Otros

Principal Arriba Lateral Izquierdo El Centro Lateral derecho Altar Mayor Otros

Hijos ilustres

En este pueblo nació el 15 de noviembre de 1666 Francisco Eustaquio Perea Porras, que fue obispo de Plasencia (1715-1720) y arzobispo de Granada (1720-1733) y también sus hermanos: Juan, canónigo de Plasencia; y José inquisidor en Granada. El arzobispo Perea favoreció a los frailes descalzos de la regular observancia de San Francisco para fundar en Las Albuñuelas un convento-colegio con el titulo de Ntra. Sra. de las Angustias (1726). Este arzobispo donó a los hermanos de San Juan de Dios la casa que él tenía en el pueblo, más algunas tierras, con la carga de tener siempre dispuestas en su hospital seis camas para enfermos naturales del mismo. Fue predicador de los reyes Carlos II y Felipe V


Otro de sus hijos ilustres es José Mariano Vallejo, de Albuñuelas, una eminencia de su tiempo


Josefa González Aguado, una gran mujer del Valle de Lecrín

Natural de Las Albuñuelas, licenciada en Químicas, fue una de las primeras mujeres estudiantes de la Facultad de Ciencias de la Universidad de Granada. En 1.931 ingresó en la Sociedad Española de Física y Química

JOSEFA GONZÁLEZ, MUJER ADELANTADA A SU TIEMPO
Nacida en las Albuñuelas en 1.905, se licenció en Química y Farmacia. Fue investigadora en Madrid y miembro de la Sociedad Española de Física y Química


Horacio García García

Horacio García García era abogado y republicano. Lo fusilaron en 1938. Su hijo, el escritor y ex senador socialista José García Ladrón de Guevara es contrario a resucitar la memoria histórica de quienes murieron en aquella contienda

 
Campana de la torre de la izquierda  

La torre del Reloj vista desde el campanario de la otra torre

 
Vistas del pueblo desde el campanario

Iglesias antiguas

Esta es la plaza de la antigua iglesia. A la derecha, detrás de esos árboles está la casa del cura, que aun se mantiene como tal

En el edificio del fondo se encontraba la primera iglesia de las Albuñuelas que se hacía en el año 1533 y siguientes con tres naves separadas con arcos sobre pilares, siendo quemada en parte por los moriscos en 1569. No debió atenderse bien, entonces su reparación lo que, unido a la debilidad de sus muros de blando tapial y ladrillo, motivó que a principios del S. XVII necesitara importantes reparos. Estos se realizaron en 1603, 4,6 y 17, según indicaciones de Antonio de Vico, el cual también dibujó la planta y un alzado lateral para servir de modelo en la reconstrucción del muro norte, a través de los cuales podemos recuperar la morfología original de este templo. Tenía planta rectangular de tres naves separadas por pilares rectangulares que descargaban arcos y capilla mayor exenta; las cubiertas eran de par y nudillo la central y colgadizo las laterales. Las reparaciones ordenadas por Vico consistieron en reforzar la capilla mayor y sacristía, en un principio, para tener que recurrir más tarde a rehacer todo el testero septentrional pues amenazaba derrumbarse, siendo esto último lo hecho en 1617-18. La obra fue realizado por Juan de Toro albañil y Juan Calvo carpintero, tasándose por Vico en 5.033 reales.

A pesar de estas reparaciones el templo debía estar bastante dañado pues al poco tiempo se derribó  entero por amenazar ruina. En los años siguientes se procedió a levantar segunda iglesia de la que a principios de este siglo solo se conservaba la torre y parte de los muros.

La utilización de este segundo templo fue bastante efímera pues a mediados del S. XIX la parroquia se había trasladado al desamortizado convento de Padres Misioneros Franciscanos de San Pedro d Alcántara. La iglesia que es la parroquial actual

 
Libros y ropa del Convento

Fiestas

La luz de la Rambla. Se cuenta desde hace tiempo, y hay quien la ha visto hoy en día, que cuando se vuelve de la sierra, al oscurecer o de madrugada, una luz aparece y acompaña al caminante hasta un molino a la entrada del pueblo. Luego se vuelve sola en dirección a la sierra