LA ALQUERÍA DE MONDÚJAR

MEZQUITA Y RÁBITAS, CEMENTERIOS, BARRIOS Y OTRAS ESTRUCTURAS URBANAS Y RURALES

Manuel ESPINAR MORENO Universidad de Granada
Sacado de la Universidad Complutense de Madrid

La palabra alquería viene del árabe hispánico alqaríyya, y este del árabe clásico qaryah. Significaba poblado. Los pueblos del Valle en época musulmana estaban definidos como alquerías. Aquí ponemos un artículo donde estudia el poblado o alquería de Mondújar

INTRODUCCIÓN

Entre las poblaciones ubicadas en la comarca del Valle de Lecrín se menciona la alquería de Mondújar. Se han documentado materiales romanos en el pago del Feche. El geógrafo Idrisi dice en el siglo XII que era un manzil o parador donde los viajeros podían adquirir pescado y alimentos1. En época nazarí estos lugares estaban incluidos en la taha de Alaclín, en el camino a la Alpujarra, en la falda sur de la sierra de Almijara una de las estribaciones de Sierra Nevada. En el repartimiento realizado en Granada en 1531 para el cobro de la farda nos dicen los repartidores que en el valle de Lecrín estaban las poblaciones siguientes: Padúl, Dúrcal, Concha, Cosbixar, Nigueles, Acequia, Mondújar, Hatalarafe o Hatalarab, Chit o Chite, Béznar, Tablate, Lanjarón, Yxbar, Pinos del Rey, Restábal, Melegís, Aleuxa, Mulchas, Saleres, Najo y Cautihueles que entregaban en total 92.672 maravedíes2.

Con pequeñas variantes los recoge Mármol Carvajal elevándolos a veinte pues en ocasiones hace dos de uno como ocurre con Harat y Alarabat y las Albuñuelas. Los linderos del valle son al poniente la sierra de Manjara que confina con el río Alhama, al cierzo la Vega de Granada y los llanos del Quempe, al sur los Guajares que pertenecen a Salobreña y la tierra de Motril, y al levante Sierra Nevada y la taha de órgiba. Es tierra con muchas aguas de ríos y fuentes, muchos árboles entre los que destacan morales, olivos, naranjos, cidros, limones y frutas que se vendían en Granada y otras partes, en las tierras de riego y secano abundaba el pan, los ganados eran numerosos y la seda mucha y buena. Entre los ríos se cita el de Albuñuelas que pasa luego por Saleres y Pinos del Valle hasta que desemboca en el de Motril, otro nace en Melegís y se junta al Albuñuelas debajo de Restábal, otro nace en Sierra Nevada y va a una laguna entre el Padúl y Dúrcal y finaliza en el Albuñuelas. Otro va a Acequia y se parte en dos que van a Chite y a Tablate. Otro va a Lanjarón y otro parte los términos de la taha de Lecrín y la de Órgiba3.

1LEVI-PROVENZAL, E.: "España musulmana", Historia de España dirigida por R. Menéndez Pidal, Tomo V, Madrid, 1973, pág. 189, nota 226.

2Datos sacados del Archivo de la Alhambra.

3MÁRMOL CARVAJAL, Luis del: Historia del rebelión y castigo de los moriscos del Reino de Granada, B.A.E, Tomo 1, Madrid, 1946, Libro 4, Cap. XXXI, págs. 212-213. VILLEGAS MOLINA, Francisco: El Valle de Lecrín. Estudio geográfico. Instituto de Geografía Aplicada del Patronato "Alonso de Herrera", Granada, 1972.

La alquería de Mondújar adquirió importancia en la moderna historiografía gracias al artículo de M. Gómez Moreno cuando estudió el cementerio real de los nazaríes de esta localidad4. Recientemente se ha excavado un cementerio al intervenir en los terrenos por donde va a pasar la moderna autovía de la Costa. Nuevas noticias encontradas en los documentos de bienes habices de la mezquita y rábicas del lugar, las contenidas en el Libro de Apeo y Repartimiento de la localidad y otros documentos nos van a permitir profundizar en algunas estructuras urbanas y rurales corno son los cementerios, lugares de culto, calles y barrios. Estas nos ayudan a conocer cómo era el casco urbano y plantear dónde se enterraban los pobladores de la alquería, entre estos lugares de enterramiento se cita uno en el que se guardaban los restos de algunos monarcas nazaríes y de la esposa de Boabdii.


El Castillo de Mondújar

Entre los restos antiguos se cita un castillo que dice Gómez Moreno que dista del pueblo casi media legua. Se cita la acequia de Farrayra, el hauz Padequeyra, el Pago de Pedrichal, el aljibe de Pidijar y la rábita Buhora5. Los documentos conocidos cuando escribe Gómez Moreno se conservaban en el archivo de la Alhambra y en el de la Curia Eclesiástica de Granada además de otras noticias que recopila Gómez Moreno6.

La fortaleza la edificó Muley Hacen, con jardines y huertas de recreo. Allí se acogió cuando fue destronado por los partidarios de su hijo Boabdil. La tenencia de la fortaleza la tenía Alí Alatar, el Mozo, hijo de Abrahen el Alatar, alcaide de Loja, suegro de Boabdil, que murió en la batalla de Lucena. Tras entregarse la ciudad de Granada encontramos en la fortaleza a Pedro de Zafra, hermano de Fernando de Zafra, Secretario de los Reyes Católicos. Este Pedro acompañó a la reina doña Juana a Flandes y trajo a doña Margarita, luego acompañó a Boabdil cuando se marchó a África. Los servicios prestados a los monarcas le sirvieron para obtener un oficio de veinticuatro de Granada y la tenencia y alcaidía de Mondújar.

Cuando los mudéjares granadinos se sublevan en 1499-1500 la fortaleza fue defendida por su esposa doña Guiomar de Acuña pues él estaba sirviendo a los reyes. Los mudéjares cercaron la fortaleza de Mondújar, allí llegó Pulgar para ayudar a doña Guiomar pero ella no aceptó la ayuda. Los monarcas enviaron desde Córdoba a Pedro de Zafra para que negociara con los sublevados, llegó a Dúrcal y no logró el acuerdo por lo que pensó en volver a tratar con los sublevados junto a Mondújar. Tampoco logra que se rindan y cuando intenta ayudar a su esposa y colaboradores entrando en el castillo fue atacado por los mudéjares muriendo con sus criados. Los reyes con las tropas llegan al Padúl, los sublevados levantan el cerco de Mondújar y don Alonso Téllez, señor de Alcaudete, con doscientos caballeros y mil peones rescató a doña Guiomar y a los que allí estaban trayéndolos a Granada. Los reyes comunican a doña Guiomar la muerte de su marido y le concedieron a su hijo Francisco de Alarcón el oficio de la veinticuatría de Granada y la tenencia de Mondújar el 11 de abril de 1500.

4GOMEZ MORENO, Manuel: "El cementerio real de los nazaríes en Mondújar", Al-Andalus, VI Madrid (1942), pp. 269-281.

