Paisajes históricos del área norte del Valle de Lecrín de la época Nazarí a la conquista castellana

Inicio | Alquerías de Padul, Dúrcal, Nigüelas, Cozvíjar y Cónchar | Sierras de Dúrcal y Nigüelas | Aprovechamiento de la Laguna y del monte | Las eras | Albercas

De García Pérez, Juan Félix. Sacado de la Universidad de Granada

El Valle de Lecrín es una comarca situada en la vertiente suroccidental de Sierra Nevada, en la provincia de Granada. Está formada por ocho municipios de los que se estudian Padul, Dúrcal, Nigüelas y Villamena (compuesto por las localidades Cozvíjar y Cónchar).

En el trabajo se lleva a cabo un análisis de la evolución del paisaje y del territorio de estos municipios desde época medieval hasta la implantación de la sociedad castellana a lo largo del siglo XVI. Para ello se emplean fuentes historiográficas, la toponimia y otras propias de la arqueología del Paisaje. La tesis se basa en los conceptos propios de la arqueología del paisaje a través de unas aproximaciones teóricas al estudio del paisaje agrícola al tratarse de un entrono rural.

Seguidamente se estudia el territorio del Valle de Lecrín: el clima y la geomorfología, así como los acuíferos existentes. A continuación se analiza la evolución del poblamiento del Valle de Lecrín desde época medieval hasta la repoblación castellana, analizando los espacios urbanos de las alquerías de la zona norte. El aprovechamiento de los elementos del paisaje, molinos, minería, pastos, cría de la seda, etc., constituyen unos elementos de estudio complementarios a la agricultura.

Concretamente, serán los espacios irrigados aquellos que vertebren la organización de las alquerías, por lo que se aborda el estudio del diseño, organización y uso de los agroecosistemas irrigados aunque también se consideran los espacios de secano y la vías de comunicación que vertebran todo el paisaje de la zona norte del Valle de Lecrín.

Por último se incluye la toponimia de la zona estudiada hasta finales del siglo XVI.


Documento


CONCLUSIONES

Esta tesis ha tenido como objetivo principal determinar los criterios seguidos por los habitantes de la zona norte del Valle de Lecrín en la gestión de los paisajes, en el diseño de sus agroecosistemas y en la ocupación del territorio desde época medieval hasta la conquista castellana. Para ello, hemos tratado de responder en la medida de nuestras posibilidades a varias cuestiones.

En primer lugar, hemos estudiado la medida del espacio. A través de la identificación y la reconstrucción de los diseños originales de los agroecosistemas irrigados de cada una de las alquerías estudiadas, poniéndolos en relación con los asentamientos locales y del Iqlim en general. De esta forma, hemos respondido al criterio espacial de establecimiento de las zonas de irrigación, determinando las localizaciones de los diseños originales irrigados en cada alquería y cuáles fueron sus evoluciones posteriores. Consideramos que los puntos de partida los constituyeron unos regadíos, vertebrados por una red de acequias, que fueron extendiendo su tamaño para dar respuesta a las necesidades crecientes de la población.

El segundo término de trabajo ha sido la medida del tiempo, toda vez que los espacios productivos tradicionales que hemos identificado, han sufrido una evolución detallada en cada una de las alquerías estudiadas. Igualmente, hemos datado cronológicamente la implantación de dichos agroecosistemas, relacionándolos con los asentamientos y hemos constatado la evolución que han experimentado estos espacios. Los diseños originales de los agroecosistemas de regadío han dado lugar con el paso del tiempo, a unos espacios productivos más amplios que han ido aumentando en extensión hasta llegar a nuestros días.

Por último, la gestión del espacio incluye el estudio del uso y aprovechamiento de todos esos paisajes analizados, principalmente los de cultivo, de acuerdo a los patrones de las sucesivas sociedades que los construyeron o los adoptaron. En este estudio se muestran las formas de organización y aprovechamiento de estos mismos espacios de cultivo antes y después de la conquista castellana; los modos de explotación y aprovechamiento de los recursos del paisaje que hacía la población islámica así como las modificaciones que se llevaron a cabo tras la repoblación del siglo XVI. Estos espacios fueron diseñados bajo modelos islámicos gentilicios de gestión del espacio y del agua, y se modificaron tras la conquista castellana adoptando criterios igualatorios para la propiedad de las tierras.


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Alquería de Padul (Padul) (siglos XV-XVI). Plano de elaboración propia, según los datos del LAR de Padul

Poblamiento medieval y posterior a la repoblación de finales del s.XVI

Respecto al poblamiento, en época medieval, el contexto del Valle de Lecrín experimentó la misma evolución que el conjunto del Reino de Granada pudiendo equipararse con los modelos gentilicios estudiados en él. Esto se hace patente en la configuración en barrios o harāts en las alquerías, donde en algunos casos se identifican hasta seis barrios independientes hasta el siglo XX. Cada uno de estos espacios habitados responde a la instalación de diferentes grupos familiares extensos en un mismo territorio aunque esta característica se diluye con el tiempo y encontramos ya en época morisca, como los harāts son compartidos por diferentes grupos familiares a los que no unen lazos de parentesco.

En el periodo anterior a la conquista, la población rural del Reino de Granada era exclusivamente islámica. Tras su victoria, las nuevas autoridades castellanas incluyeron elementos de población cristianos en las alquerías a modo de elementos que visibilizaban la nueva situación política. Padul, Dúrcal, Nigüelas o Tablate entre otros lugares del Valle, contaban con vecinos cristianos desde finales del s. XV y principios del XVI. No parece en cambio, que la inclusión de estos pobladores desvirtuara demasiado la forma de propiedad y la estructura social proveniente de las alquerías nazaríes, pero sí conformaron un elemento disonante en aquellas organizaciones rurales, representando una señal inequívoca de los cambios que estaban por venir.

A finales del siglo XV aparece una modificación en la estructura social del Valle de Lecrín con la presencia de características en las familias que podríamos considerar occidentalizantes. La extensión de los grupos familiares, la heterogeneidad de la población rural en cada alquería, las transacciones de bienes inmuebles, etc., dan a entender que las formas y usos sociales islámicos más tradicionales habían perdido vigencia y retrocedían ante el empuje de nuevas costumbres. La osmosis cultural que se produjo a lo largo de varios siglos con el elemento cultural cristiano peninsular, dio origen a una sociedad islámica diferenciada de las coetáneas existentes en el norte de África.

