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El paduleño Gabriel Villena, premiado en un concurso de relatos del Ayuntamiento de Granada
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Gabriel Villena presentó una fábula al más puro estilo de la tradición española, |
José Villena
El maestro paduleño, adscrito a un colegio granadino, Gabriel Villena, participó las pasadas navidades, bajo el seudónimo de Tarales, en un concurso de relatos cortos convocado por la Concejalía de Cultura del Ayuntamiento capitalino. Presentó una fábula al mas puro estilo de la tradición española que, desde el primer momento, despertó el interés del jurado el cual, con toda justicia, le otorgó el primer premio.
Aunque, evidentemente, ya no es una noticia de actualidad, por el tiempo transcurrido, sin embargo su valor literario y de entretenimiento permanece inalterable, motivo por el que hemos creído conveniente ofrecerlo a nuestros lectores.
EL GORRIÓN Y LA GOLONDRINA
-¡Hola, buenas tardes! dijo la golondrina.
-¡Hola, te veo jadear! ¿Es que estás cansada?, saludó el gorrión.
- Sí, vengo de un largo viaje. Acabamos de llegar y no he tenido tiempo aún de reponerme. ¡Ah, ah, ah...!
- Ya decía yo. Porque yo salto, vuelo, voy en busca de comida y rara vez me canso tanto como pareces estar tú. Y, aunque no me suelo retirar mucho de este lugar, a veces, sin que mis padres se den cuenta, bajo a la ciudad con otros amigos y, a pesar de que lo hacemos muy deprisa para que no nos echen en falta, no jadeamos como tú ahora. ¿ es que no vives aquí?.
- No, vengo de otro país. Un país que está muy lejos del tuyo, en otro continente.
- En otro, ¿ que has dicho?
- En otro continente. Al menos por lo que he tenido que volar y volar, así deber ser.
- ¿Y un continente que es ...?. Preguntó el gorrión sorprendido
- Bueno, yo no sé si podré explicártelo, porque no lo pasé muy bien, y ¿ sabes qué? que a mi no se me había ocurrido preguntárselo a mis padres. Pero te prometo que en el momento que pueda se lo preguntaré y después te lo cuento...
Además, la verdad es que apenas si he tenido tiempo de hacerlo porque ¡ha sido todo tan rápido!. Comer, comer, dormir ...echar plumas, aprender a piar... y lo peor de todo ...aprender a volar.
Y me daba miedo ...¡que miedo me daba! Y todo yo sola, tan aburrida.
Porque dicen mis padres que pusieron dos huevos en el nido y que un día mi hermano se quiso asomar y ¡pum!, como no tenía plumas, se cayó al suelo y se murió. Y a mí, pues me daba miedo volar. Y eso que mis padres me enseñaban una y otra vez y me decían que lo intentara. Hasta que por fin lo intenté y aquí estoy.
Yo, aunque era pequeña, sentí mucho lo de mi hermano. Y además me quedé todo el tiempo sin poder jugar con nadie.
Y es que mis padres hicieron el nido tan alto que, cuando miraba para abajo, me daba mucho miedo y no quería echar a volar. ¿Y si me pasa igual que a mi hermano?.
Hasta que por fin , un día, mis padres me castigaron sin llevarme comida. Sin pensarlo mas ... me eché a volar y...¿sabes que es algo divertido?. Pero los primeros días me parecía que me iba a caer, por eso volaba bajo y cerca de los árboles y tejados.
- Bueno a mí también me pasaba lo mismo.
- Oye, ¿vas a estar en Granada mucho tiempo?.
- ¿Dónde dices que estoy?.
- En Granada, ¿no lo sabías?.
- No, porque no he tenido tiempo de hablar con mis padres. He venido volando con mis amigos y amigas y...
- Si quieres yo también puedo ser tu amigo, le contestó animado el gorrión.
- Por mi encantada. Además tengo muchos amigos y amigas y nos puedes enseñar Granada, como tú dices.
- Por mí, estupendo. Ya verás como te va a gustar. Además Granada tiene muchas cosas bonitas hechas por gentes del país de donde tú vienes.
- ¿De Marruecos?. ¡Que bueno!. Mi país también es muy bonito, pero hace mucho calor y, a veces, también mucho frío. - ¿Y tú donde vives?. ¿En esta casa tan grande?. ¿Toda es tuya?. ¡Pues que guay vivir aquí!.
- No, que va, le respondió el gorrión. No es mía, ojalá lo fuera, con lo bonita y lo grande que es.
- Pero bueno, es como si lo fuera. Aquí vivo desde que nací. - ¿Tanto tiempo?.
- ¡Toma!. Y mis padres. ¿Sabes como se llama esta casa tan grande?.
- No. ¿Cómo?. Le preguntó intrigada la golondrina.
- Yo he oído, de la mucha gente que viene a verla, que se llama La Alhambra.
- ¿Es que viene mucha gente a visitarla?.
- ¡Anda!. De aquí, de España, y de todos los países del mundo.
-Ya decía yo. Porque esta casa no se parece en nada a las otras casas que yo he visto. ¿Me la enseñarás algún día?.
- Pues claro que sí. Tú ya eres mi amiga. Pero te la voy a enseñar por la tarde cuando ya todos los visitantes se hayan ido y puedas verla tranquila. Verás que salones tan bonitos tiene y túneles y habitaciones donde no dejan entrar a nadie. Pero tú si los podrás ver conmigo.