5GÓMEZ MORENO, M.: "El cementerio...". Ya TORRES BALBÁS, L.: "Rábicas hispanomusulmanas", Al-Andalus, XIII (1948), pág. 482 cita la rábita Buhora cerca de Mondújar. En realidad estaba dentro del casco urbano y sería el centro de un pequeño barrio de la localidad como más adelante veremos.

6Nos dice Gómez Moreno que su padre compuso un artículo titulado "Defensa del castillo de Mondújar por doña Guiomar de Acuña" que fue publicado por los hermanos OLIVER en Granada y sus monumentos árabes, pág. 575, aunque olvidaron poner el nombre del autor. Cita también el de la Curia cuya copia se había sacado en 1893.

LOS HABICES DE MONDÚJAR

Los bienes habices de la iglesia de Mondújar los poseía Pedro de Zafra, doña Guiomar y sus hijos. Entre los bienes habices de la mezquita se encontraban los que pertenecieron a la reina mora, esposa de Boabdil, que murió en Andarax y fue enterrada en Mondújar. Pedro de Zafra se apoderó de aquellos bienes según nos relatan una serie de testigos. Las rentas que valían estos bienes sumaban 55 pesantes o 1.650 maravedíes lo que equivale a 30 maravedíes el pesante con equivalencia al real castellano de 1475. Otros testigos valoran los bienes entre 50 y 55 pesantes, otros en 4 ó 5 ducados7.

El alguacil y vecino de Mondújar, Fernando Audulbirí, dice que conoció muy bien a Pedro de Zafra y a doña Guiomar de Acuña pues se habían visitado y comido juntos. Respecto a los habices pertenecieron a la madre de la reina mora y cuando falleció pasaron a la reina. Estos datos los sabe porque su padre había sido mayordomo de la reina y los poseyó mas de treinta años antes de morir en Andarax. Según voluntad de la reina los bienes se partieron en tres partes.

Esta partición la hizo Mahomad Mocatil, vecino de Granada y mayordomo de la reina, ante Boabdil y otras personas. Pedro de Zafra se apoderó de los bienes antes de la sublevación de Lanjarón valiéndose de las influencias de su hermano.

Isabel Nihiriza declaró que la reina al morir dejó ordenado en su testamento y en una carta que ella había visto y tuvo en su poder que los bienes se partiesen y una parte de ellos para el alfaquí porque rezara sobre su sepultura y la de los otros reyes allí sepultados. Pedro de Zafra se había apoderado de los bienes poco después de la partición. Teniendo la carta ella y su marido llamado Almeyres, Pedro de Zafra se la pedía y los amenazaba con matarlos. Mahomad Almeyres viendo esto llevó la carta al Pequení y éste le dijo que si Pedro de Zafra se la solicitaba le dijera que se la pidiera a él, ya no volvió a pedirla.

7GÓMEZ MORENO, M.: "El cementerio...", ALBARRACÍN NAVARRO, Joaquina: "Un documento granadino sobre los bienes de la mujer de Boabdil en Mondújar", Actas del 1 Congreso de Historia de Andalucía. Diciembre, 1976. Andalucía Medieval, Tomo II, Córdoba, 1978, pp. 339-348. Utiliza el documento de 1511 conservado en el Archivo de la Real Chancillería de Granada. Las tierras de la reina suman 65 marjales de riego, 19 aceitunos, morales, nogales, higueras, viñas y una haza llamada de las cerezas en el Pago de Algudiay.

Nos dice Gómez Moreno que otro testigo declara que antes de morir la reina había comprado cuatro hazas a uno de sus mayordomos llamado Mahoma Mofatel, en Haratalaraf tres y otra en Mondújar de las que se hizo la correspondiente carta de venta. Pedro de Zafra pidió la carta estando acompañado por el alguacil de Mondújar y el testigo se la dio al poco de morir y ser enterrada la reina.

Otro testigo cuenta como tras ser enterrada la reina Boabdil en presencia del Pequení, cadí, y otros alfaquíes partieron las propiedades para la mezquita, el alfaquí y los mayordomos y responsables del cultivo de las tierras y árboles.

Boabdil volvió a Andarax y de allí pasó a África. Otro testigo dice que los bienes y habites pertenecieron a los reyes moros antepasados y llegaron por sucesión y herencia a la esposa de Boabdil y a Muley Abaudili Zagal.

Entre los testigos se encuentra Mahomad al-Mayriz que dice que administraba los bienes y estaba presente cuando se realizaba el reparto entre la mezquita, el alfaquí y los mayordomos o encargados del cultivo de las fincas y árboles.

APEO DE LOS HABICES EN ÉPOCA CRISTIANA

Cuando se produjo el apeo general de los habites de la Vega de Granada se hizo también el del Valle de Lecrín. El 24 de marzo de 1547 en la alquería de Mondújar ante el escribano y una serie de testigos comparecen el beneficiado Jusepe de Herrera y Diego Suárez, que actúan en nombre de las iglesias, para que el escribano lea y notifique el mandamiento del señor Corregidor al alguacil y regidores del lugar. Presentaron un poder para que todo aquello se realizara sin problemas. Actuaron de testigos Gonzalo Delgadillo y Pedro de Aguilar. El escribano procedió a dar a conocer a las justicias de la alquería el mandamiento del Corregidor. Sabemos por este documento que el alguacil de Mondújar se llamaba Francisco de Baeza Abdurrahahi y el regidor Lorenzo del Castillo.

El alguacil y el regidor expresaron que querían nombrar como apeadores de los bienes habites de la iglesia de Mondújar a Domingo de España8 argumentando que «es viejo, e se acuerda de tiempo de moros" y a Lorenzo Azayra»9. Además el alguacil dijo que nombraba al regidor Lorenzo del Castillo. Todos ellos fueron informados por el escribano y expresaron que estaban dispuesto a realizar el trabajo pagándoselo. El escribano tornó juramento a cada uno de ellos de acuerdo al derecho de la época y ellos prometieron declarar las posesiones de la iglesia sin encubrir ninguna de ellas tanto dentro como fuera del término de Mondújar. A continuación se ordena al pregonero Pedro de Aguilar que de a conocer a los vecinos de la alquería que se va a realizar el apeo de los bienes habices para que asistan y especifiquen si alguno tiene derechos sobre aquellos bienes. Hizo de interprete del pregón Gonzalo Delgadillo y tradujo el mandamiento del Corregidor. Una vez solucionados los trámites y firmados los documentos se procede al amojonamiento y apeo de los habices realizado por Lorenzo Azara, Lorenzo del Castillo y la parte de la iglesia.

8En otros pasajes del documento lo llama Domingo Español.

9En otras ocasiones: Azara.

