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De paseo por Nigüelas

Por la autovía Bailen-Motril en la salida Dúrcal-Nigüelas, que va aparar a la carretera local n° 400 llegamos al pueblo de Nigüelas.

La primera calle a la derecha dedicada a "Nuestra Señora de las Angustias" contemplamos a la izquierda las dos casas moriscas recientemente rehabilitadas; avanzando por esta calle llegamos a la Casa Ayuntamiento, antiguo palacio de verano de los Zayas, construcción del siglo XVI restaurada en los años 90.

 

Pasado el umbral accedemos al primer patio donde admiramos su portada renacentista, al balcón regio y el escudo nobiliario que culmina la fachada, entramos al palacio propiamente dicho a través de un zaguán donde admiramos dos monumentales tinajas cerámicas embutidas en el suelo y con las firmas o anagramas de los artesanos que las realizaron. Pasamos al patio central cuadrado con columnas de mármol de sierra Elvira en estilo dórico y zapatas de madera de pino de Albuñuelas que soportan las vigas y artesonados del pasillo superior. De aquí parte la escalera regia de estilo mudéjar en la que caben destacar la gran calidad de sus pequeños y antiguos azulejos decorados a mano e incrustados entre las baldosas. En el piso superior contemplamos unos magníficos bargueños tallados así como unos abanicos de colección de gran belleza. La distribución actual es la siguiente: en la planta baja, oficinas y salón social de los mayores y en la superior, salón de plenos, alcaldía y concejalías. En el centro del patio tenemos una fuente de estilo granadino, que le da gran musicalidad a  este espacio.

De este patio pasamos al jardín de estilo francés, donde son de admirar sus magníficos arriates de bojes, los formidables magnolios, así corno los antiguos ejemplares de falsas acacias, coníferas y Júpiter centenarios, regados por el agua de sus elegantes fuentes ... Admiramos un buen ejemplar de madroño, así como la centenaria encina de la huerta aneja.

Desde este palacio paseamos el barrio de Las Callejas y la Solanilla, que mantiene su estructura morisca casi intacta, aunque casas tradicionales quedan pocas. Bajamos por la calle Larga hasta la plaza de la Constitución, antiguo lugar de reunión del vecindario, hasta la creación de la plaza de la Iglesia urbanizada en 1947. Llegamos por la avenida García Lorca hasta la popular "Puntanilla", lugar donde se esperan los turnos de riego y en su típico poyo largas conversaciones. Frente al poyo de Puntanilla" está la entrada del antiguo barrio de la Cruz, llamado así por el crucero existente a su salida hacia el camino real de Dúrcal (hoy desaparecido), aquí se encuentra el más antiguo de los dos aljibes conservados, dos números más abajo y a la derecha esta la antigua torre de alquería usada como vivienda, realizada en mampostería de piedra. Desde esta torre avanzamos hasta llegar a la placera del Santo Cristo donde se celebraba la fiesta de la cruz (el 3 de mayo); de su origen solo se conserva el cristo crucificado en su hornacina, originario del siglo XVII, en este lugar se construían los altares de parada en la procesión del Santísimo y del antiguo Vía Crucis que se celebraba el Viernes Santo, después del Entierro de Cristo. Por las antiguas calles Comercio e Industria llegamos a la plaza de la Iglesia.

