El Terremoto de 1884 en Murchas

Inicio | La iglesia | Castillo | Acequia de los arcos | Silos | Arrecife Mioceno | Paseo por las Lomas de Murchas | Panorámicas | Entre olivos y naranjos | El Terremoto | Plaza del Obispo | Molinos | El Río Grande | Plaza nueva | Rincones | Cementerio antiguo | El Cerrete | Patrimonio | Apuntes de historia


Placa de conmemoración que se puso a la entrada del pueblo de entonces. (Hoy queda algo al interior ya que se han ido realizando nuevos edificios, desde donde está colocada la placa hasta la entrada por el Río Torrente)

La placa agradece la reconstrucción, dos años después del terremoto, al Arzobispo, al Gobernador y a la Diputación de Granada.

Hay que señalar el papel positivo del Director del Defensor de Granada, Seco Lucena, periódico de aquellos años, que con su esfuerzo logró sensibilizar a toda la prensa española para que se hablara del tema a nivel nacional y se aportaran recursos.

En Murchas se hundieron el 90% de las casas del núcleo de la población y el 50% de las del término municipal. El resto quedaron con daños de clase 4. Hubo 9 muertos y 13 heridos


Hemos colocado estas dos fotos de la misma zona. La antigua del Terremoto y ésta, de la situación actual. La casa que se ve de pie al lado de la iglesia, (en el momento del terremoto, arriba) es la misma que está en la actualidad (abajo). La calle aún guarda el nombre de aquel entonces. Calle Sagasta

El terremoto del 1884

Ocurrió a las 21:08 TU, se calcula que la sacudida duró 20 segundos. Las áreas más afectadas son las indicadas en este mapa, pero la isosista de VI incluye una gran parte de las provincias de Granada y Málaga.

Produjo unas 800 víctimas mortales y en torno a 1.500 heridos. Destruyó unas 4.400 casas y originó daños en otras 13.000.

Enlaces del terremoto

 

DIVINO Y HUMANO. Se reza y dispara, todo al mismo tiempo.

El rosario de las cruces

Los varones de Murchas rezan desde 1884 un rosario cada Navidad en acción de gracias por la ausencia de víctimas en un terremoto

TEXTO Y FOTO:/RAFAEL VÍLCHEZ / MURCHAS Sacado de Ideal

CADA 25 de diciembre, desde 1884, los hombres de Murchas -sólo los varones, como manda la tradición- se concentran al anochecer en la plaza de este bello pueblo del Valle de Lecrín para, con bellos cantos y tiros de fogueo con escopetas de caza, rezar el rosario por las calles y el paraje rural de las Cruces, en acción de gracias por no padecer este lugar ni una sola desgracia personal cuando se produjo el horrible terremoto ocurrido durante la Navidad de aquel año.

Y es que 1884 fue una fecha trágica para algunos municipios granadinos, donde cientos de personas murieron y miles de viviendas quedaron destrozadas.

Al este de Zafarraya

Su epicentro se situó al este de Ventas de Zafarraya, a mitad de camino entre este lugar y Arenas del Rey. Los pueblos más afectados fueron Alhama de Granada (307 muertos y 502 heridos), Arenas del Rey (135 muertos y 253 heridos), Játar (2 muertos), Jayena (17 muertos), Santa Cruz (13 muertos y 8 heridos), Ventas de Zafarraya (73 muertos y 7 heridos), Zafarraya (25 muertos y 86 heridos) y Las Albuñuelas (según distintas estadísticas, hubo de 100 a 190 muertos y de 250 a 500 heridos). En Murchas, al igual que en Cacín o Fornes, no hubo que lamentar pérdidas humanas, aunque el recuerdo de aquella noche pervivió durante largo tiempo. Aún hoy, uno de sus vecinos, Manuel Valero, cuenta a IDEAL lo que le sucedió a su abuela, Lucía Valero, el día del terremoto de 1884.

«Algo misterioso para algunos y milagroso para otros: mi abuela, que había nacido en Dúrcal y era familia de Ana Valero, la mujer de Ramón 'El sillero', era ciega y cuando sintió el primer temblor de tierra se refugió como pudo debajo del hueco de la escalerilla. Ella se puso muy nerviosa por el ruido y movimiento del seísmo pero, de pronto, se calmó y consoló al escuchar muy cerca de ella, unas palabras, yo diría celestiales, de una mujer que decía con gran cariño y dulzura que no tuviese el menor rastro de pena y miedo, que no le pasaría nada, tanto a ella como a los demás vecinos de Murchas».

«Y así ocurrió -dice Manuel Valero-. Mi abuela salió ilesa y los demás habitantes de Murchas también, por lo que desde esa fecha, hace ahora 121 años, se considera un milagro de la Virgen».

Vigilancia

Después del terremoto y del pánico que, durante semanas, se prolongó con las sucesivas réplicas del seísmo, los vecinos de Murchas que perdieron su hogar se trasladaron a vivir, o mal vivir, a chozas del paraje rural de Las Cruces. Y es así como, desde esa fecha, los cazadores exhiben durante dos noches, la del 25 y la del 31 de diciembre, sus escopetas reglamentarias para tirar al aire cartuchos de fogueo, y acompañar a los demás hombres del pueblo cuando rezan el santo rosario.

El hecho de lanzar disparo tiene también su explicación pues durante el tiempo que se tardó en reconstruir la localidad, la gente daba tiros al aire para que los posibles maleantes supiesen que el municipio era vigilado, incluso durante la noche.


Casa de la calle Sagasta que permaneció de pie

 

Casas tipo que se hicieron en la reconstrucción, en un pueblo de nuevo trazado y mejor cuadriculado de como estaba, ya que hubo que levantarlo casi por completo. Al lado de la casas que fotografiamos dos gatos vigilaban placidamente