En el siglo XVI, en la zona norte del Valle de Lecrín, los grupos familiares moriscos que conservaban en gran medida los modelos organizativos nazaríes, no parecen ser extensos. Se asemejaban a un tipo de familia de carácter reducido, lo que podemos constatar en los repartimientos de propiedades de algunas alquerías como es el caso de Padul. Aparecen propiedades urbanas adyacentes que agrupan a los miembros de una misma familia. Efectivamente, basándonos en las propiedades urbanas de las alquerías que aparecen en los LAR, los modelos familiares nazaríes presentes en los asentamientos rurales que componen el Valle de Lecrín a finales del siglo XV y principios del XVI, parecen no ajustarse a la tradición islámica habiendo evolucionado hacia tipos más propios de occidente, con familias más reducidas y lazos de parentesco aparentemente menos firmes. En la mayoría de los casos eran casas de dos alturas, con un patio interior, una zona identificada como palacio que correspondía a un techado alto de madera, un huerto irrigado en la parte posterior de la vivienda y con árboles frente a la fachada. Si los modelos de familia extensa se hubiesen mantenido, aparecerían más ejemplos en la historiografía. Los hijos, hermanos, sobrinos, etc., viven como vecinos y cada casa puede albergar por las dimensiones que se indican, a una familia.

Es probable que el modelo de propiedad de las viviendas fuese similar al de las tierras de cultivo, sin embargo desconocemos los propietarios moriscos de las hazas de cultivo de las alquerías de la zona norte del Valle de Lecrín, salvo contadas excepciones que no permiten extrapolaciones con garantías de fiabilidad. Por la referencia de escrituras de venta anteriores a la rebelión morisca, conocemos la propiedad de alguna de ellas en Nigüelas y Dúrcal pero no suponen un corpus suficiente ni significativo para su análisis. En cualquier caso, por los datos disponibles, las propiedades que poseían los moriscos estaban diseminadas por los distintos pagos de la alquería. Esto quiere decir que los vecinos poseían tierras distribuidas tanto en los regadíos como en los secanos. De esta forma, se confirmaría que el tipo de sociedad había evolucionado desde lo modelos más tribales y de tradición islámica hacia otros modelos menos restrictivos y rígidos a la hora de gestionar la propiedad de la tierra. El número más reducido de miembros de la unidad familiar, en las que los vínculos de consanguineidad no parecen condicionar el poblamiento de las alquerías, se une a la realidad de que en ellas se asientan familias procedentes de otros lugares y sin relación de parentesco manifiesta.

En el último tercio del siglo XVI, las autoridades castellanas culminan un proceso masivo de repoblación de las zonas rurales del antiguo Reino Nazarí atenuándose el modelo de propiedad morisco debido al proceso de elaboración de las suertes. Para la adjudicación de las suertes de repoblación se hizo necesaria la elaboración de un censo donde se identificaron las propiedades de los moriscos, incluyendo tierras, árboles y viviendas, así como sus deslindes aportando en algunos casos el nombre de los antiguos propietarios moriscos. En el contexto del Valle de Lecrín existen numerosos casos en los que los LAR incluyeron estos nombres al menos en lo que se refiere a las casas: Padul, Pinos del Valle, Ízbor, etc. No se mencionan los propietarios moriscos cuando los lugares estaban repoblados en el momento de redacción de los libros y en ellos aparecen únicamente los nombres de los repobladores y de los cristianos viejos. Tras la expulsión de los moriscos a finales del siglo XVI y principios del XVII, desaparece la práctica totalidad de la población de origen islámico del Valle de Lecrín. Los cristianos serán desde entonces quienes ocupen el territorio, culminando un largo proceso que supuso la sustitución de una sociedad campesina islámica por otra castellana.

Configuración de las alquerías medievales en el norte del Valle de Lecrín

La organización generalizada de las alquerías medievales en la zona norte del Valle de Lecrín, presenta un patrón recurrente en el que aparece un núcleo urbano adyacente a las vegas, no existiendo alquerías que no estén asociadas a espacios de regadío. Los espacios de regadío son los elementos que condicionan la existencia e instalación de los asentamientos medievales islámicos del Valle de Lecrín. Las alquerías se abastecen de agua a través de una red de canalizaciones que vertebran los diferentes agroecosistemas. El resto de su territorio queda ocupado por zonas de secano y tierras incultas, completando los tres pilares organizativos agrícolas que parecen sustentar la organización de estos contextos rurales. Sin embargo, es necesario el análisis de la zona en su conjunto para entender este tipo de organización del paisaje. Lógicamente, no todos los asentamientos que encontramos son homogéneos. Existen diferencias significativas respecto al número de habitantes produciéndose una relación de proporcionalidad directa entre el tamaño de los agroecosistemas de regadío y el número de personas que habitan la alquería. Cuanto mayor es el espacio de regadío, mayor es la población haciéndose patente en la presencia de diferentes harāts con sus mezquitas y macaberes propios. Lógicamente, una población más numerosa es capaz de explotar un espacio más extenso.

En este sentido, también hemos constatado que la concentración de policultivos a través de la arboricultura es inversamente proporcional al tamaño de las vegas y de su número de habitantes de tal forma que el grado de especialización de las tierras de cultivo depende directamente de la disponibilidad de zonas cultivables. La menor disponibilidad de espacios para el regadío se relaciona con su mayor aprovechamiento a través de la diversificación de diferentes cultivos en un mismo emplazamiento. Por el contrario, cuando la alquería dispone de grandes extensiones de tierras de cultivo, se produce una especialización de las mismas. El secano recurrentemente es un espacio especializado en el que dependiendo de las zonas se cultivan almendros o vides.

La producción diversificada de cada alquería islámica se gestiona dentro de la misma. Los productos se transforman para su consumo dentro de un sistema y entorno autárquico que evidencia la autosuficiencia de las alquerías moriscas. Con la conquista castellana, se produce un paulatino abandono de la autonomía de las poblaciones rurales, que se explica por la organización del nuevo estado. La independencia de los núcleos rurales nazaríes fue posible porque el control esgrimido por parte de la corona nazarí era en apariencia al menos, mucho más laxo que el impuesto por las autoridades castellanas tras la conquista. Los datos apuntan a que el mundo agrícola nazarí produjo un modelo de explotación del espacio rural a través de unos núcleos autogestionados de explotación del territorio, que constituían las alquerías.

