'Los rituales y habices de la muerte en el Reino Nazarí como viene en el libro de apeo y repartimiento de Mondújar (Valle de Lecrín).' 'Opiniones, hipótesis y creencias'

Mondújar y los monarcas nazaríes

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Trabajo de Muḥammad ʿAssāf ʿAbdel Hādī

La Rauda Real

La Rauda Real de la Alhambra, que fue creada por Ismaʿl I, uno de los pocos monarcas nazaríes por vía materna. El cementerio se sitúa junto a la mezquita mayor, lugar donde hoy se alza la Iglesia de Santa María de la Alhambra. Los primeros en recibir sepultura son los antepasados más inmediatos del rey nazarí, entre ellos Yūsuf I y Moḥammad II. La ubicación de este campo santo significa que la Alhambra se consolida como espacio de poder.

La Rauda o cementerio real de los sultanes nazaríes, se encuentra situada entre el palacio de los Leones, al norte, y la mezquita de la Alhambra, al sur. Existieron dos cementerios en la colina de la Alhambra: uno, situado al sur de la fortaleza, fuera del recinto, en el que fueron enterrados Muḥammad I al-Aḥmar y dos de sus nietos, y la Rauda, en donde se dio sepultura al resto de sultanes nazaríes y sus familias. Boabdil, tras la entrega de la ciudad de Granada a los Reyes Católicos, trasladó los restos de sus antepasados hasta la alquería de Mondújar, donde los enterró en los alrededores de la mezquita.

Vacía la Rauda de enterramientos, en 1574, con ocasión de las obras del palacio de Carlos V, aparecieron en la zona cuatro losas sepulcrales, aunque con posterioridad las edificaciones alzadas tras la conquista borraron las huellas del hallazgo.

Castillo Mondújar

La fortaleza la edificó Muley Hacen, contaba con jardines y huertas de recreo.

Allí se acogió cuando fue destronado por los partidarios de su hijo Boabdil.

La tenencia de la fortaleza la tenía ʿAlí Alʿaṭṭār, el Mozo, hijo de Ibrāhīn el Alʿaṭṭār, alcaide de Loja, suegro de Boabdil, que murió en la batalla de Lucena.

Tras entregarse la ciudad de Granada encontramos en la fortaleza a Pedro de Zafra, hermano de Fernando de Zafra, Secretario de los Reyes Católicos. Este Pedro acompañó a la reina doña Juana a Flandes y trajo a doña Margarita, luego acompañó a Boabdil cuando se marchó a África. Los servicios prestados a los monarcas le sirvieron para obtener un oficio de veinticuatro de Granada y la tenencia y alcaidía de Mondújar.

Cuando los mudéjares granadinos se sublevan en 1499-1500 la fortaleza fue defendida por su esposa doña Guiomar de Acuña pues él estaba sirviendo a los reyes.

Los mudéjares cercaron la fortaleza de Mondújar, allí llegó Pulgar para ayudar a doña Guiomar pero ella no aceptó la ayuda.

Los monarcas enviaron desde Córdoba a Pedro de Zafra para que negociara con los sublevados, llegó a Dúrcal y no logró el acuerdo por lo que pensó en volver a tratar con los sublevados junto a Mondújar.

Tampoco logra que se rindan y cuando intenta ayudar a su esposa y colaboradores entrando en el castillo fue atacado por los mudéjares muriendo con sus criados.

Los reyes con las tropas llegan al Padul, los sublevados levantan el cerco de Mondújar y don Alonso Téllez, señor de Alcaudete, con doscientos caballeros y mil peones rescató a doña Guiomar y a los que allí estaban trayéndolos a Granada.

Los reyes comunican a doña Guiomar la muerte de su marido y le concedieron a su hijo Francisco de Alarcón el oficio de la veinticuatría de Granada y la tenencia de Mondújar el 11 de abril de 1500

Enterramiento en Mondújar

Hacen de Mondújar una población importante dentro del Valle de Lecrín, no en vano se enterró en ella la esposa de Boabdil y allí fueron trasladados los restos de algunos monarcas granadinos tras la toma de la ciudad por los Reyes Católicos.

El primer lugar de enterramiento que constatamos en Mondújar es descrito por los apeadores y conocedores de los bienes habices de la iglesia.

Entre estos habices se documenta un macaber grande en el Pago el Feche, de seis marjales, lo que representa una superficie de 762 metros cuadrados, que en aquellos momentos estaba intacto y con las sepulturas sin abrir, es decir no había sido violado por los cristianos. Los linderos de este lugar de enterramiento eran las tierras de Diego de Aguilar, Diego de Escobar, Domingo Gonayre, Francisco Xate, los hijos de Juan de la Corte y la mujer de Zacarías de Baeza.