Además te voy a enseñar el Palacio de Carlos V que está junto a La Alhambra. Mira, desde aquí lo vemos. También te llevaré a ver el Generalife, que son unos jardines preciosos y en él vamos a poder disfrutar este verano con la música y la danza, ya que todos los años hay un festival nocturno.
Te voy a llevar a ver la Catedral, los Cármenes, Sierra Nevada y muchas cosas mas...
- ¡Pues no vives tú bien!. A mí también me gustaría vivir siempre en Granada.
- Tú no puedes. Me lo han dicho mis padres. Las golondrinas, cuando llega el frío, os tenéis que marchar a otra país donde haga calor.
- ¡Que lata!. Yo que pensaba quedarme...
- No te preocupes. Yo te estaré esperando y volveremos a pasarlo tan bien como este año.
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José Vílchez Terrón nació en Dúrcal (Granada), en el seno de una a familia humilde. A los 20 meses quedó huérfano de padre y a los 18 años, de madre. Luego de diferentes trabajos, montó una tienda de electrodomésticos y ferretería en Barcelona. A los 23 años se casó con Carmen Puerta Fernández. De este matrimonio surgieron siete hijos. El comercio le fue muy rentable, pero su salud se resintió. Probó el naturismo y después de un año, fue hombre nuevo. Debido a esa circunstancia, se decidió a hacer los estudios correspondientes y en 1981 se diplomó de Naturopatía, Iridología Dietética y Herbología. Se trasladó luego a Tarragona, donde abrió una escuela para enseñar esta disciplina. Por muchos motivos, esta escuela no llegó a funcionar. Fue entonces que Dios le habló por primera vez. Oyó su voz diciéndole: "A Granada". Y Vílchez Terrón lo escuchó: se mudó allí, donde ejerció como naturópata unos 20 años. En 1986 publicó el libro Aprenda a curarse y vivir en salud por los medios naturales y en el año 2004, Lo que Dios me habló. Tiene otros escritos que publicará en breve, todos fruto de sus experiencias, tanto en el campo naturista como espiritual. Actualmente está jubilado y se dedica a sus libros, su campo y a hacer algo de deporte.
Títulos publicados en LibrosEnRed:
APRENDA A CURAR SU SALUD POR LOS MEDIOS NATURALES
Colección: Naturismo 2006
Este libro abre caminos que te conducirán acertadamente a la salud corporal, mental y espiritual, sin la cual -como sabemos- todo intento de ser feliz fracasa. Este libro trata principalmente de la alimentación necesaria para recuperar y mantener nuestro cuerpo sano. A pesar de su base científica, es de fácil comprensión por el lenguaje sencillo y ameno que emplea el autor. Hay capítulos teóricos y una parte práctica, en la que aparecen muchos casos de curaciones reales a través del sistema natural que se propone, que incluye dieta, plantas medicinales, arcilla e hidroterapia. Entre los casos expuestos hay pacientes que recuperaron la vista, o una pierna ulcerosa a punto de ser amputada, o un cáncer y úlceras varias. El libro también describe tratamientos para la artrosis y el reuma, dietas para los estreñimientos, para reducir y ganar peso, consejos para los nervios, las fiebres y hasta el dolor de muelas. El autor también dedica un espacio a la cocina, con exquisitas recetas, y al humor, aspectos los dos que considera muy importantes en la vida. Un cuerpo enfermo es una carga para quien lo padece, para los que le rodean y para toda la sociedad donde se encuentra inmerso. En un cuerpo sano se dan mejor las circunstancias para que afloren los dones mentales y espirituales. La persona puede dedicarse plenamente a sus actividades, disfrutando de todo cuanto le rodea, a la par que puede intentar transformar su entorno, para ser feliz y que los demás también lo sean.
EL PODER DE LA ORACIÓN
Colección: Ciencias Espirituales y Esotéricas 2007
El Espíritu Santo baja hoy, como ayer, y transforma al hombre. Este libro te marca un camino para conseguir, que ese Espíritu de Dios, te transforme a ti, dándote la felicidad que todos buscamos. Como podrá apreciar el lector, este no es un libro corriente. Hasta ahora, todos los libros de oración y temas religiosos que he leído, los he encontrado con demasiada doctrina y pocos hechos prácticos. Mi idea es sacar un libro totalmente al revés, dar a conocer lo que yo vivo y algo más, sin intentar sentar cátedra o doctrina alguna. Todo lo que aquí se dice ha sido experimentado por personas de carne y hueso; que tienen montones de defectos y que trabajan cada día para ir comiendo y, además, tienen sus experiencias con Dios. Creo que este libro viene a llenar y complementar eso otro que, yo al menos, he echado a faltar. También podrás apreciar, a través de estas páginas, los cambios realizados en las personas que oran. Otra cosa que puedes aprender, es a descifrar el lenguaje de Dios a través de las imágenes y los colores. Al principio el lector encontrará unos escritos que van desde los años 1978 al 1984. Los traigo a este libro con el fin de que el lector pueda hacerse una mejor idea de las peripecias vividas por el autor en su juventud, en su relación con Dios. En el libro irán apareciendo un montón de visiones y mensajes que, al igual que los escritos primeros, llevan las fechas en que estos se producen. Espero que este libro te divierta un poco, te haga pensar mucho y al final te sirva para conseguir vivir aquí en la tierra con el ciento por uno y, además, conseguir la vida eterna tal como prometió Jesucristo. Muy pretencioso este autor ¿verdad? Pues ¡Hala!... A comprobarlo.