El 13 de junio de 1572 estando en Talará el juez Jusepe Machuca y el escribano Antonio Pérez solicitan que parezca ante ellos Domingo de Zafra, vecino de Mondújar, y declare los bienes que tienen los moriscos acensuados de la iglesia del lugar. Tras describir una serie de bienes con su extensión, ubicación y linderos, dijo que las tenía arrendadas Miguel de Ronda, morisco, aunque no sabía el precio que pagaba por ellas aunque había escuchado que eran 20 ducados. Los otros habices los tenían Gonzalo Delgadillo y Antón Morato, cristianos viejos.

A continuación Domingo de Zafra hace una descripción de los habices del rey pero no nos dice quien los tenía arrendados ni el precio que entregaban por ellos. Si lo hace con los bienes de la iglesia que tenía Antón Morato o Morata. A continuación describe los que poseía Gonzalo de Torres, yerno de Pedro Delgadillo, que presentó las cartas de la compra y arrendamiento ante los escribanos. Se especifica que los tenía por la partición que hicieron sus suegros Pedro Delgadillo e Inés García el 15 de noviembre de 1560 en Mondújar ante el escribano Alonso Ruiz.

El 13 de junio de 1572 en Talará apareció Gonzalo Delgadillo y declara ante el juez que él y sus hermanos Antonio Delgadillo y Juan de Padilla tienen una serie de bienes que describe. Los habían heredado de sus abuelos Pedro Delgadillo e Inés García pues pasaron a su madre Ana de Padilla el 15 de noviembre de 1560 en Mondújar ante el escribano Alonso Ruiz. Además se presentó una carta de Pedro Delgadillo donde estaban todos los habices que fueron leídos a Domingo de Zafra y expresa que conocía todos los bienes allí especificados. Se traslada la carta de fecha de 24 de marzo de 1547, sobre ella se van describiendo los habices de los que hemos sacado estas notas.


La iglesia d Mondújar

LA MEZQUITA CONVERTIDA EN IGLESIA

Las mezquitas y rábitas musulmanas quedaron convertidas en centros de culto cristiano con la conversión de los mudéjares. Las rábitas dejan de cumplir su función religiosa y muchas de ellas a los pocos años se encuentran derruidas o metidas dentro de algunas viviendas, convertidas en corral o se les dio otro destino. La mezquita de Mondújar se convierte en iglesia y a los pocos años nos dicen los apeadores que había una iglesia nueva lo que supone una ampliación y un nuevo edificio. Este dato nos permite conocer como se aprovechó algún solar y tierra posiblemente del macáber musulmán.

Entre los bienes de la mezquita se encuentra un horno de pan que estaba totalmente exento «sin labor adçesoria». La entrada la tenía por la calle Real del barrio, a los lados dos huertas, de Francisco de Baeza y de Domingo Late, y por la parte de atrás una callejuela donde tenían la leña y traían el pan. Las medidas de este inmueble alcanzan 38x12 pies lo que supone una superficie de 35'49 metros cuadrados. También se nos describe una casa de 4006 pies con varias habitaciones, patio, caballeriza y cocina. En la parte delantera tiene un cuarto labrado que no está techado y frente a él se encuentra un patio grande que acaba en una pared que lo aísla del exterior. Otra de las habitaciones es calificada de palacio. Alrededor hay un marjal de tierra que alinda con huertas de Francisco de Baeza, de Francisco de Mendoza y de Domingo Azara y un camino.

Entre sus bienes se describe una haza de riego, de dos marjales y un olivo, en el Pago de Caalcaria. Nos dicen los apeadores que pertenecía a la torre de la mezquita. Los linderos que presenta son las tierras de Francisco de Baeza, las de la hija del Haxi, que estaba casada con el Bagugi, vecino de Cozbizar «Caxbiocar», y un camino alrededor. Otra en el mismo pago tiene un marjal y es de riego. En el Pago Potril tiene otra haza de dos marjales junto a propiedades de moriscos y el acequia principal de Talará o Hatalarab.

En el Pago el Feche10 se ubica una haza de 6 marjales junto al camino Real que estaba destinada para las esteras de la mezquita y los repuestos de ella. Junto a ella encontramos otras dos hazas que alcanzan 7 marjales de superficie y un olivo. Otra tiene un marjal y tres cuartos

En el Pago Albaal encontramos varias hazas de riego, una de dos marjales, otra de tres marjales y un olivo en tierras de Lorenzo del que es de secano. Dos olivos con su sitio de tierra pertenecen a la lámpara de la mezquita.

En el Pago de Alitrar o Ytral encontramos varios olivos junto al camino que va a Sierra Nevada, otro es de la lámpara, y otros están plantados en tierras de los vecinos de la alquería. Entre las tierras encontramos una baza de medio marjal con dos olivos y otra de dos marjales y medio con otros dos olivos esta junto a un camino. En este pago aparecen varios olivos de la lámpara de la mezquita y del que tiene cargo de ella. Uno de los olivos de la mezquita está junto a una almazara vieja. Otro está en haza de Benito el Magroz. Encontramos además dos morales en jorfel de haza de Luis el Helil y un pedazo de era que alinda con las de Hernando de la Cámara, herederos de Madrigal y de Pedro de Villarreal.

En el Pago de Alhandah tiene la iglesia un olivo. En el Pago del Río Torrente encontramos dos hazas de riego, la primera de un marjal y cuarto, y la segunda de marjal y medio. En Handaca Açeca una haza-viña que ocupa una ladera y terreno llano la mitad es de la mezquita. Por medio de la viña pasa el acequia que viene a Mondújar.

10En este pago se han constatado la existencia de materiales romanos y la existencia de unas termas del siglo I. Véase Periódico IDEAL de 24 de abril de 2000.

En el Pago Cuchuy encontramos otras dos hazas de riego, de dos marjales cada una. La segunda alinda con unas albercas y estaba destinada para los reparos del edificio de la mezquita. La gana de la mezquita tiene otra haza de un marjal de riego. Tiene dos olivos en los bancales de Pedro del Castillo Abiyahora y otros dos en la haza de Juan el Focay. Además tiene medio olivo en el Pago de el Baal. Junto a la calle Real en un pedazo de tierra hay dos morales plantados y todo pertenecía a la mezquita. Estaban al lado de la casa de Benito de Aranda, vivienda y huerta de Domingo Azaya y la calle.

En el Pago Alduayra una haza en dos pedazos, de marjal y medio, de riego alinda con huerta y hazas de los vecinos. Además un moral en el cementerio de la iglesia. Cerca hay una haza de tres marjales con un moral ubicada en el camino de la iglesia y la casa y huerta de Domingo González. Otra haza tiene como lindera la algima nueva. En el Pago Almohajar encontramos un olivo, junto a una era, en la finca de Diego el Dorcugua.

En el Pago del Coc tiene una haza de marjal y medio, de riego, que nos dicen los apeadores que corresponde a la torre de la mezquita. Tiene un moral plantado en el jorfel de haza de Domingo González

LAS RÁBITAS MUSULMANAS

Las rábitas musulmanas son destinadas al culto por sus fundadores. Estaban ubicadas en los barrios, cruce de caminos, cementerios, etc., y muchas son sustituidas más tarde por los cristianos en ermitas. En Mondújar constatamos seis de ellas lo que nos indica la cantidad de lugares de culto que podemos encontrar en las alquerías musulmanas11

11ESPINAR MORENO,M. Y ABELLÁN PÉREZ, J.: "Las rábitas en Andalucía. Fuentes y metodología para su estudio", en Historia Institucional i altres Estudis Regionals. San Carles de la Rápita, 1993; pp. 131-176.

