La Banda inaugura el Quiosco. Es la Banda municipal de música de Dúrcal, el día en que se inauguró el quiosco de la plaza, un dieciocho de mayo 1930. Por entonces los músicos de Dúrcal tenían a gala codearse con los mejores de la provincia. El quiosco desaparecería años después derribado por la piqueta. Pero muchos de estos personajes que posaron para el fotógrafo aquella mañana aún viven. Desde El Valle de Lecrín queremos rendir homenaje a todos ellos. Si alguno se reconoce en esta histórica foto, nos gustaría que se, pusiera en contacto con este periódico. Estaríamos encantados de que contara para todos sus recuerdos de aquellos años. |
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UNA ESCUELA COMO LAS DE ANTES. Estas 36 niñas de la fotografía componen toda la población escolar femenina de Dúrcal en los años treinta, probablemente en la República. El día que recoge la foto debió ser el primero del curso. Muchas de ellas irían pocos día a esa escuela y otras a duras penas aprendieron algo más que a leer y escribir lo imprescindible. Era lo "normal" en aquellos tiempos que corrían. En cualquier caso resulta encomiable el hecho de que sus padres las mandaran a la escuela en lugar de ponerlas a trabajar, que era lo común en aquella época. 36 niñas en la escuela de Dúrcal en aquellos años eran "muchas", y más sabiendo que la escolarización femenina en España no fue obligatoria hasta bien avanzada la década de los setenta. Si alguna se reconoce le rogamos se ponga en contacto con el periódico. |
Francisco Rodríguez
Añejas, amarillentas, con todo el nerviosismo que producía la venida de aquel fotógrafo con aquella cámara mágica; por cuanto se apoyaba en aquel trípode y... ¿Qué tendría en sus entrañas que, al hurgar el fotógrafo por su manga negra, salía aquel pajarito inexistente al que todos mirábamos con atención? Y después, sacaba el papel que, tras meterlo en un cuarto metálico, aparecía, como por arte de magia, nuestra imagen reflejada.
Esta foto es la escuela de don Daniel Ruiz Robles en el curso 1952-54; hombre bueno, maestro de la escuela de abajo, y que dedicó toda su vida a enseñarnos todo lo que sabía y más a los críos de Nigüelas.
Sentados aparecemos los del banco de los "cagones" y algunos mayores que se sentaban en las mesas chicas y estaban en el segundo Rayas; de pie los de la Enciclopedia y segundo Manuscrito que, el que sabía leerlo, era ya ya una persona preparada, pues eso implicaba que dominaba las ramas del saber que en la escuela se impartían, pues sabía las reglas de interés compuesto, las proporciones, las áreas y los volúmenes de geometría y resolver los problemas de compraventa, que decía don Daniel: -"Estos son los más útiles, pues los negociantes son muy pillos y, sabiendo resolver estos problemas, no os engañarán ...".
REYES DE POSGUERRA. Los tiempos difíciles, de hambre y miseria que sucedieron a la Guerra Civil no apagaron en ningún momento el fervor navideño. En algunos pueblos del Valle se celebraron cabalgatas de Reyes, como esta que recoge la imagen. Es la primera de que se tenga noticia en Dúrcal. La fotografía está hecha, al parecer, en la Plaza de España; junto al Ayuntamiento. En ella se puede apreciar, a la izquierda, en primer término, al alcalde, José Puertas. Un estuche de plástico para la escuela y una muñeca se adivinan como juguetes más lujosos en ese cargamento que los Reyes transportan en cajas de cartón a las que no les han llegado a quitar las etiquetas de embalaje. Todo un símbolo de unos tiempos difíciles para todos. (Reproducción Foto Cecilio Padial) |
MILICIANAS DE CARNAVAL. No están sacados de la guerra de Bosnia, ni de la película °Mientras viva", que sobre la contienda civil se rodó en el Romeral y la Rambla de Dúrcal en los años de posguerra. Este grupo de muchachos forma una agrupación de carnaval en el Dúrcal de los años treinta. Milicianos, milicianas y enfermeras. Como un presagio del horror que luego se nos vendría encima con la guerra. Ahí están, como pasmados, con sus caras inocentes en una tarde de carnaval. (Una tradición que tuvo bastante arraigo en nuestra comarca y que ya casi se ha perdido). Alguien inmortalizó el momento en esta fotografía, que aún conserva Carmen Haro, que la ha cedido al periódico para que se la mostremos a ustedes. (Reproducción Foto Cecilio Padial) |