En el Pago Alitrar se describe un macaber muy interesante pues nos dicen los apeadores que tiene poca extensión pero que en él fueron depositados los restos humanos de los monarcas granadinos. La descripción es la siguiente: 'Un pedaço de macaber, çercadom de tapias, de un terçio de marjal, poco más o menos, donde dizen que están enterrados los reyes moros de Granada'

Habices, macáber y testigos

Los bienes habices de la iglesia de Mondújar los poseía Pedro de Zafra, doña Guiomar y sus hijos. Pedro de Zafra se apoderó de los bienes antes de la sublevación de Lanjarón valiéndose de las influencias de su hermano.

Entre los bienes habices de la mezquita se encontraban los que pertenecieron a la reina mora, esposa de Boabdil, que murió en Andarax y fue enterrada en Mondújar. Pedro de Zafra se apoderó de aquellos bienes según nos relatan una serie de testigos.

El alguacil y vecino de Mondújar, Fernando Audulbirí, dice que conoció muy bien a Pedro de Zafra y a doña Guiomar de Acuña pues se habían visitado y comido juntos. Respecto a los habices pertenecieron a la madre de la reina mora y cuando falleció pasaron a la reina. Estos datos los sabe porque su padre había sido mayordomo de la reina y los poseyó más de treinta años antes de morir en Andarax.

Isabel Nihiriza declaró que la reina al morir dejó ordenado en su testamento y en una carta que ella había visto y tuvo en su poder que los bienes se partiesen y una parte de ellos para el alfaquí porque rezara sobre su sepultura y la de los otros reyes allí sepultados. Pedro de Zafra se había apoderado de los bienes poco después de la partición. Teniendo la carta ella y su marido llamado Almeyres, Pedro de Zafra se la pedía y los amenazaba con matarlos. Mahomad Almeyres viendo esto llevó la carta al Pequení y éste le dijo que si Pedro de Zafra se la solicitaba le dijera que se la pidiera a él, ya no volvió a pedirla.

Nos dice Gómez Moreno que otro testigo declara que antes de morir la reina había comprado cuatro hazas a uno de sus mayordomos llamado Mahoma Mofatel, en Haratalaraf tres y otra en Mondújar de las que se hizo la correspondiente carta de venta.

Pedro de Zafra pidió la carta estando acompañado por el alguacil de Mondújar y el testigo se la dio al poco de morir y ser enterrada la reina.

Otro testigo cuenta como tras ser enterrada la reina Boabdil en presencia del Pequení, cadí, y otros alfaquíes partieron las propiedades para la mezquita, el alfaquí y los mayordomos y responsables del cultivo de las tierras y árboles. Boabdil volvió a Andarax y de allí pasó a África.

Otro testigo dice que los bienes y habices pertenecieron a los reyes moros antepasados y llegaron por sucesión y herencia a la esposa de Boabdil y a Muley Abaudili Zagal. Entre los testigos se encuentra Mahomad al-Mayriz que dice que administraba los bienes y estaba presente cuando se realizaba el reparto entre la mezquita, el alfaquí y los mayordomos o encargados del cultivo de las fincas y árboles

Con todos estos datos lo más probable es que los restos de los monarcas nazaritas estén enterrados debajo de la iglesia de Mondújar. Por el testimonio de algunas personas del lugar y otros visitantes se tienen noticias de que al realizar obras en la solería se encontraron varios sepulcros de ladrillo, estrechos. Por su descripción son indudablemente musulmanes.

Los reyes se enterraron en un pequeño macáber del Pago de Ytral como hemos descrito. En este lugar se levantó la nueva iglesia que tuvo Mondújar después de haber utilizado la mezquita musulmana de la calle Real.

Además en este pago de Ytral se describe un haza 'que hera macáber', de dos marjales que alindaba con tierras de Zacarías Rofi y las de Pedro Biafora y un cerro macáber que mantenía las sepulturas intactas, es decir se había abierto una parte de este cementerio musulmán.

Cuando se describe la rábita Alcana se dice que tenía un macáber 'que sube de la dicha rávita por un çerro arriva hasya ençima /fol. 28r/ y alrrededor del, y desçiende hasta el macáver avierto suso'. Es decir el macáber estaba en parte puesto en cultivo por lo que encontramos la haza de 2 marjales y lo que estaba junto al solar de la rábita que permanecía intacto y sin abrir. Este macáber no sabemos la superficie que tenía pero estaba instalado en las laderas del cerro y en los alrededores de la rábita destruida.

