INTRODUCCIÓN GEOGRÁFICA E HISTÓRICA

 

EL MEDIO GEOGRÁFICO DEL VALLE DE LECRÍN

El Valle de Lecrín es una comarca granadina situada en la vertiente suroccidental de Sierra Nevada, limita por el nordeste con Sierra Nevada y por el sur y oeste con la Sierra de las Guajaras y Almijara y meseta de las Albuñuelas. Su formación geológica y morfológica está ligada a la Cordillera Penibética y su clima y vegetación se verán influenciados por la proximidad al Mediterráneo.

Ocupa una extensa zona que forma una amplia fosa tectónica rellena con materiales sedimentarios de las montañas que la circundan. Esta fosa de Lecrín está separada de Sierra Nevada por una línea de falla que cambia su dirección y llega hasta el río Torrente. De norte a sur el Valle está atravesado por una amplia red fluvial. El río situado más al norte es el Dúrcal, que recorre el conjunto longitudinalmente; luego al oeste encontramos el río Torrente, y al sur y transversalmente se halla el río de Albuñuelas. Todos ellos se unen para formar el río Ízbor a la altura de Restábal, que es afluente del Guadalfeo.

En esta comarca destaca su clara unidad física y estructural, que por otra parte no coincide con la división administrativa, pues sus términos municipales desbordan los límites naturales para elevarse hasta las altas cumbres de Sierra Nevada, por una parte, y ocupar una zona importante de la Meseta de Albuñuelas por otra.

Los actuales municipios con que cuenta la comarca son los siguientes:

Acequias, Albuñuelas, Béznar, Cónchar, Cozvíjar, Chite, Dúrcal, Ízbor, Melegís, Mondújar, Murchas, Nigüelas, Padul, Pinos del Valle (o del Rey), Restábal, Saleres, Tablate y Talará. (Respecto a Lanjarón, no pertenece propiamente al Valle de Lecrín, pues queda a caballo en la zona de transición entre él y la Alpujarra).

Al poseer una situación privilegiada entre la depresión del Genil y el litoral mediterráneo se convierte en un lugar de paso obligatorio entre la costa, la Alpujarra y Granada, así que es de suponer que su poblamiento date de muy antiguo, (históricamente las referencias al Valle de Lecrín son abundantes, sobre todo a nivel comercial ya que era paso obligado para todas las caravanas comerciales y para la expedición de productos por mar procedentes del interior del reino).

La economía de la zona se basa casi en su totalidad en la agricultura, floreciente gracias al especial microclima del que disfruta, aunque cabe señalar la existencia de otras actividades económicas, actualmente en auge, como es el turismo, que a su vez genera una importante construcción y la aparición de pequeñas empresas destinadas al sector servicios.

BREVE RESEÑA HISTÓRICA DE LA COMARCA

   
   

DESDE LA PREHISTORIA A LA EDAD MEDIA

La existencia de numerosas cavernas generadas por la estructura caliza del subsuelo, así como los ricos espacios pantanosos, caso de la Laguna de Padul, (desecada en el siglo XIX), configuran un espacio ideal para la existencia de asentamientos prehistóricos, al asegurar el abastecimiento de agua, recolección de frutos, la caza y una adecuada defensa. En el Museo Arqueológico de Granada se conservan los restos de los colmillos de un mamut que vivió hace unos 300.000 años a.C. en la Laguna del Padul, aunque los restos humanos más antiguos documentados en el Valle de Lecrín corresponden al periodo solutrense (12.000 años a. C), época a la que corresponde la gruta de Cozvíjar excavada por la Universidad de Granada, en la que se hallaron, junto a restos humanos, diversas muestras de industria lítica. De época más reciente, pero igualmente prehistórica, son los utensilios neolíticos aparecidos en Dúrcal, entre los que se cuentan un magnífico vaso de arcilla con decoración incisa, fechable en torno a los 4.000 o 5.000 años a. C, así como hachas de piedra pulimentada, cuchillos de sílex etc., cuya datación es mucho más amplia y difícil de precisar.

Hacia el primer milenio antes de Cristo, cuando se produce la llegada a nuestras costas de pueblos colonizadores como los fenicios y los griegos, en el Valle de Lecrín se había producido ya una sucesión de poblamientos protohistóricos, y seguramente se encontraba ocupado por algunos asentamientos ibéricos, de los que solo tenemos muy leves indicios a través de algunos fragmentos cerámicos aparecidos en yacimientos posteriores. Las importantes fundaciones fenicias de nuestro litoral granadino (destacar la colonia púnica de Sexi, actual Almuñecar), así como el nacimiento de núcleos urbanos en la Vega de Granada, como Ilíberis, convertirán al Valle de Lecrín en un importante lugar de comunicación entre la Vega y la Costa.

