y desaparición de puentes por diversos motivos, llevó a la confusión apuntada.
Gallego Burín identifica este puente una bóveda de cañón de ladrillo de 8,30 m. de luz con el que antiguamente -se llamó de Aben Rasik (cántara Aben Rasik o puente del hijo de Rasik). Nosotros, por las razones que expondremos al hablar del puente Chico, no compartimos esta opinión.
Lo hemos fechado como del siglo XIX ya que fue rehecho en 1882, sufriendo una fuerte intervención, visible en las diferentes facturas de su fábrica. Sin embargo, en el mismo sitio existió un puente anterior, construido en el siglo XVI ó XVII, como se deduce de la comparación entre la plataforma de Ambrosio de Vico y el mapa de Dalman).
Para Torres Balbás, no hay duda de que este puente (una bóveda de cañón de sillería de 7,8 m. de luz) situado frente a la cuesta del Chapiz, es el que Al-Umari, en su descripción de Granada, llama puente de Ibn-Rasiq.
Gallego Burín llama a este puente del Algibillo, dejando el nombre de Aben Rasik para el actual de Chirimías.
Según Gómez Moreno, una de las jambas de este puente es árabe. No le da ningún nombre.
En la plataforma de Ambrosio de Vico se ve dibujado en el mismo sitio un puente de aspecto similar.
De la visita que efectuamos en su día a estos puentes deducimos que los arranques de sus fábricas denotan antigüedad mayor que el resto.
Las conclusiones que extraemos a la vista de lo anterior son las siguientes: