Los asentamientos humanos en la zona son muy antiguos, debido al reclamo
de la Laguna. En la Cueva de los Ojos encontramos un hábitat
estacional o cazadero de temporada, correspondiente al Neolítico con
restos de hueso de cabra, ciervo y jabalí junto a puntas de flecha, restos
de adorno en concha y fragmentos de pintura ocre.