MACÁBERES Y RAUDA DE MONDÚJAR

Macáber, proviene del árabe maqbara, plural magabir. Muchos de estos cementerios y lugares de enterramiento pertenecían a los habites y su fundación era premiada en la otra vida. El cadí y el almotacén velaban por estos lugares para que se conservaran decentemente y no se cometieran actos considerados impuros o contrarios a los preceptos religiosos12. Además estos funcionarios disponían cuando se abría otro nuevo en caso de epidemia o aumento de la población, demoler construcciones que no estuvieran acordes con el macáber, algunas de las lápidas nos ha llegado a nosotros13.

En las ciudades había siempre varios macaber ubicados dentro y fuera de las murallas14. lbn al-Jatib cita entre ellos el cementerio de los extranjeros o magbarat al-guraba situada en el arrabal del río frente al-Nayd. En las alcazabas regias había una rawda o panteón situado casi siempre en un jardín cerca de los palacios reales. Tanto en las ciudades musulmanas como en el campo y alquerías abundaban las qubbas o pequeñas capillas cubiertas con una cúpula o armadura de madera que albergaba la tumba de un santón, asceta, morabito, cte., y las gentes se enterraban alrededor de esta tumba atraídos por la santidad del lugar. En las ermitas o rawabit (rábitas) se enterraban los ermitaños y morabitos. Esta qubba o lugar dio origen a las zawiyas que con el paso del tiempo se convierten en un conjunto de edificios y construcciones en torno al sepulcro de estos personajes venerados por la población, en ocasiones estas zawiyas tienen escuelas, hospedería gratuita y cementerio.

No tenemos muchas noticias de cómo eran los enterramientos de las distintas clases sociales granadinas. Hoy contamos con algunas informaciones extraídas de los textos y otras de trabajos arqueológicos llevados a efecto sobre todo en las ciudades15. Nos dirá Torres Balbás que las sepulturas de los reyes no tenían una deslumbrante riqueza ni estaban adornados con primores y refinamientos del arte granadino como muchos pensaban.

12Sobre los cementerios musulmanes puede conf. ROSSELLÓ- BORDO Y, G.: "Almacabras, ritos funerarios y organización social en Al-Andalus", 111 Congreso de Arqueología Medieval Española. Oviedo, 1989, 1; pp. 153-168. TORRES BALBÁS, Leopoldo: "Cementerios hispanomusulmanes", Al-Andalus, XXII, 1957, pp. 131-191. AL-GARNATHI; "Los cementerios de Granada", La Alhambra, 1902, V-116; pp. 1047-1051, ALMAGRO CÁRDENAS, Antonio: "Sepulcro de un Abencerraje, recientemente descubierto", l¿2 Afhambra, 1898, 1-6; pp. 94-97. ESPINAR MORENO, Manuel y QUESADA GOMEZ, Juan José: "Nuevas aportaciones a la arqueologia granadina. Materiales encontrados en el río Beiro", Revista del Centro de Estudios Históricos de Granaday su Reina, 1990, 4; pp. 11-31.

13Además sobre los lugares de enterramiento puede verse, FERRANDIS TORRES, losé: "Estelas cerámicas", Al-Andalus, 1935, 111; pp. 179-180. GARCIA GÓMEZ, Emilio: "Sobre los epitafios de dos caballeros Abencerrajes y otra lápida granadina desconocida", Al-Andalus, 1942, VII, pp. 283-297. SECO DE LUCENA PAREDES, Luis: "De toponimia granadina. Sobre el viaje de Ibn Battuta al Reino de Granada", Al-Andalus, 1951, XVI; pp. 49-85. TORRES BALBÁS, Leopoldo: "Paseos por la Alhambra: La Rawda", Archivo Español de Arte y Arqueología, 1926, Y I; pp. 261-285. VALLADAR, Francisco de P.: "Una hipótesis acerca de los restos humanos de la 'Gran Vía", La Alhambra, 1903, V1-125; pp. 113-115. VALLADAR, Francisco de P.: "Los descubrimientos de la 'Gran Vía—, La Alhambra, 1905, VIII-166; pp, 64-67. VALLADAR, Francisco de P.: "Crónica granadina 11]", La Alhambra, 1899, II-26; p. 48. VÍLCHEZ VÍLCHEZ, Carlos: Cementerios hispanomusulmanes granadinos, Departamento de Historia del Arte, Universidad de Granada, Granada, 1986.

14Conocemos algunas lápidas de personajes importantes, así se puede ver en los trabajos de ALMAGRO CÁRDENAS, Antonio: "Fragmento de la lápida sepulcral del rey moro de Granada Abul Hact ach Yusuf recientemente descubierto [ 1 ]". La Alhambra, 1903, VI-133; pp, 297-299. ALMAGRO CÁRDENAS, Antonio: "Fragmento de la lápida sepulcral del rey moro de Granada Abul Hachach Yusuf recientemente descubierto [2]". La Alhambra, 1903, Vi-134; pp. 324-327. ALMAGRO CÁRDENAS, Antonio: "Inscripción del príncipe Yúsuf, hermano de Muley Hacen". Revista del Centro de Estudios Históricos de Granada y su Reino, 1915, V-3; pp, 184-188. AMADOR DE LOS RÍOS, Rodrigo: "Lápidas arábigas existentes en el Museo Arqueológico Nacional y en la Real Academia de la Historia". Museo Español de Antigüedades, 1876, VI¡; pp. 121-156. CASTRO Y OROZCO, José de: "Antigüedades árabes de Granada. Epitafios de los reyes moros". La Alhambra, 1839, I1-17; pp. 193-195.

15cf. LÓPEZ LÓPEZ, Manuel, FRESNEDA PADILLA, Eduardo, TORO MOYANO, Isidro, PENA RODRÍGUEZ, 1. M, y ARROYO PÉREZ, E.: "La necrópolis musulmana de Puerta Elvira (Granada)", en Estudios sobre cementerios islámicos andalusíes. Estudios y Ensayos. Universidad de Málaga. Málaga, 1995. Editores: Manuel Acién Almansa y M' Paz Torres Palomo, pp, 137-159. ESPINAR MORENO, Manuel; QUESADA GÓMEZ, Juan losé y LÓPEZ LÓPEZ, Manuel: Intervención de urgencia en la Cl Agua de Cartuja (Placera de la Cruz). Granada. Agosto 1993. Memoria de excavaciones para el Anuario de Arqueología Andaluza. En prensa.