Si volvemos a la "Puntanillá', observamos el antiguo Ayuntamiento, construcción del los años 60, frente a él la Casa de la Cultura y colindante con esta, las casas palacio de los Figueroa del siglo XVI y la de los Medina, construcción del siglo XIX, (propiedad actual de la familia Collantes); frente a estas dos casas solariegas la casa blasonada de los Gutiérrez. Avanzamos por la calle del Agua y observamos la recoleta placeta de Juan Miguel, continuamos y llegamos al antiguo convento renacentista, con su portada blasonada en mármol de Carrara, dividido en dos casas (la de los Molina, en la que se conserva parte del antiguo claustro y la de los Tejerizo)... Desde aquí contemplamos la espectacular plaza de la Iglesia, cuyo fondo ocupa el templo mudéjar dedicado a San Juan Bautista construido en el siglo XVI, que en planta rectangular presenta fábrica de mampostería de piedra y jácenas de ladrillo macizo, la cornisa es de piedra caliza de Conchar, así corno sus dos portadas en estilo dórico y arco de medio punto. En su interior, artesonado mudéjar de pino de Albuñuelas, reconstruido tras el incendio de la rebelión morisca de 1.568, presenta lazo de 8 en el apeinazado de las vigas dobles sobre canes de estilo corintio. La nave esta separada del a capilla mayor por un gran arco toral de medio punto; el artesonado de esta capilla es también de lazo de 8 y en su clave ostenta una gran piña tallada de mocárabes; el retablo es barroco de Finales del siglo XVIII, dorado y policromado, su estructura es de tres calles separadas con elegantes estípires de profusa decoración.

Este templo atesora una magnífica imaginería, con esculturas de los siglos XVI al XX, destacando la talla del patrono San Juan Bautista debida a la mano del gran imaginero granadino José Risueño ... Adornan el interior de sus muros pinturas de las escuelas granadinas, algunas de ellas de gran valor.

En la misma plaza podemos contemplar el antiguo aljibe en uso hasta los años 70 del siglo XX. De aquí nos acercamos a la Almazara de Las Laerillas, donde quedamos impresionados por su maquinaría, habiendo sido utilizada hasta la 2ª década del siglo XX.

Por la calle Canalón nos acercamos hasta al camino del río Torrente o avenida de la Sierra, donde observamos bellas vistas del Valle y de las cumbres de Sierra Nevada. Por el acceso peatonal de la Bajadilla llegamos a la toma de aguas del molino de "Petaca", regentado por la familia Carrillo desde tiempo inmemorial, y de allí a la calle Eras, avanzando por ella y mediado su recorrido encontrarnos las casas moriscas colindantes con la típica calle Alcaicería, después de observarlas continuamos y llegamos al Partidor, llamado así porque es donde se parten las aguas. Avanzamos y llegarnos al barrio de las cuevas, donde aun se conservan algunos ejemplares de estas viviendas subterráneas. Desde allí podernos ver el profundo barranco del río Torrente; a la vuelta vemos la cruz piedra del siglo XVI sobre la estructura abovedada del Partidor de las aguas que divide el agua de la Acequia Real de mas de 2 kilómetros de longitud para las vegas de Dúrcal y Nigüelas. Esta acequia de la Pavilla se llama así porque antiguamente "pelaban la pava" las parejas a la sombra de los abedules, con cuyas ramas trenzan las guirnaldas con que tradicionalmente cortejan los mozos la noche del Sábado de Gloria a sus jóvenes deseadas. Por la estrecha calle que cubre con grandes lajas la Acequia Real de Dúrcal visitamos el barrio los Almendros, urbanización de los años 50 trazada a cordel, que nos ofrece un atractivo paseo por sus empinadas calles

Del barrio de los Almendros nos vamos a contemplar los impresionantes planos de la Falla Tectónica de Nigüelas, (uno de los monumentos naturales más importantes de la provincia de Granada) , de aquí avanzamos por la empinada cuesta que nos lleva a la Rasuela, este lugar raso es uno de los mejores miradores del Valle de Lecrín, es aquí donde están las instalaciones deportivas al aire libre, el auditorio (anfiteatro de futuro para grandes espectáculos al aire libre), y que en la actualidad tiene la función de desviar las aguas torrenciales, que desde el monte Zahor producían grandes inundaciones en el casco urbano y en la vega.

Para terminar nos extasiamos con las vistas del Valle de Lecrín, del profundo barranco del río Torrente y de Sierra Nevada, desde este mirador que nos invita a la paz y el ensueño.

Francisco Rodríguez Abril de 2002