En el Pago el Coc se describe un macáber 'por abrir', es decir, intactas las tumbas musulmanas. La extensión que tiene es de tres marjales. Los linderos son hazas de Hernando Alarif, Hernando el Çigui, vecino del Padúl, Lorenzo de Zafra y Pedro Gallego.

Otro macáber que conocemos se describe cuando apean los habices que tenía arrendados Antón Morata. Nos dicen los conocedores que el Cerro del Garrobo o Algarrobo 'que antiguamente hera macáber de moros'. Estaba en 1572 puesto de viñas pero se encontraba maltratado. La superficie que alcanza este es de doce marjales, es decir, unos 1625 metros cuadrados, nos dicen los apeadores 'pero es tierra de sierra, e de pedregales'.

Al lado de la iglesia encontramos un cementerio que fue bendecido por los cristianos pero que antes era un macáber de la mezquita.

Según consta en el folio 28 del libro de Apeo (1577) de Mondujar, los restos de los sultanes Moḥammad II, Yūsuf I y ʼAbu Saʿad, fueron enterrados en la rauda de la mezquita de Mondújar. Pero existen numerosos documentos y referencia que atestiguan la existencia de la rauda real de la familia nazarí en Mondújar, como el de Juan Jusepe de Herrera, vecino de Béznar que testificó lo siguiente en 1549: 'Dixo que la dicha fortaleza de mondújar es muy ymportante para la guarda y seguridad de todas las alpuxarras y val de lecrin porque está en parte de donde puede amparar a el dicho val de lecrín y defender la dicha alpuxarra; como cosa tan importante están trasladados al pie de la dicha fortaleza, en una haça que se llama la rrauda, todos los cuerpos de los reyes de moros que fueron de granada al tiempo que fue de moros y después la rreyna horra mora se truxo desde andarax, después de entregada la çibdad a los señores rreyes católicos, de goriosa memoria, a enterrar a dicha rauda, lo qual es cosa notoria e çierta, y la causa de trasladarse allí los dichos cuerpos fue pretender el rrey moro que se dezía el chiquito que se le diese la dicha fortaleza para su morada y aposento…'

Con motivo de la construcción de la Autoría Bailén-Motril se realizaron excavaciones en los maqbara de Cerrillo de Mondújar, en el que exhumaron un total de 49 sepulturas de época nazarí y en Torna Alta, también en Mondújar, junto al río Torrente, en el que se exhumaron un total de 53 sepulturas, de las cuales 47 corresponden a una fase morisca, en las que alternan las fosas con paredes y cubiertas con lajas de piedra y con tejas curvas

Laujar

Boabdil había recibido un feudo en Laujar hacia el que marchó, pero antes de partir dio orden de levantar el Cementerio Real de la Alhambra para evitar que sus ancestros quedaran en tierra cristiana, sin embargo unas excavaciones arqueológicas revelaron el cadáver de una mujer ¿de quién se trataba?

Al llegar a Mondújar mandó construir un nuevo cementerio en un sitio tan secreto que hasta la fecha no ha sido encontrado.

A sus descendientes los tuvo que dejar en Granada, sus dos hijos con la reina Moraima, tuvo que dejarlos en prenda bajo custodia de los Reyes Católicos, como garantía de su retiro. Destinaron al rey y a su séquito un feudo en la zona de Laujar de Andaráx, en la Alpujarra almeriense a medio caminos entre la ciudad y la costa. La corte exiliada se estableció en la localidad de Mondújar durante un tiempo.

Moraima

La esposa de Boabdil, Moraima, tras morir en Andarax fue trasladada hasta Mondújar y enterrada en la alquería. Nos dice Fernando Audulbiri, alguacil del lugar, que él sabe el lugar donde fue sepultada 'Que si neçesario es que mostrará la sepultura do está enterrada'.

Nos apunta Isabel Nihiriza, mujer de Mahomad Almeyres, mayordomo de la reina, que el alfaquí del lugar recibió la cuarta parte de los bienes donados por la reina Moraima como habices para que fuera a rezar sobre su sepultura y sobre la de otros reyes 'que en el dicho lugar están sepultados do la dicha reina se mandó enterrar'. Ella vio traer el cuerpo muerto de la reina 'en un arca o en un ataud e la vido enterrar en una haça adonde estauan enterrados otros rreyes moros que los auían enterrado en Granada y después los troxeron a enterrar allí do la dicha rreyna se enterró después'.