En la estructuración de los espacios de las alquerías, había que considerar la ubicación de las eras por su gran importancia para la actividad agrícola. Las había en todos los lugares y se situaron en zonas por encima de la línea de rigidez de los sistemas hidráulicos, en localizaciones donde el aire circulase de manera adecuada y regular. En Padul, a diferencia de las que podemos ver en otros espacios agrícolas, se encuentran agrupadas, ocupando un espacio diferenciado dentro de la distribución de la alquería. En Dúrcal cada uno de los harāts tenía su espacio de eras. En Nigüelas, existieron varias localizaciones y en Cozvíjar y Cónchar estaban igualmente junto al pueblo, aunque en un número muy reducido. La existencia de estos espacios se justifica por el cultivo de cereales. En contraposición aparece el caso particular de la alquería de Padul, donde se aprecia la existencia de grandes zonas de cultivo de secano en época nazarí que superan en mucho los parámetros de su autoconsumo. La no inclusión de las eras en los repartos de las suertes así como los bienes habices de la Corona que ocupaban la mayor parte de los secanos, nos lleva a pensar que ambos espacios fueron propiedad real en época medieval y que por tanto no pertenecían a los vecinos de la alquería. Ahora bien, esta afirmación supone asumir la existencia de un control externo de la producción cerealística en el Valle de Lecrín.

Actividades productivas complementarias a la agricultura en el Valle de Lecrín

En las alquerías medievales del Valle de Lecrín, tanto en época medieval como después de la repoblación cristiana, la actividad principal en la que se ocupaban sus vecinos fue la agricultura. Los cultivos de regadío exigían de una gran inversión de tiempo y esfuerzo por parte de sus propietarios, pero la existencia de zonas de secano, de espacios de olivares y viñas, áreas de cultivo en Sulayr, etc., confirman la diversificación de la actividad agrícola. Igualmente, el aprovechamiento de los recursos agrícolas exigía de esta sociedad rural la existencia de algunas actividades complementarias. Los molinos existentes en las alquerías constituyeron un elemento indispensable para la vida agrícola junto con los molinos harineros. Ya en el siglo XVI la producción agrícola se había reorientado hacia la siembra de cereales, lo que supuso un incremento en el número de molinos harineros y una disminución en el de molinos de aceite, situación que se perpetuó hasta el siglo XX. La producción de cereales cubría sobradamente la necesidad de subsistencia y pasó a dedicarse el excedente a la comercialización en mercados ajenos al contexto del Valle de Lecrín.

Otra de las actividades complementarias a las tareas de siembra fue la cría de la seda. En todas las alquerías del Valle de Lecrín existió la actividad de producción de seda, al igual que en la mayoría de lugares de la Alpujarra. Los morales para la alimentación de los gusanos no se concentraban en un pago determinado, sino que estaban dispersos por todas las vegas, ocupando las lindes de las hazas junto a las acequias o linderos de caminos, veredas, hazas e incluso junto a las puertas de las casas. Si bien sus niveles de producción de hoja y por tanto de hilo no eran elevados, sí que fueron significativos.

En la zona norte del Valle de Lecrín la Laguna de Padul fue un elemento natural antropizado a través de diferentes intentos de desecación. Ésta lindaba con las alquerías de Padul, Cozvíjar y Dúrcal y aunque no se consideraba propiamente como propiedad de ninguna de las tres, se entendía que estaba dentro del término de Padul, del que toma su nombre. Su presencia limitaba la puesta en regadío de nuevas tierras hasta que se desecó al abrir una salida al agua por el pago de Al-Agia. Sin embargo era un recurso potencial para las gentes de las alquerías circundantes. Los habitantes aprovecharon los excelentes lugares de pasto que proporcionaban sus orillas para el ganado y la anea que crecía allí. Su desecación generalizada se llevó a cabo en la década de 1624 a 1634, aunque se completó en las últimas zonas inundadas a finales del s. XVII. Durante el periodo medieval, parece que la laguna supuso más un inconveniente que impedía poner más tierras en cultivo, que un recurso natural aprovechable de manera importante.


Cantera de piedra del Calar de la Iglesia, Padul. Cortes de la explotación moderna debajo de la antigua explotación

La actividad minera de la zona norte del Valle de Lecrín se circunscribe en el siglo XVI a la alquería de Padul. Existió una mina de tierra blanca para el proceso de blanqueamiento del azúcar que era de propiedad del rey. Esta mina fue objeto de litigio por parte de los repobladores cristianos, que pretendieron durante largo tiempo que les fuera concedida su posesión. Existe otro yacimiento en la cantera de piedras de molino y de sillares de los Tajos de Guillares en el Pago de Urenda. Se trata de una explotación minera de gran actividad a lo largo del tiempo por el frente de explotación y extracción de piedra que aparece sobre el terreno. No está documentada en ningún archivo ni documento hasta la fecha, pero por sus características parece tratarse de una explotación medieval. Por último, la cantera de piedra del Calar de la Iglesia representa la tercera explotación minera encontrada en la zona norte del Valle de Lecrín. Su aprovechamiento llegó hasta principios del siglo XX, momento en el que cesó su explotación tradicional. A finales del siglo XX y principios del XXI, se reinició la actividad extractiva a nivel industrial quedando la concesión minera definitivamente clausurada en 2010.

La producción de lino fue otra de las actividades económicas medievales que se desarrollaron en las alquerías, principalmente en Dúrcal, Nigüelas y Cónchar a través de la explotación de un sistema de albercas para la maceración. Estas albercas, constituyeron un elemento cotidiano del paisaje de las alquerías nazaríes.

La Sierra supuso un recurso determinante en las alquerías de Dúrcal y de Nigüelas esencialmente para la ganadería aunque también para la agricultura. Sus habitantes entendieron que constituía una importante fuente de recursos que era necesario aprovechar. Diseñaron la acequia de la Alfaguara que trasvasó agua desde la cuenca del río Dúrcal a la del Torrente, posibilitando así un mejor aprovechamiento de las reservas hídricas que proporcionaba Sierra Nevada y la puesta en cultivo de una mayor cantidad de tierras en la alquería de Dúrcal. Además de la presencia de grandes zonas de pastos, los vecinos pusieron en cultivo aquellas reducidas partes de la Sierra que eran propicias para labrar, a la vez que gran parte de la misma quedó en manos del Marqués de Mondéjar.

Los cañaverales constituyen un claro ejemplo de aprovechamiento que la sociedad campesina nazarí hacía de los recursos disponibles en el entorno, tales como las riberas. También es una constatación de que la propiedad privada fue un elemento trascendental en la sociedad morisca. Los recursos eran apropiables por los miembros de la comunidad para su beneficio particular. Todo aquello que podía rendir un beneficio a los vecinos estaba apropiado, perteneciendo a algún vecino e incluso a gente de otras alquerías. En la alquería de Ízbor, que supone el límite meridional del Valle de Lecrín, aunque de manera puntual y con anterioridad a 1572, se cultivó la caña de azúcar intentando de esta forma, extender un cultivo rentable desde el punto de vista económico aunque sin éxito.