En los cementerios había árboles como los olivos y morales. Las personas veneradas enterradas en estas tumbas se les consideraba protectores del lugar, guardianes que impedían que entrase la desgracia o la malaventura. Las tumbas variaban de unas ciudades y regiones a otras. Las diferencias se ven en las piedras sepulcrales sobre todo. Los cadáveres se colocan de costado y permite fosas estrechas, con la cabecera al mediodía y el rostro mirando hacia la Meca. Señalaba la sepultura de la gente humilde una piedra tosca, sin labor, hincada en la cabecera, y sin letrero alguno. Si el difunto es poderoso, tiene medios económicos o contaba con un prestiglo social las sepulturas se señalan por dos estelas, colocadas a la cabecera y a los pies, de acuerdo con el rito musulmán que exigía dos testigos limitando la sepultura del creyente, una estela alargada llamada mgabriya, un cipo o fuste cilíndrico hincado en la cabecera y una o dos estelas discoidales de cerámica vidriada en la cabecera y pies. Las losas tienen de grueso de 8 a 10 centímetros, de 138 a 166 de largo y de 38 a 58 las de la cabecera y pies. Las tumbas del Barranco del Abogado de Granada nos dice Gómez Moreno que tenían cuatro cítaras de ladrillo y dejaban sitio para contener el cadáver, se tapaban con cobijas de pizarra o de ladrillo. Se tapaban y cubrían con una capa de tierra16


Macaber en Talará- julio-septiembre 2002.

En cualquier lugar del reino los documentos y hallazgos demuestran que no había solo un lugar de enterramiento sino que por el contrario los creyentes se entierran en varios macaberes o cementerios que estaban adscritos a la mezquita y las rábitas del lugar. El rito de enterramiento si estaba esipulado paro las manifestaciones externas dependían mucho de la categoría del difunto y de los medios económicos de la familia. En el caso de Mondújar constatamos varios lugares de enterramiento que pasamos a describir a continuación de acuerdo con la información de los conocedores de los bienes habices en 1547. Tras la conversión de los mudéjares en moriscos muchos de los cementerios islámicos fueron cristianizados y siguieron utilizándose por los moriscos. Otros por el contrario fueron abandonados y quedaron en el olvido esperando que las rejas de los arados o cualquier ocasión fortuita los ponga al descubierto. Otros, quizás los más de ellos, fueron destruidos y sus piedras sepulcrales aprovechadas para construcciones del momento y su terreno se puso en cultivo por los cristianos.

16Sobre las sepulturas y costumbres pueden consultarse las obras de GUILLEN ROBLES, F.: Málaga musulmana. Málaga, 1880, pp. 38-39. EGUÍLAZ YANGUAS, Leopoldo: "Noticias de la Alhambra y de Granada, con pretexto del Libro de Contreras", Diario La Libertad, Granada, 27 de agosto de 1875. GOMEZ MORENO, Manuel: "Sepulturas arábigo-granadinas", en Casas granadinas de Arte y Arqueología. Granada, s. a., pp. 107-120. GÓMEZ MORENO, Manuel: Guía de Granada. Granada, 1892, pp. 33-34,362 y 498. RIBERA, Julián: "Ceremonias fúnebres de los árabes españoles", Disertaciones Y Opúsculos, 11, pp. 249-256. LONGAS, Pedro: Vida religiosa de los Moriscos. Madrid, 1915. TORRES BALBÁS, Leopoldo: "Rábitas hispanomusulmanas ", Obra Dispersa, 4, pp, 157- 174. MUNZER, Jerónimo: "Viaje por España y Portugal en los años 1494 y 1495", versión del latín por Julio Puyol. Boletín de la Real Academia de la Historia, Tomo 1-XXXIV, Cuaderno I, enero, 1924. ESPINAR MORENO, M. y QUESADA GÓMEZ, J. J.:"Tipología de las tumbas musulmanas excavadas en el solar de la calle Agua de Cartuja, número 18 (Granada)", Estudios sobre Patrimonio, Cultura v Ciencia medievales, 11, Cádiz, 2000, pp. 91-111.

El primer lugar de enterramiento que constatamos en Mondújar es descrito por los apeadores y conocedores de los bienes habices de la iglesia. Entre estos habices se documenta un macaber grande en el Pago el Feche, de seis marjales, lo que representa una superficie de 762 metros cuadrados, que en aquellos momentos estaba intacto y con las sepulturas sin abrir, es decir no había sido violado por los cristianos. Los linderos de este lugar de enterramiento eran las tierras de Diego de Aguilar, Diego de Escobar, Domingo Gonayre, Francisco Xate, los hijos de Juan de la Corte y la mujer de Zacarías de Baeza.

En el Pago Alitrar se describe un macaber muy interesante pues nos dicen los apeadores que tiene poca extensión pero que en él fueron depositados los restos humanos de los monarcas granadinos. La descripción es la siguiente: «Un pedazo de macaber, Cercado de tapias, de un tercio de marjal, poco más o menos, donde dizen que están enterrados los reyes moros de Granada»17

La esposa de Boabdil (Moraima) tras morir en Andarax fue trasladada hasta Mondújar y enterrada en la alquería. Nos dice Fernando Audulbiri, alguacil del lugar, que él sabe el lugar donde fue sepultada «Que si neçesario es que mostrará la sepultura do está enterrada». Nos apunta Isabel Nihiriza, mujer de Mahomad Almeyres, mayordomo de la reina, que el alfaquí del lugar recibió la cuarta parte de los bienes donados por la reina Moraima como habices para que fuera a rezar sobre su sepultura y sobre la de otros reyes «que en el dicho lugar están sepultados do la dicha reina se mandó enterrara». Ella vio traer el cuerpo muerto de la reina «en un arca o en un ataud e la vida enterrar en una haça adonde estauan enterrados otros rreyes moros que los auían enterrado en Granada y después los troxeron a enterrar allí do la dicha rreyna se enterró después».

Un testigo expresa que había muerto en Andarax y Boabdil la trajo hasta Mondújar donde fue enterrada. Estaban acompañando al rey el cadi Pequení, el alguacil Fernando Audulbiri, Abaudali, Isabel Nihiriza y su esposo y otros alfaquíes. El alfaquí del lugar rezaría dos veces por semana sobre su tumba la «rala» y sobre los huesos de otros reyes allí sepultados y una vez al año rezaría el Corán. Otro testigo añade que Boabdil enterró a su esposa «donde primeramente auían sido enterrados y sepultados otros reyes moros predecesores y parientes de la dicha rreyna».

El testimonio de Jusepe de Herrera en 1549 nos ayuda a entender porqué Boabdil trajo desde Andarax a enterrarla en Mondújar. Además de la importancia de la fortaleza para la defensa de la Alpujarra y Valle de Lecrín nos dice que se habian enterrado allí algunos reyes nazaríes «como cosa tan ynportante están trasladados al pie de la dicha fortaleza, en una haça que se llama la rrauda, todos los cuerpos de los rreyes de moros que fúeron de granada al tiempo que fué de moros y después la rreyna horra mora se truxo desde andarax, después de entregada la çibdad a los señores rreyes católicos, de gloriosa memoria, a enterrar a la dicha rauda, lo qual es cosa muy notoria e cierta, y la causa del trasladarse allí los dichos cuerpos fué pretender el rrey moro que se dezia el chiquito que se le diese la dicha fortaleza para su morada y aposento, etc.»