Durante el Imperio Romano, estas comarcas quedarían incorporadas a la provincia Bética. Aunque no contamos con ningún documento escrito que nos hable de la existencia de algún poblamiento en el Valle de Lecrín, la arqueología ha puesto al descubierto diversos yacimientos de importancia, entre los que sobresale la villa romana excavada parcialmente en Talará (Pago de Feche), en agosto de 1983, en dicho yacimiento se descubrieron los restos de unas termas (las piezas artísticas y arqueológicas procedentes de esta excavación, junto con una maqueta de las termas, pueden contemplarse en el Museo Arqueológico de Granada).

La ocupación romana del Valle de Lecrín está asimismo atestiguada en otros municipios, como es el caso de Padul, donde se excavó la tumba romana de un adolescente aparecida en el paraje de “Los Molinos”, y se hallaron también, en otro lugar, una lucerna y ladrillos de esta época. En el año 2.000 apareció en Dúrcal, en la zona de “Las Fuentes” un interesente yacimiento, parece ser un alfar, de época imperial, con restos de edificaciones y cerámica sigilada subgálica fechada en la primera mitad del siglo I d.C.

En este pueblo además han aparecido muestras de tegulae o tejas, restos de tuberías o conducciones hidráulicas, así como una serie de monedas encontradas casualmente en diversos puntos de Máhina, el Olivón etc.

EL VALLE DE LECRÍN MUSULMÁN

Será a lo largo de los más de ochocientos años de vida del Islam en nuestra tierra, cuando el Valle de Lecrín tome la fisonomía urbana y agrícola que lo ha venido caracterizando y cuando aparece definido por primera vez como una entidad administrativa. (De hecho el propio nombre “Lecrín” deriva de la voz árabe Iqlim, que significa clima, comarca, región o distrito).

Esta comarca, según las obras de los autores árabes que hacen la descripción y división administrativa del Reino de Granada, era una de las tahas pertenecientes a la cora de Elvira (Orgiva, Ferreira, Poqueira, Jubieles, Andarax, Ugijar, Val de Lecrín, y en la costa, Sahil y Suwayhil).

La práctica totalidad de los pueblos del Valle de Lecrín, incluyendo los hoy desaparecidos, fueron alquerías, o barrios integrados en entornos agrícolas irrigados y defendidos por fuertes o castillejos de mayor o menor envergadura. Según Ibn Hayyan durante las luchas del siglo IX había un hisn Niwalas, castillo o fuerte de Nigüelas, en la Cora Elvira. Ibn al-Abbar retoma en el siglo XII el nombre de Niwalas, diciendo que pertenecía al ‘amal o distrito de Bagu Garnata, con lo que Nigüelas aparece ya en calidad de alquería diferenciada y no como un simple fortín.

Será en el siglo XV cuando el Valle de Lecrín se convierta en protagonista clave de la historia granadina. El Reino de Granda había resistido tanto tiempo sin sufrir los efectos de la reconquista cristiana, porque a través de él se canalizaba hacia Castilla el oro africano. Con el oro procedente de su comercio con Marruecos y los países de la Berbería, los reyes musulmanes, desde el siglo XI pagaban tributos a los cristianos del norte, y así evitaban empeñarse en luchas que nada positivo les iba a traer. Por su parte los reyes cristianos respetaron al reino musulmán de Granada, porque constituía la puerta del oro sudanés.

A partir de 1640, se produjo una larga crisis en el comercio de oro africano a través del norte de África, por causa de la llegada de los portugueses al Golfo de Guinea que atrajeron hacia él una parte importante del oro del Sudán. El comercio granadino decayó y con él la economía del reino. El pago de los tributos a los reinos cristianos se convirtió en una pesada carga y, finalmente, cesó.

Es en este contexto donde se inicia un periodo de luchas que afectarán al Valle de Lecrín, tanto los que iban destinados contra él, como los que lo tomaron como zona de paso para otras actuaciones.

En 1483, Boabdil apoyado por su madre y un grupo de partidarios se apoderan de Granada e impiden la entrada a su padre Muley-Hacen que huye al Valle de Lecrín refugiándose en su fortaleza de Mondújar desde donde lucha contra su hijo1 . Dos años más tarde los granadinos ante la ancianidad de su rey Muley-Hacen, deciden nombrar para el trono al El Zagal, enviando al antiguo soberano a la fortaleza de Mondújar con su mujer Soraya, donde muere ese mismo año 2.