Canteras de piedras de molino en el Barranco de Guillares, Padul

Los espacios irrigados

El modo en que se ubican los espacios irrigados en las alquerías del Valle de Lecrín sigue unos patrones recurrentes. Contiguos a las viviendas, existían huertos de regadío que suponían el inicio de los agroecosistemas irrigados. La transición entre los huertos y las vegas propiamente dichas quedó normalmente establecida por la existencia de muros o cercas que delimitaban estos espacios y los diferenciaban en cierta manera de las hazas de riego. No obstante, debemos tener en cuenta que el vocablo «huerto» lo introducen los escribanos que redactan los LAR de los lugares. Es por tanto una categorización artificial que surge tras el proceso de repoblación castellana.

El aprovechamiento de las zonas irrigadas estuvo optimizado en las alquerías del Valle de Lecrín con costumbres como: la propiedad de árboles en haciendas de otros vecinos; el cultivo de moreras en los bordes de las acequias; la presencia de olivos, álamos o moreras en los jorfes de los bancales; implantación de higueras en los huertos, etc. Independientemente de los cultivos de cereales o de huerta, en las parcelas de regadío encontramos la presencia de diferentes especies arbóreas. Hay asociaciones múltiples entre las especies de árboles que se cultivan y que posibilitan hasta la simultaneidad de hasta tres cultivos en un mismo espacio: olivos bajo los que se cobijan los árboles frutales, las parras y/o las moreras, y en el terreno la siembra de verduras, legumbres, etc. Existió una gran diversidad en el cultivo de frutales en el Valle de Lecrín desde el periodo medieval pudiéndose constatar la existencia de: olivos, ciruelos, almendros, limoneros, almeces, morales, albercoques, cerezos, castaños, manzanos, encinas, nogales, perales, membrillos, higueras, granados, naranjos, serbales y ciruelos.

De manera inmediata a las viviendas y huertos se disponían las vegas, que llegaban hasta donde el caudal hídrico y las condiciones del terreno lo permitían. En sus zonas periféricas, se encontraban los espacios de riego eventual, generalmente dedicados al cultivo de dos especies principalmente: el olivo y la vid. Fue común aprovechar las zonas que quedaban por encima de la zona de rigidez de los sistemas hidráulicos y que podían ser vivificadas para sembrar viñas de secano. Es una constante en el Valle de Lecrín que los agroecosistemas irrigados mantengan una relación directa visual respecto a la alquería basada en la intención de controlar directamente este espacio. Es por esto que las vegas aparecen normalmente junto a las alquerías. No obstante, encontramos algunas excepciones con pagos alejados de las casas cuando la zona potencial de irrigación se encontraba lejos de la población (vega del Alcázar en Cónchar, Pago de Uzazar en Pinos del Valle).

Podemos afirmar que todos los agroecosistemas de la zona norte del Valle de Lecrín son compartidos y por tanto, las alquerías están relacionadas entre sí a través de los sistemas hidráulicos. En las alquerías de Padul y Dúrcal se comparte un mismo agroecosistema en el pago de Marchena, diferenciándose ambas alquerías únicamente por un ramal de la acequia principal, e igual sucede entre Nigüelas y Dúrcal en las vegas del Darrón y del Ramill. El término de cada lugar queda establecido por un ramal y por la procedencia de los propietarios de las hazas que conocemos por las averiguaciones hechas en los LAR de 1571-72. No se puede hablar de sistemas particulares, sino más bien de realidad única. Lo que diferencia ambos espacios es la organización del reparto del agua. El mencionado sistema de la acequia de Marchena es compartido también con una tercera alquería. A partir de un ramal de dicha acequia de Marchena en el Pago del Partidor, se organizaba el riego de todos los pagos de vega de Cozvíjar. De manera independiente a este macroagroecosistema hídrico, en Cónchar, hay dos zonas de regadío que reciben agua de una sola acequia sacada del Río de la Laguna, aunque la captación de la misma se hace en el término de Cozvíjar. Por tanto, no comparte el agua de la misma canalización, pero si se une a la interrelación de las alquerías de la zona norte del Valle de Lecrín.

La implantación de los diferentes pagos de regadío medievales responde a una serie de sucesivas ampliaciones sobre los diseños originarios. Partiendo de localizaciones en las cuales ya existía un manantial, una fuente o un río, se implantaron los agroecosistemas irrigados y paulatinamente aumentaron su extensión cuando las necesidades de los pobladores así lo exigieron. La gran cantidad de toponimia que hemos encontrado referida a diferentes pagos de riego, nos llevó a pensar en la posibilidad de que existiese algún patrón a la hora de determinar la extensión de los mismos, aunque tras analizar los datos no parece que sea así. La extensión de los pagos de cultivo no parece responder a ningún criterio específico. Por tanto, no hay una relación aparente en el contexto islámico nazarí, entre el concepto de pago de regadío y su extensión. Estos espacios se diseñaron y ocuparon una dimensión concreta en cada uno de los casos, sin atender la diferenciación entre unos y otros más que a la acequia que los enervaba, y eso en el mejor de los casos. En muchas ocasiones, a pesar de contar con un único sistema hidráulico, en las alquerías se diferenciaron varios pagos tal y como se comprueba en la toponimia que aparece en los LAR. Parece claro que la denominación de cada pago atendía a criterios de ubicación del mismo sin importar el tamaño de los mismos, es decir, por criterios arbitrarios que respondían a la denominación de un determinado lugar por algún motivo (presencia de accidentes geográficos, de especies arbóreas, de plantas, propietarios, construcciones, etc.). No hemos podido comprobar si los pagos coincidían con las posesiones de los grupos familiares extensos que presumiblemente diseñaron los agroecosistemas irrigados. En caso de haber sido así en su origen, tras la llegada de los cristianos la propiedad de fincas rústicas aparece muy dispersada a lo largo de todos los pagos de las alquerías. Los propietarios tienen sus tierras repartidas por todo el término y en ningún caso aparecen agrupadas de manera significativa. Bien es cierto, que los datos con los que contamos no nos permiten ahondar en esta hipótesis, pero aquellos de los que hemos podido disponer apuntan en esta dirección. En definitiva, opinamos que la implantación y la extensión de los pagos de regadío de las alquerías de la zona norte del Valle de Lecrín, viene determinada por factores de disponibilidad de agua y de la topografía del territorio.