17 Libro de Apeo y Repartimiento de Mondújar, fol. 27v.

Pedro Antonio de Alarcón escribe que Boabdil había dejado el cadáver de su esposa en la tierra que iba a abandonar y asevera «Ello es que nadie ha sabido jamás dónde fué enterrada Moraima, ni ya es de temer que den con ella los anticuarios». Fidel Fernández18 cuando escribió sobre Boabdil nos dice que éste trasladó los restos de sus abuelos antes de que los cristianos entraran en la Alhambra, pues no quería que estuvieran en tierra cristiana. Una negociación con los Reyes Católicos le permitió llevarse de la Rauda real de Granada los restos de sus antepasados hasta la alquería de Mondújar. Entre aquellos restos sabemos que se encontraban los de Muhammad II, Jusuf I, Yusuf III y Abu Saad. Agradece la colaboración del párroco de la localidad, D. Manuel Fernández Padial, y la del médico de Chite, D. José García Espín. Se dice que los restos de los reyes moros estaban sepultados junto a la mezquita de Mondújar. Pronto los cristianos no respetaron lo pactado y tras la marcha de Boabdil a Marruecos se incautaron de los bienes dejados por Moraima a la mezquita, el alfaquí y otros colaboradores suyos.

Nos habla de esta mujer diciéndonos que fue desgraciada. Los cronistas ensalzan su belleza y hermosura cuando se casó con Boabdil a instancias de su madre. Moraima procedía de la humilde clase popular, su padre era un buhonero que vendía especias en Loja, gracias a su talento y esfuerzo guerrero se convirtió en alcaide de Loja y uno de los hombres más importantes del reino. Cuando se casó nos dicen los autores musulmanes: «que era alta y fuerte como Judith, cuando subió al trono califal. En la fiesta solemne de sus bodas, píntanla los poetas musulmanes vestida con saya y chal de paño negro, bordados en seda azul. La toca de lienzo blanco que cubría cara y cabeza, ocultaba facciones más lindas que perfectas, y más seductoras que esculturales. Los ojos eran grandes y expresivos, negros y lucientes como el azabache, llenos de dulces recuerdos y acusadores de inocencia y bondad. A través de las tupidas ropas adivinábanse unos hombros, unos brazos, unas caderas y un talle de tan clásicos y opulentos contornos, que los griegos la hubieran tomado por un modelo de Juno».

Años más tarde nos dice Hurtado de Mendoza que en el discurso de Fernando de Valor, el Zaguer, o Aben Jauhar conocido como Aben Humeya pronunciado en la casa de Zinzan en el Albaicín en 1568 se recuerda a esta reina Moraima cuando se casó con Boabdil y la penuria económica de su familia: «Nuestros pasados quedaron tan pobres en la tierra de las guerras contra Castilla, que casando su hija el alcaide de Loja, grande y señalado capitán que llamaban Alatar, deudo de algunos de los que aquí nos hallamos, hubo de buscar vestidos prestados para la boda»19.

18 FERNÁNDEZ MARTÍNEZ, Fidel]: Boabdil. Edit. Tánger, 1939,

19HURTADO DE MENDOZA, Diego: Guerra de Granada, B. A. E., tomo I, Madrid, 1946, pág.73.

Hay autores como Hernando de Baeza que dicen que la reina no era hija de Alatar de Loja sino que era prima de Boahdil e hija del usurpador pero esta cuestión está perfectamente aclarada por Gómez Moreno. Egullaz Yanguas la llama Omalfata en vez de Moraima.

Respecto a los restos de los monarcas nazaríes nos dicen Torres Balbás20 y Gómez Moreno que los sepulcros de Muhammad I, Muhammad III y Nazar se encontraban en el cementerio general y antiguo de la loma de la Assabica, frente a la Alhambra, en lo que hoy es el carmen de Los Mártires. Pudo ser en la misma maqbura o macáber de Generalife donde fueron enterrados Muhammad V, Yusuf II y Yusuf III. El sitio del cementerio es desconocido21.

Se conoce otro cementerio al oriente de la mezquita mayor de la Alhambra, en los jardines del palacio, que se desenterró en 1892 y se conservan ruinas con las fosas no solo de los cuatro reyes cuyos epitafios se descubrieron en 1574 sino de otros monarcas y familiares suyos. Según Mármol Carvajal los epitafios aparecieron en lo que se llama la Rauda: «A las espaldas del cuarto de los Leones, hacia mediodía, estaba una rauda ó capilla, donde tenían sus enterramientos, en la cual fueron hallados el año del Señor 1574 unas losas de alabastro que, según parece, estaban puestas á la cabecera de los sepulcros de cuatro reyes desta casa; y en la parte dellas que salía sobre la tierra, porque estaban hincadas derechas, se contenían de entrambas partes epitafios en letra árabe dorada puesta sobre azul, en prosa y en verso, en loa y memoria de los yacentes. De las cuales sacamos un traslado que poner en esta nuestra historia, por ser estilo peregrino diferente del nuestro, y por no interromper el órden de la descripción de la ciudad, lo pornémos al cabo della en un capítulo de por sí»22. El edificio se data en época de Muhammad V de acuerdo a las yeserías y restos encontrados por don Mariano Contreras23.

20TORRES BALBÁS, Leopoldo: "Paseos por la Alhambra. Una necrópoli nazarí: la Rauda", Archivo Español de Arte y Arqueología, 6, septiembre-diciembre, 1926. Public. en Obra Dispersa, 11. Archivo español de Aite y Arqueología. Estudios diversos sobre Arquitectura y Arqueología. Instituto de España, Madrid, 1985, pp. 13-42.

21Los testimonios sobre enterramiento de algunos monarcas se lo debemos a lbn al-Jatib y Almaccari. El primitivo cementerio de la Sabika desaparecido no ha dejado memoria. El cercano a la mezquita de la Alhambra se siguió utilizando hasta la conquista cristiana.

22MÁRMOL CARVAJAL, Luis del: Historia del rebelión y castigo.., Libro 1, Cap. VII, pág. 132. Los epitafios eran de los reyes Abi Abdil-lehi, Abil Gualid lsmail, Abil Hagex Yucef y Abil Hagex Yucef. El primero reinó en tiempos de Alfonso X, el segundo y tercero en tiempos de Alfonso XI y el último en el de Juan II de Castilla. Los epitafios en prosa y verso pp. 134-139 de Mármol. Los monarcas eran nos dice Torres Balbás Muhammad II, lsmail I, Yusuf I y Yusuf III. Este hallazgo de 1574 se produjo al realizar un desmonte y abrir algunas zanjas. También Alonso del Castillo alude a estas tumbas al decirnos que frente al Patio de los Leones estaban las sepulturas de los reyes. Nos dice que había traducido las lápidas por encargo del conde de Tendilla. Veáse Antiguedades árabes de España, Parte Segunda, Publicada par la Real Academia de San Fernando por D. Pablo Lozano

23En 1892 don Mariano Contreras al derribar una vivienda encontró los restos de la Rauda y entre ellos cuatro fosas sepulcrales, trozos de azulejos, decoraciones de escayola y una celosía sobre un muro. Aunque se trató de conservarlas nos dice Torres Balbás que estos materiales habían desaparecido. Años más tarde, en 1925, Torres Balbás al tratar de consolidar lo que se mantenía de la Rauda se encontró con otras sepulturas.