El Valle vuelve a ser noticia el 10 de diciembre de 1489, cuando se produce la rendición de Guadix, en virtud de la cual el soberano granadino (El Zagal) entrega todos los territorios que poseía “desde Almería hasta Almuñecar y desde Almuñecar hasta la aldea del Padul…”, en contraposición los reyes católicos le dejarían diversas tahas y el Valle de Lecrín 3 .

Boabdil, en sus pactos con los reyes católicos se había comprometido a entregarles Granada, pero cuando llega el momento se subleva iniciando varias conquistas (abril de 1490), cuyo éxito provocó el levantamiento de las tahas y lugares de la Alpujarra, la sierra y el Valle de Lecrín, perdiéndose algunas de las fortalezas, que ya estaban en poder de los cristianos, aunque se salvaron otras, como Mondújar, cuya defensa estuvo dirigida por Doña María de Acuña, esposa del alcaide 4 . En cambio, Boabdil consiguió apoderarse de Padul y Lanjarón y con ello controlar casi todo el Valle de Lecrín.

Fernando el Católico, tras la negativa de Boabdil a entregar Granada, el 24 de abril de 1491 envió a sus tropas a recorrer el Valle capturando cautivos, y mas tarde el mando de su ejército parte de Padul obligando a los musulmanes a retirarse a Béznar, Tablate y Lanjarón, dejando el Valle arruinado.

Una vez tomada Granada a los moriscos se les trata de una forma suave, dejando que sigan practicando su religión, usos y costumbres, aunque desde el tiempo de los Reyes Católicos se inician intentos para ganarse a los musulmanes para la fe cristiana. El problema se radicaliza cuando se hace cargo de esta misión personalmente el Cardenal Cisneros, y este proceso se aceleraría en tiempos de Felipe II.

Una vez más por su situación estratégica, el Valle de Lecrín se va a convertir en escenario de luchas, tal y como las detalla D. Diego Hurtado de Mendoza5 , ya que la sublevación se produce en la Alpujarra, y Lecrín se conforma en área clave de incursiones y ataques de uno y otro bando. Los sublevados nombran rey a D.Hernando de Válor, que adoptó el nombre de Muley Muhammad Aben Humeya. El Valle se va a sublevar de una manera parcial, los lugares más próximos a la Alpujarra lo hacen en 1568, en cambio, Dúrcal, Nigüelas, Albuñuelas y Saleres no lo hacen en ese momento, aunque gran cantidad de sus habitantes parten hacia la Alpujarra para apoyar la sublevación.

En octubre de 1569 es asesinado Aben Humeya, sustituyéndolo un pariente suyo, Abenado. En el invierno D. Juan de Austria comienza una campaña formal que intenta tomar la Alpujarra. Todos los focos importantes fueron cayendo y se puede decir que en julio de 1570 se da por finalizada y controlada la sublevación. En este mismo año Felipe II ordena a D. Juan de Austria, a D. Pedro de Deza, presidente de la Chancillería y al Duque de Arcos que expulsaran a los moriscos del reino de Granada. Los del Valle de Lecrín se trasladan a Córdoba y desde este punto se reparten por Extremadura y Galicia 6 .

En el repartimiento realizado en Granada en 1531 para el cobro de la farda nos dicen los repartidores que en el Valle de Lecrín estaban las poblaciones siguientes: Padul, Dúrcal, Concha, Cosbixar, Nigueles, Acequia, Mondújar, Hatalarafe o Hatalarab, Chit o Chite, Béznar, Tablate, Lanjarón, Yxbar, Pinos del Rey, Restábal, Melegís, Aleuxa, Mulchas, Saleres, Najo y Cautihueles; Mármol Carvajal introduce variantes al elevar a veinte las poblaciones, pues hace dos de uno como ocurre con Harat y Alarabat y las Abuñuelas7 .

1 MARMOL CARVAJAL, L. del, Historia de la Rebelión y Castigo de los moriscos del Reyno de Granada. Madrid, 1797

2 MARMOL CARVAJAL, L. del, Op. Cit.

3 VILLEGAS MOLINA, F. El Valle de Lecrín. Estudio geográfico. Instituto de geografía aplicada del patronato “Alonso de Herrera” CSIC. Granada 1972. Gran parte de los datos sobre el Valle de Lecrín los he conseguido en esta obra.

4 VILLEGAS MOLINA,F. Op. Cit.

5 HURTADO DE MENDOZA, D. Guerra de Granada 1986

6 VILLEGAS MOLINA,F. Op. Cit.

7 ESPINAR MORENO,M. La alquería de Mondújar: mezquita y rábitas, cementerios, barrios y otras estructuras urbanas rurales. Anaquel de estudios árabes nº 12 2001 p.277