Esquema de las relaciones entre las alquerías del Valle de Lecrín respecto a cómo compartían el agua desde época medieval

Organización del agua

En los agroecosistemas irrigados de la zona norte del Valle de Lecrín, el agua siempre es un elemento compartido entre las alquerías. Sólo unas pocas alquerías quedan aisladas respecto a la organización y estructuración de sus agroecosistemas de regadío en todo el Valle de Lecrín. En la mayor parte de los casos, el diseño de estos agroecosistemas supone la necesaria implicación de alquerías vecinas para el suministro de agua, ya sea como donantes o como receptores. Las excepciones son las alquerías de la parte meridional: Lanjarón, Pinos del Valle, Ízbor y Tablate, que no reciben ningún aporte hídrico de otra alquería y tampoco lo aportan. El agua proveniente de manantiales no se comparte en ningún caso en el contexto del Valle de Lecrín en general ni en la zona norte del mismo en particular. Su uso es exclusivo de la alquería en la que se encuentra, principalmente porque los caudales que aportan apenas permiten el riego de pequeños pagos locales. Será el agua proveniente de los ríos de la cuenca: Río Torrente, Río Dúrcal y Río de las Albuñuelas la que pueda ser compartida entre los diferentes asentamientos. Al tratarse de ríos poco caudalosos y que sufren grandes estiajes, se hizo necesario que los distintos grupos de población adoptasen medidas tales como la construcción de azudes, partidores y trasvases de una cuenca a otra mediante acequias serranas. Al mismo tiempo, hubieron de crearse acuerdos entre las poblaciones permitiendo implantar vegas gracias a los aportes hídricos que provenían de otras alquerías.

La interdependencia hídrica implicó una relación entre los grupos sociales que, claramente se corresponde con situaciones de aditividad no nula. Necesariamente, los grupos implicados, debían de ponerse de acuerdo y colaborar. El hecho de que se produzca la cooperación, supondría una concatenación de sumas positivas. Los diseños originarios de los agroecosistemas de regadío de la zona norte del Valle de Lecrín fueron tan eficaces, que siguen siendo funcionales en la actualidad, lo cual muestra que las decisiones adoptadas por sus creadores fueron muy eficaces.

En el Valle de Lecrín los tipos de riego morisco fueron modificados a lo largo del siglo XVI, apreciándose los cambios producidos en algunas de las alquerías, así como la continuidad de dichos tipos en otros casos. Estas modificaciones de los usos del agua, evidentes en Dúrcal, Nigüelas, Cozvíjar y Cónchar, alteraron las formas de riego que había «en tiempos de moriscos», sustituyéndolas por las costumbres propias de los repobladores. En las alquerías había un tipo de riego basado en la pertenencia del agua a unos propietarios, que disponían de unas horas de riego fijas ligadas a la propiedad de las tierras. El cambio de los criterios de riego se justifica por la modificación que se produce en las parcelaciones de las alquerías, cuando las tierras de los antiguos vecinos moriscos son hechas lotes, reagrupadas y repartidas de forma aparentemente igualitaria entre los repobladores. Al corregirse los diseños originales en cuanto a la cantidad de tierras que poseía cada vecino en cada uno de los pagos, la propiedad del agua que siempre había estado ligada a la propiedad de la tierra, no podía repartirse bajo los mismos preceptos. Los turnos de riego basados en criterios agnaticios, resultaron incompatibles con la transformación castellana de las propiedades y con la nueva estructuración de las parcelas.

Tras la expulsión morisca, las nuevas comunidades agrícolas del Valle de Lecrín no fueron capaces de aprovechar los recursos disponibles. La implantación de las estructuras del estado moderno terminó por eliminar las formas autónomas de gestión del territorio de las alquerías. La desaparición de la población autóctona que conocía y optimizaba todo aquello que ofrecía el entorno del Valle de Lecrín, la llegada de nuevos pobladores que desconocían los modos de aprovechar los recursos disponibles, la modificación en la partición de las propiedades de las hazas que motivó el cambio en los repartos del agua, los cambios en las necesidades de la población respecto a su alimentación y los consiguientes cambios en la siembra, tuvieron como consecuencia que los modelos agrícolas islámicos se desvirtuaran y desapareciesen en algunos lugares de forma paulatina y de manera abrupta en otros.

Los paisajes islámicos que conformaron el Valle de Lecrín durante siglos, compuestos por exuberantes vegas, productivos olivares, numerosos viñedos, grandes extensiones de secanos y toda suerte de árboles frutales, fueron perdiendo su identidad y adoptaron la idiosincrasia de la nueva población castellana. Perviven aun hoy numerosas acequias, algunas calles, escasas edificaciones y en cierta medida, los paisajes originarios. Pero los cimientos sobre los que se asentaron los paisajes de la zona norte del Valle de Lecrín durante la Edad Media, fueron lo suficientemente robustos como para sobrevivir al paso del tiempo y mantener parte del legado de aquella población que los creó. Ese legado es el que debemos contribuir a conocer, conservar y divulgar, pues constituye un patrimonio de valor incalculable, enraizado y tamizado por las creencias y formas de vida de todos aquellos que nos antecedieron, que vivieron en el Valle de Lecrín, que lo transformaron según sus necesidades y que condicionaron su evolución hasta dotarlo del aspecto que muestra ante quienes lo contemplan en la actualidad.


Demanda puesta por el concejo de Nigüelas contra el de Dúrcal sobre el derecho y posesión de regar con el agua del río Torrente. Fecha: 1750. Caja 3477, p. 7


Poblamiento medieval islámico

Dentro del contexto del Iqlim del Valle, disponemos de alguna documentación a este respecto de épocas tan tempranas como el siglo XII. Todas las informaciones encontradas se refieren a personajes religiosos que eran originarios de diferentes alquerías del Iqlim Al-Uxar15. Podemos encontrar en las fuentes bibliográficas referencias a personajes importantes procedentes del Valle de Lecrín desde fechas muy tempranas pero hasta el momento, no anteriores al siglo XII tal y como hemos mencionado anteriormente.

15 La etimología de Lecrín, es la castellanización de Iqlim, que en árabe significa distrito o demarcación territorial o administrativa del Reino de Granada. En las fuentes árabes aparece con tres variantes: Iqlim Garnata, Iqlim Al-Uxar o Iqlim Al-Qaab (distrito de la caña de azucar). Sobre este último término, distrito de la caña de azucar, podemos afirmar que aunque el cultivo de caña de azúcar en el Valle no fuese significativo según las fuentes históricas disponibles, no podemos olvidarnos de que la demarcación territorial de los Iqlim no tiene por qué corresponder con las actuales o las conocidas al final de la época nazarí.