Un testigo expresa que había muerto en Andarax y Boabdil la trajo hasta Mondújar donde fue enterrada. Estaban acompañando al rey el cadi Pequení, el alguacil Fernando Audulbiri, Abaudali, Isabel Nihiriza y su esposo y otros alfaquíes. El alfaquí del lugar rezaría dos veces por semana sobre su tumba la 'çala' y sobre los huesos de otros reyes allí sepultados y una vez al año rezaría el Corán.

Otro testigo añade que Boabdil enterró a su esposa 'donde primeramente auían sido enterrados y sepultados otros reyes moros predeçesores y parientes de la dicha rreyna'.

El testimonio de Jusepe de Herrera en 1549 nos ayuda a entender por qué Boabdil trajo desde Andarax a Moraima para enterrarla en Mondújar. Además de la importancia de la fortaleza para la defensa de la Alpujarra y Valle de Lecrín nos dice que se habían enterrado allí algunos reyes nazaríes 'como cosa tan ynportante están trasladados al pie de la dicha fortaleza, , en una haça que se llama la rrauda, todos los cuerpos de los rreyes de moros que fueron de granada al tiempo que fue de moros y después la rreyna horra mora se truxo desde andarax, después de entregada la çibdad a los señores rreyes católicos, de gloriosa memoria, a enterrar a la dicha rauda, lo qual es cosa muy notoria e çierta, y la causa del trasladarse allí los dichos cuerpos fue pretender el rrey moro que se dezía el chiquito que se le diese la dicha fortaleza para su morada y aposento, etc'.

Pedro Antonio de Alarcón escribe que Boabdil había dejado el cadáver de su esposa en la tierra que iba a abandonar y asevera 'Ello es que nadie ha sabido jamás dónde fué enterrada Moraima, ni ya es de temer que den con ella los anticuarios'.

Fidel Fernández cuando escribió sobre Boabdil nos dice que éste trasladó los restos de sus abuelos antes de que los cristianos entraran en la Alhambra, pues no quería que estuvieran en tierra cristiana. Una negociación con los Reyes Católicos le permitió llevarse de la Rauda real de Granada los restos de sus antepasados hasta la alquería de Mondújar. Entre aquellos restos sabemos que se encontraban los de Muhammad II, Yusuf I, Yusuf III y Abu Saad. Agradece la colaboración del párroco de la localidad D. Manuel Fernandez Padial, y la del médico de Chite, D. José García Espín. Se dice que los restos de los reyes moros estaban sepultados junto a la mezquita de Mondújar. Pronto los cristianos no respetaron lo pactado y tras la marcha de Boabdil a Marruecos se incautaron de los bienes dejados por Moraima a la mezquita, el alfaquí y otros colaboradores suyos.

Fez

A partir de aquí nos movemos en el terreno de las conjeturas, con 'dudas razonables' y 'certezas demostrables'. No parece muy probable que Boabdil acudiese en verano de 1493 a dar sepultura a su esposa Moraima en Mondújar y, sólo un mes después, volviese a desenterrarla a ella y a todos sus antepasados para llevárselos consigo a Fez.

Es poco verosímil; no se tiene ninguna referencia escrita de que Boabdil volviera nunca más a Mondújar y mucho menos de que lo hiciera para desenterrar tantos cadáveres y dejar las fosas selladas de manera tan perfecta. En la memoria y en los documentos de Mondújar, de la Inquisición y de la Alhambra quedaron siempre referencias de sus vecinos a que allí estaban enterrados los reyes moros de Granada. Jamás nadie mencionó un nuevo desentierro y traslado.

Tampoco en los documentos que Pedro de Zafra y Gonzalo Fernández de Córdoba, encargados por los Reyes Católicos de supervisar el paso de Boabdil a África, mencionan que se llevara a sus antepasados muertos, cuando sí existe una completa relaciones de navíos, personas, bienes, etc. que se llevó consigo en su exilio definitivo.

Sin duda, no fue lo que el Rey Chico pretendía al partir hacia Fez, tras embarcar en Adra. Pero el destino de sus huesos tampoco fue afortunado. Boabdil falleció en Fez y su posible lugar de enterramiento sigue siendo envuelto en el halo de miseria que envolvió al pobre Boabdil en vida.