Era posterior a Muhammad II (1272-1301) y le siguieron después Ismail I (1313-1324), Yusuf I (1332-1354), Yusuf III, Muley qad y su hijo AbulhaQen. Allí fue sepultada la mujer de Ismail I (1348) y había restos de gran cantidad de fosas sepulcrales que suman unas treinta de adultos y ocho de menores, sin huesos todas ellas. Sin embargo, las descubiertas en un lugar contiguo en numero de treinta y tantas conservaban los huesos. Se dice que pertenecían a gentes de inferior alcurnia que no merecían ser trasladadas en aquellos momentos. El cementerio de Mondújar o rauda fue destruida aunque pervivió el recuerdo de su ubicación. Nos dice Gómez Moreno que se había encontrado un pequeño tesoro de alhajas de mujer que se fecha en el último período árabe granadino o quizás morisco que pasó al Museo Arqueológico de Madrid24.


El tesoro de Mondújar

Con los datos que se conocían en los años veinte Torres Balbás planteó una excavación en la Rauda de la Alhambra. Nos dice que esta formaba un rectángulo de 13'30 por 10'3 metros, orientada como las mezquitas de SE. a NO., los muros que la delimitaban eran de ladrillos _y en el interior estaban chapados de azulejos iguales a otros de una de las habitaciones de los baños de la Casa Real. En el interior dos gruesos muros la dividían en tres pequeñas cámaras y una cuadrada central25.

Las fosas sepulcrales descubiertas por Contreras en las camarillas eran de ladrillo, orientadas de SO. a NE., estrechas para que «tendido el cadáver sobre el costado derecho, dirigiera el rostro a SE., o sea hacia la Meca». Quedaban las sepulturas mucho más bajas que el pavimento. Al realizar obras aparecieron otras fosas   de  igual orientación y continuando la excavación en 1925 y 1926 aparecieron otras fosas orientadas de la misma manera que llenaban el recinto. El suelo de ellas era terreno natural, y los costados, citarones y citaras de ladrillo, tenidos con barro y mortero muy pobre en cal. El interior de los sepulcros estaba revestido de yeso. Los había de diferentes tamaños y por sus dimensiones se ve que unas estuvieron ocupadas por adultos y otras por niños de corta edad. Todos ellos eran de forma trapecial, más estrechas por los pies que en la cabecera. La profundidad respecto a la solería oscilaba de 1 metro a 1'50 metros. A menos de ten metro desde el fondo remetíanse algo los muros para que apoyasen allí las lajas de pizarra que los cubría. Nos dice Torres Balbas que «En ninguna encontráronse huesos, lo que prueba que la traslación de los restos a Mondújar fue cuidadosa». Algunas fosas reales estaban situadas por debajo de los muros lo que parece explicarse al ser enterramientos anteriores a la construcción de la Rauda, aquí estarían pues Muhammad II, Ismail I, su esposa y Yusuf I. En el recinto de prolongación de la Rauda al SE. aparecieron otras muchas «Las fosas eran iguales y con idéntica orientación, pero labradas casi todas con menos esmero y excavadas en parte en el terreno natural, enchapado en algunos con ladrillas». Se encontraron en algunas huesos sueltos, un esqueleto deshecho en otra y en otra un esqueleto bastante completo. En el patio de la rauda se enterraron personas de no tan alta categoría social que no fueron llevados a Mondújar y si lo hicieron no recibieron la atención debida para su traslado.

24JANER, Florencio: "Be las joyas árabes de oro que se conservan en el Museo Arqueológico Nacional", Museo Español de Antigüedades, Madrid, Impr. Fortanet, 1875, VI, pp. 525-536.

25Una descripción pormenorizada de la rauda en GÓMEZ MORENO, M.: Guía de Granada, Granada, 1892. Además Cf. TORRES BALBAS, L.: "Paseos por la Alhambra..,", Ob, cit.

Sobre la disposición de las losas sepulcrales se ha escrito bastante. Las de mármol eran muy buscadas y se aprovechaban en otros trabajos. Nos dice Torres Balbás que en Granada las losas eran de piedra en la mayoría de ellas «En casi todas las sepulturas de Granada esas losas eran de piedra franca de la Malá, con fajas de dibujos geométricos e inscripciones en sus caras y bordes visibles, y de ellas quedan numerosos ejemplares, tanto en los Museos Arqueológico y de la Alhambra, como utilizados en muros posteriores a la reconquista»26. Otras se conservan en los muros de la iglesia de San Cristóbal, S. Jerónimo, Santo Domingo, muralla de la Alhambra, al lado del Palacio de los Córdoba, Hospital Real y otros lugares de la ciudad. También hubo losas de barro vidriado como las que se han encontrado en la Alhambra y en Málaga27.

Con todos estos datos lo más probable es que los restos de los monarcas nazaritas estén enterrados debajo de la iglesia de Mondújar. El testimonio de algunas personas del lugar y otros visitantes nos han citado que al realizar obras en la solería encontraron varios sepulcros de ladrillo, estrechos. Por su descripción son indudablemente musulmanes. Los reyes se enterraron en un pequeño macáber del Pago de Ytral como hemos descrito. En este lugar se levantó la nueva iglesia que tuvo Mondújar después de haber utilizado la mezquita musulmana de la calle Real.

Además en este pago de Ytral se describe una haza «que hera macáber», de dos marjales que alindaba con tierras de Zacarías Rofi y las de Pedro Biafora y un cerro macáber que mantenía las sepulturas intactas, es decir se había abierto una parte de este cementerio musulmán. Cuando se describe la rábita Alcana se dice que tenía un macáber «que sube de la dicha rávita por un Cerro arriva hasya ençima /fol. 28r/ y al rrededor del, y desciende hasta el macáber abierto suso». Es decir el macáber estaba en parte puesto en cultivo por lo que encontramos la haza de 2 marjales y lo que estaba junto al solar de la rábita permanecía intacto y sin abrir. Este macáber no sabemos la superficie que alcanza pero estaba instalado en las laderas del cerro y en los alrededores de la rábita destruida.

26TORRES BALBÁS, L.: "Paseos por la Alhambra..", pág. 31.