Tabla 1: Personajes musulmanes relevantes del Valle de Lecrín (Puerta Vílchez, 1997)

Nombre Cronología Procedencia
Ali Al-Murri (1126 d.c. +) Dúrcal
Abd Al-Haqq Al-Tuyibi (1174 d.c. +) Nigüelas
Ibn Al-Mursi, Abd Al-Haqq Al-Yumhi (1204 d.c. +) Nigüelas
Mansur Al-Ansari (1180 d.c. +) Dúrcal
Atiq al Hilali (1285 d.c. +) Dúrcal
Abu Abd Allah Al-Sulami (Ibn Yaafar)

1269-1349 d.c.)

(Chite)

 Pudiera parecer que todos los personajes que aparecen en esta relación tienen un origen árabe por su nisba. La mayor parte de ellas son de origen tribal (Al-Ansari, Al-Tuyibi, al Murri), al mismo tiempo que otros las poseían de tipo geográfico (Al-Qunyi, Al-Durkali). Estos personajes por tanto o bien tienen ascendencia árabe o bien han adoptado su nisba por asimilación tribal de la nisba de alguna de ellas de origen árabe en la plasmación de una relación clientelar entre tribus (Puerta Vílchez, 1997).

Sabemos también que la agrupación dentro de las alquerías por parte de estos grupos tribales, se producía a través de la formación de barrios separados físicamente o atendiendo a un criterio clánico, ya que las familias se agrupan con todas sus viviendas formando un núcleo (Trillo San José M. C., 2003). De acuerdo con esto, la morfología de las alquerías del Valle de Lecrín debería presentar una clara estructuración en barrios o harāts en época islámica, tal y como se aprecia en los LAR.

En este sentido, en las alquerías estudiadas podemos identificar este hecho al menos en los casos de Dúrcal, Melegís, Pinos del Valle y las Albuñuelas. Pero incluso, en lugares como Padul que aparentemente son poblamientos organizados en un solo núcleo urbano, al analizar la historiografía podemos llegar a concluir que originariamente, el asentamiento islámico se llevó a cabo en al menos dos harāt diferenciados. Y es que la presencia de más de una mezquita en el casco urbano es un claro indicio en este sentido. Otro factor que apunta en la dirección del asentamiento de poblaciones árabes o tribales en el Valle, es la tipología de los harāt o barrios de las diferentes alquerías.

Por un lado, en el caso de Pinos del Valle, encontramos una alquería que da lugar a tres barrios separados, con sus propias mezquitas que en el siglo XVI pasan a ser iglesias. Aparece el barrio de arriba, el de abajo y el de Alauxa (García Pérez, 2013, pág. 76), separados por las eras, tierras de vega, de cultivos de secano, en definitiva de propiedades mamlūka.

Por otro lado, en el caso de las Albuñuelas, vemos una alquería que presenta hasta tres barrios diferenciados y de los que ya se tiene constancia, por la documentación histórica sobre la Guerra de Granada, de que estos harāts ya existían en época nazarí (Ferrer, 2003).

Dúrcal, tal y como se recoge en su Apeo, se dividía en el siglo XVI en seis barrios con sus respectivos aljibes. En cambio solo contaba con una Iglesia situada en mitad de cuatro de ellos, porque más alejado se localiza el barrio de Marchena. En el LAR se recoge la siguiente información:

El dicho lugar de Dúrcal esta dividido e apartado en seis varrios, que se llaman margena, almohada alta, e baja, celdelaque e balma, e alaura e audarro, e no ai mas de una Iglesia donde se diga misa que está hacia el varrio principal aunque en el de margena ai una hermita. Ai ansimismo un varrio en el dicho lugar que pertenece a su Magestad16.

16 Archivo Histórico Provincial de Granada (AHPGr). LAR de Dúrcal: Libros de población del Reino de Granada (siglo XVI), Dúrcal_ Archivo. Nº 6678. Fols.009-v, 010-r.

El caso de Nigüelas cuenta con informaciones muy anteriores en el tiempo (s. IX-X), concretamente en el Al-Muqtabis de Ibn Hayyan (Guráieb, 1950). En este texto encontramos alguna información sobre la alquería. El contexto histórico nos sitúa aquí en la época de la primera fitna, nos habla de un personaje perteneciente a la tribu de los yemeníes, concretamente se trata de Ibn Adha Muhammad ben Adha ben Abd Al-latif al Hamadani, y dice que era uno de los árabes más acreditados de la provincia de Elvira. Tenía problemas con otro personaje llamado Said ben Yudi, el emir de los árabes que lo perseguía y puso precio a su cabeza. Fue llamado por los pobladores de la fortaleza de Nawalis para organizarlos y defenderlos. Nos indica pues que Nigüelas tenía un castillo o fortaleza en esta época (entre 880-940 d.c.) y que estaba poblada por grupos yemeníes.

Resumiendo, contamos con la presencia de linajes árabes o beréberes clientelares en varias de las alquerías del Valle (Nigüelas, Dúrcal y Chite), pero sin embargo no ha podido constatarse aún con el estudio de la toponimia y con la pervivencia de antropónimos en este contexto. No existen todavía trabajos de investigación sobre este tema para la zona, pero si podemos apuntar la presencia de algunos términos como el topónimo Talará (¿harāt Al-Arab?) que podría hacer referencia a la presencia de grupos arábigos en esta alquería. Ladero Quesada (1989), apunta dentro de esta zona del Valle de Lecrín, el asentamiento de algunos linajes arábigos y sirios era muy antiguo, aunque en buena parte del reino nazarí se observó un predominio de inmigrantes beréberes desde el siglo VIII hasta que el aluvión de pobladores de mediados del XIII difuminó en gran medida estas diferencias, emigraciones producidas por la dinámica de los reinos de taifas o por la conquista castellana y la subsiguiente emigración desde los territorios conquistados por los cristianos.

Tanto en las alquerías estudiadas que tienen un mayor tamaño (Padul, Dúrcal y Nigüelas) como en las más pequeñas (Cónchar), aparecen diferenciaciones de barrios agrupados en torno a sus correspondientes rábitas. Con ello parece demostrarse la implantación de un tipo de organización social de carácter o tradición islámica, al menos es su última etapa. Sin embargo, al tomar como referencia los núcleos familiares, se aprecia que el tipo de familia no parece ser extenso, sino que se asemeja a un tipo de familia de carácter más reducido: hermanos y padres que ocupan viviendas colindantes aunque en un número no superior a cinco unidades (Ferrer, 1994). El poblamiento medieval en el contexto del Valle de Lecrín, puede considerarse en su periodo inicial, como eminentemente gentilicio, aunque ello se ve posteriormente modificado al impregnarse las familias de características que podríamos considerar occidentalizantes. El número más reducido de miembros de la unidad familiar, en las que los vínculos de consanguinidad no condicionan el poblamiento de las alquerías, provocan que los lugares de poblamiento pasen a ser ocupados por familias de una procedencia dispar y sin relación familiar aparente entre ellas.