1892 y 1925-1926

Una descripción pormenorizada de la rauda en GÓMEZ MORENO, M.: Guía de Granada, Granada, 1892

La alquería de Mondújar adquirió importancia en la moderna historiografía gracias al artículo de M. Gómez Moreno cuando estudió el cementerio real de los nazaríes de esta localidad

Mariano Contreras, arquitecto de la Alhambra, localizó los restos del antiguo cementerio, que fue excavado por Torres Balbás en 1926. De las cuatro lápidas aparecidas en 1574 se conservan dos en el Museo de la Alhambra pertenecientes a los sultanes Muḥammad II y Yūsuf III, mientras que una tercera perteneciente al príncipe Yūsuf, hermano de Muley Hacen, también conservada en el Museo, fue encontrada en el siglo XVIII bajo el altar mayor de la iglesia de Nuestra Señora del Azogue, de Betanzos (La Coruña)

Nos dice Torres Balbás que 'En ninguna encontráronse huesos, lo que prueba que la traslación de los restos a Mondújar fue cuidadosa'. Algunas fosas reales estaban situadas por debajo de los muros lo que parece explicarse al ser enterramientos anteriores a la construcción de la Rauda, aquí estarían pues Muhammad II, Ismail I, su esposa y Yusuf I. En el recinto de prolongación de la Rauda al SE., aparecieron otras muchas, nos dice 'Las fosas eran iguales y con idéntica orientación, pero labradas casi todas con menos esmero y excavadas en parte en el terreno natural, enchapado en algunos con ladrillos'. Se encontraron en algunas huesos sueltos, un esqueleto deshecho en otra y en otra un esqueleto bastante completo. En el patio de la rauda se enterraron personas de no tan alta categoría social que no fueron llevados a Mondújar y, si lo hicieron, no recibieron la atención debida para su traslado.

Construcción de carreteras

Lo primero que comprobaron los arqueólogos al acotar la zona fue que el macáber musulmán de Mondújar ya había sido removido con anterioridad, concretamente durante las obras de construcción de la vieja carretera de circunvalación del pueblo. Este hecho había ocurrido en 1988, sin que tengamos noticia de que dicha obra se hiciera con la presencia de arqueólogo o con medidas de tipo cautelar similares.

Antes de comenzar la excavación de 2001 se apreciaban tumbas cortadas en el talud superior de la carretera y huesos esparcidos por la cuneta (hay una extensa colección fotográfica de ello). Aquel detallado proceso arqueológico arrojó resultados sorprendentes que venían a confirmar Mondújar como lugar de enterramiento de los reyes de Granada.

El primero de ellos fue hallar una complejidad funeraria sin precedentes, muestra seguramente de la influencia que introdujo en su entorno el sistema alhambreño de enterramiento; asimismo, se comprobó una colmatación de este macáber en los años finales del XV, como si de pronto muchas otras personas hubiesen deseado ser enterradas junto a las tumbas reales.

Esta práctica se mantuvo hasta los primeros años del siglo XVI, en que fue clausurado el cementerio mudéjar y abierto otro en la zona de Torna Alta en calidad de comunidad morisca o criptomusulmana. En este último caso, el sistema de enterramiento fue totalmente distinto y de unos ritos musulmanes decadentes.

Para el arqueólogo Ángel Rodríguez Aguilera, queda clara la similitud en los sistemas de enterramiento entre la rawda de la Alhambra y el macáber musulmán del Cerrillo de Mondújar.

En 2002 fue excavada la zona alta de lo que había sido el cementerio, pero la parte baja, la más cercana a la antigua mezquita y seguramente la parte noble donde fueron enterrados la mayoría de los reyes de Granada (Moraima reposó inmediatamente detrás de la mezquita), había desaparecido por completo en los movimientos de tierra de 1988. No se pudo profundizar en la investigación de campo: los huesos y las makabrillas estaban ya en el vertedero de tierra.

Cuando se iniciaron las excavaciones de la autovía Granada-Motril, quien esto suscribe conversó con personas que trabajaron en el movimiento de tierras de 1988; dos de ellos afirmaron que solía ser frecuente ver huesos en las zonas de relleno de los taludes de aquella primera carretera de circunvalación de Mondújar. Al comenzar las obras de la autovía (2003) ya estaba hecho el daño en el cementerio de los reyes nazaritas de Mondújar; había sido removida la zona más importante, donde seguramente permanecieron olvidados durante cinco siglos la mayoría de emires y sus familiares. Es macabro y duro pensarlo, pero es bastante factible, más que probable, que buena parte de la dinastía nazarita repose olvidada para siempre bajo el asfalto de la autovía de Motril.


Macaber en Talará- julio-septiembre 2002.

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