CUERDA PARA RATO. Nos contaba hace poco Rosa Jiménez Serrano, una bisabuela de Dúrcal con noventa y siete años y una salud de hierro, sus recuerdos de niñez, cuando ella y las niñas de su edad hacían tomiza a mano (soguilla de esparto, para los que no sepan) y la cuerda llegaba desde la plaza de las Tres Cepas hasta las Fuentes (dos kilómetros?). Desconocemos a los protagonistas de la foto, (debe ser de los años cuarenta) pero entre ellos hay niños. Alegres pero ya curtidos por la vida y el duro trabajo de la rueda. La fotografía probablemente está hecha en las Fuentes o en cualquiera de los muchos lugares en los que aquellos artilugios de madera, (la modernidad por entonces) permitían a muchos de nuestros paisanos ganarse el sustento. (Reprod. Padial) |
LA CLASE ILUSTRADA. La Ilíada, La Odisea. Robinson Crusoe o Los Miserables, de Víctor Hugo, eran libros habituales de lectura de estos niños que escribían, eso sí, en pizarra que les daba el propio colegio, porque iban a la escuela sin nada. El Quijote les era familiar y llegaron a comprar una máquina de escribir -en aquellos tiempos- que pagaron entre todos. Escribir en aquel nuevo invento era la manera de premiar a los que más estudiaban. Ellos administraban la biblioteca y el material escolar (pizarra y pizarrín). Por entonces se iba a la escuela tres años (algunos ni eso, porque tuvieron que dedicarse desde muy jóvenes a trabajar, así eran los tiempos) pero estos niños adquirieron, muchos de ellos, afición a la lectura y una cultura que no todos los niños de hoy tienen. ¿Responsable?. El maestro, Francisco García Guirau, que pueden ver en la foto, cedida por Diego Molina. A algunos de estos niños los podemos reconocerlos en la calle, o en las caras de sus hijos ó nietos. Fue el curso 1930-31. Memorable. (Reproducción Foto Cano) |
DE BLANCO SATÉN. La fotografía que publicamos este mes fue hecha en Nigüelas hace casi medio siglo. Corrían los difíciles años cincuenta -el primero de ellos- cuando este grupo de niñas, tras hacer su primera comunión posó en la puerta de la iglesia del pueblo ante el ojo de un fotógrafo cuyo nombre hoy desconocemos. Ahora la mayoría de estas niñas son madres y abuelas viven en distintos pueblos del Valle y algunas todavía recuerdan aquel día, porque fue especial: una taza de chocolate y una servilleta fue todo el festín de que disfrutaron. Muy distinto de las celebraciones actuales pero, pese a todo, igual o más inolvidable para ellas. Sus nombre son: arriba, de izquierda a derecha, Ana, Matilde, Encarna, Ana, Ana María y Julita; en la fila de en medio, Matilde, Isaura, Carmen, Adelaida y Paquita; y abajo, María Teresa, Ester y Paquita. Carlos Cano: |
ESCUELA DE POSGUERRA EN NIGÜELAS. Don Daniel, al que vemos en el centro, fue el maestro de esta generación de nigüeleños, casi todos ellos hoy abuelos y "padres del Nigüelas de hoy. El fotógrafo, desconocido, captó con su cámara el semblante de estos niños de posguerra. El escenario, sus vestimentas y sus rostros denotan en alguna medida los tiempos difíciles que le tocó vivir a aquella generación: mientras en Europa, terminada la guerra mundial, comenzaba la reconstrucción, aquí, con el Régimen aislado, faltaba casi todo, -el pan, escaso, estaba racionado- y junto a la mano férrea del Estado, coexistía aún el maqui, muy abundante en las sierras de nuestros pueblos. De estos jóvenes, los que tuvieron suerte, estuvieron hasta los diez años en la escuela. Otros estuvieron apenas unos meses. Debieron abandonarla para ayudar a su familia en el campo (Reproducción Mónica López) |
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Instalaciones del Balneario hacia 1920, en una de las fotos recogidas en el libro de Javier Píñar |