Contenido

Contenido.............. 7

Resumen................19

1. INTRODUCCIÓN ..........23

1.1. Objetivos, método y estructura de la tesis ..........27

2. ARQUEOLOGÍA DEL PAISAJE: APROXIMACIONES TEÓRICAS AL ESTUDIO DE LOS PAISAJES....29

2.1. Acumulación y transmisión cultural como elemento de transformación de las personas y de las sociedades ..........32

2.2. Arqueología del paisaje: el paisaje cultural estratificado..........35

2.3. Aproximación ecológico-económica a la producción rural ......39

2.4. Análisis del Paisaje. El paisaje como agroecosistema o sistema complejo ....44

3. TERRITORIO DEL VALLE DE LECRÍN: GEOGRAFÍA, GEOLOGÍA E HIDROGRAFÍA ...........47

3.1. El clima Mediterráneo..............48

3.2. Origen geológico del Valle de Lecrín .........53

3.2.1. Unidades morfológicas menores ............56

3.2.2. Los acuíferos de la zona: situación geográfica y contexto hidrogeológico .......59

4. EVOLUCIÓN DEL POBLAMIENTO EN EL VALLE DE LECRÍN: DEL POBLAMIENTO ISLÁMICO AL POBLAMIENTO CASTELLANO ..65

4.1. Poblamiento medieval islámico .............66

4.2. Cambio sociocultural: sustitución de una sociedad islámica por una sociedad castellana en el Valle de Lecrín ......73

4.3. El nuevo campesinado en las alquerías...............81

4.3.1. Padul....................81

4.3.2. Dúrcal ..................86

4.3.3. Nigüelas .....................87

4.3.4. Cozvíjar.................89

4.3.5. Cónchar ...............89

5. EL ESPACIO URBANO DE LAS ALQUERÍAS DE LA ZONA NORTE DEL VALLE DE LECRÍN .....93

5.1. Tamaño de las alquerías del Valle de Lecrín ............93

5.2. Tipología de las viviendas del Valle de Lecrín ..........95

5.3. Espacio urbano de la alquería y lugar de Padul .......99

5.4. Espacio urbano de la alquería y lugar de Dúrcal ......106

5.5. Espacio urbano de la alquería y lugar de Nigüelas .........116

5.6. Espacio urbano de la alquería y lugar de Cozvíjar ...........120

5.7. Espacio urbano de la alquería y lugar de Cónchar...........121

6. APROVECHAMIENTO DE LOS ELEMENTOS DEL PAISAJE: RECURSOS ECONÓMICOS COMPLEMENTARIOS A LA AGRICULTURA EN LAS ALQUERÍAS Y LUGARES DE LA ZONA NORTE DEL VALLE DE LECRÍN ........ 131

6.1. Los molinos en las alquerías..............136

6.1.1. Molinos en Padul ...............138

6.1.2. Molinos en Dúrcal...............140

6.1.3. Molinos en Nigüelas .................142

6.1.4. Molinos en Cozvíjar ............145

6.1.5. Molinos en Cónchar ..................146

6.2. La cría de seda................148

6.3. Aprovechamiento de la Laguna y del monte .........151

6.3.1. Modificación de un paisaje lacustre: la desecación de la Laguna de Padul ... 151

6.3.2. Aprovechamiento de los recursos naturales del entorno de la laguna y del monte ....... 156

6.4. La minería ..................158

6.5. Las albercas...............161

6.5.1. Albercas de Padul ............... 163

6.5.2. Albercas de Dúrcal .............. 163

6.5.3. Las albercas de Nigüelas .......... 166

6.5.4. Las albercas de Cozvíjar............. 167

6.5.5. Las albercas de Cónchar ........... 168

6.6. La sierra y su aprovechamiento ........... 169

6.6.1. La sierra de Dúrcal ............... 170

6.6.2. La sierra de Nigüelas ........... 174

6.7. Los cañaverales ................ 177

6.7.1. Los cañaverales de Dúrcal.......... 180

6.7.2. Los cañaverales de Cozvíjar ...............181

6.7.3. Los cañaverales de Cónchar .............. 182

6.8. Las eras ................. 183

6.8.1. Las eras de Padul ............ 185

6.8.2. Las eras de Dúrcal .................. 186

6.8.3. Las eras de Nigüelas .............. 188

6.8.4. Las eras de Cozvíjar ................ 189

6.8.5. Las eras de Cónchar ............... 189

7. ORGANIZACIÓN Y FUNCIONAMIENTO DE LOS AGROECOSISTEMAS DE REGADÍO DE TRADICIÓN ISLÁMICA . 193

7.1. El policultivo como estrategia de optimización de los agroecosistemas de regadío.......... 202

7.2. Tecnología hidráulica de tradición islámica: captación, derivación y conducción del agua ...... 206

7.3. Administración del agua en el regadío .............. 208

8. TRANSFORMACIÓN DE LOS AGROECOSISTEMAS DE REGADÍO EN LA ZONA NORTE DEL VALLE DE LECRÍN: DE LA TRADICIÓN MORISCA A LA TRANSFORMACIÓN CASTELLANA .. 215

8.1. Medidas utilizadas para las zonas de cultivo en las alquerías de la zona norte del Valle de Lecrín........... 222

9. AGROECOSISTEMAS HIDRÁULICOS EN EL VALLE DE LECRÍN .......... 225

9.1. Modificación de las formas de riego moriscas....... 229

9.2. Los agroecosistemas de regadío de las alquerías del Valle de Lecrín: espacios colindantes y agua compartida ....... 231

