Apuntes nobiliarios del S. XVII

Sacado de BUROCRACIA Y CONVERSOS. LA REAL CHANCILLERÍA DE GRANADA EN LOS SIGLOS XVI Y XVII de Enrique Soria Mesa

El 9 de mayo de 1600, don Luis de Padilla y Meneses, oidor granadino y miembro de una ilustre familia de la nobleza castellana, elevó al rey un curioso memorial con el que pretendía comprar de la Corona la jurisdicción de todo el Valle de Lecrín, que comprendía entonces nada menos que dieciocho lugares. Término de la ciudad de Granada, según sus cálculos habría en ellos 748 vecinos. Además, solicitaba adquirir también las tercias y alcabalas de dicho Valle, encabezadas en 834.946 maravedís anuales, así como la Renta de Población de esa comarca, que debía producir, según sus cifras, 1.733.125 marave­díes. Aunque la pretensión no prosperó, es muy indicativo de la voluntad de muchos de estos altos jueces por instalarse definitivamente en el territorio granadino.


Finalmente, el licenciado Gregorio López Madera, para no ser menos, había conseguido en 1631 la jurisdicción del lugar de Cozvíjar, en el Valle de Lecrín, cerca de la capital, y para redondear sus intereses en la zona, el mismo año adquirió las alcabalas de El Padul, localidad inmediata a su nuevo señorío. Así se redondeaba un proceso de fulgurante ascenso social que arrancaba de su padre, un simple protomedico, llegaba a él mismo, convertido en caballero de Santiago, fiscal de Granada y consejero de Castilla, y terminaba en los descendientes de su mujer, los conversos Cepeda y Teruel, quienes heredaron el señorío convertidos en 1687 en marqueses de Villa Amena de Cozvíjar'.