Método de análisis y resultados obtenidos

En la elaboración del plano de Calidad paisajística se han diferenciado escenarios a partir de elementos estructurantes y articuladores visuales, así como de relativa homogeneidad en sus contenidos fenosistémicos. Una vez delimitados, con todas las reservas que presenta este proceso en el ámbito del paisaje (en realidad, en el paisaje no existen rupturas o soluciones de continuidad, sino transiciones más o menos paulatinas), se ha considerado el siguiente criterio fundamental: la riqueza o importancia de elementos significativos (es decir, cargados de significación) por su relevancia en la configuración del ámbito, por su singularidad, por su expresión formal (cromatismo, realce de formas o líneas, etc.) ylo por su atracción visual.

Dentro de estos parámetros se han destacado los espacios o escenarios de alta calidad paisajística por presencia en ellos de los citados elementos o manifestaciones significativos y que pueden corresponder a hechos naturales o antrópicos, culturales. Entre los primeros, ciertas estructuras, estratificaciones, geoformas o determinados tipos de suelos, aglutinándose bajo la denominación de elementos geóticos; o bien determinadas expresiones vegetales de carácter silvestre (elementos bióticos), formadas en unas ocasiones por especies climatófilas (encinares, por ejemplo) y en otras por especies hidrófilas (árboles y arbustos de ribera, por ejemplo); o bien a manifestaciones acuáticas (elementos hídricos), es decir, cursos y láminas de agua, como es el caso de algunos de los ríos que surcan el Valle, del embalse de Béznar y de la laguna de Padul.

Respecto a los hechos antrópicos que aportan la dimensión cultural al paisaje, la escena gana en calidad paisajística con la presencia de: núcleos tradicionales bien integrados, edificios aislados construidos con volúmenes y tipologías apropiados al entorno, edificaciones históricas de entidad, yacimientos arqueológicos, etc., tanto por su configuración estética, como por su integración en la escena o por su carga simbólica; todo lo cual forma parte de elementos culturales de incidencia paisajística. Pero también destacan elementos y sistemas agrarios, en este caso considerados eco-culturales, como sucede con la armoniosa mezcolanza de cítricos y olivos, en algunas ocasiones sobre aterrazamientos construidos con balates de piedra seca. Finalmente, los canales, acequias, acueductos y otras infraestructuras hidráulicas destinadas al regadío tradicional pueden constituir, en algunos casos, elementos hidro-culturales con impronta paisajística. Como es de esperar, en muchos de los escenarios demarcados se presentan elementos mixtos, es decir, naturales y antrópicos paisajísticamente significativos.

Pero dentro de esa conjunción de elementos que configuran la escena paisajística y destacan por su significación geológica, biológica, hídrica, histórica, arquitectónica ylo cultural, así como por su expresión formal, también se han destacado, a su vez, elementos y espacios patrimoniales que coadyuvan a cualificar la escena paisajística, como es el caso de árboles y arboledas singulares catalogados, de formaciones geológicas de interés, de manantiales, de castillos y estructuras defensivas, de iglesias, ermitas y otras construcciones religiosas; de algunos edificios singulares, de acequias y acueductos históricos, de molinos hidráulicos, de puentes históricos o de zonas y yacimientos arqueológicos.