10. DISEÑO, ORGANIZACIÓN Y USO DE LOS AGROECOSISTEMAS HIDRÁULICOS DE PADUL ...... 239

10.1. Diseño del sistema hidráulico de Padul........ 240

10.2. Distribución/organización de los agroecosistemas irrigados de Padul .... 241

10.3. Evolución de los agroecosistemas de irrigación en la alquería de Padul .. 246

10.3.1. Datación de los sistemas de irrigación de Padul .......... 248

10.4. Funcionamiento de los sistemas de irrigación de Padul......... 250

10.4.1. Sistema de la Fuente de Tabernas ............ 253

10.4.1.1. Marcharguacil ................ 254

10.4.1.2. Fadín Al-Basar ............... 256

10.4.2. Sistema del Pago de Al-Ancón............. 258

10.4.3. Pago de Al-Agia ............... 261

10.4.4. Marchena y Al-Calale .............. 265

10.4.4.1. La Acequia de los Hechos ......... 268

10.4.4.2. Segundo ramal .............. 268

11. DISEÑO, ORGANIZACIÓN Y USO DE LOS AGROECOSISTEMAS HIDRÁULICOS DE DÚRCAL ...... 273

11.1. Diseño del sistema hidráulico de Dúrcal ......... 275

11.1.1. Diseños hidráulicos compartidos: el sistema de la Acequia de Nigüelas y el sistema de la acequia de Marchena .. 276

11.2. Distribución de los agroecosistemas irrigados de Dúrcal ........ 279

11.3. Evolución de los agroecosistemas de irrigación en la alquería de Dúrcal... 283

11.3.1. Datación de los sistemas de irrigación de Dúrcal........... 285

11.4. Organización y funcionamiento de los sistemas de irrigación de Dúrcal.. ...287

11.4.1. Sistema de Marchena .............. 289

11.4.1.1. Pago de Los Olivares y la Loma de Marchena... ... 290

11.4.1.2. El pago de la vega de la Laguna de Dúrcal .......... 292

11.4.1.3. Pago de los Romerales................ 294

11.4.2. Sistema del Torrente ................ 295

11.4.3. Sistema de la Acequia de Margena o Mahina ......... 301

11.4.3.1. Acequia de Margena por encima de Almócita. ......    .. 301

11.4.3.2. Acequia de Margena. Por debajo de las Fuentes, La Isla, Balina, La Cañada y El Llano........... 304

11.4.3.3. El Broncano y el Retamal.............. 308

12. DISEÑO, ORGANIZACIÓN Y USO DE LOS AGROECOSISTEMAS HIDRÁULICOS DE NIGÜELAS ........ 309

12.1. Diseño del sistema hidráulico de Nigüelas.......... 309

12.1.1. Diseños hidráulicos compartidos: el sistema de la Acequia de Nigüelas ..... 316

12.1.2. Modalidades de riego presentes en la alquería de Nigüelas ..... 317

12.2. Distribución de los agroecosistemas irrigados de Nigüelas ......... 319

12.3. Evolución de los agroecosistemas de irrigación en la alquería de Nigüelas .... 325

12.3.1. Datación de los sistemas de irrigación de Nigüelas...... 325

12.4. Organización/Funcionamiento de los sistemas de irrigación de Nigüelas ....... 327

13. DISEÑO, ORGANIZACIÓN Y USO DE LOS AGROECOSISTEMAS HIDRÁULICOS DE COZVÍJAR.... 339

13.1. Diseño del sistema hidráulico de Cozvíjar........ 339

13.1.1. Diseños hidráulicos compartidos: el sistema de la Acequia de Marchena ...... 341

13.1.2. Distribución de los agroecosistemas irrigados de Cozvíjar .......... 341

13.2. Evolución de los agroecosistemas de irrigación en la alquería de Cozvíjar . 347

13.2.1. Datación de los sistemas de irrigación de Cozvíjar ......... 347

13.3. Funcionamiento de los sistemas de irrigación de Cozvíjar......... 351

13.3.1. Sistema de la Acequia del Partidor hacia los pagos de la Cañada, el Blanquizar, la Solana y la Horca ... 351

13.3.2. Sistema de la Acequia del Partidor hacia el Pago de las Encinas y el Higueral......... 358

13.4. Modalidades de riego presentes en la alquería de Cozvíjar ...... 359

14. DISEÑO, ORGANIZACIÓN Y USO DE LOS AGROECOSISTEMAS HIDRÁULICOS DE CÓNCHAR .... 361

14.1. Diseño del sistema hidráulico de Cónchar ........... 361

14.1.1. Distribución de los agroecosistemas irrigados de Cónchar ....... 364

14.2. Evolución de los agroecosistemas de irrigación en la alquería de Cónchar ..... 368

14.2.1. Datación de los sistemas de irrigación de Cónchar ...... 369

14.3. Funcionamiento de los sistemas de irrigación de Cónchar .... 370

14.3.1. Sistema del Caño del Ladrón y del Alcázar ............. 370

14.3.2. Sistema de Malpasillo, Zumaques, Las Albercas, la Conca, Desecabo y la Huertecilla..... 371

14.3.3. Sistema de la Veguilla de Cónchar.............. 372

15. LAS TIERRAS DE SECANO .............. 379

15.1. Tierras de secano de Padul................. 380

15.2. Tierras de secano de Dúrcal ............... 390

15.3. Tierras de secano de Nigüelas............ 391

15.4. Tierras de secano de Cozvíjar.............. 392

15.5. Tierras de secano de Cónchar ............ 394

16. VÍAS DE COMUNICACIÓN EN EL VALLE DE LECRÍN ...... 397

17. TOPONIMIA........... 413

18. CONCLUSIONES ................ 435

Poblamiento medieval y después de la repoblación de finales del s.XVI ... 435

Configuración de las alquerías medievales en el norte del Valle de Lecrín.. 439

Aprovechamiento de los elementos del paisaje .......... 441

Organización del agua ................. 446

Los espacios irrigados ................ 443

19. APÉNDICES ........... 449

19.1. Tablas de casas, parcelas, etc. de Padul, Dúrcal, Nigüelas, Cozvíjar y Cónchar . 450

19.1.1. Tablas de casas .................... 450

19.1.2. Tablas de Albercas................ 475

19.1.3. Suertes de la Sierra .............. 479

19.1.4. Tablas de cañaverales presentes en las alquerías............. 483

19.1.5. Tablas de eras presentes en las alquerías ........... 487

19.1.6. Tablas de parcelarios de Padul en 1571 .............. 493

19.1.7. Tablas de parcelarios de Dúrcal en 1571 ............. 501

19.1.7. Tablas de parcelarios de Nigüelas en 1571 ......... 546

19.1.8. Tablas de parcelarios de Cozvíjar en 1571 ........... 588

19.1.9. Tablas del parcelario de Cónchar en 1571............ 598

19.2. Índice de ilustraciones .............. 607

19.3. Índice de tablas .................. 613

20. FUENTES Y BIBLIOGRAFÍA............ 617

Fuentes ......... 617

Bibliografía .......... 619