Estudio de la erosión hídrica superficial en la cuenca vertiente del Río Torrente

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El río Torrente nace en las Lagunillas al pie de la vertiente suroeste del Cerro del Caballo, en Sierra Nevada y discurre por un valle paralelo al del río Dúrcal. En la cabecera se encuentra encajonado debido a las altas y escarpadas paredes de las montañas. Sin embargo, al llegar a Nigüelas las paredes pierden altura y el valle se ensancha poco a poco hasta que desemboca en el embalse de Béznar.

Las pérdidas de suelo y la desertificación son dos de las grandes dificultades a las que se enfrenta la humanidad en el siglo XXI. En la Península Ibérica, los factores que potencian estos problemas son la aridez del clima mediterráneo, las marcadas sequías y la torrencialidad de sus precipitaciones, así como las presiones antrópicas sobre el suelo y la vegetación. En España, una de las zonas más afectadas es la provincia de Granada y, por este motivo, el área de estudio del presente documento se localiza en dicha provincia, concretamente en la cuenca hidrográfica del Río Torrente, ubicada en la zona granadina del Valle de Lecrín. El objetivo de este trabajo fin de grado es analizar y determinar el grado de erosión hídrica superficial presente en dicha cuenca vertiente.

Para llevar a cabo el estudio, se ha recopilado información de la zona con el fin de realizar una descripción física lo más detallada posible. Una vez obtenidos los datos, se ha dividido la cuenca hidrográfica en áreas con características homogéneas de vegetación, suelo, pendiente y prácticas. La metodología utilizada ha sido el modelo de RUSLE (Ecuación Universal Revisada de Perdidas de Suelo) en su versión 1.06 c que estima las pérdidas de suelo y la emisión de sedimentos en cada una de esas zonas homogéneas.

Con los resultados obtenidos se ha elaborado un mapa en el que se recogen las zonas más afectadas por las pérdidas de suelo. Tras el análisis de los datos, resulta sorprendente que las zonas con mayores pérdidas no sean las afectadas por el incendio forestal del año 2005 y coincida con el área de cultivos. En cuanto al riesgo potencial de que los sedimentos emitidos por el proceso erosivo de la cuenca lleguen al Embalse de Béznar, donde el Río Torrente vierte sus aguas, se puede concluir que es muy reducido.

Finalmente, se han propuesto una serie de actuaciones con el objetivo de reducir las pérdidas de suelo y la emisión de sedimentos por debajo de los valores considerados como tolerables en las áreas más afectadas.

Trabajo de Esmeralda Arcos Ávila