Al Sur de Granada se encuentra el Valle de Lecrín, el Valle de la Alegría, como lo llamaron los moriscos, una zona de extraordinaria belleza natural, cielos inmensos y vistas impresionantes. Colinas suaves coronadas con atalayas, ermitas remotas, bosques de pinos aromáticos, barrancos profundos, precipicios espectaculares y agua abundante... este paisaje es el telón de fondo del suave verde de los olivares, el rojo encendido de la tierra, el intenso verde de naranjos y limoneros, los almendros resecos y retorcidos
Se trata de una tierra fértil dedicada principalmente a la agricultura en bancaleras antiguas y estrechas accesibles a pie o a lomos de mulo. Cada vez son más los campesinos que se mecanizan, pero todavía se utilizan las recuas de mulas en muchos sitios, y muchas casas conservan sus cuadras para guardar animales.
La historia parece haberse detenido en este valle, vergel espontáneo donde la música continua del correr de las aguas libres y cristalinas, invita a la meditación, la fantasía, el recreo y la intimidad. Ríos y arroyos corren por sus pictóricos barrancos buscando zonas más llanas como la Rambla de Cijancos. Manantiales como los baños de Urquízar nos obsequian con sus aguas medicinales, mientras desde lo alto, Acequias y Nigüelas se asoman con sus blancas casas a través del río Torrente.
Numerosas fuentes pueblan las recónditas calles de Albuñuelas, y en pleno corazón del valle, Saleres, Restábal, Melegís, Murchas, Chite, Talará o Mondújar, representan un maravilloso conjunto sumergido entre naranjos, olivos y limoneros. Molinos de harina, antiguos castillos musulmanes y simples cortijos cargados de tipismo, completan este paraje luminoso y tranquilo.
Comenzamos la ruta en el pueblo de Cozvíjar, localidad de este valle a unos 20 km. de la capital. Tomamos rumbo a la próxima localidad de Cónchar a unos 5 km. y que junto a Cozvijar forman un único municipio llamado Villamena.
Este primer tramo transcurre por pistas y senderos con abundante vegetación y arboleda de almendras que nos dejara ver las primeras vistas de Sierra Nevada. Atravesaremos el pueblo de Cónchar y pasaremos por su iglesia de San Pedro del siglo XVII en honor de San Pedro y su patrón San Roque.
Justo por la calle de enfrente de la iglesia nos llevará al sendero que discurre por el río Dúrcal. Estos 6 km. que nos disponemos a recorrer son una maravilla de la naturaleza que nos harán disfrutar de todo su entorno con el ruido del agua en todo momento.
Atravesaremos unos impresionantes cañaverales, cruzaremos el río por puentes hechos con troncos de madera, caminaremos por la acequia de los Arcos y disfrutaremos caminando por naranjales antes de cruzar el río Albuñuelas que nos dejará en el pueblo de Restábal.
Desde aquí tenemos una fuerte subida de cerca de 300 m. de desnivel, unos 2 km. y medio, pero que nos recompensará con las espectaculares vistas que tendremos de Sierra Nevada con el Caballo en primera línea, y del embalse del Béznar. Para terminar por una pista forestal al pie de un inmenso pinar que nos llevará hasta Pinos del Valle, lugar donde finalizará la ruta.