27Sobre costumbres de enterramiento y sepulturas puede verse además ROUSSEAU, Gabriel: Le Mausolée des Princes Sa diens á Marrakech. París, 1925. OLIVER, los¿ y Manuel: Granada y sus monumentos árabes. Málaga, 1875. LAFUENTE ALCÁNTARA, Emilio: Inscripciones árabes de Granada, precedidas de una reseña histórica y de la genealogía detallada de los Reyes Alhamares. Madrid, 1859. ALMAGRO CÁRDENAS, Antonio: Estudio sobre las inscripciones árabes de Granada, con un apéndice sobre su Madraza o Universidad árabe. Granada, 1879. QUESADA GÓMEZ, J. J.: Bibliografía sobre Arqueología de la ciudad de Granada (Siglos X111-XVI),

En el Pago el Coc se describe un macaber «por abrir», es decir, intactas las tumbas musulmanas. La extensión que tiene es de tres marjales. Los linderos son bazas de Hernando Alarif, Hernando el Çigui, vecino del Padul, Lorenzo de Zafra y Pedro Gallego.

Otro macáber que conocemos se describe cuando apean los habites que tenía arrendados Antón Morata. Nos dicen los conocedores que el Cerro del Garrobo o Algarrobo «que antiguamente hera macáber de moros». Estaba en 1572 puesto de viñas pero se encontraba maltratado. La superficie que alcanza este es de doce marjales, es decir, unos 1625 metros cuadrados, nos dicen los apeadores «pero es tierra de sierra, e de pedregales».

Al lado de la iglesia encontramos un cementerio que fue bendecido por los cristianos pero que antes era un macáber de la mezquita. Las noticias de las excavaciones realizadas en Mondújar nos dicen que en el Cerrillo estaban las tumbas de los reyes nazaritas y se cita otro lugar excavado de principios del XVI en el Pago de Torna Alta junto al río Torrente, eran 44 sepulturas en las que se alternan las paredes y cubiertas con lajas de piedra y con tejas28.

OTRAS ESTRUCTURAS: CAMINOS, ACEQUIAS, PAGOS, ETC.

Los barrios de Mondüjar deben de sumar casi media docena por las descripciones que encontramos en los habites. Se cita el Barrio Bajo donde se describe la rábita Buhora en una placeta, en el Pago del Coc o del Zoco otra rábita ubicada en la calle Real, la rábita Alcana en el Pago de Ytral y se documenta el aljibe de Pidichar. Se alude al Pago de las Casas en 1511. Conocemos varias huertas debajo de las casas de Pidichar y el pago Deayra esta junto a las casas de Mondújar.

Entre los pagos que conforman la vega y tierras de secano de esta alquería se constatan: el Pago de Corila, el Pago de Alguadiay, el Pago de Alfehg, Hauz Aicoraujar, del Potril, del Feche, de Ytral o Alitrar, del Deayra, Oduayra, de Cadiar, junto al barranco que viene del castillo de la sierra de Mondújar, el de Gudil de Achuel, junto al barranco, el de la Hera, del Fudil, también junto al barranco, del Río de Mondüjar, del Fel, de Pedrichal y de Padribuz.

Entre las acequias se documentan la llamada: Acequia de Ahite, por el Pago del Potril pasa la acequia que va a Chite, en el Río Torrente unas albercas de lino y la acequia que va a Mondújar, junto a la Cruz. Se cita la acequia Alta de Mulchas.

28Ver Diario IDEAL, de 23 de abril de 2000.

Entre los caminos conocemos algunos, así nos dicen los apeadores que por el Pago del Feche pasa el camino que va a Talará y Acequia, en el Pago de Ytral pasa el camino que va a la sierra y se cita otro camino a la sierra también en este. Por el Pago del Oduayra pasa el camino que va a Acequias o Ceca. En el Pago de la Hera estaba la Carrera de las Cabras. En el pago de Cadiar pasa el camino de Burgil y Beznar. Por el de Pedrichal pasa el camino de la sierra. El Camino del Coc de Mondújar va a AQeca o Acequia. El camino de Talará o Hatalarab pasa por el puente del barranco.

Además se citan en los documentos el Barranco de Hernando Magroz, la Xiba, algime, zuma, chumehor o chimez cuando aluden a la mezquita de Mondújar. Una haza se denomina Handarazoc. Otra haza es llamada Deizfencha «que en aljamía quiere dezir de los Buñuelos» situada en el Pago de Pedrichal junto al camino de la sierra. Otra haza que se llama la Xarquía y otra la Haza del Bacari, en la sierra.

Se cita el solar de la iglesia en la calle Real y una casa y un moral en la puerta. Además en el Pago de Padribuz, junto a las casas, se dice que un moral tiene sus ramas sobre las tejas de la casa de Hernando González. También sabemos que existía el Arroyo del pago de Alguidiey, la Alameda en el Pago del Río Torrente y que la Rábita de Alocaudon de Bafora, Sant Cristóbal, estaba en término de Chite.

La división entre Mondújar y Acequias se hacía por el barranco del Pleito y el río Torrente hasta llegar a Sierra Nevada. La alquería de Mondújar esta delimitada por los términos de Acequias, Talará, Chite, Beznar y Mulchas.

El 14 de junio de 1572 el juez Jusepe Machuca toma posesión de Mondújar y de los bienes moriscos que pertenecen al rey Felipe II por la sublevación de sus súbditos. Hizo presentarse ante él a Diego Soler Maldonado, cristiano viejo, vecino del lugar y natural de Acequias, y a Domingo de Zafra, morisco. Nos dicen que Mondújar tenía 50 vecinos y en aquellos momentos sólo quedaban 20 vecinos con la nueva población llegada.

La relación de bienes es la siguiente:

40 casas de moriscas, de ellas sólo 20 estaban habitadas pues las restantes en parte estaban quemadas. En señal de posesión y dominio entró en algunas de ellas, expulsó a los que estaban dentro, abrió y cerró las puertas y ventanas y otros autos de posesión de acuerdo al derecho de la época según convenía a su majestad. Actúan de testigos Muflo Gómez, regidor del lugar, Diego Solier Maldonado, Luis de Baeza, arrendador del lugar, Antonio Maldonado y otras personas que estaban presentes. Tomó posesión de los 630 marjales de riego, de ellos 30 de huertas y el resto de hazas, con sus árboles frutales, olivos y morales que criaban 30 onzas de seda y daban 200 arrobas de aceite. Los olivos arrendados a moriscos proporcionan 4 reales cada uno. Además había según unos 60 marjales de viña y otros dicen que 50 marjales y 80 fanegas de tierra de secano en sierra y llano, un horno de la iglesia que tiene Miguel de Ronda, morisco, que pagaba 20 ducados al año, y un molino de pan de una piedra que hay que repararlo. No hay molinos de aceite, ni almadraba ni otros aprovechamientos como dehesas. El lugar se riega con tres acequias.

El señor juez estando a la puerta de la iglesia expresó que tomaba posesión de las tierras, huertas, viñas, olivares, morales, olivos, casas y otras posesiones, montes, prados y pastos que allí hay o aparecieran ser de los moriscos del lugar. La iglesia estaba quemada y en mal estado pues la misa se decía en la casa de uno de los vecinos.

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